domingo, mayo 08, 2011

Información urgente de éste domingo, los fracasos del gobierno mexicano..


Marcha por la paz y la verdad


Jorge Carrasco Araizaga

MÉXICO, DF., 8 de mayo (apro).-Sin verdad no puede haber paz. Los 40 mil muertos por la violencia de la delincuencia y del Estado y los otros miles que preconiza la "guerra a las drogas" no pueden quedar sólo en la indignación.

El hartazgo de cientos de miles de mexicanos que este domingo participaron en calles y plazas del país en la Marcha por la Paz, la Justicia y la Dignidad habrá de materializarse para encauzar el dolor de millones de deudos y víctimas provocadas por esa violencia que se parece cada vez más a la de una guerra civil.

El Pacto de Juárez propuesto como uno de los caminos para salir de esa violencia habrá de considerar a la verdad como condición necesaria para la paz, la justicia y la dignidad. La verdad, como exigencia para saber lo que ha pasado y para que no prevalezca sólo lo que la delincuencia organizada y las autoridades quieren que se sepa, ya por separado o, peor aún, en contubernio.

Sin ese conocimiento no se puede aspirar a la justicia. De los miles de muertos, secuestrados, torturados y vetados, sólo en unos cuantos casos hay investigación judicial y menos aún los supuestos responsables han sido consignados. Muchos menos todavía los que han sido sentenciados, a menos de que se trate de chivos expiatorios por acuerdo entre los jefes de la delincuencia y las autoridades.

Las averiguaciones previas, cuando las hay, están llenas de mentiras y distorsiones que imposibilitan la justicia y cualquier acto de reparación. Los muertos no pueden quedar en cifras. Se trata de un desgarramiento del país que tendrá que atenderse si es que se quiere evitar no sólo la prolongación de esta violencia –por lo menos 10 años más, como lo han advertido los encargados del aparato represivo gubernamental–, sino la repetición de ese tipo de hechos en el futuro.

La impunidad que históricamente ha definido a este país hará difícil transitar hacia la verdad. Pero hay referentes internacionales. La Marcha por la Paz quedó en el registro de la prensa internacional porque que México se ha convertido en noticia mundial por la violencia sin precedentes que lo desangra.

En Estados Unidos, desde donde se impulsa la "guerra a las drogas" hay quienes ven a lo que pasa en México como un teatro más de las guerras irregulares. Como tal, elaboran todo tipo de escenarios bélicos para "la protección" de su frontera.

Pero también está la visión del Derecho Internacional Humanitario (DIH) que caracteriza a lo que pasa en México como un conflicto armado interno por los efectos que está teniendo en la población civil: ejecuciones arbitrarias, desplazamientos de comunidades, desapariciones forzadas, reclutamiento de menores y otras expresiones de la violencia exacerbada.

La comunidad internacional interviene en conflictos de este tipo debido a que las autoridades nacionales han sido rebasadas. El gobierno federal nunca reconocerá estar en esa situación y por lo tanto se opondrá a cualquier intervención que no sea la estadounidense.

Pero la sociedad podrá buscar las experiencias tanto de la aplicación del DIH como de las soluciones que se han dado a sí mismos distintos países para enfrentar las consecuencias de la confrontación interna violenta.

Una de ellas es la creación de Comisiones de la Verdad. Con todo y sus limitaciones, tienen la ventaja de llegar a una verdad compartida sobre lo ocurrido, pero sobre todo al establecimiento de responsabilidades y la reparación del daño.

En el caso de México, los responsables están tanto del lado de la delincuencia, de las autoridades y de aquellos que se han encargado de legalizar el dinero de las drogas.

La verdad, entonces, como camino a la justicia y como forma de recuperar la dignidad no sólo de las víctimas y sus deudos, sino de la mancillada sociedad mexicana.

