martes, agosto 26, 2014

Congreso de Ayotzinapa, Guerrero: ¿Condiciones objetivas o “indecisión” política?




Pedro Echeverría V. 

 

1.     El Congreso Social de Ayotzinapa que se celebrará el próximo sábado y domingo, me recuerda las grandes asambleas de 2012 de Oaxaca, de Atenco, de Morelia, del DF del Congreso Popular, del SME/CNTE hace unos meses. A éstas, así como de años anteriores, hemos llegado con la convicción de construir alternativas que permitan organizar fuerzas la frenar y derrotar a la clase política y empresarial que hace más miserable a la población. Hemos salido bien, pero luego los acuerdos no se cumplen de manera cabal, falla la coordinación y a los pocos años regresamos a lo mismo. La clase política sigue despojándonos y con sus procesos electorales tapando todo el profundo pozo de corrupción de cada sexenio.

 

2.     No hay duda que en México ha crecido la protesta social contra el capitalismo extendiéndose en todo el país; por ello el gobierno ha contratado –según cifras de publicaciones recientes- a decenas de miles de policías y soldados para el ejército, en lugar de solucionar el gigantesco desempleo, frenar los salarios miserables e impulsar las inversiones necesarias. Todo ese gran descontento debe ser coordinado en la lucha social para evitar que los gobiernos continúen reprimiendo y asesinando las protestas. Esta reunión es esperanzadora, puede ser muy importante y hasta definitiva. De ella debe surgir una coordinación, así como comisiones de difusión, propaganda y finanzas, que se encarguen de fortalecerla.

 

3. Estuve leyendo hoy en Rebelión a un político e historiador español (Julio Anguita) que nos recuerda que "la Historia es fecunda" de grupos humanos que han tenido la posibilidad de cambiar el curso de la historia: pero "las indecisiones" han hecho abortar la culminación de la empresa.  Nos cuenta la indecisión de cartaginés Aníbal de tomar Roma, representando una ocasión perdida. Años después Aníbal fue derrotado por Escipión que significó su derrota final. Lo mismo se ha dicho en nuestro país de Hidalgo en 1810 en la lucha por la Independencia de México y otros momentos en las luchas de Reforma, la Revolución y del mismo zapatismo: las indecisiones de sus dirigencias. ¿Cuánto pudo cambiar la historia?

 

4. Es obvio que no solo es un problema de "indecisiones" sino un asunto mucho más profundo: de condiciones objetivas y subjetivas de los trabajadores, como nos han enseñado Marx y sus seguidores; es decir, cuando las masas están conscientes, se agrupan y luchan, dentro de ellas surgen los dirigentes que tendrán que obedecer a las grandes movilizaciones. Pero tampoco –en muchos momentos y circunstancias- puede hacerse a un lado las "indecisiones" de sus dirigentes, las fuerzas y las ideas que representan. ¿Cuántas veces hemos visto que si la "dirigencia" no quiere movilizar, si tiene miedo a que sea rebasado, si aún tiene confianza en el poder, si no llama a salir a la calle o no prepara una huelga, las cosas no se hacen?

 

5. Pero también las "indecisiones" dependen del tipo de política de la clase gobernante y empresarial. Los gobiernos del PRI, desde que se instalaron en 1929 reparten dinero a "manos llenas" y muchos privilegios (cargos, subsidios, compensaciones) entre sus seguidores y entre la llamada oposición. Han sido gobiernos "presidencialistas y corporativos" que desde hace 100 años practicaron la "política de masas y negociaciones". Todos los partidos: PRI, PAN,PPS, PCM, PRD, iniciaron su andar con demandas radicales, justas y honestas; pero después de dos o tres años –mediante subsidios de gobiernos- traicionan sus viejos principios provocando el surgimiento de otros "reivindicadores" que seguirán el mismo camino.

 

6. "La indecisión –señala el pensador Anguita- es un estado de padecimiento mental en el que los sentimientos, las dudas y las razones están fuertemente confrontados entre sí. Constituye una experiencia dolorosa cuando se circunscribe a lo estrictamente personal; pero se convierte en tragedia social si la indecisión afecta a fuerzas sociales y políticas a quienes los acontecimientos que por otra parte ellos han protagonizado, les otorgan la capacidad de explotar un triunfo. En éste último caso, el de la indecisión ante la asunción de las consecuencias de la propia obra, son dos las razones que, a mi juicio, los protagonistas deben considerar para acabar con la parálisis y la frustración derivada de ella".

 

7. Y el escritor cita un bello párrafo de Cervantes en D. Quijote: "Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho; los obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones; nuestro enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos; la cosa más fácil, equivocarnos; la más destructiva, la mentira y el egoísmo; la peor derrota, el desaliento; los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas, la buena conciencia y el esfuerzo para ser mejores en ser perfectos; y sobre todo la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia donde quiera que estén". No hay duda de que Cervantes conocía bien a los seres humanos; no de sus tiempos sino de todos.



8. Luego Anguita, el político español inteligente de centro/izquierda, que parece llevar inscrito en su frente la palabra "programa", señala que no basta que solo nos reconozcan como la "unión de disconformes" o inconformes. Dice que todas las organizaciones tienen propuestas, pero "falta un programa mínimo y un discurso común" anticapitalista y anticorrupción que la opinión pública mayoritaria comience a reconocer. Anguita está hablando de la coyuntura en España –muy distinta a la de México- pero sigue polemizando de manera abierta. Fue dirigente de Izquierda Unida y del PCE y seguramente ha cometido mil errores, pero su llamado a la unidad y a salir del ostracismo parece válido. (26/VIII/14)

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