jueves, octubre 30, 2008

como funciona el megafraude

 

Súper-rescate estatal: Un negocio "privado" de los bancos que controlan la Reserva Federal
 

Equipo en crisis: Bush y detrás, desde la derecha, el presidente de la Comisión de Valores Christopher Cox, el secretario del Tesoro, Henry Paulson y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke.

A la sombra del Estado USA, el sistema bancario privado que controla la Reserva Federal está a punto de consumar un desfalco billonario con los impuestos públicos (el dinero de los contribuyentes que abonará el "mega-rescate") lo que hará que el costo de la crisis financiera privada sea pagado por todo el pueblo norteamericano.

 

IAR / redes alternativas

 

Edificio de la Reserva Federal en Nueva York

 

El Sistema de Reserva Federal es un consorcio público/privado (presentado como estatal) compuesto por una Junta de Gobernadores, el Comité Federal de Mercado Abierto, doce Bancos de Reserva Federal regionales, y una red  de bancos privados miembros.

 

Los más grandes bancos de EEUU son miembros del Banco de la Reserva de Nueva York  y, en la práctica, el Banco de la Reserva de Nueva York es la Reserva Federal, ya que los cien bancos más poderosos de EEUU se encuentran en ese distrito.

 

La Junta de Gobernadores  es una agencia gubernamental independiente, y cada uno de los bancos de la Reserva Federal es un cuasi-público (parte privada, parte del gobierno), con una red  de bancos comerciales privados en el distrito que son miembros del Sistema.

 

Como muchas de las agencias independientes, sus decisiones no tienen que ser aprobadas por el Presidente o por alguna persona de la rama ejecutiva o legislativa del gobierno.

 

Los integrantes de la Junta y su presidente (el  llamado titular de la Reserva Federal) son designados por el Presidente de EEUU y confirmados por el Senado, pero su función en la práctica está orientada -antes que nada- a servir a los intereses privados que controlan la Reserva Federal.

 

El actual presidente de la Junta de Gobernadores (Reserva Federal) es Ben Bernanke, que antes de ser designado por el Presidente de EEUU (en este caso, Bush) contó con el consenso de la red bancaria privada sionista, la que se vale del  Sistema de Reserva Federal como de una herramienta para regular y controlar la actividad monetaria y financiera imperial.

 

El Sistema de Reserva Federal fue creado el 23 de diciembre de 1913 por la Ley de Reserva Federal (Federal Reserve Act). Todos los bancos nacionales tuvieron que unirse al sistema. Y un dato clave: En junio de 1963, John Kennedy, entonces presidente de EEUU, ordenó al Departamento del Tesoro emitir el dinero del país, lo que de hecho eliminaría a la Reserva Federal en esa función. En noviembre de ese mismo año Kennedy fue asesinado.

 

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Aunque ocultado oficialmente, el problema de la propiedad privada de los bancos miembros de la Reserva Federal ha sido cuestionado varias veces en los tribunales federales, como en el caso de Lewis contra USA, que fue decidido por el 9º Circuito de la Corte de Apelaciones la que dictaminó que los bancos de la Reserva son corporaciones independientes, de propiedad privada y controladas localmente.

 

El Sistema (privado) de la Reserva Federal de EEUU es el máximo nivel de decisión y ejecución del Imperio financiero global con sede central en Wall Street por dos razones centrales:

 

A) El dólar es la moneda de cambio y de reserva internacional, y los países de todos los continentes (Europa, Asia, Latinoamérica y África) la utilizan en sus transacciones comerciales y  tienen la mayoría de sus reservas en dólares.

 

B) Un 80% de las transacciones internacionales, un 70% de las importaciones y exportaciones mundiales y la casi totalidad del comercio petrolero se realizan en dólares.

 

Esto lleva a que, en un escenario de economía mundial "dolarizada" el Sistema Reserva Federal ("privado") de EEUU (responsable de la emisión del dólar y de la regulación del mercado financiero USA ) adquiera hegemonía centralizadora de todo sistema capitalista a escala global.

 

Este es el principal punto que explica porque EEUU y el dólar (controlado por la Reserva) constituyen el "centro hegemónico" de la red  del sistema capitalista a escala planetaria.

 

 En términos reales, la Reserva Federal es un prestador de "servicios financieros" al Estado norteamericano, con cuatro funciones principales:  Emisión de moneda (dólar), fijación de tasas y regulación monetaria, prestación de dinero al Estado y regulación y control del mercado financiero.

 

 El sistema (público/privado) de la Reserva Federal provee servicios financieros (presta dinero) a las instituciones de depósito, al gobierno y a instituciones oficiales extranjeras (incluyendo la operación del sistema de pagos nacional).

 

 Mediante operaciones llamadas de "mercado abierto", la Reserva Federal autoriza a los bancos privados a intervenir  en operaciones financieras en el área de las decisiones estatales.

 

El banco JP Morgan Chase (uno de los grandes ganadores de la crisis), por ejemplo, fue autorizado para el rescate del gigante Bear Stearns, intervino en la "liquidación" del gigante Lehman Brothers, y actuó en el "rescate" (compra) de Washington Mutual (WaMu), la mayor caja de ahorro de EEUU con más de US$ 140.000 millones.

 

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Forman parte de su junta directiva, entre otros, los presidentes de la Exxon-Mobil, corporación heredera de la Standard Oil que llevó a los Rockefeller al liderazgo mundial en el sector energético; la BP-Amoco, en la cual también hay otros accionistas importantes la Honeywell (filial de General Electric); los laboratorios farmacéuticos Merck & Wyeth; la poderosa constructora de tuberías y oleoductos Bechtel; el grupo de publicaciones Hearst; Ryder Sistem; y Deer & Co.

JPMorgan Chase & Co., es una de las principales firmas de servicios financieros globales, que opera en más de 50 países. La firma tiene cinco segmentos de negocio:

-Banco de Inversiones -Gestión de Inversiones y Banca Privada -Títulos del Tesoro y Servicios de Garantía -Compañías Asociadas a JPMorgan -Servicios Financieros de Chase.

Componente del Índice Promedio Industrial Dow Jones, JPMorgan Chase tiene su sede en Nueva York, sirve a más de 30 millones de consumidores y a los más prominentes clientes de corporaciones, instituciones y gobiernos mundiales.

En la misma línea operatoria, autorizado y con aval  del Sistema de la Reserva Federal, este lunes, el conglomerado Citigroup compró las operaciones del banco Wachovia, otro de los gigantes en problemas a raíz de la crisis financiera global.

 

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Esto indica claramente que el Estado norteamericano, desde el punto de vista económico-financiero, es "nacional" en la recaudación de impuestos públicos (aportados por el conjunto de la población), y "privado" en la utilización, control y regulación de esos fondos públicos propiedad del pueblo estadounidense en su conjunto.

 

Este concepto es central para entender la manipulación deformadora (oficial y privada) que se hace cuando se presenta el "mega-salvataje" como exclusivamente "estatal".

