Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Resulta harto ilustrativo que el gobernador de California, Edmund G. Brown, el estado más poblado de la Unión Americana y por sí solo una de las principales economías de la aldea, entienda más y mejor que las "modernizadoras" elites gobernantes mexicanas sobre los grandes riesgos que conlleva abrir de par en par las puertas del sector energético nacional a tan decisivas trasnacionales que, hasta hoy, no existe poder institucional que pueda someterlas al orden.
Podrá argüirse que las muy pertinentes recomendaciones al gobierno y el Congreso mexicanos, de aplicar "mano dura" para regular a las empresas petroleras y eléctricas que invertirán en México o, de lo contrario, "se los van a comer vivos", fueron formuladas "a destiempo", pero Brown hace el favor de pronunciar una advertencia de índole estratégica, que ya será asunto de gobernantes y legisladores si la atienden o ignoran, cuando la embriaguez privatizadora hace de las suyas entre diputados y senadores del cuarteto partidista inducido desde Los Pinos, por encima de la precaria autonomía de los poderes de la Unión y de la presunta diversidad partidaria.
Lo anterior permite recordar, sin ninguna exageración, 1988-94, pero Carlos Salinas reconocía sin tapujos la existencia del "partido prácticamente único", mientras ahora pacto, cooptaciones y subordinaciones están a la orden del día, aunque no falten dirigentes como Jesús Zambrano, del Partido de la Revolución Democrática, que acusan de "traición" a los señores y señoras del "¡Mover a México!" (¿En reversa?)
Las agradecibles observaciones de Brown se produjeron enseguida de la voluntariosa frase de Gabriela Cuevas en el Senado, de que las reformas estructurales, entre ellas la energética, "pueden proyectar a la economía mexicana entre las 10 primeras del mundo". Se quedó corta la otrora delegada que nunca entregó cuentas claras en la Miguel Hidalgo, pues su padrino Felipe Calderón juraba, como monaguillo, que México será la quinta economía del orbe ¡en 2040!
Y el estadunidense de California, estado que tras la privatización eléctrica sufrió en el 2000 la crisis energética provocada por Enron para incrementar al máximo sus utilidades, ahora recomienda, en la interpretación del senador Lou Correa: "Si van a privatizar su mercado energético, háganlo, pero háganlo bien, porque hace 15 años que dejamos ir al sector eléctrico y lo pagamos muy caro". Nada más 10 mil millones de dólares que aún cubren los causantes.
Tan subordinados intelectual y políticamente como son los gobernantes, están legislativamente a tiempo para atender los consejos de los dos californianos, con todo y automática descalificación de David Penchyna: "Se trata de una frase oportuna, pero hay que leer el modelo regulatorio mexicano, que es uno de los mejor probados a escala mundial de pesos y contrapesos". Sí, probados en el papel y en la desesperación del senador por ser gobernador de Hidalgo, así tenga que firmar la venta de lo que no es suyo, sino de la nación, pero detentado por un voraz gobierno a través de la Secretaría de Hacienda, una corruptísima burocracia sindical y directivos que, como todos los que la encabezaron, además de Pedro Joaquín y Juan Bueno Torio, hicieron y hacen su agosto privado en la todavía paraestatal.
También llama la atención que mientras el titular del Ejecutivo mexicano le garantizó al de California que la reforma energética contribuirá a "la prosperidad de Norteamérica" (como indebido sinónimo de Estados Unidos o bien referido a Canadá, Estados Unidos y México), Brown privilegió más, por lo menos en el discurso ante los senadores, los intereses de los mexicanos.
Acuse de recibo
"Estupenda su Utopía ('¡Traición a la patria!' 30-VII-14), mil gracias. Muy buenos los comentarios de todos en su sección Acuse de recibo"; dice Abigail Bello Gallardo, trabajadora de la salud en Xalapa, Veracruz… En México existen 65 mil presos, hacinados en 430 cárceles y sin garantía de electricidad, alimentos, medicinas y cámaras que funcionen las 24 horas del día. No hay un sistema penitenciario sino 420. Tampoco hay mil presos bien diagnosticados. "El colapso es grave". El diagnóstico es de un gran especialista que pide omita su nombre…"–Lo difícil no es ganar dinero sin más –se lamentaba–. Lo difícil es ganarlo haciendo algo a lo que valga la pena dedicarle la vida." Miquel Moliner, personaje de la novela La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón. Planeta, 2008, 569 páginas. Oportuna frase en tiempos de la deificación extrema del dinero, por encima de todo… En la víspera del décimo aniversario de la publicación impresa, porque también existe digital y en varios portales y blogs, de Complot contra un proyecto de nación (Ediciones Quinto Sol, septiembre de 2004), Francisco Solís Peón, me dijo al oído: "No se lo digas a nadie, pero me gustó mucho tu libro"… También en septiembre, el día 6, Utopía cumplirá su primera década de vida ininterrumpida y en diálogo permanente con sus generosos lectores.
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