jcarrasco@proceso.com.mx

Motivos para marchar el 8 de mayo


Denise Dresser

• Por Juan Francisco Sicilia • Por Julio César Romero Jaime • Por Luis Antonio Romero Jaime • Por Gabriel Anejo Escalera • Por Javier Sicilia • Porque ellos son nosotros • Para aliviar el dolor que va más allá de las palabras con el silencio solidario • Por las víctimas de la violencia de ayer y la que se avecina mañana • Para que esas vidas mutiladas no hayan sido en vano • Para que la indignación de los ciudadanos trascienda la mendacidad de los políticos • Para que la irritación individual se transforme en un acicate colectivo • Para combatir la pasividad con la actividad, y la apatía con la congregación • Porque los mexicanos tienen derecho a vivir sin miedo • Porque marchar el domingo 8 es una forma de enfrentarlo • Para que la seguridad de quienes viven en este país importe más que la pelea por gobernarlo • Para quitar los reflectores de la contienda presidencial y colocarlos sobre el malestar social • Para que pese más la población que la sucesión • Para criticar cómo las luchas por el poder han desgarrado el tejido de la nación • Para mandar el mensaje de que esta guerra ha sido mal planteada, mal librada, mal comunicada, mal concebida • Para que la marcha sea un coscorrón a toda la clase política, incluyendo a los gobernadores y los presidentes municipales que han rehuido su responsabilidad • Para que Felipe Calderón entienda que diagnosticó mal el problema del crimen y ha usado los métodos incorrectos para enfrentarlo • Para que el equipo calderonista comprenda que nadie está pidiendo claudicar ante la criminalidad, sino combatirla de forma más inteligente • Para que el presidente no pueda afirmar que a los reclamos sobre la inseguridad les hacen falta propuestas alternativas a las suyas • Para que el gobierno sepa que la guerra necesaria debe librarse con el objetivo primordial de asegurar la seguridad y no nada más para combatir el narcotráfico • Porque la clase política da palos de ciego contra el crimen en vez de proponer soluciones integrales y de largo plazo para prevenirlo • Porque combatir el crimen de manera frontal entrañaría combatir la corrupción de alto nivel que lo hace posible • Porque el Estado mexicano ha sido infiltrado por las fuerzas que dice combatir • Porque el Estado mexicano declara que va gananado la guerra contra los malos, cuando en realidad los alberga • Porque la corrupción en las calles es reflejada en cada pasillo del poder, en cada escuadrón de la policía, en cada Ministerio Público, en cada juzgado, en cada pueblo en el cual las víctimas de la violencia temen hablar o denunciar o confrontar • Porque el narcotráfico se nutre de una vasta red tejida a lo largo de los años para constreñir la rendición de cuentas • Porque vive de la corrupción compartida, del estado de derecho intermitente, de la incapacidad de la clase política para actuar honestamente • Porque la violencia es la vara de medición del fracaso del Estado • Porque, como lo dijera el juez italiano Giovanni Falcone, las mafias matan a quienes el Estado no ha sido capaz de proteger • Porque es obligación primordial de cualquier gobernante asegurar la seguridad de quienes votaron por él • Porque la delincuencia tiene un monopolio sobre la violencia • Porque se vive al acecho en las calles de Cuernavaca y Morelia y Monterrey y Nuevo Laredo y Ciudad Juárez • Porque la impunidad rampante permite el crimen galopante • Porque el presidente no cambiará la realidad con negarla • Porque en México vivimos siempre alertas, siempre nerviosos, siempre sospechosos hasta de nuestra propia sombra • Porque vivimos invadidos permanentemente por el temor fundado a caminar en la calle, andar en el auto, abrir la puerta, parar un taxi, cobrar un cheque, sacar dinero de un cajero automático, recibir la llamada de algún secuestrador, perder a un hijo, enterrar a un padre • Porque vivimos lejos del sosiego y cerca de la ansiedad; lejos de la paz y cerca del miedo • Porque la marcha no es una conjura contra el gobierno, sino una forma de empujarlo a que actúe de otra manera • Porque, como diría George Orwell, "denunciamos la guerra mientras preservamos el tipo de sociedad que la hace inevitable" • Porque se atacan los efectos, pero no las causas • Porque muchos critican la violencia que el narcotráfico produce, pero pocos hablan de la estructura económica, política y social que lo hace posible: ese andamiaje de políticos que protegen a narcotraficantes y narcotraficantes que financian a políticos; de criminales organizados que lavan dinero en instituciones financieras que se benefician con ello; de sicarios que asesinan a policías, y de policías que les pagan para hacerlo; de jueces que se vuelven cómplices del crimen organizado, y del crimen organizado que los soborna • Marchemos para demostrar que la seguridad es una demanda popular • Para que propongan medidas concretas en lugar de pretextos políticos • Porque el problema no es nuevo, pero las soluciones deberían serlo • Porque nadie ha demostrado la voluntad real de resolverlo • Porque hay que pensar en las raíces de la criminalidad y no sólo en sus efectos • Porque México es un país cada vez más violento y esa violencia se ha vuelto infrahumana • Porque será necesario actuar de manera sistémica y no sólo represiva • Para elaborar un catálogo confiable de lo que puede hacerse contra el crimen • Para que se analice la experiencia de otros países y se aprenda de ellos • Para profesionalizar a la policía • Para reformar a los Ministerios Públicos • Para presionar a los políticos • Para que asuman su responsabilidad en vez de eludirla • Para que las grandes movilizaciones lleven a grandes redefiniciones • Para que los ciudadanos ausentes se hagan presentes • Porque las urnas no bastan • Porque es peor no hacer nada que hacer algo • Porque sólo a través de la exigencia y el reclamo se podrá construir la paz • Porque ninguna pasión paraliza tanto a un país como el miedo • Para que la población pueda vivir sin él • Porque no hay mayor infierno que ser esclavo de la ansiedad • Para que el silencio se convierta en una sola voz • Para retomar las calles • Para poder caminar por ellas • Para recuperar un país perdido • Para recuperar un país extraviado • Porque la indignación debe ser contagiosa • Porque ningún mexicano debe decir: "¿Y yo por qué debo marchar?" • Porque como sentencia Javier Sicilia: "¡Estamos hasta la madre!"
 

Mi pancarta para la marcha


Marta Lamas

MÉXICO, D.F., 8 de mayo.- Supongo que hoy domingo encontraré a muchas caras amigas y conocidas en la marcha convocada por Javier Sicilia. También me toparé con desconocidos e, incluso, con adversarios políticos. ¿Por qué coincidimos? ¿Porque todos anhelamos la paz y a todos nos inquieta nuestra seguridad? ¿Porque nos duelen las muertes de inocentes? ¿Porque deseamos que la justicia sea una realidad en nuestro país?

Hace unos días Mauricio Merino reflexionaba atinadamente sobre el objetivo político de la marcha y señalaba que era imperativo construir una respuesta puntual "sin abandonar el proyecto democrático, sin vulnerar los derechos que hemos ganado paso a paso, y sin renunciar al imperativo de la igualdad y la cohesión social, para salir de la Plaza de la Constitución con más claridad y menos dolor del que hoy cargamos, solidarios, con el poeta Sicilia" (El Universal, 27 de abril). Merino proponía responder una serie de preguntas para definir qué queremos exigir con nuestra participación: ¿qué deben decir las pancartas que llevaremos?, ¿qué leyes queremos cambiar?, ¿qué reformas queremos conseguir?

Traté de seguir su sugerencia y me ha llevado un rato responderme qué es, más allá de manifestar mi dolor, mi repudio y mi indignación por lo que está ocurriendo, lo que quiero demandar. Como todos, anhelo la paz y la justicia, pero ¿cuál es la vía política para alcanzarlas? Como todos, deseo que termine la violencia, la corrupción y la impunidad, pero ¿por dónde empezar? ¡Qué difícil encontrar una demanda que se pudiera proponer colectivamente! Son tantos los terribles problemas que tenemos, y que además están vinculados entre sí: la desigualdad y la corrupción, los poderes fácticos y la impunidad, los ninis y la persistente carencia de oportunidades educativas y laborales de los jóvenes. El panorama es descorazonador.

Pero de cara a esta marcha, ¿cuáles serían algunas propuestas concretas que pudieran ofrecer un rayo de esperanza ante la pavorosa situación que estamos viviendo? Creo que algo que nos une a todos los que –pese a nuestras diferencias– marcharemos hoy es la urgencia de que el gobierno establezca un programa de acción distinto en la lucha contra el narco: que devuelva a los militares a las funciones que les corresponden, que depure los cuerpos policiacos (pero con programas de reinserción social) y que retome los señalamientos de expertos para poner la lupa, la energía y los recursos económicos en donde se deben poner: en la investigación sobre el enriquecimiento inexplicable y el negocio del lavado de dinero. La demanda podría ser sencilla –un cambio de estrategia–, pero implica aceptar algo que el gobierno de Calderón ha rechazado: tomar en cuenta a los especialistas que han estudiado la relación directa entre el crecimiento de la delincuencia organizada y la corrupción en el sector público.

Calderón ha manifestado una sordera impresionante ante voces autorizadas y con una sólida experiencia, como la de Edgardo Buscaglia. Este experto en temas de corrupción, delitos y droga lleva rato señalando que para conducir una guerra contra el narco son prioritarias las estrategias sociales y financieras, antes que las acciones militares. Buscaglia dice algo que todos sabemos: el mayor problema se encuentra en instituciones básicas como la policía y el sector judicial. ¿Cómo deshacer la intrincada red de complicidades, corrupción e impunidad? ¿Qué hacer para evitar que los policías que son despedidos por corruptos vayan a engrosar las filas de la delincuencia? Las cárceles ya no dan más de sí; ¿cómo establecer un programa de reinserción social que funcione? Además, Buscaglia insiste en que los altos índices delincuenciales y la corrupción están vinculados al círculo vicioso de la pobreza y que se requieren reformas legales e inversiones en seguridad social, servicios e infraestructura pública para detener el deterioro social. ¿Qué enfoque integrado de políticas públicas se ha diseñado para impulsar programas de política social que reduzcan las desigualdades? Sin una reestructuración de la seguridad social y fuertes inversiones en capital humano e infraestructura pública no se lograrán abatir el desempleo y la pobreza que impulsan a la delincuencia. Y sin un control hacendario riguroso no se pondrá freno a las especulaciones y negocios de los otros delincuentes, los de cuello blanco, que se aprovechan del desorden gubernamental para seguir engrosando sus bolsillos. ¡Son tantas las líneas de acción que habría que desarrollar para abordar integralmente las variadas dimensiones del nefasto problema!

Demandar un cambio de estrategia va de la mano de exigir que el gobierno federal se siente a una mesa de trabajo con especialistas en reformas anticorrupción (policiacas y judiciales) y en estrategias de investigación financiera y hacendaria. Pero además hay que exigir que se haga público el debate entre el gobierno y expertos como Buscaglia. ¿Qué es lo que ha llevado al gobierno a desestimar las críticas de Buscaglia, uno de los especialistas más sólidos en el tema? ¿Será que por cuestionar abiertamente la guerra emprendida por Calderón su expertise se vuelve descartable?

Por lo pronto, creo que ya sé lo que dirá mi pancarta: "Y además de todo, debate público con Buscaglia".

Utopía: Rectificación o maniobra de Calderón

Eduardo Ibarra Aguirre

Tras empecinarse en una confrontación discursiva con los organizadores de la Caminata-Marcha por la Paz con Justicia y Dignidad, que partió el 5 de mayo de Cuernavaca, Morelos, y concluyó ayer con una magna y diversa concentración en el Zócalo capitalino, Felipe Calderón Hinojosa supo enhorabuena recular.

Para el lugar común es de sabios rectificar. En este caso está por verse si el comunicado de la Presidencia constituye un giro en los beligerantes discursos pronunciados en la capital poblana, el día 5, y el difundido en cadena nacional, el miércoles 4, o simplemente estamos ante una de las maniobras políticas del señor que abusa del uso de la banda presidencial y tiene que recordarles a los gobernados que es "el presidente de todos los mexicanos", pero demuestra lo contrario al descalificar a los promotores de "salidas falsas", a los que "de buena o mala fe quisieran ver nuestras tropas retroceder". Y no respalda con hechos su "Patria es antes que partido"

También tuvo frases bellas y ajenas por la pérdida creciente de credibilidad de su palabra ante las innúmeras víctimas de la inseguridad pública, y se apoyó en Ignacio Zaragoza, el nativo de Puerto Isabel, Texas, para jurar el jueves 5: "Yo prometo que en la presente jornada conquistaréis un día de gloria". Además manoseó al oaxaqueño Andrés Henestrosa al citar: "cuando todo parece que se ha perdido, es cuando nacen el héroe, el apóstol, el libertador, el mártir, el profeta, el poeta que con su canto levanta murallas para defender la patria".

El poeta Javier Sicilia, el obispo Raúl Vera, las madres de los niños muertos en la guardería ABC y cualesquiera de los múltiples caminantes sólo bregan por la paz con justicia y dignidad, ajenos a heroicidades, martirologios y demás, cuando lo que urge es eficacia del Estado y su presunto jefe para proporcionar seguridad en la vida y los bienes, pero sin violentar la Constitución.

Le costó trabajo a Calderón entender que la confrontación con los organizadores de la caminata-marcha –entre ellos dirigentes de asociaciones auspiciadas por Los Pinos, que reciben apoyo económico de la Secretaría de Seguridad Pública y además tienen familiares que trabajan en ella--, no era la vía más redituable para su gobierno porque lo distancia de los nuevos liderazgos autónomos que simboliza el colaborador del semanario Proceso, y coloca en situación desventajosa a sus aliados.

Hace bien el abogado, economista y administrador público en asumir, por medio de un boletín de prensa y no de uno de sus discursos, lo que implicaría desmentirse, que la movilización en la que convergieron las más diversas expresiones del movimiento, "revitaliza la acción ciudadana como una vía fundamental para superar inercias e impulsar las decisiones y los cambios que requiere nuestro país en temas fundamentales como la seguridad y la justicia".

En efecto, "trabajando juntos, sociedad y gobierno, nuestro país es más fuerte y más grande frente al enemigo de todos los mexicanos: el crimen organizado" (que no excluye al de cuello blanco y mucho menos a los circuitos financieros en los que lavan sus dineros).

La muy limitada presencia de la sociedad en las estrategias de Calderón Hinojosa –léase de la Casa Blanca-- es su talón de Aquiles, aunque sólo la contempla de manera tangencial.

Para que la sociedad irrumpa en la hora llamada lucha por la seguridad es indispensable que el gobierno se disponga a consensar las políticas y programas a poner en marcha. Y Calderón es el primero que debe entenderlo porque está acostumbrado a imponer las estrategias y a regañar a los que no lo apoyan en su aventura militar de matriz extranjera.

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MarchaPorLaPaz § Video editado del mensaje de Calderón sobrepasa las 80 mil visitas

El mensaje de Felipe Calderón fue muy bien utilizado para editarse y hacer un discurso completamente diferente.
El video editado ya sobrepasó las 80 mil visitas en menos de una semana, y lo que se menciona hace eco en la marcha que se está llevando a cabo en la marcha encabezada por el poeta Javier Sicilia.\

Beneficia gobierno a empresa ligada a primo de Margarita Zavala


Ana Lilia Pérez

La incorporación de Luis Gómez del Campo Gurza a la Dirección Financiera ha redituado al Grupo Andrade millonarios beneficios. El primo de Margarita Zavala –esposa del presidente Felipe Calderón– provee de parque vehicular a Pemex, Sedesol, Ssa, STPS, SEP, SAT, Fonhapo, Banjército, ASA, SCT, Profepa, CFE. En la Secretaría de la Función Pública, donde se le ha acusado de tráfico de influencias, despacha su hermana Teresa Gómez del Campo. Ante las contralorías internas del SAT y la CNBV, por las actividades que realiza, fueron acusados de omisión sus hermanos Antonio y Pablo Gómez del Campo

A cuatro años de su gobierno, Felipe Calderón aún paga las facturas a los empresarios que lo respaldaron en su campaña política para la Presidencia de la República. Entre ellos, figura el Grupo Andrade, cuyas finanzas administra el primo del presidente Luis Gómez del Campo Gurza, hermano de la líder del Partido Acción Nacional en el Distrito Federal, Mariana Gómez del Campo.

Los millonarios contratos que desde 2007 Pemex Refinación ha adjudicado a Camiones Andrade, una de las empresas del grupo, ha provocado la inconformidad de diversos proveedores, quienes han promovido quejas y denuncias ante el secretario de la Función Pública, Salvador Vega Casillas, y el director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Juan José Suárez Coppel, para que frenen el supuesto tráfico de influencias de Luis Gómez del Campo a favor de esa compañía.

Con Gómez del Campo, los empresarios Francisco Mieres Fernández y su hijo Ángel Mieres Zimmermann, directivos de Grupo Andrade, se convirtieron en los contratistas con las asignaciones más lucrativas de Pemex Refinación.

Sólo entre 2007 y 2010, mediante los contratos 4500236448, 4500298819, y 4500350033, la subsidiaria les compró más de 900 pipas para transportar hidrocarburos, cuyo costo unitario rebasa el millón de pesos; es decir, más de 1 mil millones de pesos. Es la facturación más alta en la historia de esa compañía. También les compró 57 autostanque y 91 tractocamiones mediante las licitaciones 18576178-003-10 y 18576178-004-10.

El desastre en México y las "agendas" del poder

Autor: Guillermo Fabela Quiñones *
Es injustificable que haya tanta pobreza en México, cuando en realidad el territorio nacional posee recursos suficientes para que no existiera ese flagelo. Cifras oficiales dan cuenta de que 54.8 millones de mexicanos están en esa condición, cantidad demasiado alta para una nación con amplias expectativas de formar parte de los llamados países del primer mundo. Si tuviéramos un Estado como el japonés, el alemán o el holandés, estaríamos en el nivel de potencia económica, pero como somos dirigidos por un puñado de tecnócratas inescrupulosos, dependientes además de la superpotencia del Norte, nuestra realidad es la de una nación tercermundista con amplias posibilidades de seguir descendiendo al nivel de un país africano.
Ciertamente, ha sido una desgracia para México la vecindad con Estados Unidos, cuya voracidad no tiene parangón con ningún otro imperio a lo largo de la historia de la humanidad. Pero más lamentable es que sólo en muy cortos periodos de tiempo el Estado mexicano ha tenido la fortaleza y capacidad para enfrentar las embestidas expansionistas de nuestros vecinos.
A partir de la instauración del neoliberalismo, la entrega de nuestros recursos a inversionistas extranjeros ha sido el común denominador, decisión reaccionaria que ha influido en un más acelerado proceso de empobrecimiento, como lo demuestran las estadísticas y la propia realidad nacional. Volvimos a los tiempos del porfiriato, cuando empresarios extranjeros tenían más derechos y garantías que los propios mexicanos.
Sin embargo, según Felipe Calderón, "estamos resolviendo los mexicanos los problemas ancestrales del país", pues los municipios más pobres "han mejorado su situación". Es obvio que vive muy alejado de la realidad, rodeado de cientos de guaruras que le impiden conocer algo de los problemas ancestrales que agobian a la mitad de la población del país. Aun cuando haya visitado algunas regiones marginadas de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, lo ha hecho como si llevara una gruesa venda en los ojos, por eso, sin recato alguno, hace declaraciones tan absurdas. Lo cierto es que la pobreza en dichos estados ha ido en aumento, y en otros, donde no era tan aguda, como en Durango, Zacatecas y Nayarit, ahora se ha convertido en un lastre social de graves consecuencias, entre las que destaca el aumento de la violencia ligada a la delincuencia juvenil, pues la mayoría de delincuentes y víctimas de la violencia es joven.

El golpismo para instaurar un Estado cívico-militar

Autor: Marcos Chávez *
Lo verdadero es el delirio báquico, en el que ningún miembro escapa a la embriaguez
Hegel, Fenomenología del espíritu
Recuerda el filósofo argentino José Pablo Feinmann el dilema de Maquiavelo: ¿qué prefiere el príncipe? O también: ¿qué es lo que más le conviene? ¿Ser amado o ser odiado por el pueblo?
La iniciativa de ley de seguridad nacional de Felipe Calderón –primero enmendada por el Senado para acicalarla, limarle un poco sus desmesurados colmillos y tratar de hacerla socialmente tragable, y después corregida y aumentada por diputados panistas y priistas, que le quitaron los meretrices afeites que aquéllos le pusieron, con el objeto de mostrar brutalmente la ferocidad antisocial de sus futuras dentelladas– evidencia hasta dónde está dispuesta a llegar la derecha con tal de mantener usurpado el poder y decidir oligárquicamente el destino de la nación. Para tratar de asegurar que la alternancia quede exclusivamente entre los dos partidos de la derecha, evitar el riesgo de que alguna fuerza progresista pueda ascender al gobierno y eventualmente ponga en riesgo al sistema, el régimen presidencialista autoritario y su proyecto neoliberal de nación, y para mantener el control férreo sobre la sociedad democrática y sus organizaciones, ha sido suficiente el corporativismo, la aplicación arbitraria de las leyes y el ejercicio despótico del poder.
Pero ahora las tentaciones despóticas del bloque dominante quieren las bayonetas para coronar su dominio. Y la lucha en contra del narcotráfico les ha ofrecido la coartada apropiada para darle un turbio barniz de legalidad a la ilícita presencia de los militares en las calles y al estado de excepción calderonista-panista-priista. Si en la nación más "democrática" del mundo, el Baby Bush aprovechó los oscuros sucesos de 2001 y el pavor de la población estadunidense ante los confusos enemigos externos para manipularla, fabricar el terrorismo de Estado y su impunidad, reducir los espacios democráticos, cercenar las libertades civiles y endurecer la vigilancia y la persecución sobre la sociedad, ¿por qué pensar que la derecha mexicana no haría lo mismo?
Para compensar los problemas de legalidad de su gobierno, Calderón quiso legitimarse inventando la guerra en contra de los narcotraficantes. Pero antes construyó una muralla de bayonetas a su alrededor para afianzar su asalto de la Presidencia. Después, transgredió la carta magna para sacar a los militares a las calles, confabulado con la mayoría del Congreso, que en el pleno debió aprobar o rechazar esa medida para establecer el estado de derecho y, sin embargo, no sólo no lo hizo, sino que dio saltos de carnero para apoyar el quebranto de la legalidad, así como con la Corte que supuestamente debe velar por el orden constitucional establecido y también se sumó al rebaño legislativo. Los poderes Legislativo y Judicial, que deben jugar el papel de contrapeso institucional a los excesos del Ejecutivo, de manera ciega, sorda, muda y necia, convalidaron el atropello a la Constitución. Aceptaron el virtual estado de excepción calderonista; la suspensión de las garantías individuales por la vía de los hechos en aquellos lugares donde se presentan los militares, convertidos en superpolicías que hacen y deshacen fuera de la ley (los tribunales militares son juez y parte) –que sin ninguna clase de controles jurídicos civiles arremeten contra los derechos constitucionales de la ciudadanía; que detienen a la población a su libre arbitrio, realizan cateos, imponen retenes, realizan operaciones de espionaje, asesinan a sangre fría a inocentes–; que la autonomía de los estados y municipios haya sido convertida en escombros y detengan a sus funcionarios con acusaciones risibles, de dudosa legalidad; que admiten las operaciones ilegales de las autoridades estadunidenses en territorio nacional y que el gobierno y los militares cumplan el papel de policías de la seguridad nacional del país del Norte.

Renuncia, Calderón, o estalla la nación

Autor: Álvaro Cepeda Neri *
El desastre social del país ya es intolerable. En 10 años, tras el ascenso del foxismo-panista (Alejandra Lajous y otros, Vicente Fox, el presidente que no supo gobernar; editorial Océano de México, 2007) y el cuatrienio calderonista-yunquista, la nación como sociedad, el Estado y el gobierno han sufrido retrocesos económicos, políticos y culturales tan dramáticamente dañinos que la única solución debe ser de raíz: la renuncia, forzada o voluntaria, del inquilino del búnker en los sótanos de Los Pinos, quien, como un Hitler derrotado, se resiste a irse a consecuencia de su notoria incapacidad e ineficacia para implantar políticas públicas. Asido al clavo ardiente del "dejad hacer, dejad pasar", el calderonismo es un rotundo fracaso y su mal gobierno, en el bicentenario de 1810 y el centenario de 1910, que generaron esos levantamientos populares, es, nuevamente, el caldo de cultivo para un nuevo estallido del pueblo que imponga la paz social contra la violencia sangrienta, por igual, del narcotráfico y los gobernantes.
Emplazados al "si no pueden, renuncien", particularmente Calderón y su grupo, ha llegado el momento para una solución radical. Y la raíz del mal gobierno federal es Calderón. La nación ya no resiste sin solucionar sus principales problemas: la cada vez más pavorosa, sangrienta y aterradora inseguridad que oficialmente arroja más de 40 mil homicidios, pero que, desde hace 22 años, sino es que desde el decadente régimen de Miguel de la Madrid (que suman 28 años), arrojan más de ¡100 mil asesinatos con toda impunidad!
La política económica, desde el maldito salinato –cuya cabeza rapada anda tanteando el terreno del des-Peña-dero para resurgir–, arrastra a más de 40 mil desempleados acumulados con los del foxismo-calderonista; a 50 millones de pobres. Hay bajísimo consumo de productos para la alimentación; alza de precios a los bienes y servicios que presta el gobierno, y los empresarios, no obstante la baja demanda en general, también le meten a fondo el acelerador de la inflación. Y niños y jóvenes sin presente, presas de enfermedades y falta de escolaridad, pervirtiéndose en la vagancia, la prostitución, el desgarre de las relaciones familiares, el narcotráfico y cometiendo otros delitos en la anarquía de la vida pública.
Y como el eje en torno al cual gira la totalidad de las vidas privadas y públicas sigue siendo el presidencialismo (al que la reforma de Beltrones propone restarle poderío para equilibrar democrática y republicanamente pesos, contrapesos y otros cuestionamientos analizados por Gabriel L Negretto, editor con otros autores del libro Debatiendo la reforma política, edición Centro de Investigación y Docencia Económicas, AC, 2010), entonces su inactividad, desaciertos, ineficacia e incompetencia, como es el caso de Calderón, trastorna todas las potenciales fuerzas económicas, sociales, culturales y políticas hasta llegar a la paralización agrícola, ganadera, industrial, comercial, minera, etcétera. Por esto, el señor Calderón debe irse y se debe designar un presidente sustituto para que la crisis política toque fondo y, tras ese sacudimiento por su renuncia (por causa grave: incapacidad), nos demos a la tarea de la reconstrucción.
Calderón y la mayoría de los panistas (en los gobiernos municipales, estatales y federal) carecen de una mínima formación e información cultural, sobre todo en teoría y práctica políticas (de aquí sus fracasos en la administración y el gobierno propiamente). Ignoran el consejo, por ejemplo, de Max Weber, en su espléndido ensayo El político, cuando dice que quienes ejercen el poder del Estado al menos deben aspirar a ser estadistas y que "lo decisivo no es la edad, sino la educada capacidad para mirar de frente las realidades de la vida, soportarlas y estar a su altura", y que ha de alternarse la acción, la práctica política-administrativa, "conforme a la ética de la responsabilidad o la ética de la convicción".

Luchar por la educación pública es luchar por la identidad cultural


FECSM *

Escuela Normal Rural Vasco de Quiroga, Tiripetío, Michoacán. El analfabetismo es un problema crónico en México que a más de 100 años del inicio de la Revolución no se ha logrado abatir. Las normales rurales surgieron para combatir este flagelo. Desde su fundación, han jugado un papel fundamental en la educación de las comunidades campesinas e indígenas de todo el país. Gran parte de los avances en la educación y la alfabetización se debe al trabajo de estas instituciones.

Las escuelas normales rurales abren sus puertas a hijos de campesinos y obreros que no cuentan con los recursos económicos suficientes para cursar estudios de nivel superior. La educación que reciben en estas aulas los capacita para desenvolverse principalmente en el medio rural. Esta capacitación busca adecuarse a las necesidades de los niños campesinos y sus familias que generalmente habitan en zonas agrestes, apartadas de las ciudades y, la mayoría de las veces, sin servicios básicos.

La aportación de las normales rurales es, hasta el momento, insustituible. No se trata sólo de que muy pocos egresados de las normales urbanas estén dispuestos a trabajar en comunidades pobres, lejos de las comodidades citadinas. Se trata del enfoque de educación integral que buscan desarrollar los normalistas rurales en las comunidades campesinas. La formación del normalista rural le permite establecer con sus alumnos y sus comunidades un proceso educativo que incluye el aspecto académico, pero también el cultural, el deportivo y el productivo. Michoacán es un ejemplo del papel que el normalismo rural desempeña en toda la nación.

La Escuela Normal Rural Vasco de Quiroga, ubicada en la comunidad de Tiripetío, se mantiene firme en el modelo educativo heredado de la Revolución Mexicana. Ello, a pesar de la insuficiencia del presupuesto destinado y la imposición del esquema de "financiamiento compartido", que obliga a las familias a pagar los servicios de un derecho que debe ser gratuito.

Navarrete Prida: Notario y vendedor de Lotería Nacional



Álvaro Cepeda Neri *

Jesús Alfonso Navarrete Prida fue uno de los "operadores" del desgobernador Arturo Montiel Rojas, quien quiso agandallarse la candidatura presidencial hasta que le cortaron las alas por la corrupción política y económica (ahora quiere "lavarse las manos" con un libraco de sus memorias que le escribieron); ahora lo es del que ya se siente presidente en funciones: Peña Nieto. Formado a la sombra de Jorge Carpizo, aprendió de Montiel el oficio de "operador" (así les llaman a los que la hacen de "plomeros" de aguas sucias) y es ahora mismo, diputado federal del establo de diputados peñanietistas (que son 100), dispuestos a dizque hundir la Reforma Política aprobada en el Senado, si en la revisión que llevará a cabo la Cámara de Diputados, no incluyen la "cláusula de gobernabilidad" de Peña Nieto.

Esa cláusula establecería, en un agandalle más de Peña Nieto, lo de que el partido que obtenga más votos en la renovación estatal mexiquense, se le sumen los diputados necesarios hasta obtener la mayoría absoluta. Quiere que el Congreso del Estado de México sea un órgano colegiado con una mayoría que servilmente apruebe al gobernador en turno (supone que será Eruviel Ávila, al que tuvo que escoger como candidato de su PRI en coalición con el PVEM y el Panal, quien no apoyará a Peña Nieto para la disputa de la candidatura presidencial, y que es otra "cáscara de plátano" de las muchas más que tiene en su camino el candidato de Televisa).

Emilio González: el góber piadoso



Edgar González Ruiz *

Emilio González Márquez, el polémico "gobernador piadoso" de Jalisco, se considera uno de los prospectos panistas para las elecciones presidenciales de 2012.

Con el pretexto de difundir los Juegos Panamericanos que se llevarán a cabo en Jalisco en 2011, el mandatario estuvo haciendo giras de promoción personal en otras entidades; en Chihuahua, en diciembre de 2010, declaró que él "no se descarta" para la contienda por la Presidencia.

El 6 de abril, en una reunión realizada "a puerta cerrada" con unos 300 miembros del blanquiazul en Querétaro, el mandatario jalisciense afirmó que "en el momento que la ley lo permita, así como también el PAN [Partido Acción Nacional] emita la convocatoria, me apuntaré para ser candidato a la Presidencia".

Su actitud evoca la que adoptó Vicente Fox, años antes de las elecciones de 2000; todavía era gobernador de Guanajuato, cuando comenzó sus actividades proselitistas con miras a los comicios presidenciales.


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