jueves, abril 30, 2009

Un análisis sobre el brote de influenza



México: Un análisis sobre el brote de influenza

Grupo de Acción Revolucionaria


-Existen muchos muertos de hambre en el país y la televisión no informa nada

Llamando a no caer en la paranoia, el pasado jueves 23 de abril, el titular de la Secretaría de Salud, José Ángel  Córdova Villalobos, anunciaba el inicio de medidas preventivas debido a la "epidemia" de Influenza Porcina que comenzaba a desarrollarse en nuestro país. El anuncio, que se daría en cadena nacional a las 11 de la noche de ese día, parecía tener toda la intención de generar en la población lo que supuestamente se quería evitar: pánico generalizado.

Con claro nerviosismo al emitir el informe, Córdova Villalobos habló de los casos registrados en el país, las medidas a implementarse por parte del Estado ante la "epidemia" y las precauciones sanitarias ante dicha enfermedad. Tras la debida "justificación", se desarrollaron acciones sin precedentes históricos en México como la suspensión de actividades escolares en el Distrito Federal y el Estado de México, que al día de hoy se ha extendido al resto de las entidades federativas que conforman esta nación, incluyendo también algunas actividades económicas de las llamadas "de bajo impacto". Sin embargo, la información gubernamental está plagada de errores, imprecisiones, contradicciones y ausencia de datos fidedignos y corroborables que permitan clarificar la realidad de la situación; aunado a esto, la campaña mediática, principalmente desarrollada por el duopolio Televisa-Tv Azteca, ha contribuido enormemente a propagar la confusión y la paranoia colectiva, a  tal grado que las clínicas, centros de salud y hospitales se encuentran a su máxima capacidad, así como también los centros comerciales ante la latente "cuarentena" que tiene a la población realizando compras de emergencia. Así mismo, las líneas telefónicas se encuentran saturadas ante la insistencia de personas que viven en el interior de la república y que tienen familiares en la capital, para saber de la integridad de estos últimos, ya que la información que se maneja en los medios masivos de difusión en otros estados del país, literalmente habla de que en la capital la gente está muriendo una tras otra. Analicemos cuidadosamente esta situación.

Información contradictoria y manipulación del gobierno calderonista

Según Córdoba Villalobos, el virus de influenza porcina se transmite de humano a humano, y que no se sabe de ningún caso en que las personas infectadas hayan estado en contacto con cerdos; mientras tanto la agencia alemana de prensa, Dpa, distribuía información del CDCP (Center for Disease Control and Prevention – Centro par el Control y Prevención de Enfermedades) de Estados Unidos, que revelaba que en ese país, desde diciembre de 2005 hasta febrero de 2009 se han confirmado 12 casos de humanos infectados con el virus de influenza porcina; todos, excepto uno, en personas que habían tenido contacto con cerdos. Por lo que concluyen que no hay evidencia de transmisión de humano a humano. El CDCP añade que cuando una cepa de influenza comienza a infectar a las personas y cuando adquiere la capacidad de transmitirse de una persona a otra puede desatar una pandemia. En principio, ¿cuál es el verdadero mecanismo de transmisión de dicha enfermedad? Así mismo, el gobierno se ha desgarrado las vestiduras al insistir en que la enfermedad, producida por el virus A-H1N1, es de reciente descubrimiento, cuando en Estados Unidos se habían presentado casos de estos desde 4 años atrás, y el primero registrado en la historia de aquel país lo padeció Barbara Ann Wieners en el año de 1988; lo cual, por supuesto, permitiría tener mínimamente un estudio serio sobre dicho virus, los vectores y su capacidad de transmisión.

De igual manera, nueva o no, la enfermedad en cuestión había comenzado a manifestarse de manera atípica desde hace más de una semana en la capital del país, y en otras entidades, por lo que esto debió haber sido suficiente como para adoptar acciones que impidieran la multiplicación de estos casos con mucha anticipación. Siguiendo la línea de la confusa información emitida por el gobierno de Felipe Calderón y la alerta mundial sobre el brote de influenza que supuestamente se desarrolló en México, el diario mexicano La Jornada, publica el 28 de abril pasado que el paciente cero del reciente brote no es ningún mexicano, sino un niño texano de 10 años en 2008.

Por otro lado, las medidas históricas como la suspensión de actividades escolares en el DF y el Estado de México, en un principio, dejaban fuera a otras entidades como San Luis Potosí, donde también se han desarrollado importantes brotes de la enfermedad; lo que resulta torpe y tremendamente contradictorio en el discurso inicial del gobierno federal, ya que si de lo que se trataba era de impedir un mayor número de contagios, la medida debió extenderse desde un inicio de manera general a las entidades que ya registraban brotes significativos, sin embargo, no ocurrió así hasta varios días después. Las versiones que circulan entre la población de SLP sobre el por qué no se llevó a cabo la medida, refieren a que el viernes 24 se celebraría un partido de futbol del equipo local, propiedad de Eduardo Del Villar Cervantes, un empresario con mucha influencia económica, que además busca un puesto político a través del Partido Acción Nacional (PAN).

Cuando el titular de la Secretaría de Salud emite su primer llamado a la población, lo hace para que la misma no pueda enterarse, en un horario donde la mayoría de los trabajadores y sus familias no tenían manera de poner al corriente con los sucesos. Sin embargo él mismo reveló en la conferencia posterior que la información sobre el nuevo virus la tuvo desde las 4 de la tarde del día 23; esperó 8 horas para dar el aviso tratándose de un asunto urgente de interés nacional. ¿Que tenía que consultarlo ante la gravedad del problema? Por supuesto que no lo hizo, ni siquiera convocó al Consejo de Salubridad General, órgano encargado de la emisión de disposiciones sanitarias ante enfermedades como la comentada, e integrado por las autoridades de salud de todo el país. Además, pretendió, según él, no generar pánico cuando por sentido común, la emisión de noticias y comunicados a altas horas de la noche, informando sobre una posible crisis, es el equivalente a recibir una llamada personal diciendo que algo grave está sucediendo. La creencia popular basada en los hechos históricos, habla de que el gobierno tiende a maquillar cifras y esconder datos para no infundir en la población miedo o descontento, como ocurrió en los sismos de 1985 en la Ciudad de México, o las terribles inundaciones en Villahermosa, Tabasco en 2007, o con el paso del huracán Stan en 2005, ejemplos donde el Estado trató (y logró), reducir el impacto de su torpeza ante la opinión pública, en las tragedias que cobraron la vida de cientos de personas debido a su deliberada falta de políticas de protección civil emanado de su desinterés por la población; sin embargo, claramente el gobierno calderonista no pretende evitar el pánico y la confusión, sino todo lo contrario.

