martes, septiembre 18, 2012

Protestas estudiantiles en el zócalo en "el grito" contra Calderón y Peña; represión a estudiantes

Pedro Echeverría V.

1. A pesar de la férrea vigilancia policíaca de más de 25 mil uniformados, unos tres mil estudiantes se concentraron en el zócalo desde las 10 de la noche, llevando mantas y carteles entre las ropas,
con el objetivo de protestar y lo lograron maravillosamente. Los reporteros independientes han subido a Internet videos para demostrar esta digna batalla, misma que Televisa, TV Azteca y otros medios -al
servicio del gobierno y de los empresarios- ocultaron a propósito, tal como lo han hecho durante varias décadas. Estos funestos medios de información que han acumulado gigantescas riquezas durante losgobiernos del PRI y del PAN, han manipulado la información resaltandoy escondiendo los hechos según sus propios intereses capitalistas.

2. Bastaron tres consignas: 

a) Cuando el presidente Calderón comenzó el "grito" de "vivan los héroes que.", los estudiantes (y el público que se solidarizó con ellos) comenzaron a gritar más fuerte: "asesino, asesino, asesino" y así durante cinco minutos;  

b) Cuando FelipeCalderón agitaba la bandera y tocaba la campana, los estudiantes le gritaron cinco minutos: "Fraude, fraude, fraude" y 

c) Cuando se tocó el himno nacional, los estudiantes y acompañantes gritaron 10 minutos: 

"México, sin PRI; México, sin PRI; México, sin PRI". Los reporteros oficiales sólo enfocaron el balcón de Calderón y sus grabaciones sólo registraron ese hecho. Sin embargo, nunca han faltado otros registros de protestas en actos públicos, en informes y plenos de legisladores.

3. Terminado el acto el enfurecido Calderón -antes de ingerir el primer trago de la noche- ordenó detener a todos aquellos jóvenes que pusieron en ridículo aquel "acto sagrado". Cientos de policías
vestidos de civil y otros uniformados fueron cazando a los muchachos -hasta llegar a 80- deteniéndolos con lujo de violencia para escarmentarlos y al mismo tiempo con insultos y amenazas de tener ya sus fotografías y sus fichas para que no vuelvan a protestar contra Calderón y el presidente electo (Peña Nieto) Los jóvenes estudiantes no dejaron de mencionar y exigir el respeto a la Constitución y a los derechos humanos, pero a los policías eso les valió un carajo. Esta detención -además de las que se han realizado en varios estados de laRepública- demuestra el despotismo vigente.

4. Antes de la implantación del neoliberalismo, de la extensión del desempleo, que se registraran los sismos del 85, de la expansión del ambulantaje, las ceremonias del "Grito de Independencia" que cada 15 de septiembre se realizaban en el zócalo de la ciudad de México -por lo menos desde 1966 que comencé a asistir a ellas cada año- eran verdaderas fiestas muy bulliciosas del pueblo; asistía por lo menos un millón de personas (en distintas horas de la tarde y noche). Mucha gente jugaba arrojando confeti, harina, cáscaras de huevo; otra salía a comer la gran variedad de fritangas y dulces que se vendían y los demás tomábamos esa tarde-noche como horas de agradable paseo. No
había acordonamiento de policías ni mucho menos alguna revisión. Sólo había que abordar el tranvía de 35 centavos.

5. Las protestas públicas, los silbidos y abucheos contra el presidente Díaz Ordaz comenzarían en la ceremonia del grito el 15 de septiembre de 1968 después de la enorme manifestación estudiantil de
silencio dos días antes que ocupó el zócalo. Ese día 15 los estudiantes celebraron el grito de independencia en la UNAM, en Zacatenco, en el Casco de Santo Tomás y en la Vocacional siete. ¿Puede olvidarse acaso que cuando Díaz Ordaz inauguró las Olimpiadas Mundiales aquel 12 de octubre -10 días después de la matanza de estudiantes en Taltelolco- recibió del público una gigantesca silbatina, gritos y mentadas de madre que apenas registraron losmedios? Sin embargo las protestas se multiplicaron a partir de los años ochenta.

