lunes, abril 23, 2007

Fondo Monetario Internacional

FMI: Instrumento de explotacion del Imperialismo
Por: José Sotomayor Pérez
El imperialismo internacional ha hecho del Fondo Monetario Internacional -el tristemente célebre FMI - un instrumento de explotación de los pueblos del denominado «tercer mundo». El saqueo al que nos somete este Fondo de latrocinio, utiliza un mecanismo muy bien ideado y aplicado. Esta es la forma como funciona:
1. El gobierno de un país «tercermundista» toma medidas para liberarse económicamente del gran capital extranjero, emprendiendo una vía de liberación nacional y social. El país da comienzo a su desarrollo libre y soberano. Es el caso del Perú bajo el régimen de Velasco Alvarado.
2. Ante tal rebeldía y atrevimiento, el imperialismo moviliza sus agentes internos en el país insurgente. La burguesía ligada a los intereses monopolistas y parte de la misma burguesía nacional se opone al Gobierno de su país, le retiran su confianza, cesar de invertir y comienza la «fuga de capitales». Caen rápidamente las reservas nacionales y el gobierno se ve obligado a pedir ayuda al FMI.
3. El FMI pone como condición para prestar su «ayuda» la devaluación de la moneda nacional; la disminución de las asignaciones presupuestarias; la reducción al máximo del sector estatal de la economía mediante las privatizaciones, y congelar los salarios.
4. Como consecuencia de la aplicación de las medidas impuestas por recomendación del FMI, el gobierno se ve obligado a suspender las re­formas y cambios de liberación nacional y social, volviendo al redil en que el imperialismo tiene encerrados a los países Tercermundistas» del sur.
5. En tal situación el Gobierno, bajo la presión del FMI aplica las medidas que este organismo le exige, como condición para obtener más créditos, cayendo en una dependencia mayor de la que pretendió salir con sus medidas nacionalistas y democráticas.
6. Ante una crisis que se agudiza por la imposibilidad de pagar una deuda externa cada vez más grande, el gobierno tiene que enfrentar un creciente descontento del pueblo que exige transformaciones que impulsen un desarrollo independiente de su país y superar las apremiantes necesidades populares: El dilema es insoslayable y no hay pacto de gobernabilidad o «concertación» que pueda ignorarlo: desarrollo independiente y defensa firme de la soberanía nacional o sometimiento a los dictados del Fondo Monetario Internacional, instrumento del imperialismo internacional.
Hasta ahora, toda la experiencia histórica ha demostrado que una colaboración idílica, sin contradicciones ni conflictos sociales en una sociedad dividida en clases sociales y en la que existe la explotación del hombre por el hombre, es sencillamente una utopía. La clase obrera jamás renunciará a defender y ampliar sus conquistas económicas, sociales y políticas. Y lo mismo ocurrirá con todo el pueblo peruano.
En conclusión debemos afirmar que el imperialismo utiliza el FMI como instrumento para mantener sojuzgados a los países del «tercer mundo», prohibiéndoles elegir su propia forma de desarrollo.

