Pedro Echeverría V.
1. El cinismo de los medios de información, del PRI, del
gobierno de Calderón, de los empresarios y el clero es gigantesco. Mienten al
hablar de elecciones democráticas e igualitarias, cuando todos ellos saben que
desde hace seis años están trabajando –cada poder fáctico- por sus propios
intereses, buscando que Enrique Peña Nieto obtenga la Presidencia. El acuerdo
firmado hace seis años ha sido cumplido, sólo falta que los comicios del 1 de
julio lo legitimen. Entiendo el papel de López Obrador que como político,
candidato, socialdemócrata, pacifistas, siempre busca frenar la furia del
pueblo. Si se pusiera delante de las batallas desde ahora no habrían siquiera
elecciones; o para realizarla tendrían que asesinarlo, sacar a los 500 mil
soldados y 500 mil policías a las calles para obligar a votar a todos, escoltar
las casillas, “contar los votos”, proclamar a Peña Nieto y reprimir todas las
protestas.
2. Salvador Allende, modelo de socialdemocracia y
pacifismo, había sido en Chile candidato presidencial tres veces y, al fin, la
gran burguesía, los militares y el imperialismo yanqui, lo dejaron ganar
la
Presidencia en 1970. Tres años gestionó el gobierno, pero nunca
el Estado y el poder. El poder estaba en la embajada de los EEUU, que junto a
los militares y el empresariado, controlaban todo y ejercían una gran vigilancia
sobre las declaraciones y los pasos del presidente. El prestigio de Allende cada
día era mayor en Chile y en el mundo, sus discursos y su presencia le otorgaban
espacios cada vez mayores; ¿quién iba a creer que a escondidas se estaba
preparando un golpe de Estado militar y asesinato encabezado por Pinochet, su
general de confianza? A Cuauhtémoc Cárdenas no lo dejaron pasar y al parecer
menos dejarán pasar a López Obrador, porque han sido “peligrosos” para los
negocios de la clase dominante.
3, ¿Dónde está el poder en México? La mayoría coincide
que en los medios de información (Televisa, TV Azteca, Radio Fórmula) que
controlan el pensamiento y la conciencia de la gente; hace ya más de 30 años
eran el cuarto poder, pero ya han sometido a la economía, la política y la
educación. Los políticos se arrastran como animales frente a ellos y obedecen
las órdenes que les dictan. El recorrido de todos los pueblos de México por seis
años de López Obrador sirvió “casi” para un carajo frente a Peña Nieto que nunca
recorrió alguno pero sí entregó miles de millones de pesos a Televisa y
compañía. Pero después de 50 años de monopolio televisivo no ha habido gobierno
o político que se atreva a criticar a esos medios, mucho menos a aprobar una ley
que pueda regularlos; todos ellos están obligados a inclinar la cerviz ante los
dueños de los monopolios, los conductores de sus programas y funestos
comentaristas.
4. Por eso la campaña de calumnias que esos sectores
hacen contra López Obrador es brutal. Aunque AMLO haya visitado en los últimos
siete años -uno, dos o tres veces- cada municipio del país tratando de convencer
a la gente, los sectores más poderosos de cada municipio y de cada estado
(encabezados por los legisladores y gobernadores del PRI) se han dedicado a
regalar despensas, materiales de construcción, dinero, para que los electores
-80 por ciento pobres y miserables- vendan su voluntad y su voto. López Obrador
conoce con profundidad el fraude anticipado porque igual le hicieron en 2006,
pero siempre espera los comicios para no tronar de raíz el proceso electoral.
Por eso la clase dominante no deja de amenazar a AMLO para que no ocupe las
calles con las protestas. Vicente Fox tiene terror a un gobierno de AMLO porque
él y sus entenados están acusados de malversación de dinero; por eso está con
Peña Nieto.
5. Sólo ganando la Presidencia
López Obrador, a pesar de los fraudes y trampas que ha
denunciado, no tendría ya motivo para protestar; pero es obvio que si gana Peña
Nieto basado en toda la evidente inequidad, la protesta nacional debe surgir de
manera automática; por eso debe organizarse con mucha paciencia. ¿O en nombre de
la “paz, el orden y el progreso” va ha permitir la población –en particular los
lópezobradoristas- que se sigan burlando de quienes nos indignamos y
protestamos? Las formas de protesta están cambiando para que no sean objeto de
burla como en años anteriores. Con seguridad ahora ya no nos encerraremos en el
Zócalo sino que estaremos en las calles, las carreteras, los mercados, bancos,
medios de información y fábricas, tratando de levantar más el movimiento. ¿O buscará la clase dominante colocar a
López Obrador en tercer lugar y con muy baja votación para evitar que haya
justificación de su protesta?
6. Pienso que esta es la última esperanza electoral
después de 1988 y cinco fracasos seguidos que dan ya mucho qué pensar.
Preguntarían: ¿Serán los procesos electorales la mejor estrategia de
entretenimiento político de la población mientras las minorías políticas y
empresariales acumulan gigantescas riquezas? ¿Hasta cuándo se seguirá pensando
en un pacifismo político que ha prolongado muchas décadas más la explotación y
la miseria? ¿Qué juegos o acuerdos existen entre las clases altas y medias para
continuar sus privilegios en perjuicio de los sectores mayoritarios? En fin, si
López Obrador es derrotado electoralmente y no lleva sus protestas hasta el
extremo de las luchas, espero que la línea electoral sea tirada a la basura y
surjan movimientos radicales de masas. Pero también pienso que la clase
dominante inventará una salida para no poner en peligro su dominio.
(21/VI/12)
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