 

En este caso, el Estado norteamericano y sus instituciones (Congreso, Tesoro, etc) solo actúan como "reguladores políticos" de un préstamo entre instituciones privadas ( la banca quebrada y  los bancos privados del Sistema de la Reserva Federal que le prestan el dinero al Estado norteamericano. 

 

Por ejemplo, cuando la Reserva Federal acude al rescate financiero de AIG por US$85 000 millones, no es una "estatización" sino un préstamo bancario (con intermediación del Estado) de una entidad privada (los bancos miembros de la Reserva) a otra (el gigante quebrado AIG). 

 

 

Bush flanqueado por Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal y Bernanke, actual presidente de la Reserva Federal..

 

En el caso de los US$ 700.000 en discusión del "súper-rescate" emprendido por la Casa Blanca y el Tesoro, se trata de una macro operación financiera en la cual los bancos (privados) que integran el Sistema de la Reserva Federal prestarán ese dinero al Estado norteamericano a tasas de interés vigentes.

 

Ese interés (esa es la trampa fraudulenta) será pagado con dinero de los impuestos públicos (el dinero de toda la ciudadanía) en una maniobra que transforma la deuda privada en deuda nacional.

 

Con un dato: A los intereses del macro préstamo (equivalente a casi un cuarto del presupuesto anual de EEUU), no lo fijan el Gobierno Federal ni el Congreso de EEUU, sino la Reserva Federal controlada por el Sistema de bancos privados.

 

De manera tal, que el "mega-rescate estatal" no es otra cosa que un monumental desfalco al pueblo norteamericano (que paga los intereses a través de los impuestos) y un fabuloso y multimillonario negocio de un sector de la banca privada (el Sistema de la Reserva Federal) que se vale del Estado USA para hacer negocios con el sector más rentable de las crisis : Los préstamos a las entidades quebradas.

 

Esto implica que, y con garantía del Estado norteamericano, el conjunto de bancos privados que conforman la Reserva Federal actuarán en la práctica (y dentro del esquema funcional del "súper-rescate" emprendido por el Gobierno federal) como una supra-entidad prestataria que manejará un fondo billonario orientado a hacer negocios (también billonarios) con los cadáveres dejados por el colapso financiero en EEUU.

 

Y aquí volvemos axioma central: Las "crisis" del sistema capitalista (que aprovecha tanto las "burbujas" como las "crisis" para generar rentabilidad y concentración del capital ) permiten la consolidación de un puñado de conglomerados financieros  "ganadores" de la crisis que se degluten a las instituciones quebradas mediante compras o fusiones forzadas.

 

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Pero el negocio no termina ahí: Según analistas y medios especializados en Wall Street, los US$700.000 millones solo cubren una parte de la operación para "sanear" el sistema financiero estadounidense.

 

A la larga o la corta, y si quiere cortar el colapso financiero de raíz, señalan especialistas en Wall Street, el Estado norteamericano tendrá que auxiliar a la totalidad de las entidades quebradas para restaurar la "liquidez faltante"  (robada por las "burbuja" especulativa) y normalizar la actividad del sistema financiero.

 

Se estima que la cifra final de la operación puede rondar los US$ 5 billones (cerca de dos presupuestos anuales de EEUU) para rescatar todos los títulos de derivados "tóxicos".

 

Se calcula que la debacle inmobiliaria dejó en circulación préstamos hipotecarios sin respaldo por más US$1billón, al que se agregarían más de US$ 2 billones en hipotecas a propietarios de vivienda privados, y  US$1,6 billones en hipotecas a empresas que operan en el mercado.

 

Esto da una idea de las cifras que hoy rondan por la cabeza de los miembros del Congreso y del Gobierno estadounidense que deben poner en marcha el que probablemente se convierta en el mayor desfalco financiero de todos los tiempos con el Estado imperial como herramienta de ejecución.

 

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Y con la población estadounidense como la "gran pagadora" de la crisis capitalista privada


viernes, octubre 24, 2008

Frente a la torre, brigadistas censuran a votantes “a favor”

“Claudia Corichi, a favor”. “Uhmm”. “Guadarrama, sí”. “¡Chale!” En las bocinas sobre Paseo de la Reforma suena la sesión del Senado de la República, encerrados los legisladores no a piedra y lodo sino a tolete y escudo. Los brigadistas del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo escuchan la sesión, en vivo, instalados ya con sus sillas y sus carpas, luego de los jaloneos mañaneros. “Ramírez Garrido, sí”. “¡Pinche Graco!” Los brigadistas escuchan los nombres y los votos de los senadores y no callan su voto de censura. “Carlos Navarrete, sí”. “¡Qué poca madre!”
Enfrente, la lateral de Reforma es ocupada por granaderos del Distrito Federal, en las primeras filas, y atrás por los robocop de la Policía Federal Preventiva.
Un anciano, armado con un letrero que reza: “También hay soldados y policías buenos”, platica con los uniformados. El jefe Hércules, de la policía capitalina, se pasea entre los perredistas que conoce y hasta da recomendaciones: “Contra el gas lacrimógeno no sirve el vinagre, sólo un pañuelo con agua”. Extraña paz en día tan ajetreado.
Paradojas del día de la jugada inexplicable, para muchos, de Andrés Manuel López Obrador. Mientras Claudia Corichi vota a favor, por ejemplo, López Obrador dialoga apaciblemente con Iván García Solís, destacado miembro de la corriente de la senadora Corichi.
Tiempo antes, al filo del mediodía, comienzan los gritos: “¡Ahí viene el Peje, ahí viene el Peje!” Y sí, llega la marcha de Xicoténcatl, donde no pudieron entrar los senadores a sesionar.
La policía cierra filas. Llegan más y más agentes federales, hasta hacer un cuerpo compacto que casi compite en número con los manifestantes.
Los primeros brigadistas se apretujan, enfrentan a los policías más a gritos que a empujones: “¡No es el 68, no es el 68!”
Los desplantes y la conciencia limpia
Adentro, los senadores se felicitan unos a otros. “Quiero reconocer al senador Graco Ramírez (PRD) por la tolerancia que demostró en los trabajos de la reforma; y por supuesto a mi amigo Rubén Camarillo (PAN), que con su pasión y conocimiento le dio rumbo a la reforma”, dice Arturo Escobar Vega, del Partido Verde.
Después de dar vueltas en autobuses, protegidos por centenares de policías federales que se apoderan del edificio conocido como Torre del Caballito, los senadores arrancan la sesión con el achique del adversario y la celebración de la fortaleza institucional del país. “Una golondrina no hace verano”, dice el invernal Francisco Labastida. Le aplauden y se explica: “Unos gritos y unos desplantes no rompen la vida institucional del país, el Senado tiene la fortaleza necesaria para resistir cualquier embate”.
Los embates de la resistencia civil son, ciertamente, para todos los senadores, pero sobre todo para los perredistas.
La marcha del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo grita, como siempre, que “es un honor estar con Obrador”. Pero en el camino aparece otra palabra, dirigida a los senadores fapistas que van a votar favorablemente la reforma.
Los pocos diputados y algunos brigadistas que logran colarse a la torre, ya desalojados del salón, la sueltan cuando miran pasar a sus senadores. “Traidor”, les dicen.
Es una “falta de respeto”, dice en su defensa Graco Ramírez, que por un artículo, el número 60 de la ley de Pemex, se diga que no estamos frente a un triunfo “de las fuerzas democráticas que se opusieron a la privatización”.
Es “un despropósito”, sigue, y remata: “Estamos aquí, con la dignidad y la conciencia limpia”. Aplausos coronan su frase, su balance triunfal: logramos echar abajo los contratos de riesgo disfrazados, terminamos con los Pidiregas, etcétera. Insiste en el punto que causó el deslinde de López Obrador.
El día que las macanas legislaron
Poco antes de las 11, un autobús se estaciona sobre Reforma. En mangas de camisa, el coordinador de los senadores panistas mide el terreno mientras habla por teléfono. Luego, los azules entran sin mayores dificultades, pues hay pocos manifestantes y una sólida valla de policías.
Van decididos a votar, aunque al parecer todavía tienen que convencerse a sí mismos de que la reforma es un triunfo, pese a que los analistas afines al gobierno digan que Felipe Calderón cedió todo y que de su propuesta no quedó ni una huella. Lo hacen en voz del senador Camarillo:
“Estamos eliminando un antiguo tabú de que una reforma de Pemex era intransitable políticamente… Les pregunto y me pregunto a mí mismo: ¿Qué no ganamos? ¡Por supuesto que ganamos!”
Un par de horas antes, a pie y entre apenas unos 10 brigadistas del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, había entrado Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública federal, quien dirige en persona el torpe operativo policiaco. Los reporteros de la fuente no recuerdan haber presenciado una sesión senatorial con policías dentro del salón.
“¡Qué vergüenza, de veras, que el jefe de la policía federal esté aquí ordenando quién entra y quién no entra!”, suelta en su turno la senadora Rosario Ibarra.
“¿Creen ustedes que es más importante que aquí anduviera como un policía más el secretario de Seguridad Pública, García Luna, en lugar de estar cumpliendo sus altas responsabilidades para garantizar el combate efectivo a la delincuencia organizada y al narcotráfico?”, pregunta en la misma línea Dante Delgado.
La mayoría de los oradores son, claro, del Frente Amplio Progresista. Hablan para insistir en las “doce palabras” que hubieran permitido el “consenso imprescindible” en esta hora del país, como Delgado, o para fijar su voto particular en contra, como Ricardo Monreal, quien defiende la toma de la tribuna y alude al “linchamiento mediático” de entonces que hoy está de nuevo en curso. La reforma es “insuficiente, incompleta e imprecisa”, resume.
Más de cuatro horas de espera dan para todo. Un joven grita que para los senadores que voten a favor “nunca más una candidatura por el FAP”. Otro informa que “los chuchos van a venir”. Se refiere al mitin de 4 mil personas que encabezó el presidente provisional del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo.
No falta quien piense que “el movimiento está haciendo el ridículo”, aunque la mayoría ve la jugada como un movimiento que apunta al largo plazo: “López Obrador se mantiene como el verdadero opositor, exhibe al PRI y al PAN como la alianza de derecha, y siembra la duda sobre Nueva Izquierda y sus aliados”, se puede resumir de sus argumentos.
Donde es difícil hallar desacuerdo es en el futuro del PRD: “¿Vamos a seguir en un partido con los que llamamos traidores? Yo creo que no”, dice un perredista de la delegación Álvaro Obregón.
En todo caso, como dice López Obrador en su despedida de hoy, luego de citar para el domingo y el martes, día en que se reditará la protesta en la Cámara de Diputados: “Esto no se acaba aquí”.

martes, octubre 21, 2008

El sistema financiero internacional un sistema mafioso


Comprender la estafa: ver link video documental
El sistema financiero internacional un sistema mafioso
por Juan Antonio Hernández
 
La crisis económica que sacude el sistema financiero internacional ocupa actualmente la primera plana en la prensa. Usted sigue la actualidad pero sin comprender mucho porque el sistema es complejo. Ud. escucha hablar de productos derivados, crisis hipotecaria, credit crunch, hedge funds y otros conceptos técnicos. Ud. escucha a expertos y analistas dar comentarios de la crisis. Pero Ud. todavía no ha visto en la prensa alguien que le explique que este sistema financiero es una verdadera estafa a los trabajadores del mundo entero controlado por une verdadera mafia de banqueros. Reproducimos a continuación la contribución de Juan Antonio Hernández que nos explica históricamente cuanto tiempo dura este engaño.
 

 
El Banco de Inglatera, comprender la historia de su fundación es aprender como funciona hoy el sistema financiero internacional, sistema que reposa sobre la confianza y el engaño.
 

Es conocido que los reyes feudales solían dar protectorado a los alquimistas, los cuales, bajo la promesa de convertir cualquier metal en oro los convertían en gallinas productoras para el monarca... pero de eso nada de nada.

 

A medida que los habitantes del reino se acostumbraban a morder las monedas para comprobar su autenticidad [que no sólo era metal corriente bañado en oro o algo dorado sin valor alguno]; comenzaba el declive económico y el desprestigio del rey.

 

¿Qué comerciante vendería su mercancía a un rey que pagaba con monedas bañadas en oro y cuyo valor era cero? Sólo los súbditos tenían que soportar cargar con semejante moneda birria [1] sin valor fuera del reino y reinado de dicho señor monarca.

El engaño se hizo mayor

Unos le achacan el merito a los templarios, otros a los judíos; en incluso puede que ambos, pues estas dos sectas herméticas poseen la infraestructura y el compromiso entre sus integrantes para mantener la fidelidad al grupo.

 

Lo cierto, que un territorio tan inseguro y en donde las comunicaciones triplicaban su tamaño por su inestabilidad, iba hacer posible el nacimiento del papel-birria. Era cuestión, a un módico precio, de dejar el oro en depósito y partir con un pagaré cifrado que se cobraría en el destino. Tal vez, una vez llegado al destino se le mostraría una rustica e inexpugnable caja fuerte que por otro módico precio se le guardaría el oro.

 

Viendo y comprendiendo la seguridad del sistema, el propietario optaría por dejar el oro en depósito y manejarse con los pagares-papel, y más cuando el recién nacido banco le garantizaba que todo lo expedido por el propietario lo amortizaría la entidad.

 

Sólo bastaba que el sistema se extendiese y que los comerciantes confiaran en la fiabilidad del sistema para dar nacimiento a la estafa bancaria.

 

Mientras los incautos depositaban oro constante y sonante, el banco expedía papel por el doble de su valor en depósito lo que hacia crecer la masa monetaria en circulación cuyo mayor beneficiario era el propio banco, pues podía imprimirse los papeles-birria que quisiese para comprar lo que desease... tierras, palacios, empresas, etc...

 

 

En la ilustración de arriba aparece el comerciante William Paterson (izquierda), quien sería más tarde el banquero del rey Guillermo III de Inglaterra (derecha).
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La estafa adquiere dimensiones estatales

Esta datado en 1694 cuando el rey holandés de la casa de Orange, más tarde conocido como Guillermo III de Inglaterra, pidió oro a un grupo de banqueros holandeses dirigidos por William Paterson.

 

El préstamo de 1.200.000 libras de oro, tomaría en contrapartida su devolución más un 6% de interés, así como, la autorización para nominarse Banco de Inglaterra, y un extra que incluía la autorización para producir dinero hasta completar la cantidad de 1.200.000 libras que no tenían. Es decir, que el rey devolvería el oro mas un 6%, y a su vez, producían papel por la misma cantidad que prestando al pueblo, les producía otro 6%, por tanto se harían con 2.400.000 más un 12%.

 

Esta doble deuda, al rey y al pueblo (más bien al pueblo que pagaba con sus impuesto la deuda real y su propia deuda) sería la deuda nacional inglesa inexistente antes de Guillermo III y para 1948 contabilizaba ya 24.000 millones de libras.

Primera parte del documental. Subtítulos en castellano.

http://www.youtube.com/watch?v=1s18Y1bLZOU&eurl  (pulsar doble clik)

 

 

En los siguientes tres videos que le presentamos a continuación (la primera parte aquí arriba, los otros dos aparecen más abajo) hacen parte del documental «Zeitgeist» palabra de orígen alemán y que se puede traducir como «El Espíritu del Tiempo».


El documental «Zeitgeist» comprende varios capítulos, que abarca el orígen de la religión cristina y busca debatir sobre manipulaciones, conspiraciones y otros dogmas de nuestra sociedad humana. Nosotros le presentamos los capítulos 9, 10 y 11 de dicho documental, los cuales están bien documentados históricamente sobre el tema de la estafa financiera que abordamos en este artículo, tema muy poco conocido en la opinión pública y que cada día se está hablando más de boca a oreja. Comprender esta historía nos ayuda a comprender la crisis financiera de hoy en día.

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La estafa se hizo internacional

Guillermo siguió tomando prestado hasta 16 mil de libras-oro mientras el banco emitía por la misma cantidad prestada, y como el billete circulaba avalado por el rey como si fuera oro, igualmente en sus colonias con la extensión del imperio y más tarde en resto de países, pues el banco opta por entregar papel al gobierno como si realmente fuera el metal.

 

Ya no hay oro circulando, sólo papel-birria que no tiene complementariedad con el metal debido a ese factor multiplicador que produce el interés. Si uno presta un kilo de oro y pide el 6%, lo razonable es que nos devuelvan el kilo de metal más un 6% de metal.


¿Y de dónde saldría tanto oro?

La estafa se hizo gigantesca

Al comienzo, el banco sólo emitía billetes hasta cubrir el oro que le dejaban en depósito, conservando una cantidad para atender imprevistos por reembolsos. Pero dándose cuenta de la preferencia del público por el papel mucho mas liviano que el metal, se dispone imprimir más billetes dejando tan sólo una reserva del 10%.

 

Semejante negocio no paso desapercibido al resto de usureros y el número de bancos creció y multiplicaron como hongos hasta contabilizar 684 bancos emitiendo su propio billete en el período 1694-1830.

 

Fue, tal vez por encargo, en 1844 cuando el canciller Robert Peel toma la iniciativa de crear el acta Bank Charter y borrar de un plumazo al resto de competidores para imprimir billetes, lo que da la exclusiva al grupo privado del Banco de Inglaterra.

 

Lo que vino a continuación fue peor, los 600 ex-bancos se reunieron formando el grupo Joint Stock Banks para la emisión de cheques (falso billete) pensado y destinado para la circulación de grandes cantidades... lo que excluye a los pobres y deja semejante herramienta entre los pudientes.

 

Lo bueno, es que ya no necesita la confianza o aval real que garantiza la emisión; son los propios depositantes que gracias a la confusión crean dinero a partir de nada.

 

El truco bancario es muy simple. Entendiendo ese 10% que guarda en sus reservas para atender imprevistos, si alguien deposita 1 millón, ellos prestan 9 millones. Si no se devuelve el préstamo, nos quedamos con lo material (la garantía que deja el que contracta la deuda: una vivienda, una fabrica, etc. tasadas al 80% del valor), y si devuelve los 9 millones más interés, pues de 1 millón constante y 9 millones virtuales, hemos creado una fortuna.

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Segunda parte del documental.

http://www.youtube.com/watch?v=HCSpoHszj4Q&eurl  (pulsar doble clik)

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Esos 9 millones que no existían sino en el fraude contable que ejecutaban como activo en realidad no son más que un pasivo o deuda para el pobre que se le ocurrió pedir el crédito. Esto es una máxima para el sistema «el papel billete-birria se convertirse en algo tangible».

 

El billete en si mismo no se come ni te protege del viento y la lluvia... ¿entonces para que sirve? Para facilitar el comercio, pero perversamente, y su emisión en manos privadas extendiendo créditos, para gobernar el mundo.

 

Ellos crean los períodos de expansión llenando el país de dinero, luego programan la recensión retirándolo a través de sus sucursales y los pobres endeudados dejan sus posesiones materiales en sus manos. No digamos ya del poder político cada vez mas sometidos a los medios de comunicación; se crean grandes entramados mediáticos que venden la imagen de sus pupilos como la mejor opción posible, pero para que nada se les escape, también manejan la de su opositor; salga quien salga, siempre ganan. Pobre del político que no se les someta; pasa a ser cadáver.

 

Desde aquí, podemos dirigirnos hacia dos puntos, o explicar desde una economía normal cuyos ciudadanos crean una masa de ahorro que se convertirá en inversión lo que seríaa una economía local y sostenible, a una economía donde de la nada se convierte en billetes que proporcionan grandes créditos a grandes empresas que en su intento de devolución se ve obligada a producir enormes cantidades sin importar que el mismo sea absorbido por la sociedad con tal de cumplir con los acreedores.

 

Pero dejando atrás, o para otro texto, lo que representa el crédito en una economía local (Y=C+A) o en una economía adulterada, nos dirigiremos hacia el baluarte del capitalismo para desvelar sus intrigas.

De Inglaterra nos trasladamos a EEUU

Una vez que teníamos al imperio trabajando endeudado para los usureros, se mira de reojo al próximo aspirante que tiene todas las condiciones para ser una gran potencia. Pasan unos años hasta que la reina le firma a E. Rostchild la carta llamada Declaración de Balfour (1917) donde Inglaterra se compromete a crear un estado judío en Palestina.

 

En 1913, el Congreso Norteamericano dispone que la Reserva Federal Americana es una entidad privada con el privilegio de emitir billetes. Si alguien busca quien compone este grupitos de bancos tan afortunados, pues dará con la banca Rostchild, el banco de Hamburgo, etc... y como nota, debemos destacar, que el primer billete de 500 creado por Israel, se imprimía con el rostro de un Rostchild. Pero si quiere un dato histórico de cómo actuaban estos conspiradores, entienda que los años anteriores al fabuloso regalo entregado por el Congreso estadounidense a un grupito privilegiado [de banqueros], fueron muchos los bancos que tuvieron que cerrar por falta de liquidez...

 

Alguien hacia correr el rumor que tal banco no tenía liquidez o era insolvente, y cuando la gente acudía en masa a retirar su dinero hacían que tal rumor se convirtiera en realidad.

 

¿Sabe quién lanzaba los rumores pues tenía el conocimiento necesario del mecanismo bancario de retención del 10% en depósito, y que retirada súbita cogería a contrapié al desafortunado propietario que se vería obligado a solicitar ayuda o a vender su entidad comercial?

 

Si hombre, sí lo pongo JP… Usted ponga a Morgan; es más, la nota histórica le servirá para que sirve los interbancarios o prestamos entre bancos; y si se pierde esa ayuda entre bancos por cualquier motivo, unos irán a la quiebra mientras otros saldrán fortalecidos al hacer la compra de su adversario o simplemente hacerlo desaparecer como competidor.

 

Retrato de J. P. Morgan

 

Hay datos suficientes [históricos, ver videos adjuntos en este artículo] para seguir lo que realmente pasó entre 1880 – 1911. Las crisis bancarias en Estados Unidos fueron generalizadas (gracias a Morgan y compañía) mostrando a la ciudadanía la necesidad que la Reserva Federal estadounidense fuera privatizada; algo de lo que se arrepentiría más tarde el presidente norteamericano por haber dejado todo el poder económico en manos de un grupito de usureros.

 

Para más, el congresista Louis T. McFadden (durante 12 años presidente del Comité de Bancos y Circulación Monetaria) pidió una investigación al Congreso sobre la actividad criminal de la Reserva Federal y bancos de la Reserva Federal, sugiriendo sus implicaciones en el crack de 1929.


Consta en los registros del congreso, página 1295 y 1296, de la Cámara del 10 de Junio de 1932: «Sr. Presidente, tenemos en este país una de las instituciones más corruptas que el mundo ha conocido...»

 

Pero volvamos al asunto dejando en el aire lo prometido a Inglaterra y lo prometido a los dirigentes norteamericanos de la época; en definitiva sus pupilos o esbirros, lo cierto que los usureros son los causantes del crack de 1929 para convencer a los políticos de la rigidez que supone que el dólar tenga un equivalente en plata y oro tal y como reconocía la constitución y las normas internacionales al respecto (1 dólar es una medida farmacéutica de 371gramos de plata, a igual a 24,7 en oro, igual a dólar español de Miller, el Deker holandés, etc.).

 

Franklin D. Roosevelt

Franklin Delano Roosevelt

 

Viendo que la limitación del oro y plata, limita la producción de billetes, en 1932, Delano Roosevelt, decreta desligar el oro del dólar en el mercado interno, dejándolo sujeto para el mercado exterior (no le quedaba más opción al ser una medida internacional).

 

Imagínese Usted que hasta la fecha fatídica guardaba su dinero en un banco y de la noche a la mañana descubre que no tiene aval; puede Usted partir con todo el depósito hacia algún país que aún imprima con aval y hacer el cambio a su moneda, luego volver y hacer el intercambio en oro dejando al país parasitado con unos billetes un tanto extraños como divisa pero por simple regla este ultimo devolvía a EEUU para recibir su aval en oro.

 

Tendremos que esperar los años 1960, en que J. F. Kennedy promueva el acta 11110 (aún vigente) para intentar devolver el dólar a su origen constitucional por el cual sólo el Estado tiene derecho a imprimirlo, y el mismo debía tener una equivalencia en plata u oro.

 

John F. Kennedy

John Fitzgerald Kennedy

 

John F. Kennedy lo había visto claro y resultaba increíble que unos privados imprimiesen el dólar que luego vendían al Estado con interés (por letras del tesoro); ¿Quién avalaba a ese dólar? Pero sobre todo era ese interés cobrado el que generaba la deuda nacional estadounidense, tal como ocurriera en la Inglaterra de Guillermo.

 

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Tercera parte del documental.

http://www.youtube.com/watch?v=mZvVHv1vphs&eurl (pulsar doble click)

 

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Kennedy conjuro, con su Secretario del Tesoro, producir dólares en relación a la reserva de oro y plata existente, y así salieron unos billetes (4.292.893.815 de 1 y 2 pues los de 10 y 20 jamás llegaron a salir) con numero de serie en rojo (los de la Reserva Federal son en verde) acompañados por la frase United State of... «pagará al portador» (mientras que los de la Reserva Federal viene con R.F, «moneda de curso legal»).


Kenndy sabía que sus dólares avalados por plata y oro e impresos por el congreso terminarían por desplazar, por simple lógica, a los de R.F pues nadie es tan tonto que prefiera cheques [o dinero] sin fondo; y más cuando James J. Saxon, interventor de circulación del presidente estadounidense, animaba a entregar poder a bancos que no fuesen de la Reserva Federal para que los mismos pudiesen suscribir obligaciones estatales y así conseguir debilitar a la poderosa R.F, que al cobrar interés no hacían más que aumentar la deuda estatal estadounidense.

 

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Ya saben el resto, meses más tarde Kennedy es eliminado y el 99% de los billetes se retiran del mercado... el papel [birria-adefesio] sin aval imperará hasta nuestros días (la Comisión Warren incluyó en su panel a John J. MaCloy, hombre sin experiencia criminal pero ex - presidente del Chase Manhatan Bank y socio de la firma legal asociada a Rockefeller Milbank, Tweed, Hadley & McCloy, situada en el edificio central de JP Morgan Chase, ha sido la asesoría legal privada de la familia -y del Chase- desde los días del padre de David, John D. Jr.

 

Ver también estas partes extras ligadas al mismo documental:

 

 http://www.youtube.com/watch?v=AJMDuPBMGTY&eurl (pulsar doble click)

 

 

http://www.youtube.com/watch?v=dIJPRSzGU_o&eurl (pulsar doble click) 




 

lunes, octubre 20, 2008

Opinión: Lección acelerada de capitalismo (I)

Opinión: Lección acelerada de capitalismo
(Parte I)

OPINION... ARGOS: OCTUBRE 16 DE 2008...

xClaudio Katz
Especial para ARGENPRESS.info

El terremoto de Wall Street ha desconcertado al establishment global. En la cúspide del poder predomina el pánico y las declaraciones alarmistas. Todos registran la presencia de un acontecimiento que podría inaugurar un cambio de época. La comparación con la caída del muro de Berlín es un indicio de esta dimensión histórica.

