viernes, agosto 14, 2015

Manlio

Samuel Schmidt
schmidt@mexico.com

Este político tiene una gran habilidad para aprovechar las coyunturas políticas y precipitar la discusión sobre la sucesión presidenciale, elección que muchos quisieran que se adelante, pero eso no sucederá. 

Depende desde dónde se analice resaltan diversos elementos característicos del personaje. En su tierra Sonora no falta quién lo califica de cacique. Por allá se sostiene que tiene una riqueza enorme que hizo desde el poder. Algunos sugieren que las aguas que el acueducto independencia le quitó a los Yaquis, son para regar sus miles de hectáreas. Eso dicen, nadie da pruebas.

Otros recuerdan que un periódico estadounidense mencionó que era sospechoso de conexiones con el crimen organizado. Nadie ha sustanciado la acusación.

Ciertos analistas no dejan de recordar que su padrino político fue el legendario Gutiérrez Barrios, un policía de altos vuelos que llegó a tener una enorme influencia política. ¿Qué aprendió el joven político? El peso del espionaje al estilo de Fouche, o la capacidad de manipular la política. Me informan que un grupo de hackers italianos se contrata para espiar y que el cliente principal es México. ¿Estarán ambos temas relacionados? ¿O aprendió sobre el uso policíaco para controlar el poder?

Me parece que la llegada de Manlio, muy anunciada por cierto, muestra que la vieja guardia se impuso sobre los deseos del presidente, que tal vez se hubiera sentido más cómodo teniendo en el PRI a alguien sumiso y no a un personaje que llega con una gran autonomía. Peña Nieto había dibujado el perfil de a quién quería para presidir su partido y resultó alguien completamente contrario, aunque el compromiso fuera que lleve en la fórmula a su prima. Una victoria muy pírrica y muy vergonzante por cierto, aunque sea una señal de los tiempos: el nepotismo disfrazado. Este tema es de incumbencia para los priistas, no obstante que el resultado final tiene un serio impacto para el resto del país. 

A los priistas debe preocuparle los métodos de elección de líderes y los equilibrios internos de poder. Si una vez más la bufalada se alineo tras un candidato de unidad, eso es cosa partidista, como lo es la forma en que se eligen o negocian los liderazgos de los otros partidos. 

Los primeros elementos son los que deben preocupar a la sociedad, especialmente porque con Manlio vuelve con fuerza la tecnología de las elecciones de estado (aunque al parecer nunca se fue, solo se manejo con ineficiencia), del uso del poder para construir grandes cacicazgos y de los refuerzos de las capacidades represivas, elemento que por cierto los neoliberales han llevado a un extremo peligroso, al igual que la corrupción. Hoy el país está al borde del golpe de estado de facto y en la bancarrota.

Manlio Fabio Beltrones no es Chicago boy y habría que ver si es neoliberal por astucia política, para no quedar alienado de los que dominan el país, o si tiene una filosofía política distinta. Hasta ahora no ha dado muestra de eso. El prefiere la etiqueta de operador político.

Respecto a la corrupción que con los neoliberales ha superado a la de los viejos revolucionarios dibujados por Fuentes, ¿podemos esperar que vuelva a la tradicionalidad?, ¿o simplemente esperar que se quede en el nivel que tiene? Temo que este análisis se está adelantando al considerar que esas consecuencias pueden darse en el caso que él sea presidente en 2018.

Por ahora, creo en otras posibles consecuencias:

Limitar el poder del círculo de Los Pinos para la designación de candidatos para gobernadores, alcaldes y diputados locales. Lo que puede romper los equilibrios ya establecidos creando alianzas que alejen a los priistas locales del centro neoliberal.

Relanzar la posición de los gobernadores reduciéndo el enorme poder del secretario de Hacienda que ha convertido a gobernadores, alcaldes y funcionarios de primer nivel en simples gerentes que ejecutan decisiones estratégicas tomadas por los neoliberales.

Posiblemente se replantee la relación con el gobierno de diversos segmentos de la sociedad, como por ejemplo, la demanda de los fronterizos de que no les movieran el IVA, o grupos empresariales que repudian la política fiscal.

Si Manlio desde el PRI maneja compromisos y alianzas con diversos grupos sociales y actores políticos, puede convertirse en una suerte de ministro sin cartera, cuya influencia le logre simpatías al PRI y lo posicione en la carrera presidencial.

La sana cercanía puede querer decir restarle poder al presidente y dárselo a alguien que no fue electo; tal vez estemos en el inicio de una nueva era del nuevo-viejo PRI y el autoritarismo mexicano.

Consulte este artículo en línea en la sección de este colaborador (http://esp.mexico.com/lapalabra/index.php?method=colaborador&idcolaborador=165)

No hay comentarios.: