sábado, diciembre 22, 2007

Golpes de Estado con suavidad y disimulo

La Albert Einstein Institution: no violencia según la CIA
por Thierry Meyssan*
La no violencia como técnica de acción política puede ser utilizada con cualquier fin. En los años 80, la OTAN se interesó por su posible uso para organizar la resistencia en Europa después de una invasión del Ejército Rojo.
Hace quince años que la CIA la utiliza para derrocar gobiernos recalcitrantes sin provocar la indignación internacional. Para ello dispone de una vitrina ideológica: la Albert Einstein Institution del filósofo Gene Sharp. La Red Voltaire revela la sorprendente actividad de esta oficina, de Lituania a Serbia pasando por Venezuela y Ucrania.

Desconocido para el público, Gene Sharp elaboró una teoría sobre la no violencia como arma política. Por cuenta de la OTAN y más tarde de la CIA, formó a los líderes de los golpes de Estado suave de los últimos quince años.
Desde los años 50, Gene Sharp estudió la teoría de la desobediencia civil de Henry D. Thoreau y Mohandas K. Gandhi. Para estos autores, la obediencia y la desobediencia son cuestiones morales o religiosas antes que políticas. Ambos oponen una ley superior a un orden civil.

Sin embargo, la práctica de sus convicciones tuvo consecuencias políticas, de manera que lo que consideraban como un fin en sí puede ser percibido como un medio. La desobediencia civil puede ser considerada entonces como una técnica de acción política, incluso militar.
En 1983, Gene Sharp crea el Programa sobre las Sanciones No Violentas en el Centro de Asuntos Internacionales de la Universidad de Harvard. Allí desarrolla investigaciones en ciencias sociales sobre el posible uso de la desobediencia civil por parte de la población de Europa occidental ante una hipotética invasión de las tropas del Pacto de Varsovia.
Simultáneamente, funda en Boston la Albert Einstein Institution con la doble misión de financiar sus investigaciones universitarias y de aplicar sus modelos a situaciones concretas. En 1985 publica una obra sobre Cómo Hacer que Europa sea Inconquistable [1] cuya edición europea incluye un prefacio de George F. Kennan, padre de la Guerra Fría.
En 1987, la asociación cuenta con subvenciones del Instituto de Estados Unidos por la Paz (U.S. Institute for Peace) y organiza seminarios para adiestrar a los aliados en la defensa mediante la desobediencia civil ante un ocupante comunista. El general Georges Fricaud-Chagnaud introduce así el concepto de «disuasión civil» en la Fundación de Estudios de la Defensa Nacional [2].
El general Edward B. Atkeson, a la sazón destacado por el ejército estadounidense ante el director de la CIA [3] , integra entonces el Instituto al dispositivo de la red stay-behind de ingerencia estadounidense en los Estados aliados.
La focalización sobre el carácter moral de los medios de acción permite evacuar todo debate sobre la legitimidad de la acción. La no violencia, que se admite como buena en sí misma y se asimila a la democracia, da un aspecto presentable a acciones secretas intrínsecamente antidemocráticas.
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Gene Sharp
Es en 1989 cuando se produce el despegue de la Albert Einstein Institution. Gene Sharp prodiga entonces sus consejos a movimientos anticomunistas. Participa en el establecimiento de la Alianza Democrática de Birmania -una coalición de notables anticomunistas que logra rápidamente entrar al gobierno militar-, y del Partido Progresista Democrático de Taiwán -que milita por la independencia de la isla ante la China comunista, mientras que Estados Unidos se opone oficialmente a ella.
También unifica los diferentes grupos tibetanos de oposición en torno al Dalai Lama. Trata, además, de formar dentro de la OLP un grupo de disidentes capaz de llevar a los nacionalistas palestinos a renunciar al terrorismo [4], les procura una formación secreta en la embajada de Estados Unidos en Tel Aviv, en contacto con el coronel Reuven Gal [5], director de Acción Sicológica dentro de las fuerzas armadas israelíes.
Al darse cuenta del potencial que representa la Albert Einstein Institution, la CIA destaca ante ella a un especialista en acción clandestina, el coronel Robert Helvey, decano por aquel entonces de la Escuela de Formación de Agregados Militares de Embajadas.
«Bob» introduce a Gene Sharp en Birmania para que dé una formación ideológica a la oposición sobre la premisa de una oposición no violenta a la junta militar más sanguinaria del mundo, o sea criticar su falta de visión sin poner el sistema en tela de juicio.

Helvey hace así una selección entre los «buenos» opositores y los «malos» en un momento crítico para Washington: la verdadera oposición, dirigida por la señora Suu Kyi, marca puntos constantemente y representa una amenaza para el régimen pro estadounidense.
«Bob» hace su trabajo con facilidad, sobre todo porque conoce personalmente a todos los protagonistas por haber sido él mismo agregado militar en Rangún de 1983 a 1985 y haber participado en la estructuración de la dictadura. Jugando un doble juego, el coronel Helvey dirige simultáneamente una acción de apoyo militar clásico a la resistencia Karen: al armar y controlar una guerrilla limitada, Washington desea, en efecto, conservar un medio de presión sobre la junta militar.
Siempre presente, a partir de entonces, allí donde estén en juego los intereses estadounidenses, Gene Sharp y su asistente Bruce Jenkins llegan a Pekín en junio de 1989, dos semanas antes de los sucesos de Tiananmen. Ambos serán rápidamente expulsados por las autoridades chinas.
En febrero de 1990, la Albert Einstein Institution organiza una Conferencia sobre las Sanciones No Violentas que reúne a 185 especialistas de 16 países alrededor de los coroneles Robert Helvey y Reuven Gal. Nace así el principio de una internacional de la lucha anticomunista que movilice las poblaciones en una acción no violenta.
El profesor Thomas Schelling [6], célebre economista y también consultante de la CIA, se une al Consejo Administrativo de la Institution. El presupuesto oficial de esta sigue siendo estable aunque en realidad dispone de abundante financiamiento proveniente del International Republican Institute (IRI), una de las cuatro ramas de la National Endowment for Democracy (NED/CIA) [7].
Al mismo tiempo, los países bálticos proclaman su independencia. Al cabo de una prueba de fuerza con Mijail Gorbatchov, aceptan posponer la decisión por dos o tres años para dar tiempo a negociar los términos. Sin más espera, Gene Sharp y su equipo viajan a Suecia en octubre de 1990 y preparan allí a varios políticos lituanos para que organicen una resistencia popular al Ejército Rojo.
Meses más tarde, en mayo 1991, cuando estalla la crisis y Gorbatchov despliega sus fuerzas especiales, Gene Sharp sirve de consejero al partido separatista Sajudis (Grupo de Iniciativa por la Perestroika). Durante la crisis, Sharp se mantiene cerca de Vytautas Landsbergis.
En junio de 1992, el ministro de Defensa de la Lituania independiente, Audrius Butkevicius, organiza un simposio de homenaje a la acción decisiva de la Albert Einstein Institution durante el proceso de independencia de los países bálticos.
Cuando Estados Unidos comienza su rearme, en 1998 [8], la Albert Einstein Institution se convierte en un instrumento más de una estrategia expansionista. Provee ideología y técnica a Otpor («Resistencia»), un grupo de jóvenes opositores al presidente Slobodan Milosevic.
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A la izquierda, Srdja Popovic, líder serbio del movimiento Otpor. Al centro, Gene Sharp y Robert Helvey.
Simultáneamente interviene en la provincia de Kosovo para orientar al LDK de Ibrahim Rugova. Rugova resulta inútil para la política de Washington durante la guerra de Kosovo, pero Otpor aparece rápidamente como una alternativa para derrocar a Milosevic, a la sazón más popular que nunca después de haber resistido a la OTAN.
El coronel Helvey forma a los cuadros de Otpor durante seminarios organizados en el hotel Hilton de Budapest. Los dólares corren a mares con tal de acabar con el último gobierno comunista de Europa. El encargado de dirigir localmente la operación es el agente Paul B. McCarthy, discretamente instalado en el hotel Moskva de Belgrado hasta que Milosevic dimite en octubre del 2000.
En septiembre de 2002, Gene Sharp se encuentra en La Haya para adiestrar a los miembros del Iraqi National Council que se preparan para regresar a Irak en la estela del ejército estadounidense.
En septiembre de 2003 es también la Albert Einstein Institution quien aconseja a la oposición poner en tela de juicio el resultado de las elecciones y organizar manifestaciones hasta obtener la renuncia de Eduard Shevarnadze [9], durante la «revolución» de las rosas, en Georgia.
Cuando el golpe de Estado fomentado por la CIA fracasa en Venezuela, en abril de 2002, el Departamento de Estado recurre también a la Albert Einstein Intitution. Esta aconseja a los dueños de empresas durante la organización del referéndum revocatorio contra el presidente Hugo Chávez. Gene Sharp y su equipo guían a los dirigentes de Súmate durante las manifestaciones de agosto de 2004.
Siguiendo una técnica que ya se ha hecho clásica, estos últimos lanzan acusaciones de fraude electoral y exigen la salida del presidente. Logran sacar a la calle a la burguesía de Caracas, pero el apoyo popular al gobierno de Chávez es demasiado fuerte para permitir que sea derrocado. En definitiva, los observadores internacionales no pueden hacer otra cosa que reconocer la legalidad de la victoria de Hugo Chávez.
Gene Sharp fracasa en Bielorrusia y Zimbabwe al no haber podido reclutar y adoctrinar a tiempo la cantidad de manifestantes necesaria. Durante la «revolución» naranja, en noviembre de 2004 [10], volvemos a encontrar en Kiev al coronel Robert Helvey.
Finalmente, es de destacar que la Albert Einstein Institution ha comenzado a adiestrar agitadores iraníes.
Y ¿por qué «Albert Eistein»? Se trata de un nombre que sirve para evitar las sospechas. El primer libro de Gene Sharp sobre el estudio de los métodos de Gandhi, comienza por un prefacio firmado por Albert Einstein. Pero, la obra fue redactada en 1960, cinco años después de la muerte del sabio.
Por consiguiente, Albert Einstein no escribió el texto para la obra de Sharp. Este último no hizo que reproducir en su libro un artículo del científico sobre la no violencia.
Thierry Meyssan
Periodista y escritor, presidente de la Red Voltaire con sede en París, Francia.


[1] Making Europe Unconquerable: The Potential of Civilian-based Deterrence and Defense. Ediciones Taylor & Francis, Londres, 1985. Segunda edición con prefacio de George F. Kennan, Ediciones Ballinger, Massachusetts, 1986.
[2] El general Georges Fricaud Chagnaud había sido agregado militar de la embajada de Francia en Washington y, más tarde, jefe de la misión militar francesa en la OTAN.
[3] El general Edward B. Atkeson es actualmente experto en el CSIS y administrador de la Association of Former Intelligence Officers (AFIO).
[4] Mubarak Awad, uno de los agentes que formó Sharp, dirige actualmente (en enero de 2005) la ayuda estadounidense enviada a Indonesia después del tsunami.
[5] El coronel Reuven Gal es actualmente jefe adjunto del Consejo Nacional de Seguridad de Israel, encargado de modelar la sociedad palestina, texto en francés.
[6] En marzo de 2004, Thomas Schelling es uno de los redactores del Consenso de Copenhague. Elaborado bajo los auspicios de The Economist, este documento apunta a poner en tela de juicio el Programa del Milenio trazado por la ONU así como el Protocolo de Kyoto. El señor Schelling desarrolló un modelo teórico según el cual el crecimiento económico es la mejor forma de lucha contra el calentamiento global porque debe permitir, con el tiempo, la obtención de las técnicas que necesarias para la solución del problema.
[7] «Las redes de la injerencia «democrática» por Thierry Meyssan, Voltaire, 21 de noviembre de 2004.
[8] En 1998, el Congreso impone al presidente Clinton una política de rearme a pesar de la ausencia de enemigo.
[9] Ver «Les dessous du coup d’État en Géorgie» (Las cosas ocultas del golpe de estado en Georgia) texto en francés, por Paul Labarique, Voltaire, 7 de enero de 2004.
[10] Ver: «Moscú y Washington se enfrentan en Ucrania» por Emilia Nazarenko, Voltaire, 1ero de noviembre de 2004. Este artículo, publicado por la Red Voltaire antes de la primera parte de la elección presidencial, describe la organización del movimiento supuestamente espontáneo de las semanas siguientes.


EL ASESINATO DE ACTEAL Y LAS BATALLAS CONTRA EL PODER

Pedro Echeverría V.

Este 22 de diciembre se cumplirá el décimo aniversario del asesinato de 45 indígenas en la población de Acteal, Chiapas y a los pocos días, el primero de enero, se conmemorará el 14 aniversario del levantamiento zapatista del EZLN y su presencia pública en San Cristóbal de las Casas aquel primer día de 1994. El levantamiento nos reanimó en la izquierda a quienes nos sentíamos derrotados por el gobierno de Salinas después de la firma del TLC y el “destape” de Colosio como candidato presidencial; asimismo despertó a todos aquellos políticos que ese mismo gobierno había logrado adormecer con su discurso de “liberalismo social” y de ubicación de México en el “primer mundo”. Salinas se retiró del gobierno como un asesino, ladrón y represor; le entregó el poder a Ernesto Zedillo quien (al asumir el cargo con una enorme inexperiencia) buscó destruir al EZLN por todos los medios. En ese contexto se encuentra la matanza de Acteal.

2. Se han dado varias interpretaciones sobre este asesinato, siempre de acuerdo a los intereses económicos y políticos de quienes las han expresado. Los familiares de los asesinados, los indígenas y los trabajadores de Acteal, el EZLN, etcétera, tienen las pruebas y la convicción de que fue un crimen de Estado y que quienes deben estar en la cárcel son los asesinos intelectuales (entre ellos Zedillo) no los indígenas presos que fueron los “chivos expiatorios” o ejecutores de mano pagados por el gobierno y el PRI.
Sin embargo seguirán saliendo otras versiones que, para pagar favores, buscan limpiar la imagen de Zedillo y del ejército. El intelectual Aguilar Camín, que ahora busca limpiar el nombre de Zedillo, así como casi todos los de su revista Nexos, siempre declararon ser enemigos del zapatismo, al mismo tiempo que el gobierno de Zedillo los subsidiaba con cargos de gobierno, trabajos especiales y subsidios.

3. Acteal sólo fue un asesinato colectivo más que (obviamente) nunca debió darse. Sin embargo en Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Hidalgo, Michoacán, también se han registrado decenas de asesinatos de indígenas y campesinos que tampoco se han investigado y siguen cubriéndose con la gruesa lona del silencio. Acteal no podrá olvidarse, pero tampoco los estudiantes asesinados en Tlatelolco, los guerrilleros urbanos de la guerra sucia, los campesinos de Los Charcos, los guerrilleros de Genaro y Lucio, los asesinados de la APPO en Oaxaca, los de la Siderúrgica y miles y miles que no fueron los primeros ni serán los últimos. El poder, cualquier poder, para mantener su dominio reprime, encarcela, asesina a sus enemigos y opositores. Si contáramos por el número de asesinados, el yanqui Bush ocuparía un primerísimo lugar seguido por los gobernantes de Israel, Inglaterra, España. ¿Recuerdan a los GAL de Felipe González?

4. En los EEUU, además de los multihomicidas gobernantes, muchos niños, adultos, adolescentes, asesinan por antojo, por simple locura o por religión en escuelas iglesias o clubes. En los países altamente desarrollados que generalmente aparecen como “campeones de la libertad y la democracia”, los asesinatos masivos están a la orden del día. ¿Qué podíamos esperar de gobiernos como los de Salinas y Zedillo que veían crecer rápidamente una oposición de izquierda en las ciudades y desde 1994 un levantamiento indígena donde menos lo imaginaban? Salinas y Zedillo lograron incorporar a cientos de jóvenes en programas sociales que en un tiempo militaron en la izquierda, sobre todo en el Partido Comunista, corrientes maoístas y trotskistas, los usaron incluso como estrategas en el campo, en programas de solidaridad y del medio ambiente. Pero los sectores incontrolables recibieron siempre represión, como pasó en Acteal.

5. A dos meses de haber tomado posesión Zedillo de la Presidencia, en febrero de 1995 le preparó una trampa al líder del EZLN; idéntica a la que le tendieron en 1919 a Emiliano Zapata por el presidente Venustiano Carranza en el estado de Morelos. En aquellos años Zapata, Francisco Villa y Carranza representaban los tres liderazgos más importantes de la revolución de 1910/17. Zapata y Villa habían establecido en 1914, en la Convención Aguascalientes, una alianza contra Carranza y los burgueses que lo rodeaban. Pero en los siguientes años los carrancistas despedazaron militarmente el villismo hasta rendirlo para luego pasar a eliminar al zapatismo, a quienes nunca pudieron derrotar por las armas por contar con el apoyo de indígenas y campesinos. Entonces Carranza recurrió a la simulación, al engaño, a la traición, a la emboscada y al asesinato de Zapata y acompañantes. Esto también se preparó contra el sub Marcos.

6. También Villa fue asesinado en una emboscada tendida por el gobierno de Obregón en 1923, en la que murieron acribillados él y sus acompañantes en una ciudad norteña y un año antes, en 1922, Ricardo Flores Magón (el periodista, revolucionario y anarquista más importante de México) fue asesinado en las cárceles norteamericanas por órdenes del mismo gobierno obregonista. Así han muerto y se busca matar a los luchadores sociales de auténtica oposición, así como murieron los indígenas de Acteal y de otros lugares de México. No importa si se está rezando, estudiando, trabajando o protestando. Cuando el poder decide eliminar a sus opositores y da las órdenes a las fuerzas represivas ya nada lo puede evitar. ¿No se recuerda acaso el 10 de junio de 1971 cuando los jóvenes paramilitares, “los halcones”, recibieron las órdenes de golpear y disparar sobre los estudiantes que se manifestaban aquel día de corpus en la ciudad de México?

7. Pero Acteal, aunque no fue el primero ni el último asesinato en masa no debe repetirse ni olvidarse. Para que no se repita debemos luchar contra todo tipo de poder capitalista: poder económico, político, intelectual, religioso, de género, de padres, etcétera. El poder siempre buscará eliminar a quienes se le oponen o simplemente son sus críticos. No basta con protestar contra los asesinatos, en indispensable organizarse desde abajo para acabar con el poder o por lo menos debilitarlo. Zedillo debe ir a la cárcel por Acteal y otros asesinatos, pero también deberían estar allí los demás mandatarios del mundo. Pero ello, como dirían por ahí, es “un sueño guajiro”. Para remediar mucho de nuestros problemas y asesinatos necesitamos a un pueblo con alto nivel de conciencia política, dispuesto a luchar donde se encuentre contra todas las formas de poder. Es una batalla que durará muchísimas décadas, pero hay que empezarla
.


pedroe@cablered.net.mx

domingo, diciembre 02, 2007

MÉXICO: La Cia y el narco imlicados como en los 80s

SEGUN NARCONEWS
El piloto del avión narco de Cancún trabajó con el FBI y la CIA

POR JEAN-GUY ALLARD

Gregory D. Smith, el piloto del avión que usó la CIA entre Europa y Guantánamo, y que se desplomó cerca de Cancún el lunes 24 de septiembre con un cargamento de cocaína, es el mismo Greg Smith, un piloto de confianza del FBI y de la CIA que hizo múltiples vuelos, entre 1999 y el 2002, para transportar a traficantes colombianos, sospecha Narconews, el sitio web norteamericano especializado en temas de narcotráfico.

El aparato modelo Grumman Gulf Stream II, que se precipitó a tierra en una selvática zona de la
península de Yucatán, México, con un cargamento de 4 toneladas de cocaína y heroína, fue utilizado varias veces en los últimos años, en distintas ocasiones, por la CIA para el traslado de prisioneros hacia y desde el campo de interrogatorio norteamericano de Guantánamo.

El misterioso suceso, no sin recordar las grandes operaciones de tráfico atribuidas a la CIA en los años 80, surge en el momento de una sangrienta guerra entre narcotraficantes cubanoamericanos que se apoderaron del jugoso negocio de la emigración ilegal de cubanos, en Yucatán.

Las autoridades mexicanas arrestaron al piloto del jet, ahora identificado como Greg Smith, uno días después del crash, a unos cinco kilómetros del lugar y el copiloto al día siguiente.

El lujoso Gulf Stream II fue comprado en agosto último a una firma de Nueva York, propiedad de un tal William Achenbaum, por una firma de la Florida llamada Donna Blue Aircraft, en mano de dos brasileños, Joao Luiz Malago y Eduardo Dias Guimaraes. Malago y Dias Guimaraes afirmaron haber vendido el aparato el 16 de septiembre a dos pilotos de la Florida, Greg Smith y
un tal Clyde O'Connor, quienes pagaron dos millones de dólares al cash.

Dos días después de la compra, el avión salía de Fort Lauderdale, Florida, hacia Cancún, México, y luego rumbo al aeropuerto José María Córdoba, de Río Negro, Colombia, ubicado a unos kilómetros de Medellín, para entonces regresar a Cancún.

UN TESTIGO COLOMBIANO CONFIRMA

Al investigar el caso, NarcoNews ubicó a un piloto llamado Greg Smith vinculado a la CIA y el FBI, gracias a Baruch Vega, un colaborador colombiano de estas agencias norteamericanas y de la DEA que les está ahora demandando, ante un tribunal federal de Washington, por no haberle pagado algunas operaciones a las cuales participó entre 1997 y el 2000.

Vega fue utilizado por agentes corruptos del gobierno norteamericano, en una verdadera operación de estafa, para contactar con narcotraficantes colombianos y convencerles de "negociar" su caso con la justicia norteamericana antes de su posterior arresto y extradición, al fin de beneficiarse de una condena complaciente.

El informante denuncia, en su demanda, que sus interlocutores norteamericanos no solo no respetaron lo convenido en términos de remuneración de sus servicios sino que pusieron su vida y las de varios de sus contactos en peligro.

En tales circunstancias, Vega viajo en unas 30 oportunidades entre el Sur de la Florida y Colombia entre 1997 y el 2000, en un jet privado. En estos vuelos lo acompañaron agentes del FBI y de la DEA y, en ciertos de ellos, narcotraficantes colombianos en proceso de rendición.

Vega afirma que el principal piloto de estos vuelos "especiales" fue Greg Smith.

DE REPENTE, MIAMI CONFIRMA

Dos meses después de los acontecimientos, El Nuevo Herald que observó durante este periodo un sospechoso silencio, confirmaba este jueves 29 de noviembre que el jet ejecutivo que el gobierno de Estados Unidos usó
durante año "para extraditar delincuentes desde Colombia y talibanes desde Europa a la base de
Guantánamo" es "el mismo que hace dos meses se precipitó a tierra en una selvática zona de la
península de Yucatán" con un cargamento de cocaína cargada en Medellín.

Según el periódico, conocido por la calidad de sus relaciones con los círculos narcoterroristas de Miami, el avión era célebre en Colombia por transportar a Estados Unidos a narcotraficantes colombianos extraditados que negociaron su suerte con la justicia estadounidense "y algunos de ellos ya están libres".

Lo que confirma las afirmaciones de Vega, el testigo
de NarcoNews.

En una versión algo equivoca de los acontecimientos, el Herald afirma que cuatro horas después de haber partido del territorio colombiano, el avión "fue interceptado por un piquete de helicópteros de la Fuerza Aérea de México, FAM, cuando volaba ilegalmente sobre la península de Yucatán".

"Las naves de la FAM le hicieron disparos intimidatorios para obligarlo a aterrizar y el Gluf
Stream II se precipitó a tierra", precisa el rotativo miamense.

El diario ¡Por Esto!, de Yucatán, fue el primero en alertar que este mismo aparato aparece en listas de vuelos secretos de la CIA establecidas por una comisión de la Unión Europea, del 2003 hasta el 2005, en el intenso movimiento de aeronaves manejados por la inteligencia norteamericana para el traslado de presos, a menudo secuestrados ilegalmente, entre varios países.

El lavado de cerebros en libertad es más eficaz que en las dictaduras

Entrevista a Noam Chomsky

Daniel Mermet
Le Monde Diplomatique


El escritor Noam Chomsky de los EEUU habla de los mecanismos detrás de la comunicación moderna, un instrumento esencial de gobierno en los países democráticos, tan importantes para nuestros gobiernos como la propaganda es a una dictadura.

DM: Empecemos por el asunto de los medios de comunicación. En Francia, en mayo del 2005, con ocasión del referéndum sobre el tratado de la Constitución Europea, la mayor parte de órganos de prensa eran partidarios del "sí", y sin embargo 55% de los franceses votaron por el "no". Luego, la potencia de manipulación de los medios no parece absoluta. ¿Ese voto de los ciudadanos representaría también un "no" a los medios?

NC: El trabajo sobre la manipulación mediática o la manufactura del consentimiento hecho por Edgard Herman y yo no aborda la cuestión de los efectos de los medios en el público[1]. Es un asunto complicado, pero las pocas investigaciones que profundizan en el tema sugieren que, en realidad, la influencia de los medios es más importante en la fracción de la población más educada. La masa de la opinión pública parece menos tributaria del discurso de los medios.

Tomemos, por ejemplo, la eventualidad de una guerra contra Irán: 75% de los norteamericanos estiman que Estados Unidos debería poner fin a sus amenazas militares y privilegiar la búsqueda de un acuerdo por vías diplomáticas. Encuestas llevadas a cabo por institutos occidentales sugieren que la opinión pública iraní y la de Estados Unidos convergen también en algunos aspectos de la cuestión nuclear: la aplastante mayoría de la población de los dos países estima que la zona que se extiende de Israel a Irán debería estar completamente despejada de artefactos de guerra nuclear, comprendidos los que poseen las tropas norteamericanas de la región. Ahora bien, para encontrar este tipo de información en los medios, es necesario buscar mucho tiempo.

En cuanto a los principales partidos políticos de los dos países, ninguno defiende este punto de vista. Si Irán y Estados Unidos fueran auténticas democracias en cuyo interior la mayoría determinara realmente las políticas públicas, el diferendo actual sobre lo nuclear ya estaría sin duda resuelto. Hay otros casos así.

En lo que se refiere, por ejemplo, al presupuesto federal de Estados Unidos, la mayoría de norteamericanos desean una reducción de los gastos militares y un aumento, por el contrario, en los gastos sociales, créditos otorgados a las Naciones Unidas, ayuda económica y humanitaria internacional, y por último, la anulación de las bajas de impuestos decididas por el presidente George W. Bush a favor de los contribuyentes más ricos.

En todos estos asuntos la política de la Casa Blanca es totalmente contraria a los reclamos de la opinión pública. Pero las encuestas que revelan esta oposición pública persistente raramente son publicadas en los medios. Es decir, a los ciudadanos se les tiene no solamente apartados de los centros de decisión política, sino también se les mantiene en la ignorancia del estado real de esta misma opinión pública.

Existe una inquietud internacional relativa al abismal "doble déficit" de Estados Unidos: el déficit comercial y el déficit presupuestal. Ahora bien, estos solo existen en estrecha relación con un tercer déficit: el déficit democrático, que no deja de ahondarse, no solamente en Estados Unidos, sino de modo más general en el conjunto del mundo occidental.

Cada vez que se le pregunta a un periodista estrella o a un presentador de un gran noticiero televisivo si sufre de presiones, si le ha pasado que lo censuren, él contesta que es completamente libre, que expresa sus propias convicciones. ¿Cómo funciona el control del pensamiento en una sociedad democrática? En lo que respecta a las dictaduras lo sabemos.

Cuando se les pregunta a los periodistas, responden inmediatamente: "Nadie me ha presionado, yo escribo lo que quiero." Es cierto. Solamente, que si tomaran posiciones contrarias a la norma dominante, ya no escribirían sus editoriales. La regla no es absoluta, desde luego; a mí mismo me sucede que me publiquen en la prensa norteamericana, Estados Unidos no es un país totalitario tampoco. Pero cualquiera que no satisfaga ciertas exigencias mínimas no tiene oportunidad alguna de alcanzar el nivel de comentador con casa propia.

Es por otra parte una de las grandes diferencias entre el sistema de propaganda de un Estado totalitario y la manera de proceder en las sociedades democráticas. Exagerando un poco, en los países totalitarios, el Estado decide la línea que se debe seguir y luego todos deben ajustarse a esta. Las sociedades democráticas operan de otro modo. La "línea" jamás es enunciada como tal, se sobreentiende. Se procede, de alguna manera, al "lavado de cerebros en libertad". E incluso los debates "apasionados" en los grandes medios se sitúan en el marco de los parámetros implícitos consentidos, los cuales tienen en sus márgenes numerosos puntos de vista contrarios.

El sistema de control de las sociedades democráticas es muy eficaz; instila la línea directriz como el aire que respira. Uno ni se percata, y se imagina a veces estar frente a un debate particularmente vigoroso. En el fondo, es mucho más rendidor que los sistemas totalitarios.

Tomemos por ejemplo el caso de Alemania a comienzos de los años 30. Tenemos tendencia a olvidarlo, pero era entonces el país más avanzado de Europa, estaba a la cabeza en materia de arte, de ciencias, de técnicas, de literatura, de filosofía. Después, en muy poco tiempo hubo un retroceso completo, y Alemania se volvió el Estado más mortífero, el más bárbaro de la historia humana.

Todo aquello se realizó destilando temor: de los bolcheviques, de los judíos, de los norteamericanos, de los gitanos, en síntesis, de todos aquellos que, según los nazis, amenazaban el corazón de la civilización europea, es decir los "herederos directos de la civilización griega". En todo caso era lo que escribía el filósofo Martin Heidegger en 1935. Ahora bien, la mayoría de medios de comunicación alemanes que bombardearon a la población con mensajes de este género usaron las técnicas de marketing puestas a punto… por los publicistas norteamericanos.

No olvidemos cómo se impone siempre una ideología. Para dominar, la violencia no basta, se necesita una justificación de otra naturaleza. Así, cuando una persona ejerce su poder sobre otra -trátese de un dictador, un colono, un burócrata, un marido o un patrón-, requiere de una ideología que la justifique, siempre la misma: esta dominación se hace "por el bien" del dominado. En otras palabras, el poder se presenta siempre como altruista, desinteresado, generoso.

Cuando la violencia de Estado no basta

En los años 30, las reglas de la propaganda nazi consistían, por ejemplo, en escoger palabras simples, repetirlas sin descanso, y asociarlas a emociones, sentimientos, temores. Cuando Hitler invadió los Sudetes (en 1938), fue invocando los objetivos más nobles y caritativos, la necesidad de una "intervención humanitaria" para impedir la "limpieza étnica" sufrida por los germanófonos y para permitir que todos pudieran vivir bajo el "ala protectora" de Alemania, con el apoyo de la potencia de más avanzada del mundo en el campo de las artes y de la cultura.

En materia de propaganda, si de cierta manera nada ha cambiado desde Atenas, ha habido por lo menos cantidad de perfeccionamientos. Los instrumentos se han afinado mucho, en particular y paradojalmente en los países más libres del mundo: el Reino Unido y Estados Unidos. Es allí, y no en otro lado, donde la industria moderna de relaciones públicas, es decir la fábrica de la opinión, o la propaganda, nació en los años 1920.

Efectivamente, esos dos países habían progresado en materia de derechos democráticos (voto de las mujeres, libertad de expresión, etcétera) a tal punto que la aspiración a la libertad ya no podía ser contenida solo por la violencia del Estado. Viraron, pues, hacia las tecnologías de la "manufactura del consentimiento". La industria de las relaciones públicas produce, en sentido literal, consentimiento, aceptación, sumisión. Controla las ideas, los pensamientos, los espíritus. En relación al totalitarismo es un gran progreso: es mucho más agradable sufrir una publicidad que encontrarse en un cuarto de torturas.

En Estados Unidos la libertad de expresión está protegida hasta un grado que me parece desconocido en cualquier país del mundo. Es muy reciente. En los años 1960 la Corte Suprema alzó la barra muy alto en materia de respeto de la libertad de palabra, lo que expresaba, según mi opinión, un principio fundamental establecido desde el siglo XVIII por los valores de la Ilustración. La posición de la Corte fue que la palabra era libre, teniendo por única limitación la participación en un acto criminal. Si, por ejemplo, cuando entro a una tienda para desvalijarla, uno de mis cómplices tiene un arma y yo le digo "¡Dispara!", ese fin no está protegido por la Constitución. Por lo demás, el motivo debe ser particularmente grave para que se cuestione la libertad de expresión. La Corte Suprema reafirmó este principio a favor del Ku Klux Klan.

En Francia, en el Reino Unido y me parece que en el resto de Europa, la libertad de expresión es definida de manera más restrictiva. Para mí, la cuestión esencial es: ¿el Estado tiene el derecho de determinar lo que es la verdad histórica y el de penar a quien se aparta de ella? Pensar en ello termina ajustándose a una práctica propiamente estalinista.

A los intelectuales franceses les cuesta admitir que esa es su inclinación. Sin embargo, en el rechazo de una aproximación así no deben haber excepciones. El Estado no debería tener medio alguno de castigar a cualquiera que pretendiese que el sol gira alrededor de la Tierra. El principio de la libertad de expresión tiene algo muy elemental: o se le defiende en el caso de opiniones que se detesta, o no se le defiende para nada. Incluso Hitler y Stalin admitían la libertad de expresión de los que compartían su punto de vista…

Yo agrego que hay algo preocupante e incluso escandaloso en discutir estos temas dos siglos después de Voltaire, quien, como se sabe, declaraba: "Yo defendería mis opiniones hasta la muerte, pero daría mi vida para que ustedes pudieran defender las suyas." Adoptar una de las doctrinas fundamentales de sus verdugos, es hacerle un triste favor a la memoria de las víctimas del holocausto.

En uno de sus libros, usted comentaba la frase de Milton Friedman: "Producir ganancias es la esencia misma de la democracia"…

A decir verdad, las dos cosas son de tal modo contrarias que ni siquiera hay comentario posible… La finalidad de la democracia es que la gente pueda decidir su propia vida y hacer las elecciones políticas que le atañen. La realización de ganancias es una patología de nuestras sociedades, adosada a estructuras particulares. En una sociedad decente, ética, esta preocupación por la ganancia sería marginal. Tomemos mi departamento universitario (en el Instituto Técnico de Massachussets MIT): algunos científicos trabajan duro para ganar mucho dinero, pero se les considera un poco como marginales, gente perturbada, casi casos patológicos. El espíritu que anima a la comunidad académica es más bien el de tratar de hacer descubrimientos por interés intelectual pero también para el bienestar de todos.

En la obra que se le dedica en las Éditions de L'Herne, Jean Ziegler escribe: "Ha habido tres totalitarismos: el totalitarismo estaliniano, nazi y ahora es Tina (iniciales de There is no alternative, no hay alternativa), propuesto por Margaret Thatcher planteando el carácter ineluctable del capitalismo neoliberal, que no es otra cosa que un posible forma de globalización). ¿Compararía usted esos tres totalitarismos?

Yo no los pondría en el mismo plano. Enfrentarse contra "Tina" es afrontar una empresa intelectual que no se puede asimilar a los campos de concentración ni al gulag. Y, de hecho, la política de Estados Unidos suscita una oposición masiva a escala planetaria. Argentina y Venezuela han expulsado al Fondo Monetario Internacional (FMI). Estados Unidos debió renunciar a lo que era la norma todavía hace veinte o treinta años: el golpe militar en América Latina. El programa económico neoliberal que se ha impuesto a la fuerza a toda América Latina en los años 1980 y 1990, hoy día es rechazado en el conjunto del continente. Se encuentra esta misma oposición contra la globalización económica a escala mundial.

El movimiento por la justicia, que está bajo los fuegos de los proyectores mediáticos durante cada Forum Social Mundial, trabaja en realidad todo el año. Es un fenómeno muy nuevo en la historia, que marca quizás el comienzo de una verdadera Internacional. Su principal caballo de batalla está en la existencia de una solución alternativa. Por otro lado, ¿qué mejor ejemplo de globalización diferente que el Forum Social Mundial? Los medios hostiles llaman a los que se oponen a la globalización neoliberal los "antimundialistas", cuando en realidad ellos combaten por otra globalización, la globalización de los pueblos.

Se puede observar el contraste entre unos y otros porque en el mismo momento, tiene lugar en Davos, el Forum Económico Mundial, que trabaja para la integración económica planetaria, pero en el único interés de los financistas, de los bancos y de los fondos de pensión. Potencias que controlan también los medios de comunicación. Es su concepción de la integración global, pero al servicio de los inversores. Los medios dominantes consideran que esta integración es la única que merece, de algún modo, la denominación oficial de globalización.

He aquí un buen ejemplo del funcionamiento de la propaganda ideológica en las sociedades democráticas. Es eficaz hasta tal punto que incluso los participantes en el Forum Social Mundial aceptan a veces el calificativo malintencionado de "antimundialistas" (o "antiglobalistas"). En Porto Alegre, intervine en el marco del Forum, y participé en la Conferencia Mundial de los Campesinos. Ellos solos representan la mayoría de la población del planeta…

A usted se le ubica en la categoría de los anarquistas o de los socialistas libertarios. En la democracia tal como usted la concibe, ¿cuál sería el lugar del Estado?

Vivimos en este mundo, no en un universo imaginario. En este mundo existen instituciones tiránicas, esas son las grandes empresas. Es lo que hay más cercano a las instituciones totalitarias. Estas no tienen, por decirlo así que rendirle cuentas al público, a la sociedad; actúan a la manera de depredadoras cuyas presas serían otras empresas. Para defenderse de ellas, las poblaciones sólo tienen un instrumento: el Estado. Ahora bien, este no es un escudo muy eficaz, pues, en general, está estrechamente ligado a los depredadores. Con una diferencia no desdeñable: mientras que, por ejemplo, General Electric no tiene que rendir cuentas, el Estado debe a veces explicarse ante la población.

Cuando la democracia se haya ensanchado al punto que los ciudadanos controlen los medios de producción y de intercambio, participen en el funcionamiento y en la dirección del marco general en el cual viven, entonces el Estado podría desaparecer poco a poco. Será reemplazado por asociaciones voluntarias situadas en los lugares de trabajo y donde vive la gente.

¿Los soviets?

Eran los soviets. Pero la primera cosa que Lenin y Trotski destruyeron inmediatamente después de la revolución de Octubre, fueron los soviets, los consejos obreros y todas las instituciones democráticas. Lenin y Trotski a este respecto fueron los peores enemigos del socialismo en el siglo XX. En tanto que marxistas ortodoxos, estimaron que una sociedad retardataria como la Rusia de su época no podía pasar directamente al socialismo antes de ser precipitada a la fuerza en la industrialización.

En 1989, al momento del hundimiento del sistema comunista, yo pensé que este hundimiento, paradójicamente, representaba una victoria par el socialismo. Pues el socialismo tal como yo lo concibo, o por lo menos lo respeto, implica el control democrático de la producción, de los intercambios y de las otras dimensiones de la existencia humana.

De todas maneras, los dos principales sistemas de propaganda se han puesto de acuerdo para decir que el sistema tiránico instituido por Lenin y Trotski, después transformado en monstruosidad política por Stalin, era el "socialismo". Los dirigentes occidentales no podían sino estar encantados por este uso absurdo y escandaloso del término que les ha permitido durante décadas difamar el socialismo auténtico.

Con idéntico entusiasmo, pero de sentido contrario, el sistema de propaganda soviético ha intentado explotar en su provecho la simpatía y el compromiso que suscitaban para muchos trabajadores los ideales socialistas auténticos.

¿No es cierto que todas las formas de autoorganización según los principios anarquistas han terminado hundiéndose?

No hay "principios anarquistas" fijos, una suerte de catecismo libertario al se le debería prestar fidelidad. El anarquismo, por lo menos como yo lo entiendo, es un movimiento del pensamiento y de la acción humanas que busca identificar las estructuras de autoridad y de dominación, pedirles que se justifiquen y, dado que son incapaces, lo que sucede con frecuencia, intentar superarlas.

Lejos de haberse "hundido" el anarquismo, el pensamiento libertario, está floreciendo. Está en la fuente de numerosos progresos reales. Formas de opresión y de injusticia que casi no se reconocían, y menos aun combatían, ya no se admiten. Es un logro, un avance para el conjunto del género humano, no un fracaso.

* Publicado en Le Monde Diplomatique - Agosto 2007
Traducción libre de Mabel Sarco para Mariátegui. La revista de las ideas