martes, abril 17, 2007

La intelectualidad aburguesada

Analizar el pensamiento como factor preponderante de los actos humanos fue para muchos hombres un quehacer muy dificil, ya que deshacerse de milenios de pensamiento idealista no era facil. La imposicion de las ideas dogmaticas se hizo siempre por la fuerza por aquellos que deseaban mantener las cosas como estaban porque les favorecia. Asi el gran avance filosofico de Marx al discutir aFuerbach y analizar a Hegel se da al mencionar que todos los actos humanos tienen una base material y aun el pensamiento, pero el solo sento las bases para un analisis del pensamiento humano como minimo en relacion a la magnitud de la naturaleza y el universo en que se embraga la misma y el ser humano.
Sin embargo con las limitantes del conocimiento la lucha misma de Marx se vuelve ideal perdiendo a muchos de sus seguidores en tal.
La poblacion mundial se a incrementado en gran medida. Las afectaciones presentes al igual que en la antiguedad se centran en la explotacion. La busqueda de la acumulacion de riquezas por parte de unos en detrimento de otros, utilizando para ello el discurso social y apropiandose de las figuras representativas de la igualdad.
El ser humano se socializa hasta la estupidez, su pensamiento se aliena y en los limites de la explotacion se ataca frontalmente su inteligencia. Es por ello que el discurso de aquellos que detentan el poder economico y politico resulta absurdo ya que por un lado hablan del estado de derecho y por otro lo violan dando a la hipocresia el mayor valor para lograr sus objetivos y poniendose como ejemplo de sus mayores practicantes.
Actualmente en Mexico hay una regresion historica, los años de lucha por la independencia territorial y social revolucionaria parece retroceder al encumbrarse el pensamiento retrograda del colonialismo y la traicion. Estos factores ponen en peligro a la naciente nacion mexicana a pasos agigantados. De ahi que figuras completamente antiteticas sean la manifestacion de nuestros dias. Dentro de estas figuras vemos a traidores y nacionalistas como fecal y AMLO en pugna permanente dandole a Mexico el conocimiento perfecto de las practicas politicas, educativas y religiosas en la integracion de su individualidad y socializacion.
Dentro del paso del tiempo de vida de la humanidad debemos ser claros en la escritura de la historia y como esta llega a falsearse por las clases dominantes. Es en este aspecto donde la resistencia civil y pacifica debe centrar su quehacer, la resistencia al discurso de la derecha, de los parasitos sociales como benefactores, en claro ejemplo el robo por medio de la ley, de la garantias individuales y del trabajo, y por otro del discurso religioso de sometimiento y humildad muy bien representado por Perverto Rivera cuya educacion servil a un imperio decadente y arcaico, el imperio de las conciencias y el poder material de las limosnas y las indulgencias, el vaticano.
Un factor que limita el crecimiento individual y social de la poblacion mexicana es el acaparamiento del capital reflejado en la falta de empleo, educacion y salud. Este acaparamiento se a dado por el constante robo de las divisas petroleras, el robo ciclico de los capitales hacendarios, recuerdense los rescates bancarios con recursos federales y obreros y la venta de estos mismos bancos a elites extranjeras por medio de la compra de las voluntades politicas corruptas, el robo de los recursos naturales para educacion y salud por parte de lideres charros y la venta de paraestatales a precios irrisorios, logrando con ello precarizar el trabajo de la poblacion mexicana a favor del gran capital internacional.
Quien no crea en los nacionalismos sera porque a sido penetrado por la ideologia imperial de las trasnacionales y de los Estados Unidos. Los nacionalismos deben conservarse como parte fundamental de la identidad de los pueblos y sus recursos conquistados. Sin embargo las batallas que lucha el imperio, las hace de manera ideologica en guerras de baja intensidad o militarmente apoyado en los mismos cuerpos militares nacionales aun con los ejercitos propios para la defensa de los pueblos, llegando con ello la traicion a la maxima expresion. Asi las batallas ideologicas por los medios actuales falsimedia muestran un rostro por demas terrorifico, despiadado y cruel, con la figura misma del cielo, siguiendo la escuela religiosa de milenios y las enseñanzas nazis de comunicacion pulidas durante la segunda guerra mundial, por ello el silencio permanente a los ultrajes de gobiernos locales y federales a la poblacion indefensa desde hace cuatro decadas.
El pensamiento ideologico de la derecha se mantiene y se alimenta de la intelectualidad burguesa, esta intelectualidad en Mexico se a disfrazado del discurso izquierdista camaleonicamente y asi misma se autonombra benefactora de la sociedad, esta postura bien acomodada es herencia del discurso revolucionario, pero hoy esta intelectualidad se quita la mascara con la cobardia propia de los cortesanos. Asi es la intelectualidad mexicana, complice de los ultrajes a la poblacion y la busqueda de su manutencion aburguesada y parasita le hace guardar silencio.
La pobreza a crecido en Mexico. Millones de compatriotas son expulsados poniendo su vida en peligro en los desiertos de Arizona, el campo esta olvidado, la industria estancada. La idea de pobreza se conserva gracias al discurso izquierdista y la religion.

lunes, abril 16, 2007

México mutilado

Francisco Martín Moreno

A mediados del siglo XIX, México era el segundo país más grande del mundo. Las ambiciones estadounidenses propiciaron una guerra de invasión a México para anexar parte de su territorio con la riqueza que se encontraba en él. Desde entonces, la intervención norteamericana de 1846 dejó una cicatriz rencorosa en el corazón de todos los mexicanos.

¿Cómo pudo perderse tan vasta extensión? ¿Cómo es que un puñado de militares conquistó dos millones de kilómetros cuadrados para su país? La respuesta no sólo está en la ambición expansionista que desde entonces distinguía al vecino país del norte, sino en un hombre: Antonio López de Santa Anna, un auténtico seductor de multitudes que, en colaboración con las altas esferas eclesiásticas de entonces y en contubernio con las autoridades norteamericanas, dejó a México atado de manos para que los norteamericanos se pasearan por todo el territorio, y se apropiaran de buena parte de él.

Dice el autor, en una entrevista de televisión en el canal 52 de México con los periodistas Carmen Aristegui y Javier Solórzano el pasado mes de diciembre, que su impulso para escribir este libro fue una inquietud que tenía desde que cursaba sus estudios primarios, cuando le enseñaron que los estadounidenses nos habían robado la mitad de nuestro país. Desde entonces se quedó con una intranquilidad que siempre lo persiguió.

El historiador comentó que la historia de México oficial hay que tomarla con reservas porque, como toda historia, la escribieron los vencedores. Fue redactada en buena parte por representantes del clero católico que, con tal de impedir que se divulgaran sus infamias, nos ocultaron la verdad.

Francisco Martín Moreno indicó que la investigación histórica para su libro le llevó ocho años, pero se sorprendió cuando lo terminó en tan sólo cuatro meses. Esa rapidez se la atribuye al coraje e irritación que le provocó el ir desnudando cada vez más una historia de absurdos, en la cual Antonio López de Santa Anna intervino de manera lacerante.

El autor dijo que se llenó de rabia al descubrir que Santa Anna mandó a Estados Unidos a Alejandro Atocha como embajador, para conferenciar con el presidente de Estados Unidos, para indicarle cómo ganar la guerra en dólares. También dijo que se llenó de indignación al saber que la Iglesia Católica entregó nuestro país a cambio de que se respetara su gigantesco patrimonio y organizó la rebelión de los “polkos”

Cuando el autor leyó el diario del presidente norteamericano James K. Polk, donde comenta que como jefe de la Casa Blanca recibió a Alejandro Atocha de parte de Santa Anna, quien le pidió 30 millones de dólares a cambio de perder la guerra y entregar definitivamente Texas, Nuevo México y California, no le quedó duda de que Santa Anna era un terrible traidor.

Al leer México Mutilado, descubrimos a un Antonio López de Santa Anna Pérez de Lebrón como un fervoroso imperialista, un fanático republicano un convencido federalista, un irreductible centralista, un apasionado juarista, un feroz antijuarista, un arrebatado monárquico, un iluminado clerical, un disimulado jacobino, un fecundo liberal y un conservador extremista, un gran traidor con cara, a veces, de patriota, un millonario y miserable, poderoso y perseguido, héroe y villano: en fin, un político mexicano, defensor de cualquier corriente política a la que se adaptaría en el momento más preciso.

Santa Anna hizo todo lo posible por perder todas las batallas. ¿Por qué teniendo de rodillas a Taylor en la angostura, Santa Anna abandonó al otro día el campo de batalla, cuando sólo faltaba darle al enemigo, casi rendido, un sonoro tiro de gracia? ¿Por qué en la batalla de Cerro Gordo hace caso omiso a las recomendaciones de sus generales y prácticamente entrega al enemigo las topas mexicanas? ¿Qué nos esperaba a los mexicanos peleando contra un ejército poderoso y un traidor al frente de las fuerzas nacionales?

El lector norteamericano se sorprenderá al leer las discusiones de la cámara de representantes, cuando los miembros abolicionistas estaban en contra de la anexión de Texas, ya que sus pobladores estaban a favor de la esclavitud. También se sorprenderá al saber que cuando México se encontraba derrotado, la Unión Americana pudo haber anexado no sólo a Texas, Nuevo México y California y establecer su frontera en los límites del río Bravo, sino que se pudo haber quedado con todo México como Walker, el secretario del tesoro durante la presidencia de James K. Polk, lo sugería. Sin embargo, la tesis de All México no prosperó en la cámara de representantes ¿Por qué? La pregunta puede responderse con una sola palabra: racismo. El congreso rechaza la anexión de todo México porque, a decir de los representantes, el ingreso de más territorios implicaría absorber gente de otras razas. Dijeron que el mestizaje era un atraso. También dijeron: “Apartémonos de la toxicidad. Si no anexamos a todo ese país es por los millones de indios que todavía existen ahí. ¿Vamos acaso a matarlos a todos tal y como lo hicimos con los cherokees, los apaches, los sioux y los comanches? ¡Nos condenaríamos! Dicho de otra manera, si México no desaparece de la geografía, es en razón de sus indios. No los deseamos. Los despreciamos. Quedémonos nada más con los grandes territorios casi despoblados desde la aparición del hombre sobre la faz de la tierra…” (p. 530)

¿Quién les diría a esos norteamericanos que la raza blanca y caucásica sería minoría en esos mismos territorios hoy en día? ¿Cuántos norteamericanos conocen lo que escribió Ulises S. Grant, presidente de Estados Unidos (1869-1876) en sus memorias?: “Yo no creo que jamás haya habido una guerra más injusta que la que los Estados Unidos hicieron a México. Me avergüenzo de mi país al recordar aquella invasión. Nunca me he perdonado el haber participado en ella…” (p. 439)

Una vez terminada la guerra un periódico norteamericano publicó en su primera plana: “La derrota de México nos conducirá a una guerra civil entre estados abolicionistas y esclavistas. Nuestro país estallará en mil astillas en una pavorosa conflagración racial originada por la anexión de los territorios propiedad de nuestro vecino del sur. James K. Polk, el mendaz, un hombre en el que nadie debe creer… Él nos mintió e inició una guerra innecesaria e inconstitucional. Ahora todas las naciones pensarán que a Estados Unidos lo mueve un sentimiento de rapacidad. Nosotros y no él, pagaremos las consecuencias externas e internas…” (p. 523)

Por otra parte, los mexicanos que leemos el libro de Francisco Martín Moreno, llegamos a la terrible conclusión de que no fuimos derrotados como nación ya que no éramos una nación. Éramos sólo un amasijo de territorios sin una verdadera conciencia nacional, gobernados por un “Napoleón de opereta” llamado Antonio López de Santa Anna. En México existían muchos traidores que soñaban con ser gobernados por un príncipe extranjero como finalmente sucedió con Maximiliano. Existía un clero capaz de vender indulgencias al mejor postor y convencer a los fieles de que era preferible ser gobernado por los norteamericanos ya que ellos prometieron respetar los bienes eclesiásticos, que en aquel entonces formaban más de la mitad de la riqueza de México.

Faltarían muchas guerras internas y externas para consolidarnos como una nación, tendríamos que terminar con el gobierno de Maximiliano y derrotar a los franceses en la batalla del 5 de mayo para empezar a sentirnos como mexicanos. La Revolución Mexicana nos dio unidad y conciencia de país, ya no fuimos más los del norte o los del sur, sino un solo México.

México Mutilado es un grito de denuncia, de rabia, de impotencia ¿Por qué los mexicanos hemos hablado tan escasamente de la guerra de 1836 contra los Estados Unidos?

¿Cómo explicar la recepción popular brindada a Winfield Scott, el victorioso general norteamericano, cuando llegó hasta la plaza de la constitución entre vítores y aplausos provenientes de los balcones repletos de aristócratas mexicanos? ¿Cómo explicar a un pueblo predominantemente católico que la iglesia de entonces estuvo aliada a nuestros invasores porque los militares norteamericanos le garantizaron no atentar contra sus bienes ni contra el ejercicio del culto a cambio de que convencieran a los feligreses mexicanos de las ventajas de la rendición incondicional? ¿Acaso hoy, a casi 160 años, los mexicanos somos más unidos, más cultos, más preparados y hemos disminuido la distancia que nos separa de Estados Unidos? Quien no conoce su historia está condenado a repetirla.



http://flan.utsa.edu/labrapalabra/no3/resena.html