domingo, junio 15, 2014

Fuerzas armadas y seguridad pública


 

Utopía

 

Eduardo Ibarra Aguirre

 

Si en algo medular no existe la menor diferencia entre las estrategias de los gobiernos de Enrique Peña y de Felipe Calderón en la primero "guerra" y ahora "lucha" contra el narcotráfico y el crimen organizado, es en el uso y el abuso de la utilización del Ejército y la Marina como columna vertebral de la estrategia antinarcóticos.

Naturalmente que existen razones para que ello suceda, a pesar de que la Constitución no deja resquicio para que el Ejército y la Marina desempeñen funciones de seguridad pública, para las cuales no tienen preparación porque su naturaleza es otra, la de "acabar con su enemigo" y "no la de lidiar con los civiles". Pero la Suprema Corte encontró la fórmula para revestir de legalidad lo que es inconstitucional, para tranquilidad del generalato después de las exigencias de juicio a los involucrados en la Guerra sucia, que no produjo una sentencia condenatoria.

La razones más aducidas durante el sexenio de la "guerra contra el narcotráfico", eran de orden pragmático, no existía otra institución que pudiera hacerse cargo porque los cuerpos policiacos estaban o corrompidos o infiltrados por los corporativos criminales ilícitos, pues también existen los lícitos y asaltan a la luz del día, como lo hacen los bancos. O las dos grandes televisoras que extorsionan a los gobernadores.

Felipe del Sagrado Corazón de Jesús ocultó que su antecesor y rival de facción panista y sobre todo de negocios al amparo del poder público, Vicente Fox, presumió hasta el hartazgo a la Agencia Federal de Investigaciones como policía del primer mundo.

O que antes, Ernesto Zedillo, el empleado de las trasnacionales que favoreció desde Los Pinos, como Union Pacific, formó la Policía Federal Preventiva a la que el indiciado Calderón quitó el segundo apelativo, inyectó recursos ilimitados, creó la Secretaría de Seguridad Pública para su amigo y hasta cómplice Genaro García Luna.

Y México continúa dependiendo de las fuerzas armadas para hacer frente a las eficaces bandas que existen después de los "certeros golpes", que anuncia casi todos los días, Monte Alejandro Rubido. Golpes que suscitan sangrientas disputas por las plazas y cobran muchas víctima civiles, aquellas que para el presunto genocida Calderón Hinojosa, y también para sus hombres en la Secretaría de la Defensa Nacional, eran "daños colaterales", como lo establecen los manuales del Pentágono.

Las razones pragmáticas, pues, tienen su origen en las incompetencias de los otrora titulares del Ejecutivo federal, incluido Carlos Salinas y Miguel de la Madrid, así como sus antecesores del "nacionalismo revolucionario", para llevar a buen término lo que anunciaron y en lo que derrocharon recursos públicos que no siempre encuentran respaldo con las cuentas rendidas al Congreso.

Existen diferencias, por supuesto, pero no en aquella que es esencial y que enhorabuena el jurista sudafricano Christof Heyns colocó en el centro del informe que rindió en Ginebra al Comité de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, y que describió como la necesidad de que las fuerzas armadas ya no realicen tareas de seguridad pública, pues su entrenamiento y formación se dirigen a utilizar el máximo posible de fuerza para acabar con su enemigo, no a lidiar con civiles.

Tiene razón el experto, pero esta decisión se tomó en otra latitud, allende el Bravo. Y tiene que ver con la geopolítica de la Casa Blanca para hacer frente, fuera de sus fronteras por supuesto, al crimen organizado desde los tiempos de Richard Nixon y que la ONU asumió como propia. Además, los ejércitos nacionales estorban a Estados Unidos en su "patio trasero".

Acuse de recibo

La lectora y colega Abigail Bello Gallardo dice desde Xalapa, Veracruz: "Muchas gracias Eduardo. Gracias por tomarme en cuenta para tu precioso, difícil y loable trabajo, pero más por escribir exactamente lo que más me interesa. Captas a la perfección las ideas que más me interesan transmitir y que por obvias razones no sé"... Bello Gallardo es médico con especialidad en medicina familiar y tuve en suerte que se hiciera cargo con enorme generosidad y gran eficacia de un problema respiratorio que padecí la semana pasada, y que me lleva a la despedida final del consumo de tabaco, después de 18 años de progresivo abandono… Eugenia Huerta, hija del Gran Cocodrilo, recuerda que la exposición por el centenario de Efraín Huerta continuará durante el resto del mes en la Librería Rosario Castellanos, del Fondo de Cultura Económica, ubicada en Tamaulipas 202, esquina con Benjamín Hill, colonia Hipódromo Condesa, a unas cuadras del metro Patriotismo. "El miércoles 18 de junio, el mero día del cumplesiglo, a las 12 horas, habrá un homenaje poético-musical en el Anfiteatro Bolívar, antiguo Colegio de San Ildefonso, Justo Sierra 16, Centro Histórico (…) El mismo día a las 19 horas, será el acto en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes"… Agradezco las felicitaciones por un día que en casa no celebramos.

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