Pero la torpeza del gobierno no terminó ahí, por supuesto, en esa misma oportunidad aseguró que se comprarían 300 mil dosis de vacunas, adicionales a las 200 mil que había donado ya un laboratorio y a las 50 mil en posesión del sistema de salud pública, sin embargo, la información posteriormente emitida por el mismo gobierno, advierte que dicha enfermedad deja en supuesta inutilidad la aplicación de las vacunas que el gobierno se jacta de poseer y finalmente revira diciendo en los últimos días, que siempre sí la vacuna es funcional; lo que es bastante confuso. La vacuna se aplica tradicionalmente a los menores de tres años y a los adultos mayores en México, si la respuesta a la enfermedad no pasa por la aplicación de la vacuna, entonces ¿por qué el virus ataca principalmente a aquellos sectores de la población a los que no se aplica la inyección preventiva como los jóvenes y personas adultas? Pero hay más en el caso de la vacuna contra la influenza. En el contexto de la visita del presidente francés Nicolas Sarkosy, en marzo pasado, el gobierno federal suscribió un acuerdo con el laboratorio Sanofi Aventis para implementar en nuestro país la construcción de una planta productora de vacunas contra la influenza en Ocoyoacac; considerada ya como potencial enfermedad pandémica la influenza fue la justificación para que, en conjunto con la paraestatal Birmex (Laboratorio de Biológicos y Reactivos de México), Chris Viehbacher de Sanofi Aventis y Córdoba Villalobos, suscribieran el acuerdo de la creación de dicha planta en presencia de Felipe Calderón. Tras el desarrollo de la enfermedad en el contexto de la información vertida por el ejecutivo nacional y las afirmaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el sentido de que no existe antiviral eficaz para combatir la cepa A-H1N1, resultaría inútil, bajo la misma versión del gobierno, la construcción de dicho complejo (y sin tomar en cuenta los resultados negativos que se desarrollan tras la instauración de las farmacéuticas trasnacionales en nuestro país); pero además es la prueba concreta del previo conocimiento por parte del gobierno federal del avance de dicha enfermedad de manera global y de su propia incapacidad para implementar una solución. Adicionalmente, queda claro que cualquier "remedio" a esta situación, se encuentra en manos de las farmacéuticas y laboratorios trasnacionales que encarecen los precios de los medicamentos, haciéndolos totalmente inaccesibles al pueblo trabajador y adicionalmente el gobierno calderonista declara que se enviaron muestras a los mejores laboratorios del mundo, dejando a un lado la investigación científica nacional y sus a actores; mismos que hasta ahora no se han pronunciado seriamente sobre los hechos en curso.

Pero hay más, mucho más. La alerta generalizada ha venido acompañada de versiones sobre supuestos decesos de trabajadores de la salud, principalmente médicos y enfermeras, que supuestamente han estado en contacto con los pacientes portadores de dicha enfermedad. Muchas de estas versiones ha circulado a través de comunicados emitidos por la misma dependencia de salud federal o por mismos funcionarios de las instituciones a su cargo, evitando proporcionar datos concisos y oportunos sobre las personas fallecidas, como por ejemplo, las condiciones de salud previas de los fallecidos, información que resulta de suma relevancia para explicar las muertes que se han registrado en el país, de acuerdo con lo señalado por Keiji Fukuda responsable de seguridad sanitaria de la OMS, el 27 de abril.

En una denuncia realizada por trabajadores de la salud de la sección XXIII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA), tomada personalmente por Acción Revolucionaria, el órgano informativo de nuestra agrupación, los compañeros declaran que el gobierno federal y local han hecho caso omiso de las peticiones  de información realizadas por ellos, con la finalidad de establecer archivos clínicos fidedignos sobre la enfermedad para comunicar a la población.

De igual forma, no se han proporcionado las posiciones geográficas de las muertes ni de los brotes de la enfermedad que permitirían a la población evitar los focos de infección; así mismo se niegan a responder por qué un mismo padecimiento ha derivado en decenas de muertes en nuestro país y no ha ocurrido otro tanto en Estados Unidos ni en países desarrollados en los que se ha hecho presente el virus.

La misma denuncia de los trabajadores del SNTSA recalca que en delegaciones como Iztapalapa o regiones como el barrio de Santa Fe, lugares típicos de propagación de enfermedades de este tipo debido a la falta de servicios, hacinamiento y deterioradas condiciones de vida, no se ha reportado ni uno solo de estos casos. Los compañeros del SNTSA concluyen que se trata de una manipulación total del gobierno y, peor aún, que la falta de transparencia en la información oficial constituye, en la actual circunstancia, un factor de riesgo adicional para la salud pública.

Las palmas de la confusión se las lleva el mismo Secretario de Salud federal, cuando el 28 de abril declara que "no es para tanto" el brote de influenza porcina (La Jornada 29/03). Bueno ¿y entonces?

Desde nuestra óptica y por todo lo anterior, con una población de 24 millones de habitantes en el Distrito Federal, los recientes casos de influenza no constituyen una epidemia, sino apenas un brote de enfermedad. Sin embargo, el actual brote representa, principalmente, una epidemia de lucro a favor de las farmacéuticas y los laboratorios trasnacionales.

El sistema de salud de México al descubierto

El estado de alerta y la campaña de pánico del gobierno calderonista ha evidenciado el alto grado de deterioro de las instituciones de salud públicas a cargo del Estado, producto de la aplicación rigurosa de las políticas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, en la perspectiva de privatizar el sistema de salud de México en completa colaboración con la burocracia y el charrismo que gobierna los sindicatos de salud en México. Los trabajadores se encuentran en este momento laborando en condiciones precarias, sin equipo y sin medicamentos necesarios para poder auxiliar a la población en caso de una verdadera epidemia.

Peor aún, los centros de salud comunitarios que se encuentran en zonas de alto riesgo del Distrito Federal, reportan instrucciones precisas de parte de las autoridades sanitarias locales y federales, en el sentido de conservar materiales supuestamente esenciales, como los cubrebocas, para disposición exclusiva del personal de salud. Ya que la distribución de los mismos se encuentra a cargo del ejército mexicano y de escasos miembros del personal de salud que se encuentra en las calles.

Los trabajadores de la salud de manera cotidiana enfrentan condiciones terribles para laborar y constantemente son rehenes de las campañas populistas de los gobiernos locales y federales. Por ejemplo, el programa "Ángel" del gobierno capitalino ha provocado severos brotes de violencia en los centros de salud comunitarios, ya que dicho programa promueve la entrega de medicamentos a personas en situación de riesgo sin que dichas dependencias cuenten con estos; además, en la reciente elección interna del PRD en Iztapalapa, Clara Brugada y Silvia Oliva promovieron vacunas y demás apoyos médicos en sus campañas proselitistas por la titularidad de la candidatura a la delegación Iztapalapa, provocando un desborde tremendo de las dependencias de salud en dicha demarcación con el argumento de ser "una oferta" de las "candidatas"; en esa ocasión, el personal de salud denunció que, al verse rebasado y sin contar con dichos "apoyos", fue violentado en continuas ocasiones por personas que se comunicaban directamente con las "candidatas", mismas que llamaban a la gente a "exigir lo que les corresponde", tachando al personal de salud de ocultar los medicamentos que nunca proporcionó el Gobierno del Distrito Federal o que si lo hizo, fue muy reducido. Particularmente en el TIII de Santa Martha Acatitla, la situación casi provocó el asesinato de un médico.

La misma situación con el llamado Seguro Popular del gobierno calderonista que no cuenta con medicamentos, personal de salud y recursos suficientes para brindar tan siquiera la atención básica. Los trabajadores de la salud están a merced de los designios populistas de la clase en el poder; además, el sistema de salud pública enfrenta una fuerte reducción de personal y falta de infraestructura para operar en condiciones óptimas, viéndose fortalecidos los hospitales y clínicas privadas principalmente en los dos recientes sexenios. La falta de inversión en investigación ha dejado al sistema de salud a merced de las farmacéuticas trasnacionales que buscan la manera de exprimir hasta el último centavo a la clase trabajadora en situaciones como esta; prueba de lo anterior, el acuerdo con Sanofi Aventis.

Influenza y elecciones

Pero no han transcurrido ni una semana de los acontecimientos y el PRI, PAN y PRD ya se encuentran realizando campañas proselitistas rumbo a julio de este año y, por supuesto, para el 2012.

Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Marcelo Ebrard, no han dudado ni un segundo en utilizar los medios para difundir las mismas torpezas que el titular de la Secretaría de Salud escupe cada segundo. Esto se demuestra fácilmente ya que no están dando certeza alguna a la población absolutamente de nada, todos utilizan las mismas imprecisiones y recomendaciones; y sin embargo ya tienen los reflectores puestos y listos para hacerse notar constantemente de acuerdo a cómo avance el brote de la enfermedad.