El temblor actual comenzó a incubarse en junio del año pasado con el desplome de los fondos de cobertura administrados por Bear Stearns y cobró fuerza con la nacionalización del Northern Rock británico. De esta gestación se pasó a un estallido cuya profundidad salta a la vista

Magnitud y costos

La rápida conversión de problemas de liquidez en baches de solvencia ilustró desde el principio la enorme dimensión de una crisis, que no logró ser contenida con medidas parciales. La reducción de tasas de interés resultó tan inútil como el intento de formar un fondo de rescate manejado por los bancos. Tampoco sirvió la gran provisión de dinero al mercado o el auxilio de los fondos soberanos del exterior.

El gobierno norteamericano ha puesto en práctica varias iniciativas contradictorias para atenuar la explosión. Al permitir el desmoronamiento de Lehman Brothers tentó la posibilidad de una limpieza brutal de los bancos quebrados y sugirió la fijación de ciertos límites al salvataje. Pero como precipitó el terror de los financistas revirtió rápidamente este curso, que le otorgaba a la Reserva Federal plenas atribuciones para dictaminar quién cae y quién se salva.

La variante opuesta de estatizar todas las pérdidas se ha consolidado luego de la nacionalización de AIE. El sostén oficial de la mayor aseguradora del mundo (y de su gigantesco portafolio de fondos de pensión) complementó el rescate previo de Fannie Mae y Freddie Mac, que financian la mitad de las viviendas norteamericanas. La contaminación de estas instituciones semipúblicas indicó hasta que punto han quedado desbordados los problemas iniciales con créditos de baja calidad (subprime).

Con una nueva secuela de estatatizaciones se auxiliaría a las próximas víctimas del vendaval: los fondos de cobertura y los fondos de capital de riesgo (que operan con títulos altamente especulativos) y los fondos de dinero (que aglutinan inversiones menos audaces y carentes de garantía estatal). Pero el punto crítico son los bancos comerciales.

La quiebra de Washington Mutual inauguró un desplome que amenaza extenderse a las 117 entidades minoristas que el FDIC (organismo oficial de garantía) tiene en observación. Algunas estimaciones pronostican un réquiem para la mitad de los 8.500 bancos actuales. En cualquier caso, ya es evidente que la crisis traspasó a los bancos de inversión (que recaudaban dinero directamente en el circuito financiero) y afecta a todo el sistema, con picos de parálisis en las operaciones interbancarias e insinuaciones de corralitos para los depósitos.

En este cuadro se está desenvolviendo una vertiginosa oleada de adquisiciones. Merry Lynch fue capturada por Bank of America, Bearn Stearn fue tomada por Morgan Stanley, Wachovia pasó al Citigrup (o Wells Fargo) y Goldman Sachs ha puesto en venta su paquete accionario. Este virulento cambio de manos se extiende a escala internacional con la adquisición del británico HBOS por el Lloys y la absorción de las sucursales de Bradford and Bingley por el Santander español.

Algunos compradores (Barclays) se apoderan por moneditas de sus viejos competidores (Lehman) o picotean sus desechos. El resultado de semejante aluvión sería un nivel de concentración bancaria nunca visto. Quiénes sobrevivan a sus apuestas (eventualmente el trío JP Morgan Chase, Bank of America y Citigrup) asumirán el comando de todo el sistema financiero norteamericano. Este nivel de centralización es precedido por una furibunda desvalorización de los capitales en juego, que hasta ahora se procesa dentro de la esfera financiera.

Otra opción en curso es la nacionalización de las hipotecas tóxicas, que el Congreso discutió en un clima de chantaje bursátil. Los financistas (presentados como "el mercado") exigieron el socorro público para permitir que la economía se mantenga en pie ("restaurar la confianza"). Reclamaron al gobierno que adquiera los títulos depreciados para su revalorizarlos y revenderlos.

Este rescate se parece al salvataje que obtuvieron los financistas mexicanos en 1995. Allí también el estado compró títulos carentes de valor, limpió los balances de las entidades y comercializó papeles a pura pérdida del fisco. Los especuladores han creado un clima de pánico para que su nueva estafa sea bendecida como un alivio.

Pero este descarado auxilio estatal a los responsables del colapso ha desatado una indignación contra los banqueros, que se burlan de sus sacrosantas reglas del libre mercado. Este rechazo a Wall Street -que no se observaba desde la época de Roosveelt- ha obligado a los legisladores ha incorporar ciertas restricciones al cheque en blanco que inicialmente reclamó la FED. Las enmiendas incluyen rebajas impositivas de distinto tipo, para crear la ilusión de una distribución más equitativa de la carga.

El generalizado malestar expresa, además, la masiva intuición de un derroche inútil. Si el paso del tiempo confirma que dos tercios de los créditos hipotecarios son totalmente incobrables se habrá dilapidado una montaña de dinero. Es evidente que ninguna ingeniería financiera puede contrarrestar el desplome continuado del precio de las propiedades o el deterioro perdurable del ingreso de sus compradores.

Por esta razón el Congreso también auspicia alguna forma de renegociación de las hipotecas entre deudores y bancos con la mediación del estado. Pero sólo un lejano contexto de recuperación económica brindaría algún sostén a esa iniciativa.

Por el momento predomina una crisis sin solución a la vista que ha diluido todos principios neoliberales. En un clima de intervención y subsidios, el regulador es bienvenido y el mercado es cuestionado. Pero como el rescate no es gratuito habrá que solventar una operación de costo desconocido. La emisión de títulos sobre títulos ha sido tan sofisticada que nadie sabe calcular cuál es el monto en juego.

En julio del 2007 la FED estimaba pérdidas por 50 mil millones de dólares. A principio de año la cifra saltó a 512 mil millones y las evaluaciones actuales giran en torno a uno o dos billones de dólares. ¿Cómo se pagará semejante factura?

Las grandes crisis bancarias de las últimas décadas tuvieron costos monumentales para los países subdesarrollados. Involucraron el 55,1 % del PBI de Argentina (1980-87), el 55% de Indonesia (1997-2004) y el 34% de Tailandia (1997-2004). Pero este porcentaje apenas alcanzó el 3,2 % en el último gran rescate financiero de Estados Unidos (1981-91). Por primera vez en décadas la primera potencia deberá afrontar un bache financiero-fiscal de gran escala.

Impacto recesivo global

El estallido de la crisis ha transformado la desaceleración económica en una recesión manifiesta. El freno ya se percibe en la caída de la inversión, el estancamiento del consumo y la fragilidad de las exportaciones estadounidenses. La discusión entre optimistas y pesimistas sobre el futuro nivel de actividad se ha zanjando con un diagnóstico coincidente de caída del PBI.