6. Las protestas estudiantiles del Yo soy 132 de anoche en el zócalo demuestran una vez más que ese valeroso movimiento sigue vivo a pesar de la represión abierta y selectiva que ha venido sufriendo. La maravillosa reunión que se realizará en Oaxaca el 22 y 23 es muy esperanzadora porque en ella se analizará la situación del país y se discutirán las futuras acciones a organizar. Esperamos que Morena -la organización encabezada por López Obrador- también sea un instrumento de unidad en las batallas por lograr un México libre, democrático y participativo. El pueblo mexicano comienza a despertar, a abrir los ojos y a darse cuenta que PRI y PAN son la derecha empresarial y proyanqui y que el PRD va por ese mismo camino. Quedan algunasesperanzas en que Morena se convierta en un instrumento de apoyo a las luchas del pueblo.

Pobreza y violaciones a derechos humanos


Sara Lovera / Semlac
sara.lovera@ymail.net   Twitter: @SaraLoverLopez

El saldo de violencia que dejará la administración de Felipe Calderón en México es siniestro: 90,000 homicidios, 300,000 desplazados y 5,000 desaparecidos.
Calderón, quien entregó este primero de septiembre el VI Informe de Gobierno y dejará la silla presidencial el 1 diciembre próximo, ratificó que la estrategia policíaca/militar debe continuar.
De su administración, Amnistía Internacional (AI) entregó el 30 de agosto un informe, en el cual denunció que a la violencia sistemática se suma una crisis económica que ha dejado 52 millones de pobres, 34,000 asesinatos de mujeres, 3,000 desaparecidas y un crecimiento de hasta 200 por ciento en las denuncias de violación a los derechos humanos.
En el mismo tono evaluatorio a la administración de la derecha tradicional mexicana, integrantes del Pacto por la Vida y la Libertad de las Mujeres sostienen que continúan encarceladas al menos 30 mujeres por interrumpirse un embarazo.
En este sexenio, adicionalmente, se reactivó la esterilización a mujeres en edad reproductiva. Sólo en Veracruz, en una zona indígena denominada Zongolica, Semlac recogió numerosos testimonios sobre esta práctica ejecutada en hospitales municipales, dependientes de la Secretaría de Salud.

Ello lo ratificaron en entrevistas Armando Joel Trinidad, presidente municipal de Rafael Delgado, Veracruz, y la directora del Instituto Municipal de las Mujeres, Guadalupe Romero.

Mientras tanto, la organización La Trenza de Oaxaca documentó, sólo en el último mes, 21 asesinatos de mujeres en siete entidades del país y el Observatorio Nacional de Feminicidios denunció, por primera vez en una década, que cientos de mexicanas emigraron a Estados Unidos y Canadá ante la inoperancia del aparato de justicia nacional para frenar la violencia familiar.

El informe de la oficina de AI, dado a conocer el 30 de agosto, sostiene que en México existe una crisis de derechos humanos, sólo comparable con un estado de facto o una situación de guerra. Pidió la inmediata ratificación del tratado internacional de derechos económicos, sociales y culturales.

Protesta callejera y creciente
En la última semana de agosto, hubo protestas en 22 ciudades del país, y AI colocó diversos muñecos frente a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) para llamar la atención sobre esta crisis de derechos humanos y denunció que el gobierno de Calderón "responde a los intereses de empresarios, ignorando a los ciudadanos y a las víctimas".
"Es la mayor crisis de derechos humanos en México", dijo a los medios de comunicación el coordinador de movilización e impacto de AI, Daniel Zapico, quien recordó que de los 112 millones de mexicanos, 52 millones viven en situación de pobreza, según cifras oficiales dadas a conocer en julio de 2011.
A las puertas de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), de la ciudad de México, el jueves 30, a 24 horas de conocerse el fallo del Tribunal Electoral que confirmó a Enrique Peña Nieto como ganador de los comicios, un nutrido grupo estudiantil llamó a desconocer ese resultado.

Los hechos del último mes

Con el asesinato de tres mujeres de Oaxaca, a 209 kilómetros de la capital del estado, por sujetos desconocidos que portaban armas de fuego, suman 54 los feminicidios en 2012, mientras que aún no entra en vigor la tipificación de feminicidio que hace 15 días aprobó la LXI Legislatura de Oaxaca. Y otra mujer, Fidela Jarquín, de 38 años de edad, fue asesinada a golpes en el distrito de Miahuatlán de Porfirio Díaz.
La Procuraduría General de Justicia del Estado de Morelos confirmó que dos fueron las mujeres asesinadas con armas de alto poder el 25 de agosto. Eran estudiantes de preparatoria y enfermería, con edades de 18 y 22 años, a cuyas muerte se suma la de una adolescente de 14 años, que fue ultimada el 27 por la mañana en una colonia al oriente de Cuernavaca, llamada la ciudad de la eterna primavera.
En Guanajuato hallaron a una mujer asesinada dentro de un inmueble. Su cadáver presentaba huellas de violencia y fue localizado en un domicilio situado en la colonia Jacinto López, perteneciente al municipio de Cortázar.

El 19 de agosto fueron asesinadas dos mujeres jóvenes en Nuevo León. Los hechos se registraron en el área metropolitana: una fue asesinada en Monterrey y otra más en San Pedro Garza García.

En el norteño estado de Coahuila, fueron halladas cuatro mujeres estranguladas en Torreón. Las autoridades policiales dijeron que los cadáveres presentaban signos de tortura.
Este recuento incluye otras dos asesinadas en agosto en Ciudad Juárez, Chihuahua; tres en Guerrero, y en la misma semana se denunció una creciente trata de niñas y niños en Chiapas. 
Los grupos de mujeres han insistido en los últimos meses en que se necesita una gran cruzada para reavivar los derechos de esa parte de la población. La diputada Elena Tapia dijo a Semlac que la tarea de las nuevas legisladoras, como ella, será crear en el Congreso un mecanismo de vigilancia.

Candidata a presidir la Comisión de Equidad y Género, Tapia señaló que las leyes resultan inoperantes porque nadie toma en cuenta a las y los funcionarios públicos y escasea la protesta organizada debido a la pobreza, la desigualdad, el homicidio y las violaciones a los derechos laborales y humanos. Eso sostiene la impunidad, dijo, y nos da las peores cuentas en este sexenio.

Por lo anterior, la exdiputada Teresa Incháustigue, quien realizó la última investigación pormenorizada sobre los homicidios femeninos, consideró que el delito debe ser de carácter federal y bien tipificado, y que en la nueva legislatura debe continuar una comisión que vigile e investigue, tomando en cuenta que en los últimos años se han expedido decenas de leyes que en la práctica son inoperantes.



El papel que han jugado Los Chuchos para hacer fracasar los avances de la democracia


El papel que han jugado Los Chuchos para hacer fracasar los avances de la  democracia
Seguramente se quedarían solos una vez que los militantes con un mínimo de cordura y dignidad decidieran actuar correctamente.

Con sus declaraciones, los dirigentes del Consejo Coordinador Empresarial (CEE), y de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gerardo Gutiérrez Candiani y Alberto Espinosa Desigaud, respecto de que el PRD es "la izquierda moderna que la iniciativa privada estaba esperando", queda muy claro el papel que infortunadamente ha jugado ese partido, al quedar en manos de Los Chuchos, para hacer fracasar los avances de la democracia en el país.
         
Ambos dirigentes empresariales coincidieron en calificar de "gente moderna y abierta" a los legisladores perredistas con quienes tuvieron una reunión en la que estos se comprometieron a "hacer su tarea", a fin de aprobar una reforma laboral "a favor de México". Como la oligarquía considera que sólo sus miembros representan al país, entonces lo que podemos esperar es que se hayan comprometido en realidad a secundar los esfuerzos del PRI y del PAN para sacar adelante la iniciativa de Felipe Calderón que garantizaría la total pérdida de derechos de los trabajadores.
         
Ni que decir que es muy lamentable el papel de comparsa que le fue asignado a la "izquierda moderna" representada por Los Chuchos, quienes al parecer no entienden que saldrían ganando más si tuvieran vergüenza y visión de largo plazo, como lo demandan las circunstancias. Sumarse al binomio derechista en un asunto de tanta trascendencia, será la sepultura de tal corriente "moderna y abierta", lo que a final de cuentas apuntalaría la posibilidad de crear una auténtica corriente de izquierda.
         
En este momento, la elite empresarial demanda la aprobación de las "reformas estructurales" antidemocráticas, pero una vez alcanzada esa meta buscaría avanzar todavía más hacia el objetivo de liquidar toda sombra de oposición a sus designios de control pleno del Estado mexicano. Entonces, los primeros estorbos serian los miembros de la "izquierda moderna", no tanto por no ser confiables, sino porque ya no serían útiles, y como en los tiempos de ascenso de Hitler al poder, serían desaparecidos sin contemplaciones.
         
Como el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, no es político sino un empleado de lujo de la oligarquía, no se anduvo con rodeos y apuntó los objetivos que se buscan con la reforma laboral: quitar a los patrones todo tipo de compromisos con la clase trabajadora, despojar a ésta de todos sus derechos y dejarla en calidad de esclava y a expensas de los caprichos de los empleadores. Según él porque sólo así sería posible crear los suficientes empleos y hacer más competitivo al país. Sería una contradicción que aun la "izquierda" de gente "moderna y abierta", se prestara a legalizar medidas que acabarían con las garantías individuales de millones de mexicanos.
         
En una "conferencia magistral" en el Centro de Investigación para el Desarrollo, AC, Carstens repitió los mismos argumentos que hemos venido escuchando desde hace tres décadas, sin que en los hechos se haya cumplido uno solo de sus objetivos que se persiguen con las famosas "reformas estructurales". El Estado fue desmantelado casi en su totalidad, sin que por ello la sociedad haya obtenido un mínimo beneficio. ¿Acaso los asalariados no han perdido cerca de 300 por ciento de su poder adquisitivo en dicho lapso, 80 por ciento en los pasados doce años?
         
Sin embargo, Carstens sigue diciendo que con las reformas estructurales, se podría orientar el gasto público "hacia fines más productivos"; se podría incrementar la competencia en los mercados; se aseguraría "una estructura de incentivos conducente a incrementar la productividad y la generación de valor agregado".  Treinta años prometiendo lo mismo, sin que haya habido un solo avance en esa dirección, pero sí en lo que respecta al empobrecimiento de las clases mayoritarias, a la entrega de las riquezas nacionales a la oligarquía nacional e internacional, al envilecimiento de la clase política.
         
Sin embargo, los oligarcas no están satisfechos y quieren establecer una "gerencia general" libre de ataduras institucionales, a la cual dar instrucciones que nadie pueda poner trabas. De ahí su satisfacción por contar ya con "la izquierda moderna que estaban esperando". Aunque como se rebasaron todos los límites de la sensatez, como se advierte con el empoderamiento del grupo salinista que sentó las bases del régimen fascista que ahora llega de nuevo a Los Pinos, sería muy difícil que Los Chuchos siguieran actuando como comparsas de la derecha sin pagar las consecuencias, debido al imperativo de enfrentar los daños al país del modelo antidemocrático vigente.
         
Seguramente se quedarían solos una vez que los militantes con un mínimo de cordura y dignidad decidieran actuar correctamente. Entonces no sería razonable que las víctimas de las "reformas estructurales" siguieran apoyando a sus verdugos. Históricamente está demostrado que siempre se llega a un límite que no es posible rebasar sin pagar costos muy altos.
Guillermo Fabela - Opinión EMET




Falso que reforma laboral vaya crear empleo digno y suficiente en el país



MUSOC-GP SE CONVIERTE EN MOVIMIENTO POLÍTICO
POR EL PODER POPULAR EN MÉXICO

Por: Eduardo Miranda Esquivel
Vocero del Musoc-gp y Presidente Colegiado de la Unión de Juristas de México
unionjuristas@hotmail.com cel. 5537319665


Es falso que una modificación a las leyes del trabajo vaya a resolver el desempleo existente en el país, como engañosamente lo afirman los defensores de la iniciativa de reforma laboral del presidente Calderón, así como, irresponsable y repudiable la solicitud que Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, hiciera al Congreso para aprobar una reforma laboral flexible que facilite el despido de las y los trabajadores.

