lunes, mayo 02, 2016

El trotskismo, que nació al morir Lenin en 1924, siempre puso adelante su ideología


Pedro Echeverría V.

 

Para Lupín Montiel (+) y Manuel Aguilar

 

1. Mi amigo desde hace 50 años, Manuel (Aguilar Mora) quien para mí ha sido el fundador en los sesenta del Trotskismo en México, acaba de enviarnos un texto acerca del libro La Revolución Traicionada de Trotsky. He corrido a ver mi ejemplar y he visto que el que poseo es la edición de Claridad de 1938 con un prefacio de Trotsky de 1937 y palabras preliminares de Víctor Serge. Cuando Manuel estuvo en mi casa hace poco más de un año, pudo ver que sin haber sido yo nunca trotskista, conservo varias decenas de periódicos que ellos editaron: Bandera Roja, El socialista, Clave, y otros más. No fui trotskista, pero sí amigo y colaborador de ellos en ideas a fines.

 

2. No sé si en mis concepciones político/ideológicas en la izquierda he sido un "blandengue" y por ello casi nunca me he confrontado con mis amigos; con la derecha sí como sea y donde sea, pero con la izquierda –dado que nadie ha demostrado ni convencerá que tiene la razón- prefiero marchar en "unidad y lucha". Continúo siendo solidario –desde la CNTE- con Morena, los radicales del PT, los trotskistas, los maoístas, los zapatistas, los anarquistas y demás grupos de la izquierda radical. Poseo los principios ideológicos del marxismo y el anarquismo, los defiendo contra la derecha, pero no estoy dispuesto a pelearme como hacen los religiosos por sus dioses.

 

3. Luego de conocer a Manuel me hice amigo de más de 50 maravillosos compañeros de la LOM, el POR, GCI, el PRT, la LS, Clave: algunos encarcelados en Lecumberri  y otros integrantes de grupos que funcionaban en la UNAM, el Poli, CCH, SPAUNAM, STUNAM en los 60, 70, 80. En muchas ocasiones me invitaron a sus diversos grupos y diferentes reuniones y a muchos de ellos los sigo teniendo muy presentes. El filotrotskista Deutscher –junto con Carr, Claudín y Cole- me ayudó entender la historia del comunismo mundial y el movimiento obrero. Así que mis interpretaciones se acercan más al trotskismo y al anarquismo; se alejan del stalinismo.

 

4. Sin embargo jamás dejé de ser un crítico de Trotsky y de revisar  sus textos anteriores a 1905 (Nuestras tareas e Informe en Siberia) cuando coincidía con Rosa Luxemburgo, su actuación en la revolución de 1905, sus acercamientos con los mencheviques, su coincidencia en 1917 con Lenin, su papel autoritario como gobernante contra los obreros y Kronstand, su polémica con Stalin acerca de la revolución en un solo país y la revolución permanente, el profeta desarmado y desterrado, etcétera. He pensado que hay mucho que hablar de la revolución rusa, de Lenin, la tercera internacional y, obviamente de la IV; pero pienso que a estas alturas es muy difícil defender bloques de ideas.

 

5.  Comencé a conocer el trotskismo en 1964 con un librito de Michel Pablo (más tarde Raptis) acerca de la IV Internacional y sus objetivos; esos mismo años me centré en el debate chino/soviético, la guerra de Vietnam y la revolución cubana. Muy pronto comprendí la política del imperialismo en el mundo, pero el trotskismo dedicaba todos sus argumentos para demostrar el significado del stalinismo, la burocracia rusa y el Estado no obrero de la URSS. El crecimiento del apoyo a las posiciones del maoísmo frente al PCUS en la guerra de Vietnam y lo que significó la Revolución Cultural China, pareció alejar al trotskismo de la polémica mundial.

 

6. En México vivimos atentados que sufrió Trotsky y su asesinato en 1940. Aunque había sido derrotado en el partido bolchevique, expulsado de él y también de Rusia, Trotsky gozaba de muy fuerte presencia internacional. Estuvo exiliado en la frontera Ruso/China (Alma Ata), en Turquía en 1929, en Francia, en Noruega (exilio donde escribe el libro que comentas) y México a partir de 1937. Pero el trotskismo no se reafirmó como gran movimiento internacional porque el stalinismo (como el capitalismo mundial) se acomodó muy bien en la URSS y los partidos a través del Jruchovismo , de Breshnev y otros gobiernos, por lo menos hasta antes de Putin que ya es otra casa.

 

7. Pienso que La revolución permanente y el Programa de transición son los textos que identifican más el trotskismo. Trotsky es mucho más cercano a Marx, así como Stalin más seguidor de Lenin. En las condiciones rusas yo coincidí más con el Trotsky menchevique amplio y democrático; con el escritor de la historia de la revolución rusa, de Mi vida, de Literatura y Revolución, así como de arte y cultura. Jamás pude aceptar al Trotsky que combatió contra los obreros de los sindicatos o los marinos de kronstand que luchaban contra la burocratización de la revolución y la expropiación por un partido –de arriba y afuera- que nada tenía que ver con el socialismo. Pero sigo admirando la fidelidad de los alumnos de Trotsky. (1/V/16)

 

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