Ya no hay margen para reactivar con reducciones de tasas de interés, mientras el "desapalancamiento" financiero (asumir pérdidas y limpiar carteras) precipita la contracción del crédito y la escalada deflacionaria. Desde los años 60 todas las recesiones precipitadas por colapsos inmobiliarios han sido particularmente prolongadas.

El consumo a crédito que sostiene a la economía norteamericana ha quedado frontalmente afectado y se avecina una crisis social de proporciones. Los deudores desesperados que abandonan sus casas para evitar el remate son las primeras víctimas de esta pesadilla. El desbarajuste inmobiliario amenaza a una población ya irritada por el aumento del precio de la nafta, que avizora el temido desempleo en un país carente de protecciones sociales significativas. En este clima crece la indignación hacia los ejecutivos de Wall Street, cuyos ingresos en las últimas tres décadas saltaron de 40 a 344 veces del promedio laboral.

La gravitación internacional de la economía norteamericana determina la acelerada transmisión de su recesión. Sólo Wall Street maneja un volumen de fondos superior al conjunto de las bolsas europeas. Estados Unidos concentra el 20% del PBI global, pero sus importaciones aceitan el comercio global y sus empresas transnacionales definen la tónica productiva de todo el planeta. El salto registrado en la mundialización ha incrementado, además, la sincronización internacional del ciclo económico.

La expectativa inicial en un desacople liderado por Europa se ha desvanecido con la secuela de estatizaciones que siguen la huella estadounidense (Fortis de Bélgica-Holanda, Bradford and Bringley de Inglaterra, Glitnik de Islandia). El viejo continente afronta los mismos problemas de créditos incobrables que su par norteamericano, pero implementando una política monetaria dura, que buscó homogenizar en torno al euro las distintas situaciones nacionales.

La crisis no sólo ha socavado ese intento y ha dividido a los gobiernos entre partidarios de un fondo general de rescate y promotores de salvatajes a cargo de cada presupuesto nacional. Esta fractura obviamente indica que la salud de los bancos es muy despareja en la región. Todo el intento europeo de sostener el proyecto neoliberal de unificación con altas tasas de interés se encuentra, además, seriamente amenazado por el enfriamiento que impone al nivel de actividad.

Por su parte Japón tampoco contrarresta el giro recesivo, ya que arrastra las rémoras de su propia depresión. La economía nipona tiene menos autonomía que Europa para incidir fuera de su estrecho campo de influencia y cuando comenzaba a recuperarse ha chocado con el desplome norteamericano.

El papel compensador que se esperaba de China e India se ha diluido, ya que ninguna locomotora puede empujar a un convoy totalmente descarrilado. Se ha discutido mucho si China podía contrarrestar la desaceleración mundial con la expansión de su mercado interno. Algunos economistas resaltaron esa posibilidad y otros la descartaron, recordando la dependencia del crecimiento asiático del mercado norteamericano. Pero el contrapeso chino requería un freno moderado de la actividad en los centros y no la abrupta recesión que se ha desatado. Por eso el anunciado desacople tiende a convertirse en un reacople de Asia a la caída general.

Comparaciones

Muchos analistas buscan en las crisis precedentes una guía sobre el posible devenir del shock actual. Las analogías iniciales con el crack bursátil de 1987 o con el estallido de la burbuja tecnológica del 2001 han quedado totalmente superadas. En ambos casos los activos en juego eran acciones y no viviendas y ninguno de esos temblores desembocó en colapsos bancarios. Sólo precipitaron recesiones de acotadas duración e intensidad, que fueron remontadas por la reactivación del consumo en un plazo relativamente breve.

Descartada la semejanza con estos declives de poco alcance se ha impuesto una generalizada comparación con la depresión del 30. Numerosos economistas resaltan los puntos de coincidencia con este clásico antecedente del desplome general. Pero se equipara la eventual profundidad de la caída y no las modalidades de la crisis. Si la intensidad de la regresión productiva y social alcanzará esa magnitud es por el momento una incógnita. Pero la dinámica del proceso en curso presenta numerosas diferencias con el sendero que desató 1929.

Las medidas que hace ocho décadas se aplicaron con posterioridad al crack se han implementando actualmente con anticipación. La inyección de liquidez de los últimos meses provocaría horror a Hoover y suscitaría los aplausos de Keynes. En la actualidad también se limita la caída de los bancos y se elude cualquier aumento de las tasas de interés. Habrá que ver si estas medidas atenúan o agravan el desplome económico, pero se desenvuelven en un contexto internacional muy distinto al pasado.

En los años 30 no existía el actual entrelazamiento de capitales y tampoco operaba una coordinación entre la FED y los bancos centrales de Europa y Asia. En lugar de una moneda internacional de referencia prevalecía una disputa por heredar la primacía de la libra esterlina y en función de esa aspiración, las grandes potencias devaluaban sus monedas. El escenario proteccionista de áreas comerciales en pugna distaba mucho de la interconexión actualmente impuesta por las empresas transnacionales.

La gran depresión derivó en una confrontación bélica entre las principales potencias, que nadie avizora al comienzo del siglo XXI. Un enfrentamiento militar entre Estados Unidos, Europa y Japón es inimaginable.

Otra comparación en boga presenta el estancamiento padecido por Japón como un espejo de lo que sucederá en Estados Unidos. Esa economía asiática soportó una burbuja inmobiliaria muy semejante, con precios que se triplicaron (1986-91) y luego se desmoronaron en dos tercios.

Pero Japón vaciló en implementar las medidas que Estados Unidos ha instrumentado rápidamente, confirmando la brecha que separa a una potencia subordinada de otra dominante. Además, la economía nipona nunca actuó como locomotora de la economía mundial y al depender de la protección militar norteamericana se remodeló con medidas comerciales y cambiarias (revaluar el yen y abrir su economía), que nadie se atreve a sugerirle a Estados Unidos.

Quizás la comparación más adecuada con el desplome actual es lo ocurrido en 1975-76. Esa crisis clausuró una etapa (el boom posguerra) con la misma contundencia que el temblor del 2008 pondría el fin del neoliberalismo pleno (que instauraron Thatcher y Reagan). Tomando en cuenta esta referencia histórica hay que prestar atención a las medidas que expresaron giros significativos. Hace tres décadas estos virajes fueron la inconvertibilidad del dólar (1970) y el aumento de tasas de interés (1978). Seguramente la crisis actual incluirá transformaciones de ese alcance y en poco tiempo sabremos si las medidas que ya se han adoptado, atenúan o exacerban la intensidad de la conmoción.
Los barómetros

Más productivo que adivinar la magnitud futura de la crisis es caracterizar sus tendencias. Estos lineamientos se concentran en las debilidades y los recursos que acumula la primera potencia.

Los indicadores de fragilidad norteamericana están a la vista, especialmente en el terreno político. Bush es un cadáver del proyecto neo-conservador socavado por la aventura en Medio Oriente. Esta adversidad militar limita la capacidad del imperialismo norteamericano para transferir la crisis a sus competidores.