Así lo proclamo el pleno de la Cuarta Asamblea Nacional del Movimiento de Unidad Social por un Gobierno del Pueblo (Musoc-gp), en reunión este fin de semana, rechazando por unanimidad la viabilidad de una reforma laboral neoliberal, como ruta para reactivar la economía, el desempleo y mejorar las condiciones del trabajo en el país, ya que una reforma de este tipo, sería contraproducente, aún para los propios empresarios nacionales.

El resolutivo agrega, que la sociedad no debe permitir que el fracaso de la gestión de Calderón en materia de empleo, lleve a la falsa lógica de la necesidad de reformar la Ley Federal del Trabajo, cuando lo que se necesita es que se cumpla la ley actual, ya que el Estado tiene la obligación de crear y facilitar el empleo, apoyando con inversiones la apertura y mejora de las empresas, poniendo límites a la economía especulativa y a la violación continua de los derechos salariales, sindicales y de justicia laboral.

Cabe señalar que, el gobierno de Calderón a 3 meses de su conclusión, nos deja 2.4 millones de desempleados; 7.8 millones de jóvenes sin oportunidades de estudio ni empleo; y, 14.2 millones de personas dedicándose a la informalidad, además de 24 millones de trabajadoras y trabajadores sin prestaciones laborales.

Es decir que, el "presidente del empleo" obtuvo en 6 años, casi un millón más de desempleados, un déficit de 4.5 millones de empleos y una caída adquisitiva del salario de 43.1 por ciento en su mandato, en una administración en la que aumentaron las personas que ganan entre 1 y hasta 3 salarios mínimos y disminuyeron las que ganaban más de 3.
El Musoc-gp convoca y exhorta a las y legisladores a establecer leyes y puntos de acuerdo, que sin modificar la Ley Federal del Trabajo, permitan establecer medidas eficaces para proteger la planta productiva, generar empleos y mejorar el salario, con un seguro de desempleo federal y una canasta básica para el consumo popular, proponiendo la necesidad de una consulta o referéndum popular sobre la reforma laboral.

De esa misma manera, el Musoc-gp rechaza la reforma educativa neoliberal, exige la cancelación de la alianza por la calidad educativa y la evaluación universal, por ser violatorias de los principios democráticos de la educación y de los derechos laborales, así como, se solidariza con la lucha del Comité Ejecutivo Nacional Democrático y otros grupos de la CNTE, por la democratización sindical y la expulsión de Gordillo Morales del SNTE.

Los activistas del Musoc-gp condenamos las acciones represivas del gobierno de Oaxaca en contra de los integrantes del Consejo de Defensa de los Derechos del Pueblo CODEP, acaecidos el pasado 6 de septiembre y se solidariza con la demanda de que cese la hostilidad, se investiguen los hechos y exija al gobernador la salida del secretario de seguridad pública estatal Marco Tulio López, presunto autor intelectual de dicha agresión.

Finalmente, pese al descalabro electoral de la izquierda en las elecciones pasadas y de que el Musoc-gp nació como un frente electoral, la cuarta asamblea resolvió continuar con el proyecto del Musoc-gp como movimiento político amplio, de carácter social, anticapitalista, antineoliberal y antiimperialista en la perspectiva de la construcción del poder popular y la conquista del gobierno, mediante la lucha política y electoral.

Musoc-gp se solidariza con AMLO y MORENA, al considerar que su afán de convertirse en partido político frente es un proyecto sincero y amigo del pueblo con el cual haremos las alianzas necesarias, para seguir juntos en la pelea popular y electoral, por el mejoramiento del país y contra el sistema corrupto que representan los gobiernos del PRI y del PAN y el oportunismo de algunos dirigentes de los partidos de la COALICIÓN.