Pero el "as bajo la manga" lo tiene el gobierno calderonista, ya que se encuentra esperando la oportunidad de anunciar sus grandes negocios con las farmacéuticas en supuesto beneficio de todos los mexicanos, tratando de inducir en la población que los salvadores del pueblo, ante al brote de la "epidemia", son precisamente ellos. Cuando en general, la clase gobernante es la responsable del clima de pánico y zozobra que vive el pueblo trabajador de México en estos días, así como también son los responsables de las terribles condiciones del sistema de salud que se cae a pedazos, incapaz de solventar las inquietudes elementales de los trabajadores y del grueso de la población, ante esto que es a penas la punta de lanza de lo que se podría desarrollar de no atender las medidas necesarias para una real solución.

La influenza financiera

En la tierra del legendario chupacabras, supuesto animal se caracterizaba por exprimir hasta la última gota de sangre de animales de granja y domésticos, que se hizo muy popular mientras se desarrollaba la crisis del sexenio de Carlos Salinas De Gortari y uno de los saqueos más importantes contra la clase trabajadora de nuestro país, las coincidencias no existen. El escenario del brote de influenza ha sido el factor que sacó de escena el desarrollo de la crisis capitalista y el distractor sobre las tareas de la clase trabajadora para enfrentarla; es claro que si pudo inventarse "armas de destrucción masiva" para justificar la guerra en Irak, utilizar brotes que pueden desarrollar epidemias, es cosa de niños.

Tan sólo un día antes de que se diera el anuncio de la "pandemia del siglo XXI", el FMI anunciaba la bancarrota del Estado mexicano al declarar que el sistema financiero era incapaz de sostenerse ante el desarrollo de la crisis financiera mundial. Este anuncio se hizo tan sólo unos cuantos días después de que el mismo FMI aprobara el préstamo de los 47 mil millones de dólares al gobierno mexicano; el inicio del default financiero de México.

La crisis financiera ha salido ya de los reflectores no sólo de México sino de todo el mundo con el caso de la influenza porcina; el gobierno de Calderón a través de la Secretaría de Economía, trata de colocar a la influenza como uno de los principales factores del retroceso de la economía mexicana. Así mismo se dio a conocer en los medios de difusión nacionales el pronóstico de contracción de la economía mexicana de en un 3.7 por ciento en 2009 y un crecimiento de uno por ciento en 2010. En enero esperaba sólo una caída de 0.3 por ciento para este año (La Jornada 23/04).

En el escenario del brote de influenza hasta los mercados bursátiles se han contagiado. El índice Dow Jones acabó abajo por 51 puntos, con "preocupaciones por los efectos económicos del brote" generando bajas en las acciones de líneas de aviación y hoteles. Mientras tanto, las acciones de empresas farmacéuticas y hospitalarias registraron alzas (La Jornada 28/04).

Por supuesto, es el perfecto escenario para garantizar los despidos que los patrones realizan ante la ausencia de los trabajadores por el temor de contraer la enfermedad. El Secretario del trabajo, Javier Lozano, únicamente se enfocó a solicitar "sensibilidad" a las patronales ante las faltas sistemáticas de los trabajadores que están inmersos en la confusión y la incertidumbre ante la posible propagación del virus. La Iniciativa Privada declara que ante la "epidemia", 70% de los trabajadores del ramo de servicios, perderán sus empleos (La Jornada 29/04).

Así mismo, se está llegando a un escenario peligroso del establecimiento de un "estado de excepción" so pretexto del virus, sacando al ejército de nuevo a las calles; ya se ha aprobado y justificado el derecho a ingresar a cualquier vivienda y tomar medidas discrecionales para "aislar a los infectados", limitando además las libertades de tránsito, reunión y asociación; medidas que buscan prevenir y sofocar posibles estallidos sociales por parte de la población descontenta y desinformada. En este sentido, se está aprovechando la influenza para adelantar una agenda en materia de seguridad ya existente, y que viola las garantías individuales de la población. Esta agenda se puede ver en la "ley gestapo" o en el Acuerdo para la Seguridad de América del Norte, firmado por Fox y Bush en el 2005. Tan sólo el jueves 23 se aprobó la "Ley de la Policía Federal", que entre otras cosas, le otorgan facultades para la utilización de agentes policiales sin uniforme en los casos en que lo amerite alguna  investigación, así como la intervención de las llamadas telefónicas, correos electrónicos y solicitar información para "fines de investigación" y prevención de "conductas delictivas"

Las cámaras del Congreso no han dejado de laborar, curiosamente, ninguno de los supuestos representantes populares, ha adoptado las medidas sanitarias preventivas; tan sólo en la última semana se han aprobado adicionalmente al paquete de seguridad, paquetes laborales y de educación. Pero de nada de esto informan los medios de difusión, solo del brote de influenza, la cortina de humo perfecta para atentar contra los derechos de los trabajadores mexicanos.

Por una salida de los trabajadores para enfrentar la actual crisis

En primer lugar, hemos sostenido que para intervenir en el desarrollo de la crisis, debemos atacar al capital. Todos los trabajadores y los sectores explotados y oprimidos del país deben contar con acceso irrestricto a los servicios médicos y medicamentos completamente gratuitos. En estos momentos, es de vital importancia tener la certeza de lo que está ocurriendo como un elemento primordial que genere tranquilidad a la población para el pleno acatamiento de las medidas de prevención que se promueven. Está a la orden del día la exigencia de las pruebas claras y los datos concretos sobre el desarrollo y evolución de la enfermedad, así como el detalle puntual de los decesos hasta ahora registrados por el brote.

Mientras el gobierno federal hace crecer la deuda pública enormemente, no se utiliza nada de los recursos presupuestales para el sistema nacional de salud. Debemos luchar todos los trabajadores, con los trabajadores del sector salud en su conjunto, por un programa de salud con mayores recursos humanos, salarios y presupuesto medicamentos e infraestructura. Expulsar a las trasnacionales farmacéuticas que exprimen a la clase trabajadora y hacen inaccesibles los medicamentos y luchar por el restablecimiento de la producción de medicamentos; frenar la privatización de la que ya es objeto las paraestatales de este ramo. Echar atrás los lesivos avances de la privatización del sistema de salud. La patronal y el Estado, en consonancia con la política neoliberal buscan rentabilizar el conjunto de la economía privatizando todos los servicios públicos, significando esto el encarecimiento y un fuerte golpe al nivel de vida de los trabajadores. El sistema de salud pública es una conquista que le han costado muchas  luchas al pueblo trabajador. A esto hay que agregarle que es el pueblo trabajador el que diariamente paga con sus impuestos el costo del sistema nacional de salud. No es el Estado el que graciosamente otorga estos servicios, que son pagados por los trabajadores, y por lo tanto no son ningún proteccionismo del gobierno como argumentan los empresarios y el gobierno en sintonía con el imperialismo estadounidense y sus trasnacionales del ramo. Debemos luchar por la nacionalización del todo el sistema de salud, lo que significa expropiar sin pago todos los hospitales, farmacéuticas y laboratorios. Por un sistema nacional de salud integral bajo control de los trabajadores y el pueblo pobre.

Garantizar el cobro de la totalidad del salario ante la crisis en desarrollo y luchar contra los despidos o suspensiones, analizando que las mismas se generan bajo en continuidad con los despidos y cesantías que producto de la crisis financiera.

Repudiemos enérgicamente el "estado de excepción" y defendamos en las calles las garantías y libertades democráticas. Abajo las recientes reformas y la "Ley de la Policía Federal". No debemos de acostumbrarnos a la presencia militar en las calles, ¡los soldados de regreso a los cuarteles!


Grupo de Acción Revolucionaria
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