Pero más significativa es la fulminante pérdida de autoridad presidencial para actuar frente al desplome bancario. No es la cercanía de las elecciones lo que erosionó ese poder, sino la división de la elite estadounidense frente al terremoto de Wall Street. Desde Nixon no se veía un escenario tan volátil.

Las debilidades económicas de Estados Unidos son también visibles. Un déficit comercial del 6% del PBI obstruye el giro hacia un modelo exportador, al cabo de tantos años de euforia compradora. El país carga con el mayor pasivo del planeta, tiene el 50 % de sus bonos públicos en manos de extranjeros y se aproxima a un déficit fiscal récord.

Pero la otra cara de esta realidad es la capacidad que ha mostrado la Reserva Federal para proteger al dólar y a los Bonos del Tesoro del desbarranque general. Logró hasta ahora monitorear una caída controlada de la divisa norteamericana, preservando el principio de fijar una cotización atractiva para la afluencia de capitales y al mismo tiempo estimulante de las exportaciones. Como ambos niveles son contradictorios, el equilibrio requiere una gran predisposición de los acreedores para convalidar la primacía monetaria estadounidense. Hasta el momento esa subordinación perdura a pesar del colapso económico-financiero.

En medio de la caída de Wall Street el vuelo de los capitales hacia la calidad favorece al activo en mayor peligro. Paradójicamente los capitalistas del mundo se refugian en el dólar y sus bonos, es decir en la moneda y en los papeles formalmente más amenazados. Ninguna otra economía podría generar una reacción, que obviamente obedece al rol central de Estados Unidos en la reproducción del capitalismo global.

Este protagonismo se asienta en la protección brindada por el Pentágono a todas clases dominantes. Es un resguardo decisivo que modifica todos los patrones convencionales de evaluación del proceso económico. Es importante recordar esta peculiaridad, para evitar el análisis de la economía estadounidense con los mismos parámetros que se juzga a cualquier otro país.

El refugio en el dólar también ilustra la creciente internacionalización de los negocios en torno a una moneda, que acapara el 70% del comercio y el 65 % de las reservas mundiales. Al sostener al dólar el grueso de los acreedores del planeta defiende su propio pellejo.

Pero resulta difícil imaginar una simple continuidad de esta hegemonía monetaria luego del tsunami registrado en las últimas semanas. Si logra perdurar como reserva global, el dólar deberá adaptarse a las nuevas relaciones de fuerza que emerjan de la crisis. La aceptación de una mayor gravitación de los bancos extranjeros dentro de Estados Unidos (en desmedro de viejas restricciones) podría formar parte de esta adecuación. El traspaso de acciones de Morgan Stanley a China Investment o a Mitsubishi, la venta de Goldman Sachs a Sumitomo Mitsui y la transferencia de las operaciones externas de Lehman a Nomura anticipan esa tendencia.

Pero también existe la posibilidad inversa de una ruptura del sistema monetario, que obligue al dólar compartir su señorazgo con otras divisas. En este caso se forjarían áreas monetarias siguiendo el modelo competitivo de entre-guerra. Hasta el momento no existen indicios de esta posibilidad, ya que a diferencia del pasado ninguna potencia pretende erigir su poder aplastando al imperialismo dominante. Pero los candidatos a compartir el poder global no se suicidarán junto al dólar, si el desplome arrastra a esa moneda. Los distintos cursos en juego dependen básicamente de un factor: la magnitud de la crisis.

sábado, octubre 18, 2008

EEUU: Salvar a los bancos o acabar con el hambre en el mundo ¿Usted qué haría?


EEUU: Salvar a los bancos o acabar con el hambre en el mundo ¿Usted qué haría?

 

ESTADOS UNIDOS... ARGOS: OCTUBRE 15 DE 2008...

 

X Pablo Siris Seade

 

Lo gastado en planes de rescate hubiera servido para acabar con el hambre por 50 años

 

La FAO solicitó a los líderes mundiales en junio, 30 mil millones de dólares anuales para relanzar la agricultura y evitar amenazas futuras de escasez de los alimentos. Sólo recolectó 7 mil 500 millones de dólares pagaderos en cuatro años. Contraste esto con los 700 mil millones del plan de rescate de EEUU, sin incluir los de Europa.

 

Los gobiernos de Estados Unidos y Europa gastaron en una semana el equivalente al monto que se necesita para paliar el hambre en el mundo por casi 50 años.

 

El pasado 30 de junio, en la apertura de la Cumbre de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) realizada en Roma, el presidente de esta institución multilateral, Jacques Diouf, solicitó a los líderes mundiales 30 mil millones de dólares anuales para relanzar la agricultura y evitar amenazas futuras de escasez de los alimentos.

 

Lea: 10 respuestas clave para entender la crisis

 

La FAO sólo recolectó en esa oportunidad -y con mucho esfuerzo- 7 mil 500 millones de dólares pagaderos en cuatro años, cifra que se traduce en unos mil 875 millones de dólares anuales.

 

Dicho monto representa tan sólo unos dos dólares anuales por cada persona hambrienta en el planeta.

 

En contraste, durante la semana transcurrida entre el 30 de septiembre y el 8 de octubre, Estados Unidos aprobó $700 mil millones en el "paquete de rescate financiero"; Alemania salvó un banco inyectándole 50 mil millones de euros (unos $70 mil millones), además de la decisión de Gran Bretaña de comprar acciones en siete bancos por unos $90 mil millones, así como poner a disposición de los bancos unos $350 mil millones en garantías crediticias.

 

"Frente a este telón de fondo, como explicamos a personas con sentido común y buena fe que no es posible encontrar 30 mil millones de dólares al año que permitan a 862 millones de personas hambrientas disfrutar del más elemental de los derechos humanos, el derecho a la alimentación", decía Diouf en junio pasado.

 

Lea: Cristina de Kirchner en Nueva York

 

El monto destinado en esta semana a la inyección de capitales en el mercado financiero mundial hubiera permitido alimentar y desarrollar programas de producción de alimentos y seguridad alimentaria por aproximadamente 50 años. Por si este panorama no fuera suficientemente desolador, anualmente se desperdicia comida por valor de 100 mil millones de dólares y el exceso de consumo por parte de los obesos asciende a otros 20 mil millones a nivel mundial.

 

Por otro lado, la industria bélica movilizó el año pasado unos 1,2 billones de dólares, y seguramente este año la cifra se verá incrementada. Para la industria de la guerra y el rescate de bancos probablemente siempre habrá suficientes recursos, mientras se le pedirá a la gente que corra un agujero en el cinturón.

 

En cambio, parece que la ayuda alimentaria aparecerá sólo "cuando los desposeídos y los excluidos" salgan "a la calle para expresar su descontento y desesperación", según expresó Diouf.

Marcos Jesús Concepción Albala
Presidente de Argos Is-Internacional
MIEMBRO DE LA 'CAMACOL' Y DE LA 'FELAP'
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