La cuarta asamblea reunió alrededor de cien dirigentes, delegadas y delegados del país, siendo presidida por Artemio Ortiz Hurtado, Benito Bahena Lome, José Jacques Medina, José Luis Rojas Díaz y Samuel Hernández Morales, con el propósito de hacer un balance electoral y decidir el futuro del movimiento de unidad social por un gobierno del pueblo.

Morena


Arnaldo Córdova

Para muchos, el discurso de Andrés Manuel López Obrador el domingo 9 de septiembre pasado fue una despedida (¿de quién o a dónde?), para otros se trató de una ruptura (¿con quién o respecto de qué?). No hubo nada de eso. Él dijo: "… en esta nueva etapa de mi vida, voy a dedicar toda mi imaginación y trabajo a la causa de la transformación de México. Lo haré desde el espacio que representa Morena. Por esta razón, me separaré de los partidos del Movimiento Progresista. No se trata de una ruptura, me despido en los mejores términos. Me separo de los partidos progresistas con mi más profundo agradecimiento a sus dirigentes y militantes".
Gran parte del discurso está dedicada, precisamente, al tema del fortalecimiento, consolidación y organización de Morena. Anunció incluso el camino que se seguirá para ello: la realización de asambleas distritales y luego estatales hasta culminar con un congreso nacional de representantes que tendrá lugar los días 19 y 20 de noviembre. Se inicia, así, todo un proceso deliberativo en el que se decidirá, dijo López Obrador, si continúa como una asociación civil o se constituye en partido político. Semejante proceso organizativo no podría sino desembocar en la formación de un nuevo partido (incluso siguiendo los lineamientos de la legislación electoral).

Todo ello tiene su lógica y encuentra su origen más lejano en las movilizaciones que López Obrador realizó desde antes de 2006. Aquellos procesos de credencialización de simpatizantes del líder tabasqueño anticiparon lo que años después tomó la forma del Movimiento Regeneración Nacional (Morena). Hubiera sido coherente que aquellas movilizaciones de masas se hubiesen realizado sobre la base de la estructura política y territorial de los partidos de izquierda, en particular del partido al que él pertenecía, el PRD; pero no hubo tal. Con algunas excepciones, el futuro candidato presidencial de la izquierda hizo su trabajo de difusión y de organización él solo.

Como no podía ser de otra manera, el movimiento se desarrolló y comenzó a consolidarse al ritmo de las movilizaciones. Las estructuras organizativas, endebles al principio, se fueron conformando y fortaleciendo hasta que el propio movimiento comenzó a ser el motivador y el organizador de la lucha electoral a nivel nacional. Los partidos, también con algunas excepciones, se dedicaron sobre todo a las campañas por los puestos de elección popular. Desde luego, ellos fueron los que financiaron la campaña nacional, pero su organización y desarrollo correspondieron sobre todo al candidato y al movimiento.

La organización del movimiento tomó, desde el principio, la forma de pequeños comités regionales o locales, animados por el esfuerzo de delegados enviados por López Obrador a todas las entidades federativas. Algunos de estos delegados hicieron tan bien su trabajo que ganaron las elecciones en sus diferentes estados. Un caso brillante de coordinación del trabajo del movimiento en el estado que le correspondía, fue el José Agustín Ortiz Pinchetti en Puebla. Y el caso de un comité local exitoso, porque también ganó sus elecciones, fue el de Jalapa, encabezado por Gloria Sánchez, Rafael Castillo y Víctor Valenzuela, entre otros.

Muchos de los que acompañamos a López Obrador pusimos el acento en la necesidad de concebir al movimiento como una organización permanente, más allá de las elecciones. Un movimiento así, nacido de la lucha y de la movilización de masas merecía permanecer y consolidarse. Para muchos, incluso, debía ser el germen de un nuevo gran partido de izquierda. Otros pensamos que debíamos irnos con pies de plomo. Pero que debíamos conservar y desarrollar al máximo la organización de este movimiento, resultaba ser una cuestión vital, independientemente del resultado de las elecciones.
Una vez que se ha consumado el fraude, por supuesto, se vuelve una cuestión de la máxima importancia saber qué se puede hacer para no perder en la nada esa fuerza organizativa que fue resultado del esfuerzo del candidato y de todos los ciudadanos que lo acompañaron. Ya desde los días en que Alejandro Encinas perdió la batalla por la dirección del PRD, muchos militantes y activistas del movimiento demandaron la ruptura con ese partido y la fundación inmediata de un nuevo partido. Varios perredistas abandonaron a su partido. Para mí, aquél no era el momento indicado y había que esperar a que la movilización electoral fortaleciera al movimiento.

Aquí no hay directivas de López Obrador. Él fue muy claro al proponer en su discurso que fueran las mismas bases ya organizadas en sus asambleas entre septiembre y noviembre las que decidieran si Morena se debe convertir en un nuevo partido o seguir como tal, como movimiento. Pero está claro también que ha llegado el momento de que se decida su futuro. En los tiempos de precampaña y de campaña el movimiento estaba ligado a los partidos por una necesidad realista y decisiva que tenía que ver con el entramado electoral en el que se desarrollaba la campaña. No se podía hacer a menos de ellos, aunque colaboraran poco en la campaña, y el movimiento debía seguir siendo tal.

En las nuevas condiciones, el desarrollo de Morena como movimiento o como partido no tiene nada que ver con los partidos, aunque dentro de éstos ha sonado la alarma, por lo que es obvio: muchos de sus militantes buscarán el abrigo del nuevo partido. Tal vez no haya desbandadas internas como ha dicho Jesús Zambrano, pero es evidente que una posible decisión en el sentido de convertir a Morena en partido los pone al borde de la histeria. Muchos perredistas están convencidos, ahora sí en serio, de que una refundación de su partido se hace indispensable y no es una preocupación gratuita.
Si Morena, como muchos deseamos, se convierte en un auténtico partido, por supuesto que traerá consecuencias para los otros partidos de izquierda. Muchos hablan de la irresistible tendencia de la izquierda a dividirse y estaríamos ante un nuevo caso de fractura irresponsable. No hay nada de eso: Morena no está desgajándose de ninguna otra organización ni está dividiendo a nadie. Desde luego que muchos miembros de los actuales partidos de izquierda acudirán a Morena y abandonarán sus antiguas formaciones. Pero eso no es divisionismo y, además, no se está haciendo ningún llamamiento en ese sentido.

Si se miran bien las cosas, se podrá percatar de que, en los hechos y a estas alturas de la historia, hay muchísimas más razones para pensar en Morena como un partido que como un movimiento. Los movimientos nunca son permanentes; aunque muchos partidos se llamen movimientos, son partidos y de ninguna manera movimientos. No logro imaginarme el sostenimiento de una estructura organizativa como la que se pretende dar a Morena (con asambleas fundadoras y todo lo demás) sin que se le convierta en un partido. Cabría una ligera posibilidad si Andrés Manuel López Obrador reeditara su camino del 2006 en adelante.

La lucha es por dar a Morena la mejor estructura organizacional y de principios, consolidarlo como frente de izquierda y como bloque de poder. Eso sólo se logrará convirtiéndolo en partido.


No repitamos la historia


John M. Ackerman

El guión de 1988 se repite. Así como Carlos Salinas después de 1988 quiso borrar las huellas del fraude con la creación de organismos con autonomía simulada, como el Instituto Federal Electoral (IFE) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), hoy Enrique Peña Nieto también busca tender una cortina de humo con nuevos organismos autónomos en materia de transparencia y combate a la corrupción. Simultáneamente, Andrés Manuel López Obrador recurre a la estrategia que Cuauhtémoc Cárdenas utilizó al fundar el Partido de la Revolución Democrática (PRD), promoviendo un nuevo partido político como vehículo para articular el descontento social y disputar el poder político a la coalición gobernante.
Pero el México de 2012 ya no es el mismo de 1988. Lo que hace 24 años generó cierta legitimidad y esperanza hoy es recibido con escepticismo y desánimo. Durante los últimos cinco lustros hemos visto cómo tanto partidos políticos como órganos autónomos rápidamente pierden la brújula y son cooptados por intereses oscuros.

El IFE y el PRD tuvieron sus épocas de oro en el auspicio de las causas sociales más nobles. Por ejemplo, entre 1996 y 2003 la valentía de los cinco consejeros electorales del pentágono del IFE logró contrarrestar el inmovilismo burocrático promovido por los consejeros más cercanos al priísmo: José Woldenberg, Mauricio Merino y Jacqueline Peschard. Asimismo, todos recordamos la destacada participación de la fracción parlamentaria del PRD durante la histórica 57 Legislatura (1997-2000), la primera en la que el PRI no contaba con mayoría absoluta en la Cámara de Diputados. En aquellos años, la izquierda encabezó una amplia alianza opositora al régimen del partido del Estado que transformó la negociación y aprobación del presupuesto federal, modernizó el Congreso de la Unión y mantuvo al Ejecutivo federal bajo estricta vigilancia externa.

Sin embargo, durante la última década la fe ciudadana en las instituciones se ha hecho añicos. La curva descendente de confianza en el IFE y en la limpieza de los procesos electorales ha venido acompañada de una espiral de desprestigio para los partidos políticos sin distingo. Hoy los ciudadanos estamos convencidos, y con razón, de que ambas instituciones sirven más a los intereses personales y políticos de sus líderes y funcionarios que al interés general de la sociedad.

Es poco probable entonces que Peña Nieto o López Obrador tengan éxito en recurrir a las fórmulas de antaño, a menos que incluyan mecanismos específicos que garanticen que las nuevas instituciones no repitan los vicios del pasado.

En el caso de los nuevos órganos autónomos, por ejemplo, se debe excluir formalmente en la ley cualquier participación del presidente de la República o los representantes de su partido en el Congreso en el nombramiento de los titulares, para que el proceso quede exclusivamente en manos de la sociedad y la oposición política. En general, el debate público sobre el futuro de la transparencia y el combate a la corrupción no debería partir de las propuestas convenencieras y mal redactadas de un aficionado a la opacidad y la manipulación institucional como Peña Nieto. Al contrario, habría que iniciar con un diagnóstico de la infinidad de artimañas jurídicas e institucionales que hoy se utilizan todos los días para vaciar de sentido las 33 leyes e institutos de transparencia y de fiscalización superior que existen en el país.
Ya contamos con numerosos organismos supuestamente autónomos en la materia en las entidades federativas, que en los hechos no hacen más que cuidarle la espalda al gobernador en turno. Peña Nieto evidentemente busca repetir a escala federal el mismo esquema que perfeccionó en el estado de México. Ello es simplemente inaceptable.

Por otro lado, los principios democráticos plasmados en los documentos básicos del Movimiento Regenración Nacional (Morena) también quedarán vacíos de contenido si no se encuentran respaldados con propuestas concretas que eviten que el nuevo partido se convierta en rencarnación del PRD. Por ejemplo, habría que considerar incluir una cláusula que prohíba que cualquier persona que ya haya ocupado un cargo de elección popular respaldado por Morena lo vuelva a hacer. Esta prohibición también podría hacerse extensiva a los familiares de aquellos que ya ocuparon cargos.
Con una regla de este tipo, que toma en serio el principio histórico de sufragio efectivo, no relección, el nuevo partido garantizaría un relevo constante de liderazgos y mantendría a los vividores de la política lejos del partido. El partido también se vería obligado a dar gran relevancia a su escuela de formación de cuadros, para garantizar un flujo constante de figuras nuevas con las capacidades y conocimientos necesarios para fungir como sus representantes y gobernantes.
El nuevo partido también tendría que establecer mecanismos institucionales infranqueables para garantizar su total transparencia y rendición de cuentas, así como su democracia interna. Sería necesario plasmar formalmente en los estatutos un modelo novedoso de comisiones verdaderamente autónomas, consultas internas y negociaciones políticas para evitar la eterna operación de los líderes de siempre, así como para desarticular las redes de clientelismo interno.

Los partidos políticos y los organismos autónomos que no toman en serio la participación social ni honran las convicciones democráticas no son más que cascarones vacíos que recubren la continuidad del autoritarismo y la manipulación. No repitamos la historia.
www.johnackerman.blogspot.com
Twitter: @JohnMAckerman


No hay comentarios.: