lunes, noviembre 28, 2011

Calderón amenaza a acusadores en La Haya, pero nada hará porque 52 mil muertos es genocidio



Pedro Echeverría V.

Si el presidente Calderón se siente calumniado, más vale que acuda a un tribunal celestial, en lugar de la tremenda Corte. Rayuela

1. Felipe Calderón, presidente ilegítimo de la República, con un arranque de cólera que me recuerda a Hitler cuando despotricaba contra sus enemigos, rechazó tajantemente las imputaciones de "algunas personas, como "falsas y calumniosas" que han realizado ante la Corte Penal Internacional (CPI) y ante la opinión pública; "imputaciones relacionadas con su estrategia de combate al crimen organizado", y advirtió que analiza todas las posibilidades "para proceder legalmente en contra de quienes las realicen en distintos foros e instancias internacionales o nacionales", pues las imputaciones al gobierno de México "son claramente infundadas e improcedentes, como lo señalan ya las voces más autorizadas en la materia". Insistió, como lo hace todos los días, en que México es una gran democracia donde hay libertad y justicia social y que su gobierno ha estado siempre abierto al diálogo. ¿Por qué entonces el permanente repudio contra él?

2. Por opinión de miles o millones de personas afectadas directa o indirectamente por la guerra de Felipe Calderón; guerra contra el narcotráfico que lleva cinco años de hartazgo por tanto baño de sangre que se ha dado en más de la mitad del territorio nacional, académicos, abogados y personas ligadas a la defensa de los derechos humanos, presentaron esta semana una acusación ante la Corte Penal Internacional de La Haya contra el Presidente y los principales mandos del gabinete de Seguridad, por crímenes de lesa humanidad. Argumentan que México vive un estado de emergencia y atraviesa por la crisis humanitaria más dramática de su historia reciente que ha dejado más de 50 mil muertos, 230 mil desplazados, alrededor de 10 mil desaparecidos y unos mil 300 jóvenes y niños asesinados, víctimas directas o indirectas de la guerra que le decretó el Presidente hace casi cinco años a los cárteles de la droga.

3. A esta acusación se suma la constante violación a los derechos humanos de la población civil, en particular de los grupos más vulnerables como las mujeres y los migrantes quienes constantemente son victimados tanto por los mandos y efectivos armados, como por el crimen organizado. Uno de los promotores de la demanda, el abogado Netzaí Sandoval Ballesteros, ha venido explicando que aunque Calderón y sus mandos civiles y militares, así como los capos de la droga "podrían alegar no haber cometido ningún asesinato directamente ni ordenado los graves crímenes… sí son responsables de encubrir y proteger a los sicarios, policías y soldados que directamente los cometen. Con ello la violencia en nuestro país se ha institucionalizado y convertido en una práctica cotidiana". Además se demanda a Genaro García Luna, de Seguridad Pública federal; Guillermo Galván, de la Defensa, y Francisco Sáynez, de la Marina-Armada de México, así como a 'El Chapo' Guzmán.

4. Señalan los denunciantes que "para cumplir algunos de los compromisos que Calderón hizo con el gobierno de Bush, sobre todo el combate al narcotráfico y el control de la frontera, el gobierno federal recurrió a una alianza un poco de facto, pero también pactada con algunos cárteles del narco y particularmente con el de Sinaloa. Se sostiene en información dada por el investigador Edgardo Buscaglia y otros analistas que han planteado que el gobierno de Calderón está llevando a cabo una guerra sesgada que favorece al cártel de Sinaloa. Una semana después que Human Rights Watch (HRW) presentó su informe; "Ni seguridad ni derechos: ejecuciones, desapariciones y tortura en la guerra contra el narcotráfico" de México, los denunciantes señalaron que desde 2007, HRW advirtió al Capitolio que con esta medida (la Iniciativa Mérida) se daría un cheque en blanco al gobierno de México en materia de violación de derechos humanos

5. Espero que organizaciones sociales (electricistas, telefonistas, universitarios, CNTE, mineros) y partidos políticos (PRI, PRD, PT, Convergencia) se sumen en apoyo a esa demanda para que el mundo se entere de la realidad mexicana que gobierno, medios de información y empresarios han venido silenciando. Calderón y los precandidatos del PAN seguirán revolcándose en su lodo porque tienen la obligación de defender al funesto gobierno que encabezan; pero el pueblo mexicano no puede soportar más gobiernos que cada sexenio les prometen pero terminan hundiendo más al país. Por eso, además de apoyar con todas nuestra fuerzas las demandas contra el gobierno ante la Corte Penal Internacional de La Haya, con más de 23 mil personas firmantes, debemos condenar las amenazas fascistas de Calderón contra aquellos que manifiestan su insatisfacción, descontento y repudio contra su gobierno.

http://pedroecheverriav.wordpress.com

Denuncian "impunidad uniformada" en México

La organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) acusó este miércoles al ejército de México de haber torturado y asesinado a civiles y de haber violado a decenas de mujeres en los últimos dos años, mientras lleva a cabo su campaña contra el narcotráfico.

Policía Federal en Ciudad de México el 29 de abril.

El gobierno de Calderón ha desplegado miles de efectivos en el país con el fin de combatir el narcotráfico.

En el informe "Impunidad uniformada: Uso indebido de la justicia militar en México", la organización no gubernamental describe 17 casos de presuntos abusos militares graves con más de 70 víctimas.

HRW, que tiene sede en Nueva York, asegura que la militarización de ciudades mexicanas para combatir el crimen organizado generado por el narcotráfico ha dado paso a numerosos abusos sobre la población civil.

De acuerdo al documento, presentado ante miembros del gabinete del presidente Felipe Calderón, los presuntos responsables permanecen libres y en total impunidad. El único caso en que se condenó a cuatro soldados -según el informe- fue un proceso desarrollado por autoridades civiles.

La organización alega que, si bien el ejército investigó varios casos y que los detalles están bien documentados, nadie ha sido castigado con una condena judicial.

