martes, marzo 09, 2010

MAFIAS, MENTIRAS, BURLA, ENGAÑO: TODO SE VALE






Todo está permitido

Pedro Miguel

El episodio de los pactos secretos entre el PRI y el PAN ha documentado de manera irrebatible que Felipe Calderón, Fernando Gómez Mont, Beatriz Paredes, César Nava y Enrique Peña Nieto, entre otros, conforman una bonita colección de mentirosos: políticos que renuncian a sus compromisos por dinero, que compran con votos legislativos ventajas electorales, que traicionan a sus electores, que sacrifican los intereses del país en aras de su beneficio personal y de facción, y que luego salen a las cámaras y micrófonos a presumir de pureza y de congruencia con el ideario. Ya no podrá decirse que es excesivo y exagerado caracterizarlos como integrantes de un conglomerado mafioso: han quedado desnudos en su inmoralidad, en su adicción al poder, en su carencia de escrúpulos elementales, en su inclinación incurable a usar sus cargos y privilegios –pagados, cómo no, con nuestro dinero– para emprender negocios turbios en los que el Ejecutivo se entromete, por la puerta de atrás, cual suele, en asuntos del Legislativo, en los que unos y otros cargan los dados electorales a conveniencia y, a la postre terminan traicionándose entre sí. Y cuando su inmundicia se desparrama y sale a la luz, aparecen con expresión de recién nacidos para explicarnos que lo que han hecho no tiene nada de malo.

Esto puede ser la puntilla, la gota que rompe la tensión superficial del vaso, el no va más. La mafia, por su parte, cree que es posible el control de daños y gasta dinerales en el lavado de imagen. Por ejemplo: uno va al cine a una película apta para todo público y antes de la proyección descubre que en vez de los consabidos comerciales –porquerías comestibles y bebibles, tiendas de trapos caros y automóviles que funcionan más como sustituto del sildenafil que como medio de transporte–, se transmite propaganda de los legionarios de Cristo (un comercial a toda madre acerca de las bondades de la Universidad Anáhuac), de Elba Esther Gordillo (un conmovedor testimonial sobre la entrega de los normalistas a sus tareas) y de Felipe Calderón (las fuerzas armadas son la pura buena onda): toda una exhibición de virtudes públicas de la oligarquía para tapar las miserias de la pederastia fundacional, los desvíos de dinero público y cuotas sindicales (46 millones de pesos sólo en Quintana Roo, sólo en 2008) y el trastocamiento, a cargo del comandante supremo, de las atribuciones constitucionales del Ejército y la Marina, en lo que constituye el mayor agravio y el mayor desgaste al que han sido sometidas, en décadas, esas instituciones.

Con la acumulación de historias de este estilo, la circunstancia de la imagen pública del grupo gobernante equivale, sin exagerar, a una defunción. Muchos se lamentan por la pasividad aparente de una sociedad que, dicen, aguanta sobre sus hombros el peso de este pastel podrido y, desde el punto de vista presupuestal, carísimo. Escribía Kapuscinski:

Es el poder el que provoca la revolución. Desde luego no lo hace conscientemente. Y, sin embargo, su estilo de vida y su manera de gobernar acaban convirtiéndose en una provocación. Esto sucede cuando entre la élite se consolida la sensación de impunidad. Todo nos está permitido, lo podemos todo. Esto es ilusorio, pero no carece de un fundamento racional. Porque, efectivamente, durante algún tiempo parece que lo pueda todo. Un escándalo tras otro, una injusticia tras otra, quedan impunes. El pueblo permanece en silencio; se muestra paciente y cauteloso. Tiene miedo, todavía no siente su fuerza. Pero, al mismo tiempo, contabiliza minuciosamente los abusos cometidos contra él, y en un momento determinado hace la suma. La elección de este momento es el mayor misterio de la historia. ¿Por qué se ha producido en este día y no en otro? ¿Por qué lo adelantó este y no otro acontecimiento? Si ayer, tan sólo, el poder se permitía los peores excesos y, sin embargo, nadie ha reaccionado. ¿Qué he hecho, pregunta el soberano sorprendido, para que de repente se hayan puesto así? Y he aquí lo que ha hecho: ha abusado de la paciencia del pueblo. Pero ¿por dónde pasa el límite de esta paciencia? En cada caso la respuesta será diferente, si es que existe algo que se pueda definir a este respecto. Lo único seguro es que sólo los poderosos que conocen la existencia de este límite y saben respetarlo pueden contar con mantenerse en el poder durante mucho tiempo (El Sha o la desmesura del poder, Anagrama, Barcelona, 1987). Por lo pronto, ellos siguen pensando que lo pueden todo y que no pasa nada.

navegaciones@yahoo.com - http://navegaciones.blogspot.com

Alberto Aziz Nassif
Pactos mafiosos

Dos casos han llamado la atención de la opinión pública en los últimos días: uno es el informe sobre la Guardería ABC de Hermosillo, que realizaron dos magistrados por instrucciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y sus conclusiones muestran las deficiencias e irregularidades de una parte del mundo institucional de la seguridad social. El otro es el conocimiento público del acuerdo secreto entre PRI y PAN, que ha desatado un escándalo político. Este pacto no sólo sirve para observar el grado de decadencia política en el que está sumido el país, sino para conocer que cuando las élites políticas deciden conservar el poder al costo que sea, están dispuestos a pactar una abierta violación a los derechos políticos. Algo huele muy mal en esos dos partidos y en los gobiernos que representan. Estos dos casos son un buen mirador de la corrupción institucional y la irresponsabilidad pública de la clase política mexicana.
En nuestra Constitución está consagrado el derecho de asociación y comprende desde la formación de partidos y organizaciones, hasta la posibilidad de realizar alianzas. Esta garantía constitucional no es negociable por dos actores políticos, César Nava y Beatriz Paredes, que además tuvieron como testigos, es decir, como avales, a dos representantes del Estado, el secretario de Gobernación y el secretario de Gobierno del Estado de México, representantes respectivamente del presidente Calderón y del gobernador Peña Nieto. Este pacto secreto se hizo como lo hacen las mafias: se acuerda en secreto la violación de la legalidad y luego se niega. Este contrato de intercambios ilegales e ilegítimos: impuestos por impunidad, ingresos fiscales por violación al derecho de asociación, se hizo en secreto y al margen de los organismos de decisión de esos partidos. No en vano, cuando la sangre ha llegado al río, algunos integrantes de estos partidos no saben de qué forma distanciarse del pacto mafioso.
Es tan ridículo el acuerdo que, como suelen decir los abogados, sólo les faltó establecer cuál sería el 'tribunal competente' en caso de controversia, y qué 'pena convencional' se aplicaría en caso de incumplimiento. Pero esta historia no es nueva, prácticamente desde 1988 el PRI y el PAN hacen pactos, algunos más públicos y legales y otros más secretos e ilegales. Pero cancelar derechos de asociación, lo que deben decidir los partidos y los votantes, es un pacto mafioso. A Nava, Paredes, Gómez Mont, Calderón y Peña Nieto, hay que recordarles la máxima que dice: lo que pienses, no lo digas; lo que digas, no lo escribas; lo que escribas, no lo firmes; y lo que firmes, niégalo. Porque una vez que se hace público, el costo es muy alto y el escándalo es inevitable.
En el informe preliminar de la Guardería ABC se presenta un panorama grave que tiene diversos ingredientes, problemas legales para la subrogación del servicio de guarderías, que se han convertido en negocios y cotos de impunidad. Se trata de operaciones irregulares, en donde sólo unas cuantas cumplen con la legalidad, 0.3%; hay omisiones en la vigilancia sobre las condiciones de seguridad, que fue lo que ocasionó la muerte de 49 niños y niñas y las lesiones de otros 75 pequeños. Ante las omisiones, las condiciones peligrosas y los incumplimientos, deben fincarse responsabilidades al más alto nivel. ¿Quién va a responder por estas muertes?
Una de las diferencias entre los países democráticos y casos como el nuestro, es que existe responsabilidad pública, en cambio aquí en México hay una inercia para que haya simulación e impunidad, para que en todo caso la responsabilidad pública quede en el nivel más bajo. ¿Por qué pide perdón el director general de la Toyota ante el caso de una falla mecánica en ciertos modelos, a pesar de que él no es el responsable técnico? ¿Por qué renuncia en Francia un ministro de educación, cuando hay un conflicto grave y muere un estudiante en la calle, a pesar de que el ministro no lo asesinó? ¿Por qué renuncian diputados en Inglaterra cuando se les comprueban gastos ilegales? Por la sencilla razón de que hay responsabilidad pública, una rara especie que en México no se conoce.
Estos dos casos expresan no sólo una preocupante debilidad institucional, sino un severo déficit de responsabilidad pública y de impunidad. ¿Cómo se pueden mantener de forma legítima en sus puestos los que firmaron el pacto mafioso o los que autorizaron el funcionamiento subrogado e irregular de las guarderías? Sólo el subdesarrollo político, acentuado después de la transición, lo explica. Ambos casos son producto de una democracia vulnerada por una clase política irresponsable y cínica.
Investigador del CIESAS
Ricardo Rocha
Detrás de la Noticia
La tragicomedia de los Pinochos

Ya me los imagino en torno a una mesa en la penumbra de la noche. Todos hablando a media voz. Todos sintiéndose infalibles. Con las bocas torcidas por el menosprecio a los demás. Al fin y al cabo ellos son los señores y dadores de vida. Los dueños del destino de los idiotas que están allá afuera. Los que deciden cuánto hay que quitarles esta vez. Los que se han repartido el país. Los que mandan. Según ellos.

Casi casi los estoy viendo: doña Beatrice, Don Cesare, don Fernandone y el consigliori de don Enrico il Copeti di tutti Copeti. Todos con sus aires de perdonavidas haciendo un contrato de compra-venta, de qué si no de conveniencias y compromisos, porque sus principios ya no valen absolutamente nada. La delimitación oportunista de sus territorios a cambio de volver a encajarle el diente a los de siempre. Ahí están, tragando sapos sin hacer gestos, haciendo política a la mexicana, en las oscuridades vergonzantes. Con los rostros ajados por las vengativas marcas de los excesos del poder; con las medias sonrisas de la complicidad documentada. Porque eso sí, los estúpidos se obligaron a firmar uno a otro en una ridícula omertá supuestamente garantizada en los papeles que cada uno se llevó.

Todo para que semanas después les crecieran las narices y se les corriera el maquillaje hasta quedar como aquellos payasos deprimentes de los cuadros patéticos. Peor aún, lanzándose unos a otros las excrecencias de sus acusaciones mutuas y sus mentiras cobardes a las que ya se han acostumbrado.

Pero basta de farsas. La tragicomedia del pacto no es un asunto sólo entre ellos. Le compete a la nación. Porque estuvieron negociando los dineros de todos nosotros. Y ahora resulta que pagamos más impuestos porque el PRI ofreció aprobarlos a cambio de que el PAN se comprometiera a no obstaculizar la alfombra roja del señor Peña Nieto rumbo al 2012 por las mentadas alianzas con el PRD.

Si hubiera un mínimo de congruencia y valor en el Congreso los complotados debían de comparecer más allá de sus anécdotas: el señor Fernando Gómez Mont para que explique su concepto de gobernabilidad a favor de unos y aplastando a otros; la señora Paredes para que, además de haber confirmado en qué equipo juega, nos diga por qué apuesta nuestro dinero; el señor Peña Nieto para que explique de dónde le vino la ocurrencia; y el señor Nava para que, antes de morir políticamente, hable ahora o calle para siempre sobre la increíble y triste historia del señor presidente que nunca estaba enterado de nada.
Pero eso sí, no bastarán la mano sobre la Constitución o la Biblia. Es indispensable el polígrafo.

El bumerán de las alianzas

Luis Hernández Navarro

No es una maldición, pero casi. Las alianzas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) con los gobiernos panistas para incrementar el IVA han terminado convirtiéndose en un bumerán para quienes las impulsan. Promovidas por las dirigencias del tricolor para obtener ganancias inmediatas, han provocado que sus impulsores paguen una costosa factura política.

En 2003, Elba Esther Gordillo, coordinadora del PRI en la Cámara de Diputados, pactó con Vicente Fox un paquete económico a espaldas de su grupo parlamentario. Justificó su acción en nombre de los grandes intereses nacionales. Para ella fue el principio del fin dentro del partido: primero fue destituida de la coordinación y después tuvo que abandonar las filas de su instituto político.

Hoy, una nueva bomba ha estallado en las manos de Enrique Peña Nieto y Beatriz Paredes. La difusión pública del convenio secreto signado entre la dirigencia del Partido Acción Nacional (PAN) y el tricolor, para que el Revolucionario Institucional aprobara el dictamen de la Ley de Ingresos de la Federación y el aumento de impuestos en el pasado periodo Legislativo a cambio de que el blanquiazul no se aliara con otros partidos políticos en las próximas elecciones del estado de México, ha provocado un verdadero cataclismo político en las elites.

De entrada, entre amplios sectores de la población ha quedado claro que el incremento aprobado a impuestos en IVA, telefonía, gasolina, gas, electricidad, no era realmente una necesidad económica de la nación, sino una maniobra para intercambiar votos por impuestos en favor del gobernador del estado de México. A los signatarios del pacto no les importaron las graves consecuencias del paquete económico entre la población ni la contracción del mercado interno ni las presiones inflacionarias ni la disminución del poder de compra. Su prioridad era otra: conseguir recursos y garantizar una competencia electoral que no pusiera en riesgo la candidatura de Peña Nieto a la Presidencia de la República.

Para evitar una derrota en su entidad, al político favorito de Televisa, al galán resplandeciente de las revistas del corazón, no le importó utilizar al Congreso y hacer un acuerdo lamentable para la gente más necesitada.

La divulgación en los medios de comunicación del pacto tricolor-blanquiazul hizo evidente, también, la estrecha alianza amarrada entre la dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes, y Enrique Peña Nieto, en la ruta del 2012. ¿Por qué, si no, se concentró exclusivamente en evitar las alianzas del partido en el gobierno con otros institutos políticos en el estado de México para los comicios de 2011 y dejó fuera del acuerdo los otros 11 estados donde se efectuarán elecciones este año? ¿Por qué no incluyó, por ejemplo, el veto a la coalición electoral en torno a Gabino Cué cocinada en Oaxaca, que tiene posibilidades razonables de triunfo?

Finalmente, puso en los reflectores a Francisco Rojas, coordinador de la fracción del PRI en San Lázaro y actor importante de este acuerdo. La historia se repite. Casualmente, en 2003, cuando Elba Esther se amarró con Vicente Fox para acordar una reforma parcialmente parecida, él era el presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados.

Después de las elecciones federales de 2009, un número importante de analistas políticos concluyeron que el regreso del tricolor a Los Pinos en 2012 y la candidatura presidencial de Enrique Peña Nieto eran un hecho consumado. Desde la barra analítica de Televisa, diversos intelectuales mediáticos del Canal de las Estrellas vaticinaron el retorno de Atlacomulco reloaded. La derrota del PAN fue tan contundente en ese año, y el capital político del encopetado tan grande, que se creó la imagen (interesada) de un candidato invencible ¡tres años antes de la realización de los comicios!

El efecto inmediato de las coaliciones electorales para disputar gubernaturas entre el PAN y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) ha sido construir en la opinión pública la idea de que el futuro electoral no está (aún) escrito, y de que, por más que en sus viajes al Vaticano el gobernador del estado de México se comporte como un faraón, su triunfo en las presidenciales no está asegurado. Si se observan con cuidado las entidades donde las alianzas electorales entre el sol azteca y el partido del gobierno se han materializado, puede concluirse que casi en todas ellas el candidato a gobernador del PRI está alineado con el encopetado. Se trata, en los hechos, de una coalición anti Peña Nieto sin sustento programático alguno.

Las alianzas entre partidos con plataformas ideológicas enfrentadas y la divulgación del acuerdo para intercambiar impuestos por votos profundizarán, aún más, el descrédito de la clase política entre amplias franjas de los votantes.

El sol azteca está apostando todo a una jugada politiquera de corto plazo que lo alejará, aún más, de importantes sectores de la población. Se ha convertido –¡vaya novedad!– en un instrumento para dirimir las pugnas entre las elites, pero no para impulsar una política autónoma de los subalternos. Basta ver el desastre de los gobiernos perredistas en Chiapas y Guerrero para anticipar lo que sucederá si esas coaliciones tienen éxito.


Más sobre las candidaturas independientes

René Drucker Colín

El asunto de que se abra la posibilidad de que en tiempos de elecciones se permita que personas de la sociedad civil se posicionen y se conviertan en candidatos a un puesto de elección popular ha generado gran controversia. Si bien es cierto que la enorme mayoría de la sociedad se ha manifestado en favor, pues, como bien se percibe, los partidos políticos están totalmente desacreditados y no hay quien les confíe nada (y menos claro después del cochinero PRI-PAN para acordar el asunto de los impuestos), sí hay voces que se manifiestan en contra y algunas que temen que ocurran cosas catastróficas.

En cuanto a lo último habría que señalar que más catastrófico que lo que tenemos ahora será difícil encontrar. Las voces que señalan posibles problemas si se aprueban las candidaturas independientes o candidaturas van desde aquellas, como Beatriz Paredes, quien dice que esto abre el espacio a la derecha, lo cual es absurdo porque también le puede abrir la puerta a la izquierda (pero lo inteligente que ahora está afuera) o a gente del centro y de hecho le abre el espacio a cualquier corriente. También hay voces que dicen que las candidaturas independientes le abrirían espacios a gente inepta, lo cual también es absurdo porque más inepta que la que hay ahora es difícil encontrar.

Está claro que cualquier cambio que se impulse –y las candidaturas independientes no son una excepción– conlleva riesgos. Nada en el mundo es al 100 por ciento, pero lo que hay que señalar es que hoy día es mucho más riesgoso para el país quedarse estático y no generar cambios. Ciertamente el asunto de las candidaturas independientes pudiera generar ciertos problemas que hoy son inexistentes, como por ejemplo un cuerpo de representantes con poca fuerza legislativa, o un presidente sin partido a quien se le dificultaría impulsar cambios o armonizar en las cámaras como señala Lorenzo Meyer. Esto sin duda sería un problema, pero con el tiempo los representantes de partidos tendrían que vérselas con su electorado, y si poco a poco este último ve que su representante, el cual pertenece a algún partido, no se la juega con el Ejecutivo para modificar cosas que son benéficas para la población, con el tiempo podrían generarse para los partidos más dificultades para ganar puestos de elección popular si hay alternativas independientes.

Por el momento, los únicos que creen que el electorado es tonto son los que pertenecen hoy día a los partidos existentes. Con el tiempo, los candidatos van a sentir el rigor de las decisiones electorales y los independientes van a jugar un papel crucial para cambiar la podredumbre que hoy conforman las cámaras de Diputados y Senadores.

Así que en los próximos meses hay que movilizar a la sociedad para que se una a un movimiento ciudadano que está conformándose con respetados y respetables miembros de la sociedad civil para unirse en un esfuerzo común que abra la puerta, hoy cerrada, con el fin de que ciudadanos puedan contender en las elecciones próximas de 2012.

Los partidos políticos no nos merecen ninguna consideración, ya que difícilmente alguien en la sociedad se siente representado por las diversas corrientes, a menos que sean parte del jueguito de corruptelas existentes. Habrá que romper ese cerco para generar un país con mejor futuro para todos los ciudadanos. Hay que trabajar en paz y con inteligencia; así y sólo así se lograrán cambios significativos

Sin comentarios

José Blanco

Sin orden ni concierto, tal como aparece el profundo debate sobre las alianzas políticas entre partidos que se reprueban todos frente a todos, veamos una pequeña muestra.

Beatriz Paredes dijo que el acuerdo con el PAN para evitar alianzas en el estado de México no fue a cambio de la aprobación del paquete económico de 2010, que incluyó el incremento al IVA de 15 a 16 por ciento. La misma posición planteó Gómez Mont en primera instancia: negó que el acuerdo entre los partidos el PRI y el PAN firmado en octubre en su oficina fuera un intercambio de votos por impuestos.

El dirigente del PAN, César Nava, desmintió a Paredes y a Gómez Mont enfatizando que sí se pactó con los priístas el aval al paquete económico y exigió a la priísta y al gobernador mexiquense, Enrique Peña Nieto, asumir su responsabilidad.

La cláusula cuarta del convenio firmado entre los dirigentes partidistas dice que las partes se abstendrán de toda alianza en el estado de México. Ello fue avalado por Gómez Mont. El acuerdo escrito no incluye el compromiso del PRI respecto al paquete fiscal. Por lo visto la del PRI fue una bola de humo que no vio pasar el PAN.

Nava, después de mentir repetidamente, confesó. Pero aclaró que sí habría alianzas del PAN con otros partidos porque el PRI incumplió su compromiso, o sea, no aprobó la propuesta de Calderón. En condiciones sumamente difíciles para el país, dijo Nava, el PRI recurrió al chantaje para forzar o buscar acuerdos electorales, cosa que obtuvo al menos en el caso del estado de México. A petición expresa del gobernador Peña se hizo este acuerdo para garantizar la participación del PRI en la Ley de Ingresos.

Así, el PAN aprobó aliarse con el PRD para las elecciones de diputados locales y alcaldes en Chiapas y de diputados locales en Hidalgo. Con anterioridad lo había hecho con ese partido respecto del gobierno de Oaxaca. Martha Dalia Gastélum del PRD indicó que esta alianza se estableció con todo el respaldo de la dirección nacional del su partido.

El PRI recibió toda clase de acusaciones por la aprobación de un paquete fiscal que, en efecto, no fue el propuesto por Calderón sino el formulado por el propio PRI, pero que el PAN apoyó. Es decir, llegaron a acuerdos sobre el asunto.

Paredes debe renunciar a la dirigencia nacional del PRI, luego de su acuerdo vergonzoso con el PAN y el gobierno federal, porque pasó por encima de principios partidistas y obligó (¿?) a los legisladores priístas a traicionar a sus electores, al votar en favor de incrementar los impuestos, aunque en campaña habían asumido el compromiso de no permitir mayores cargas fiscales a la ciudadanía dijo, parece que indignado, Manuel Barlett. Dijo también: Calderón debe dar la cara y explicar a la nación por qué avaló ese pacto entre las dirigencias de su partido y el PRI, porque no es creíble que no estuviera enterado. Aunque, de otra parte, el pacto está cancelado según dijo Nava.

Paredes con un retruécano cristalino dijo que el acuerdo con el PAN no se refería al paquete fiscal, sino que tenía que ver con qué tipo de relación quería tener el gobierno y el partido del gobierno con el partido que le estaba dando gobernabilidad en varios asuntos.

Paredes, de otra parte, tronó contra las alianzas electorales del PAN y PRD al afirmar que representan amnesia a sus propios principios. Los gobiernos del PAN representan la era de la confusión, expresó.

El senador Beltrones señaló, por su parte que las críticas a las alianzas entre el PAN y el PRD es asunto de congruencia, pues es una especie de promiscuidad política que dos partidos que abierta y francamente han debatido durante tres años ahora piensen aliarse.

El PRD se ha involucrado en zigzagueos políticos que derivaron en alianzas con los panistas, señaló Andrés Manuel López Obrador, y advirtió que su movimiento no respaldará las aspiraciones electorales de los perredistas que vayan de la mano con el PAN o el PRI.

No podía faltar el que dicen que dice que el Vicentenario es un homenaje a su gestión. En efecto Fox reprobó la alianza PAN-PRD para los procesos electorales de los estados de Puebla, Durango y Oaxaca que, dijo, representa la incapacidad de cada partido político para desarrollar liderazgos.

Coincidiendo con los tres personajes anteriores, Peña Nieto reprobó que el PAN y el PRD conformen una alianza, luego de que hace tres años se descalificaban uno al otro. Dijo que me viene a sorprender que a sólo tres años de aquellos hechos, pues ahora pareciera que todos se juntan en contra el PRI. Manifestó en serio que su partido es serio, que seguirá actuando con gran responsabilidad, con gran madurez, con gran mesura y sobre todo con una oferta clara hacia los electores.

El dirigente nacional de la CNOP, Marco Antonio Bernal, aseguró que el presidente Calderón, dejó de gobernar al país, al convertirse en el nuevo dirigente de su partido el PAN. El dirigente cenopista dijo en serio que el Presidente de México ha tomado la decisión de militar abiertamente contra el PRI y contrarrestar todas sus acciones, cuando no es esa la función para la que fue electo, se está saliendo de su responsabilidad.

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