El director de HRW para las Américas, José Miguel Vivanco, destacó que la organización no está interesada en hacer una lista de las "violaciones" sino en "mostrar que no existe un régimen legal que sea adecuado y eficiente en contener sus (propias) acciones, especialmente cuando se trata de (combatir a los) traficantes de droga".

La corresponsal de BBC Mundo en México, Cecilia Barría, informó que el informe tuvo pocas repercusiones en la prensa local debido a que el país está con los ojos puestos en la evolución de la influenza porcina.

Casos

El documento asegura que en 12 casos de presuntos asesinatos los soldados dispararon contra civiles desarmados, después de que estos no acataran la orden de detener sus vehículos.

En otro incidente, presuntamente un grupo de soldados -aparentemente bajo los efectos del alcohol o drogas- abrió fuego contra un camión, matando a dos mujeres y tres niños.

El documento también habla de personas que, estando detenidas en locales militares, fueron golpeadas y torturadas repetidamente con descargas eléctricas.

El organismo internacional indica que ninguna de las víctimas tenía vínculos con el tráfico de drogas o con los grupos armados que operan en varios estados mexicanos.

Human Rights Watch le propuso al gobierno de Calderón que todos los casos sean trasladados al sistema de justicia civil.

Todavía el gobierno mexicano no ha emitido una declaración sobre estas denuncias.

Recientemente, Calderón envió una propuesta al Senado para reformar la Ley de Seguridad Nacional con el objetivo de regular la participación de las Fuerzas Armadas en el combate contra el crimen organizado.

Desde que asumió el poder en 2006, Calderón ha movilizado a decenas de miles de efectivos en una lucha contra los poderosos carteles del narcotráfico que operan en México y que han generado una ola de violencia que ha provocado la muerte de miles de personas.

Calderón rechaza agresivamente la demanda social mas grande en su contra


Foto: AP. Fuente: http://www.telegraph.co.uk/

"Calumniadores" fue el adjetivo que utilizó el ya saliente mandatario Calderón (en 2012 termina su sexenio) para encarar a los 23 mil firmantes que denunciaron crímenes de guerra y de lesa humanidad del gobierno mexicano y el narco, ante la Corte Internacional de Derechos Humanos de la Haya el pasado 25 de noviembre.

Con un tono represivo y amenazador, un comunicado emitido por la Presidencia señaló el día de ayer: "Las imputaciones al gobierno de México son claramente infundadas e improcedentes, como lo señalan ya las voces más autorizadas en la materia. Sin embargo, constituyen en sí mismas verdaderas calumnias, acusaciones temerarias que dañan no sólo a personas e instituciones, sino que afectan terriblemente el buen nombre de México"

Además agregó: "el gobierno de la República explora todas las alternativas para proceder legalmente en contra de quienes las realizan en distintos foros e instancias nacionales e internacionales"

Con esto sentenció las próximas acciones que emprenderán en contra de aquellos que buscan se haga justicia.

Los nombres que resaltan en la lista de demandados son los secretarios de Seguridad Pública, Genaro García Luna; de la Defensa Nacional, Guillermo Galván Galván; de la Marina Armada de México, Francisco Saynez, así como el líder del cártel del Pacífico, Joaquín El Chapo Guzmán.

Pero quien es el responsable número uno de la sangre que se ha derramado en territorio mexicano y de las miles de víctimas que han venido quedando en el desamparo es Felipe Calderón Hinojosa, ya que de acuerdo al artículo 28 del Estatuto de Roma, firma internacional que México ratificó en el 2005 se señala: "el jefe militar será penalmente responsable por los crímenes de la competencia de la Corte que hubieren sido cometidos por fuerzas bajo su mando"

Son 700 cuartillas las que conforman la demanda ante la Corte Internacional, mismas que cuentan un poco de la historia de los últimos años en México, donde se han registrado ya más de 50 mil muertos. Sólo 470 casos se han plasmado en dicha querella por motivo de violaciones de derechos humanos por parte de las fuerzas armadas, mas hay algo que resulta imposible de redactar y es el sentimiento, el horror y el temor de los mexicanos producto del fallido Plan Nacional de Seguridad.

Más allá del avance que representa llevar a la corte al mandatario mexicano y a parte de su gabinete, existe una realidad imperante y es el anonimato que produce la impunidad tanto en las cortes internacionales como en la SJN, y es que resulta imposible intentar esclarecer lo que a acontece en México y dar justicia a las víctimas cuando gran parte de la red delincuencial conformada por la élite empresarial y la Agencia Central de Investigación CIA, sólo por mencionar a algunos, continúan operando.

Entre otras declaraciones Calderón adelantó: "Todavía nos cuelga más de un año" ¿Qué nos espera?

Hambre en México


Daños colaterales
Por:

Gabriela esta angustiada. Debe 3,500 pesos. Es una deuda de tortillas. Sí, de tortillas consumidas en dos meses. Más los intereses. Se los debe a don Pablo, el tendero del pueblo donde vive con sus cuatro hijos, ubicado entre Nuevo León y Tamaulipas.

La dieta de Gabriela y sus cuatro hijos de 14, 12, 11 y 10 años; tres niñas y un niño, consiste en tortillas, muchas tortillas y frijoles; también comen huevo de vez en cuando gracias a las dos gallinas que tienen; y puerco cada ocho meses, aunque la última vez, la marrana se comió a tres de sus crías al parir y sólo le quedaron dos cerditos.

Vive en un pueblo polvoriento. Su casa se compone de dos cuartos que antes eran de madera. Desde que su esposo se fue a trabajar para el otro lado son de concreto, aunque el techo de lámina es el mismo. Él le manda dinero cada vez que puede: 500,1,000, 2,000 pesos. El problema es que lleva dos meses sin enviarle nada y sin tener noticias suyas.

Por eso saca fiado de la tienda. Cada vez que va, don Pablo le recuerda su deuda de tortillas y de mandado. Son cuentas diferentes. La de mandado incluye arroz, frijol, aceite, leche, sopas, galletas, papas y poco más. Anda por los 5,000 pesos con los debidos intereses.

A Gabriela y a sus hijos les gustaría comer carne de vez en cuando, pero reconocen que es un alimento de lujo. La carne que venden en el pueblo es congelada y anda por las nubes: 80 pesos el kilo de bistec. Es más accesible el pollo (qué sería de México sin el pollo) pero últimamente tampoco hay posibilidad de adquirirlo con regularidad. También con dificultad paga la luz, un servicio que en la zona rural es más caro; no tiene agua potable ni gas butano. Antes, su marido trabajaba en la labor, sembrando y piscando maíz, sorgo; alimento pues, que vendían y consumían: "Ahora ya ni eso", dice con una mirada de infinita tristeza. El campo está devastado por la falta de estímulo y apoyo gubernamental y también por la violencia. La narcoguerra no sólo vació los pueblos, también el campo.

Los niños a veces se quedan con hambre, algo que Gabriela mitiga con galletas de animalitos y tortillas con sal o manteca. Platico con ella en su casa mientras los niños corren y ríen. Dos de ellos son obesos. Gabriela tiene apenas 35 años, pero parece de 50. No hay ninguna amargura en sus palabras, pareciera más bien que su discurso esta lleno de resignación: "Que le vamos a hacer, todo está muy caro. Ni modo. Antes comíamos mejor con poco, ahora ya ni eso".

Gabriela pertenece, sin saberlo, a los más de 11 millones de mexicanos pobres que ni siquiera pueden comprar la canasta básica valorada en 864 pesos mensuales, con la cual, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) mide la línea de pobreza extrema. También forma parte de los casi 26 millones de pobres alimenticios; y está incluida en la estadística de los 56 millones de pobres que existen actualmente en México, es decir, la mitad de la población.

Sólo en dos años, del 2008 al 2010, más de 5 millones de mexicanos pasaron a esa condición. La Escuela Superior de Economía del Instituto Politécnico Nacional (IPN) observa un aumento del 35 por ciento en la intensidad de la pobreza en Chiapas, Guerrero, Veracruz y Tabasco; aunque la afectación es generalizada en todo el país y peor aún en la zonas rurales donde el ingreso de las familias ha caído en los últimos años un 40 por ciento.

El incremento de la pobreza en México ha sido paulatino y endémico durante los gobiernos priístas, pero en los gobierno panistas ha aumentado considerablemente. Sólo durante el sexenio de Vicente Fox, el número de pobres creció en diez millones; con Felipe Calderón, durante sus primeros cuatro años, la cifra superó los 12 millones.

¿Qué han hecho estos gobiernos tan mal para empobrecer a este país? El argumento del gobierno calderonista es que los pobres aumentan a consecuencia de la crisis mundial y en parte tiene razón, pero lo que no dice es que el sistema económico aplicado por su administración no ha generado crecimiento, y si no se genera riqueza, tampoco habrá ingresos para los ciudadanos.

El programa económico de Felipe Calderón fracasó. La cifra de crecimiento es inferior al dos por ciento. Lo métodos conservadores aplicados tampoco han dejado una mejor distribución de la riqueza, ni el incremento en el nivel de vida de los trabajadores que obtienen salarios de miseria. Mientras los trabajadores no incrementen su poder adquisitivo, el mercado interno seguirá seriamente perjudicado.

Durante su campaña, Calderón prometió combatir la pobreza: "Yo no sé si el dinero del Gobierno es mucho o poco. Lo que sí sé es que lo que tengamos tiene que destinarse primero a las cosas que son más importantes para la gente. Deben destinarse a construir puertas para que la gente pueda salir de la pobreza. La puerta más grande que quiero abrir para que la gente pueda salir de la pobreza es la puerta del empleo".

Calderón no sólo fracasó en el combate a la pobreza, también en la creación de empleo. Durante su sexenio se han perdido más de 5 millones de empleos. Y el ejército de "ni-nis", que en su mayoría son "ni-nas", tiene su origen en esto. Los jóvenes representan el 53 por ciento de la población desocupada de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Los que tienen empleo tampoco viven mejor. Hay más de 10 millones de mexicanos ganando 53 pesos diarios que alcanzan para poco o para muy poco.

Cuando veo a Ernesto Cordero, virtual candidato a la Presidencia por el Partido Acción Nacional recuerdo su declaración sobre lo bien que se puede vivir con 6,000 pesos mensuales. Tal vez, el señor Cordero nunca ha tenido dificultades económicas, seguramente no sabe lo que es el hambre, tampoco las trampas para engañarla a base de galletas de animalitos o de tortillas con sal como los hijos de Gabriela.

Por encima de las ideologías, la pobreza de los mexicanos debería ofender a todos los mexicanos; sin importar el partido. Debería avergonzarnos a todos, no sólo a quienes la producen con salarios de hambre y políticas empobrecedoras. Debería movilizarnos para exigir un cambio de rumbo, el fin a un modelo económico fracasado y salvajemente perverso. Debería sensibilizarnos para apoyar toda medida que tienda a disminuir el alarmante aumento de familias que sobreviven en esta lamentable condición. Debería hacernos ver que el aumento de pobres a nadie beneficia porque significa desigualdad, aumento de criminalidad, más violencia, pérdida de valores… Y debería hacernos reflexionar a la hora de emitir nuestro próximo voto.

Deseo un México distinto, más justo, más noble, donde el abismo entre ricos y pobres no siga aumentando de manera inmoral como ahora; donde la distribución de la riqueza sea equitativa, donde todos podamos gozar de la vida y la crianza de nuestros hijos sin preocuparnos por la comida, la vivienda, el transporte, el vestido, la educación…

Que el hombre más rico del mundo viva en Estados Unidos o en un país europeo más equilibrado en su distribución de la riqueza es normal, pero que el hombre más rico del mundo, Carlos Slim Helú, viva en un país donde la mitad de la población es pobre, es verdaderamente obsceno. El hambre de la mitad de los mexicanos habla muy mal de las fortunas de los ricos de México.

Lo dijo John F. Kennedy: "Una sociedad libre que no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos".

La Responsabilidad Social de los Medios

(Primera parte)

Escrito por

Texto leído en el Coloquio de Otoño de la Universidad Veracruzana.

Cuatro preguntas fundamentales se plantean cuando reflexionamos sobre el papel de los medios de comunicación en México y su responsabilidad social frente al inacabado y complejo proceso de transición en nuestro país:

1.-¿Es posible fortalecer la democracia con empresas mediáticas que le apuestan más a la concentración y les quedan incómodos los valores democráticos como pluralidad, tolerancia, libertad de expresión, acceso a la cultura y a la información, compromiso con la educación, respeto y promoción a los derechos de las audiencias, por mencionar sólo algunos?

2.-¿Cómo ejercen su responsabilidad social estos medios ante un panorama dominado por la dictadura del rating, la hipercomercialización de sus contenidos, la transformación de la sociedad de la información en una especie de sociedad anónima de la desinformación?

3.-¿Qué escenarios se presentan ante los adelantos tecnológicos que aceleran el proceso de convergencia entre los lenguajes audiovisuales, cibernéticos y de telecomunicaciones y la irrupción de las redes sociales como medios alternos?

4.-¿Estamos construyendo los trabajadores de los medios las condiciones necesarias para responder a las exigencias y el creciente malestar de las audiencias frente a los contenidos mediáticos predominantes o nos quedamos pasmados, en la medida que somos jueces y parte de este proceso?

Son preguntas abiertas que no tienen respuestas sencillas ni esquemáticas, pero que invitan a una revisión y reflexión. Y éste es el objetivo de mi participación.

Los Tiempos Perdidos

Hace casi cuatro décadas, las ciencias sociales y el periodismo de América Latina reflexionaban sobre el futuro de la televisión y la radio en los términos planteados por Marshall McLuhan –la tesis de la aldea global que ya se cumplió y el axioma de que el medio es el mensaje que privilegió los instrumentos por encima de los contenidos – o de las distintas corrientes marxistas que reflexionaron sobre la sociedad del espectáculo como una extensión del sistema capitalista y menospreciaron los cambios inherentes que traería el cambio del modelo analógico al digital y de la comunicación unidireccional a la bidireccional, por mencionar sólo algunos.

Perdimos años maravillosos en querer simplificar y reducir el papel de los medios de comunicación electrónica bien como meros instrumentos de dominación o manipulación política e ideológica, al grado de que el Pato Donald era un simple acompañante de la enajenación de las telenovelas, o perder de vista las particularidades nacionales de cada una de estas industrias culturales, asumiendo sin más que el medio era siempre un mismo mensaje. Algunos satanizaron a la televisión, medio hegemónico por excelencia, mientras otros sacralizaron sus virtudes innegables y su capacidad de fascinación. Y en muy pocos casos tratamos de entender su dinámica, la estructura de poder que la determina, al menos en México, y olvidamos a la otra parte de la ecuación: las audiencias, es decir, a los ciudadanos.

Los adelantos tecnológicos nos tomaron desprevenidos tanto a periodistas como analistas de los medios. La aparición y el auge del internet en los años noventa y en esta última década como un nuevo medio de información, entretenimiento, publicidad y de interacción ha ido transformando el panorama de manera radical. La convergencia acelerada entre este medio, la televisión, la radio y la telefonía nos plantean auténticos desafíos. El cambio acelerado del modelo analógico al digital y la especialización de las audiencias masivas, aquella "muchedumbre solitaria" que analizaron algunos teóricos y que hoy son comunidades virtuales complejas e interactuantes fueron poco estudiadas.

El futuro de la hipermediatización nos ha alcanzado aunque las estructuras empresariales, sociales, culturales y políticas que lo determinan hayan cambiado poco. Más acelerada que nuestra inacabable transición de la sociedad cerrada a la sociedad abierta y democrática es la transición hacia los modelos donde convergen las telecomunicaciones y los medios electrónicos, impresos y cibernéticos.

De cara a los cambios acelerados en el terreno tecnológico, nuestro principal desafío es ubicar los rezagos de nuestras naciones frente a la promesa de la sociedad de la información y darle la importancia necesaria a este proceso. Por descuido o por inercia de la dinámica de una globalización acelerada, se imponen los criterios de una sociedad del mercado de la información por encima de los de una sociedad del derecho a la información.

Todo se vende en los espacios mediáticos, desde un escándalo hasta una candidatura, desde una entrevista hasta una moda cultural, desde una revelación íntima hasta una creencia religiosa. No importa si en este exceso de mercantilismo se impongan la banalidad, el entretenimiento de baja calidad y escasa creatividad como fórmula enajenante y las propias audiencias se saturen, al grado tal que vivimos una era de intoxicaciones mediáticas y realidades aparentes, de una "sociedad líquida", como analiza Zigmunt Bauman.

El problema sigue siendo los límites y contrapesos a esos poderes mediáticos que tienen vida y autonomía más allá de los propios poderes políticos o económicos. Karl Popper, el téorico de la sociedad abierta, lo expresó con estas palabras al referirse a la televisión:

"La democracia consiste en poner bajo control del poder político. Esta es su característica esencial. No deberíamos tener ningún poder político incontrolado en una democracia. Ahora bien, ha sucedido que la televisión se ha convertido en un poder político colosal, potencialmente, se podría decir, el más importante de todos, como si fuese Dios mismo el que hablara. Y así será si seguimos permitiendo el abuso. Se ha vuelto un poder demasiado grande para la democracia. Ninguna democracia puede sobrevivir si no se pone fin al abuso de este poder.

"Una democracia –subraya Popper- no puede existir si no se somete a control a la televisión, o más precisamente, no puede existir por largo tiempo en tanto el poder de la televisión no se haya descubierto plenamente… Nosotros debemos ver ahora esta posibilidad y controlar la televisión".

Por supuesto este poder no ha sido sometido a control alguno, al menos en nuestro país. A cada intento de democratización y apertura ha correspondido una controfensiva de mayor intensidad y capacidad de chantaje. Por ejemplo, la Ley Televisa sepultó cualquier posibilidad de concretar una reforma integral a los medios de comunicación concesionados en el sexenio anterior. La Guerra de las Telecomunicaciones de este periodo ha colocado la disputa por la convergencia en una situación polarizada: de un lado el monopolio de las televisoras, del otro el monopolio telefónico y un gobierno que ha optado por no ser árbitro sino parte de esta disputa.

Y en ningún caso se ha resuelto el problema de la baja calidad de los contenidos o el rezago de nuestro país en acceso a banda ancha, o el alto costo de las interconexiones telefónicas, mucho menos la demanda de competencia y pluralidad en el espectro radioléctrico.

El tiempo perdido es irrecuperable y las consecuencias para la salud democrática del país se viven con mayor fuerza. La televisión dejó de ser la "caja idiota" de los años setenta y ochenta para transformarse en la "caja negra" de los dineros ocultos de los políticos y de los partidos. La sociedad del espectáculo se está asumiendo como una sociedad del escándalo. La mayor derrota de la información como bien público y propuesta civilizatoria se observa en el endiosamiento del rating. Es una especie de fundamentalismo que atrapa a nuestros actores políticos y sociales.

Para muchos políticos, si te peleas con el tótem del rating pierdes esas tablas de la ley que son las encuestas. Y los ciudadanos, las personas reales que no forman parte del punto de rating o de un índice demoscópico siguen siendo tratadas como menores de edad, como infantes eternos que se conforman con las cuentas de vidrio de la tele-basura.

Los Contenidos

Nada más para documentar nuestro optimismo con algunos. La tele-basura o la neo-televisión, aquella que mezcla la realidad con la ficción, que transforma todo en formatos de reality y talk show, que basa su éxito en la repetición de esquemas "exitosos" y gags informativos ocupa más del 60 por ciento del tiempo-aire en la pantalla de televisión abierta.

Hagamos las cuentas: súmenle las 4 horas de programación matutina de cada una de las dos grandes cadenas mexicanas (canal 2 y canal 13), más 1 hora diaria de talk shows, más un promedio de 2 horas diarias de realitys en formato de concursos, más 1 hora y media de programas supuestamente cómicos, más una barra de melodramas de casi 3 horas que ya no cuentan historias sino son un escaparate para la venta de productos desde artículos de belleza hasta medicamentos para bajar de peso, más 5 horas de infomerciales nocturnos con una gran cantidad de productos fraudulentos que prometen desde bajar de peso hasta tener un cuerpo como el de Lady Gaga con sólo utilizar unos tenis. Tenemos 16 horas diarias de producción desechable, pero altamente rentable en términos económicos porque no existe competencia ni entidad reguladora que proponga calidad de contenidos.

Nos dicen que nadie quiere ver una "televisión aburrida". Pero confunden lo aburrido con lo absurdo. Consideran que el "entretenimiento" es la infantilización constante de las audiencias. Y llegan al extremo de justificarse: eso es lo que la gente quiere ver. La demagogia telegénica. ¿Qué otra cosa pueden ver si no existen alternativas reales para un 70 por ciento de los 27 millones de hogares que sólo tiene acceso a televisión abierta?

El problema resulta más complejo porque esos mismos contenidos telegénicos se replican en los programas de radio con mayor audiencia y en los medios impresos de mayor tiraje. Aún más, entre 70 y 80 por ciento de los contenidos de internet son extensiones de los modelos de entretenimiento y "cultura" que masifica la televisión.

De esto hablan algunos datos de consumos en México, según la encuesta de EGM:

-El porcentaje de consumo de televisión abierta en México no ha variado sustancialmente entre 2005 y 2010: pasó del 74 al 76 por ciento. El consumo promedio es de 2 horas 52 minutos diarios.

-El porcentaje de consumo de televisión restringida se incrementó: pasó de 11 a 20 por ciento. Sin embargo, un 60 por ciento de los cerca de 11 millones de abonados a alguna plataforma de televisión restringida (cable, satelital o inalámbrica) consumen preferentemente los mismos canales de televisión abierta.

-Disminuyó el consumo de radio entre 166 estaciones monitoreadas: del 50 por ciento de 2005 al 42 por ciento en 2010.

-Disminuyó el consumo de revistas en un monitoreo de 180: pasó de 37 por ciento de la población en 2005 al 27 por ciento en 2010.

-El consumo de periódicos disminuyó ligeramente: de 19 a 17 por ciento entre 53 empresas monitoreadas.

-El consumo de internet se incrementó sustancialmente: de 8 a 18 por ciento en el mismo periodo.

-El consumo de cine siguió igual: 7 por ciento entre 2005 y 2010.

En la medida que el Estado renuncia a su papel de promotor, regulador y democratizador del acceso a los consumos mediáticos, se refuerzan las tres vías de discriminación y desigualdad frente a los próximos modelos de convergencia de medios que se presentan ahora:

a) La económica: una minoría de ciudadanos disfrutarán de la abundancia de la televisión convergente y una gran mayoría no tendrá acceso, por el alto costo que representará. En la actualidad, el 95 por ciento de los tele-hogares mexicanos tiene acceso a televisión abierta, pero menos del 30 por ciento lo tienen a la televisión de paga. Esto contrasta con porcentajes como el 60-70 por ciento que prevalece en Estados Unidos o el 50 por ciento en Brasil.

b) Cultural-educativa: Las plataformas multicanales, en sus mejores ofertas alientan el elitismo: las mejores películas, series y contenidos de entretenimiento y deportivos están reservados para una minoría que tiene posibilidad de pagar por ellas. Más del 90 por ciento de esas producciones son de origen norteamericano.

c) Social-mediático: Predomina la idea de un telespectador como un consumidor pasivo, poco habilitado y educado para ejercer el poder del zapping o, en el mejor de los casos, serán un homo zapping sin opciones reales de oferta. Si acaso, los usuarios de las redes sociales –con un crecimiento de más del 37 por ciento en el último año- tendrán algunas posibilidades de generar un nivel de interacción y bidireccionalidad distinto.

El televidente interactivo, con posibilidades de influir, elegir y determinar los contenidos aún es una realidad distante. El rezago de México en esta materia es un tiempo perdido, invaluable.

La Concentración

El caso más dramático de concentración se da en México y, en especial, en el terreno televisivo. Las resistencias a la competencia y a la apertura están más que documentadas. La Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión reconoce que nuestro país registra la mayor concentración a nivel mundial en materia de concesiones de señales de televisión abierta. Basta citar este diagnóstico reciente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones en materia de concentración:

"-En nuestro país existen 461 estaciones concesionadas de televisión abierta.

"-Un grupo de interés cuenta con 224 concesiones (poco más del 48 por ciento del total) y transmite su programación en otras 34 estaciones afiliadas (poco más del 7 por ciento del total). Es decir, tiene un control del contenido que se transmite en 56 por ciento de la concesiones de televisión abierta en México. Debido a lo anterior, dicho grupo ha podido conformar tres cadenas nacionales, además de transmitir otra programación en veinte canales regionales o locales" (Para nadie es un secreto que está hablando de Televisa).

"-Por su parte, el único competidor a nivel nacional del principal grupo de interés cuenta con 180 concesiones, incluyendo una concesión local y una empresa afiliada (alrededor del 39 por ciento del total de las concesiones). Esta empresa ha logrado conformar dos cadenas nacionales.

"-En conjunto, estas dos empresas tienen relación con el 95 por ciento del total de las estaciones concesionadas de televisión del país. El resto está conformado por 17 estaciones locales que operan de forma independiente principalmente en ciudades de la frontera, León y la Ciudad de México".

Esta concentración se traduce también en términos de ingresos publicitarios:

"-Históricamente, la televisión abierta ha captado los mayores recursos de inversión publicitaria. Se estima que en 2010, por ejemplo, obtuvo alrededor del 57 por ciento del total nacional, aproximadamente 33 mil millones de pesos. Se estima que el 99 por ciento de la inversión de los principales anunciantes en televisión abierta se concentra en las dos empresas principales del país.

"-En 2010, la televisión abierta captó los mayores recursos de inversión publicitaria con un porcentaje de 58 por ciento. La radio captó el 9 por ciento, los periódicos el 8 por ciento, los espectaculares el 8 por ciento, las revistas el 3.4 por ciento, el internet el 6 por ciento y el cine 1.5 por ciento y otros medios el 1 por ciento".

El documento no señala algo que todavía hace más aguda la concentración: dos empresas de televisión acaparan el 58 por ciento de la inversión publicitaria, mientras que más de 160 empresas de radio se pelean por el 9 por ciento, y 180 revistas por el 3.4 por ciento. Llama la atención que en internet sólo se registre el 6 por ciento del mercado publicitario, aunque este medio haya crecido hasta 18 por ciento de consumo en 2010.

En materia de contenidos, el análisis de Cofetel advierte:

"El contenido se ha convertido en un elemento central en la cadena de valor de los medios de comunicación. De poco sirve una importante inversión en infraestructura de distribución si no se cuenta con una programación competitiva frente a las de otras empresas.

"Los generadores de contenido buscan cubrir la mayor parte de los medios disponibles para lograr el máximo rendimiento de su producto. De esta forma, la generación de contenidos ha logrado encontrar nuevas ventanas para su distribución en la televisión abierta, en la televisión restringida, en la venta de DVD's, en renta remota vía internet, así como en la exportación a otros mercados. Todo ello representa potenciales fuentes de ingreso.

"Como se ha señalado, el mercado de la televisión abierta se encuentra verticalmente integrado, desde la producción hasta la distribución de contenidos. Dado este grado de integración, resulta difícil para los productores de contenido que no están relacionados directamente con las principales empresas, tener acceso a los canales de distribución de sus contenidos".

(Documento de Referencia a la Consulta Pública para la Licitación de Frecuencias para Televisión Abierta, Cofetel, 2011).

La Responsabilidad Social de los Medios (Segunda parte)

Escrito por

Segunda parte del texto leído en el Coloquio de Otoño de la Universidad Veracruzana.

Recuperación de lo Público

Es un hecho cada vez más presente que la política en México se hace en los medios y para los medios, en particular, para la televisión comercial. Como vehículo de promoción y publicidad –incluso, a costa de la serie de escándalos y videoescándalos- de los políticos, la televisión abierta es la gran plataforma de conocimiento.

Sin embargo, esto no ha enriquecido la política y menos lo político. Ni los modelos televisivos y radiofónicos imperantes en México promueven la deliberación pública sino la estridencia de lo efímero, una especie de talk show imparable y permanente, al margen y por encima de las propias demandas, intereses y necesidades de la sociedad.

De esta manera, el divorcio se plantea así: la información como un bien público es sustituida por la mercadotecnia como política esencial de los medios; la comunicación se confunde con la publicidad y la propaganda; los mismos medios electrónicos, lejos de cumplir con un servicio acorde con su condición de señales públicas concesionadas, se transforman en poderes fácticos que se sobreponen y determinan a lo público.

Jesús Martín Barbero escribió en Los Medios y las mediaciones:

"En América Latina el abandono del mediacentrismo se está produciendo menos por el impacto de la reconversión industrial de los medios que por la fuerza con que los movimientos sociales hacen visible las mediaciones".

Barbero propuso investigar tres lugares de mediación: la cotidianidad familiar, la temporalidad social y la competencia cultural.

Esta propuesta no ha dejado de ser válida como una fórmula para recuperar el espacio de lo público en nuestros medios masivos. La responsabilidad no es sólo de los movimientos sociales sino de nuestros propios políticos y de los trabajadores de los medios de comunicación.

La mediación sin democratización es la ruta más segura para la derrota civilizatoria de nuestra sociedad. Recuperar lo público reclama expropiar de la ruta de los videoescándalos, de la teleguerra sucia y de la autocensura informativa la riqueza cultural que es una promesa incumplida de nuestros medios.

Derechos de las Audiencias

Para la recuperación de lo público es indispensable incorporar en la legislación y en la práctica cotidiana del quehacer de los trabajadores de los medios informativos y de comunicación los derechos de las audiencias.

Cuando hablamos de los derechos de las audiencias, hacemos referencia también a la parte más vulnerable, con menos recursos y nulo acceso a los medios de difusión para contrarrestar la unilateralidad de los mismos: los ciudadanos.

En México los derechos de las audiencias están en el peor de los mundos posibles: no tienen condición de mandato legal y los propios medios tratan a sus telespectadores, radioescuchas o lectores como meros consumidores de escándalos, de productos de popularidad efímera o de emociones maleables. Las audiencias, etimológicamente, son las que auditan y fiscalizan los contenidos. Esto en México no existe.

Los derechos de las audiencias se pueden enunciar de la siguiente manera:

a) El derecho a una información veraz, ponderada, plural. Es necesario diferenciar publicidad, propaganda o promoción de los contenidos informativos.

b) El derecho de acceso a la educación y a la cultura, como un mandato derivado del propio artículo 3º. Constitucional.

c) El derecho a la ecología audiovisual.

d) El derecho a la no discriminación, así como el respeto a las diferencias y a la pluralidad de orígenes, creencias y opciones de vida.

e) El derecho de réplica que en México parece concebirse sólo para los políticos y no para los ciudadanos.

f) Los derechos de protección a la infancia que son burlados de manera escandalosa en los programas dirigidos a los menores de edad.

g) El derecho a la privacidad y la protección de los datos personales, que continuamente son amenazados en los medios cibernéticos.

h) El derecho al honor y al sano esparcimiento.

i) El derecho a la crítica y el respeto a la libertad de expresión. En general, la ecuación siempre está cargada a favor de los dueños y trabajadores de los medios, pero también las audiencias tienen y deben ejercer estos derechos y garantías.

Códigos de Etica

En una concepción moderna, con responsabilidad social, la idea de que la prensa y los medios constituyen un "cuarto poder" no reside en la capacidad para hacer escándalos o poner en evidencia lo más descarnado de la realidad política y social.

El auténtico "cuarto poder" reside en el poder de la gente informada, que puede así comenzar a pensar, a actuar y a tomar decisiones de manera libre

En nuestro país estamos muy lejos de que esta concepción se concrete en los medios actuales. Sin embargo, es necesario incorporarlos como un deber y un compromiso de los profesionales del trabajo informativo y de comunicación.

Los códigos de ética son hojas de ruta y fórmulas de autorregulación que no deben restringirse sólo a defender los derechos de los propietarios de los medios frente al Estado y de los trabajadores ante la empresa mediática.

Es necesario incorporar la dimensión de los derechos de las audiencias. En este sentido, las defensorías de las audiencias, los observatorios de medios, las organizaciones civiles comprometidas con el derecho a la información, con la rendición de cuentas y con la democratización del régimen de medios en México han insistido en incorporar los códigos de ética no como una concesión o una moda sino como un compromiso por recuperar el tiempo perdido y el interés público en los medios de comunicación.

Estamos apenas iniciando una era de alfabetización en materia de derechos de las audiencias. Pero no hay tiempo qué perder en este terreno.

Un minuto de silencio




Ricardo Raphael

Sólo el ingenuo pensamiento mágico nos puede hacer suponer que los mataron por andar en malos pasos; y gracias a esta tara infantil es que terminamos creyendo que al resto no nos va a ocurrir un final tan trágico. Continuamos la vida como si nada, salimos por la mañana al trabajo, por la noche cenaremos con la familia, antes quizá despejemos la mente con algún programa bobo de televisión. Y es que gracias a la evasión ingenua que nos tiene convencidos de estar a salvo, valoramos las 50 muertes de Culiacán y Guadalajara como un suceso lejanísimo de nuestra existencia.

No nos hemos dado cuenta aún de que hace tiempo los números de la ruleta comenzaron a tocarle a la gente inocente. No queremos asumirlo, o acaso no sabríamos qué hacer con esa información: la ley fuga que practican tanto los soldados como la policía ha caído más de una vez sobre la cabeza de un joven honesto en Juárez y Matamoros; los levantones que cotidianamente practican los sicarios ya no distinguen entre enemigos, adversarios o pobres mortales que no la deben ni la temen. La maquinaria del mal destroza por igual a unos y otros.

Tendríamos ya que aceptarlo: la ola de violencia a la que está sometido el país es total y rematadamente ciega; no discierne, no discrimina, no entiende de matices; su única constante es que cada día se monta sobre sí misma con mayor furia. Devora con una lógica idéntica a la de la guerra y sólo porque es tan monstruosa es que nuestro cerebro nos conduce al engaño para asumirla distante.

De manera muy parecida actuaron tantos durante la Segunda Guerra, cuando la Gestapo vino a recoger judíos y los vecinos pasivamente les miraban partir, seguros de que la mala suerte sólo podía caer sobre los descendientes de la raza de David. No fueron pocos, por cierto, quienes se enteraron de su propia ascendencia judía cuando ya viajaban en el tren camino al campo de concentración.

Lo recién ocurrido en Boca del Río, Culiacán y Guadalajara habrían de merecer un minuto de silencio cada día; los 50 mil muertos de la violencia que hoy consume al país necesitan un minuto ofrecido por nosotros los vivos, no sólo para recordar a quien murió injustamente, sino para hacer a un lado nuestra tremenda apatía.

El horror comenzó en el país hace algunos años, cuando criminales enloquecidos dejaron cabezas humanas frente a la puerta de una alcaldía, luego siguieron los cuerpos disueltos en ácido, los ahorcados pendiendo de los puentes, los asfixiados y los calcinados. Con tan tremenda narrativa, al resto de los mexicanos el mal se nos fue metiendo en las venas; al punto en que hoy nos escandaliza poco la tragedia: ¡Fueron 52! ¡Fueron 26! ¡Hoy fueron sólo 12! Caso cerrado, nos apartamos porque en nuestra cabeza un juez diminuto ya dictó sentencia: ¡probablemente se lo merecían!

Importa poco que no se investigue, que las supuestas pruebas de culpabilidad nadie las conozca, importa nada que las familias de los muertos deban cargar con un estigma social arbitrario, que se trate de un muchacho de 16 años a quien un arma le disparó sin deberla ni temerla.

Son culpables sólo por el hecho de haber muerto según el ritual de una orden fanática de mafiosos que se han montado en México un gran teatro de horror cuya finalidad, entre otras, es anestesiar nuestras conciencias.

Precisamente para luchar contra esa pócima que nos adormece y nos vuelve cómplices es que propongo aquí dedicar todas las mañanas un minuto de silencio por los muertos y los desaparecidos. Un minuto al día, siquiera, para dejar que nuestra razón obre y nos arranque del pensamiento infantil en el que nos encontramos.

La batalla seguirá perdida mientras por acción u omisión continuemos apartando la mirada de la herida que a todos nos desgarra. La violencia seguirá creciendo mientras creamos que este asunto sólo atañe a policías y ladrones. La destrucción de familias y comunidades no cesará mientras dormir en paz sea más importante que despertar de la pesadilla. La ola de horror tomará alturas insospechadas si no aceptamos de una vez que en cualquier momento ésta puede caer sobre nuestra propia cabeza.

Los discursos del gobierno y de los asesinos son tan parecidos: los culpables (por traicionar a la ley o a la mafia) se merecen morir trágicamente. Esa narrativa es responsable también de la confusión. A estas alturas la palabrería de los señores del poder y de los señores de la muerte, así los llamó antes Javier Sicilia, habría de merecer nuestro más profundo rechazo.

Nadie se merece una muerte tan funesta y apenas van 50 mil. Es la hora del minuto de silencio, es decir, del minuto dedicado a la conciencia. Las respuestas a nuestra enfermedad sólo podrían venir después.

Twitter: @ricardoraphael
Analista político

No en mi nombre


Lydia Cacho

A partir de enero de 2012, según órdenes de la papisa del episcopado y la presidenta, todos los hombres deberán llevar el rostro cubierto. No podrán reunirse en lugares públicos con otros hombres, excepto para hacer las compras del hogar, aprender a cocinar o tomar cursos de buena crianza y paternidad. La eyaculación irresponsable será penada hasta con 4 años de prisión o podrán morir por lapidación si las mujeres de su comunidad consideran que ha faltado a las reglas morales establecidas por el matriarcado.

Siguiendo el ejemplo de dichas regulaciones, México adoptará nuevas medidas para el próximo milenio; a fin de regular el comportamiento sexual y social de los varones de todos los grupos socioeconómicos. Se celebrará el castigo comunitario y exhibirá en medios de comunicación a todo hombre que, habiendo sido padre, pretenda desarrollar una carrera profesional que anteponga su éxito profesional a la santidad de la paternidad. Ningún hombre que se precie de ser digno de su género deberá exhibirse en lugares públicos bebiendo o exhibiendo su cuerpo de maneras lascivas frente a mujeres.

A fin de evitar las violaciones a hombres jóvenes, se creará un grupo social para dar placer sexual a mujeres que no deseen establecer relaciones de intimidad; que busquen ejercer poder, someter, maltratar o violar al hombre de su elección. Para ello se establecerán zonas rojas. Los hombres serán sometidos por el Estado a pruebas de sangre y genitales, podrán ser arrestados sin motivo, siempre protegiendo la identidad de su clienta. La violación a los prostitutos no será considerada un delito, dado que su estatus social es moralmente inferior.

Si un varón recurre a instancias jurídicas para solicitar ayuda al considerar que vive maltrato, humillación, violencia sexual o física, violencia patrimonial y económica, se dudará de su testimonio, ya que el sentimentalismo propio de su género, así como su inferioridad intelectual, argumentada históricamente por grandes filósofas y juristas, puede llevarle a malinterpretar el derecho natural que su esposa tiene sobre su cuerpo y su reproducción, ya que es bien sabido que los ciclos hormonales de los hombres les incitan a cometer actos irracionales que merecen reprimendas normales en el contexto doméstico.

Se sabe que 13% de los hombres que pertenecen a las fuerzas militares como cuota de género muestran cambios de carácter irracionales. En ese contexto, se entiende que si un varón trabajando entre cientos de mujeres resulta víctima de violencia sexual, incluido el acoso, no será responsabilidad de las mujeres, sino de aquél que con su conducta impropia les provocara.

Si a usted le parece excesiva o absurda la violencia de género descrita en estas líneas, piénselo dos veces. Esto ha sucedido y sucede hoy en día a millones de mujeres, sometidas a absurdas regulaciones morales, sociales y jurídicas que aún se sostienen y avalan culturalmente. Hace 20 años comenzó la tarea mundial para erradicar la desigualdad que avala la violencia de género, sólo 125 países tienen leyes al respecto y no todos las cumplen. Hoy hay más feminicidios que hace 20 años. Las mujeres salen de relaciones violentas y los agresores las matan por traicionarlos, a ellos y a los principios culturales que estipulan normas de restricción y control de las mujeres, sus cuerpos y sus libertades.

En los años 70 los tradicionalistas denominaron al movimiento por la igualdad como "guerra de los sexos", alimentando argumentos de antagonismo, diferencias y lucha por el poder entre hombres y mujeres. Fue grave el daño causado por esa estrategia debilitadora de un movimiento que buscaba crear nuevas reglas de convivencia con los mismos derechos, las mismas responsabilidades y libertades. Al principio se resaltaron las diferencias para erradicarlas y construir la igualdad, pero se creó un doble discurso que justifica la desigualdad, que culpa a las mujeres de ser las únicas que educan y transfieren la violencia, invisibilizando a quienes la ejercen y fortalecen con el ejemplo.

Es momento de salir del discurso entre víctimas y victimarios; aquí no hay guerra. Es urgente trazar la ruta para un nuevo discurso amoroso, para un nuevo ejercicio del poder no sexista. Hasta el día en que quien justifique la discriminación sea discriminado y no celebrado o imitado. Hasta que, como dice Nuria Varela, la mayoría de los hombres digan: no en mi nombre.

www.lydiacacho.net
@lydiacachosiPeriodista

No hay comentarios.: