domingo, abril 24, 2011

 

Pedro Echeverría V.

1. El gobierno de México, "para ahorrar agua", encarcela o multa a niños, adolescentes y jóvenes –siempre de las clases pobres y colonias populares- que cada año en "sábado de gloria", como una tradición, juegan a cubetazos de agua con sus hermanos, vecinos y amigos. Pero no se impide que millonarios (empresarios y funcionarios de gobierno) llenen las enormes piscinas de sus mansiones de lujo, rieguen las plantas de ornato de sus gigantescos jardines, laven sus cinco o seis automóviles con mangueras y, mucho menos, que los gobiernos en campaña construyan piscinas artificiales y vistosas fuentes en las avenidas.

2. ¿Y los millones de litros que se entrega a la industria refresquera y que se tiran en los lavaderos de coches de las gasolinerías? Recuerdo una caricatura de hace 40 años: una empleada doméstica regando una hectárea de jardín y tras ella un grito de la patrona que le dice: "no te laves las manos para colaborar en el ahorro del agua". ¿Tirarán los niños en cubetazos en todo el Distrito Federal el equivalente del agua de cinco piscinas de las 10 mil que se llenan hasta rebosar en la Ciudad de México? Y es que la ley de prohibición de tirar agua "es igual para todos", así como ir a la cárcel y pagar multas. ¡Como México no hay dos!

3. El despliegue de la policía capitalina, que incluyó ayer seis mil elementos, 300 patrullas y el sobrevuelo de helicópteros no fue en zonas residenciales como Las Lomas, Polanco o Santa Fé; sino en las colonias, Obrera, Tepito o Iztapalapa. Los uniformados recorrieron zonas populares de la ciudad reprimiendo tradiciones. Advirtieron a los jóvenes, adultos y niños acerca de respetar la Ley de Cultura Cívica que sanciona con multa hasta de 30 salarios mínimos o arresto de 20 a 36 horas a quien desperdicie el agua. La Jornada informó: Al cierre de esta edición sumaban 15 personas remitidas… y pueden llegar otros que no respetan.

4. Hoy México es un país ordenado y generoso, dicen los gobernantes; pero doña María, señora de 50 años y vecina de la colonia Tránsito, recuerda con tristeza: "No es igual que hace años; antes en todas las calles había gente que se mojaba, reía, se divertía mojando a sus amigos. Se utilizaban cubetas, globos y en ocasiones hasta pequeñas mangueras. Era una tradición, pero ahora el gobierno dice que ya existe mayor conciencia y la escasez de agua obliga a actuar de manera diferente; pero la verdad yo sí que extraño lo que hacía de chica al corretear en la casa y en las aceras del frente. Para nosotros era una tradición.

5. La realidad –señalan otros- es que Ebrard parece haber sido buen alumno, aprendió bien de aquel policía Rudy Giuliani, exalcalde de Nueva York, que trajeron a México los empresarios para hablar de la "Delincuencia Cero" y organizar un "plan contra la delincuencia" después que ellos mismos tiraron en 2001 las "Torres Gemelas". Giuliani habló entonces contra todas las manifestaciones de la gente miserable y desempleada que había que vigilar porque se convertía en peligrosa al caminar en grupos, al tener el cabello largo, al estar mal vestidos, al pintar grafitis, al expresarse con propio idioma, al reunirse en bandas.

6. Lo grave no es ya el "tiradero de cubetas de agua" sino la desobediencia. Por eso el fascista Giuliani pidió hace 10 años que si se quiere la "delincuencia cero" es necesario elevar los salarios del ejército y la policía, así como exhortar a los padres para que vigilen muy bien a sus hijos. Quienes más aplaudieron al policía ex alcalde fueron los panistas cuyo lema es "por una sociedad ordenada y generosa" donde no puede caber el "desorden"; por eso el primer acto de Gobierno de Calderón fue elevar los salarios de los militares para luego mandarlos a las calles de diferentes estados de la República. Giuliani organizó el plan.

7. Pero además, para escarmiento, dice Giuliani, los castigos deben ser dolorosos. ¿Por qué no castigar más a esas familias miserables –donde apenas llega el agua en tambos, en camiones cisterna, y hay que pagar para obtenerlos- llevándoles menor cantidad del líquido para que aprendan a obedecer? Espero que el flamante precandidato presidencial del PRD ya no se ensañe con los que venden mercancías de contrabando en Tepito sino con los introductores de las fronteras y que deje en libertad y sin multa a los que el sábado de gloria gozaron arrojándose cubetazos que no representan ni el 0.1 por ciento de los que los ricos dilapidan en el regado de sus extensos jardines y llenado de sus grandes piscinas.

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Miradas opuestas sobre el narco


Utopía


Eduardo Ibarra Aguirre


Una semana después del último encuentro con usted, generoso lector, le comento la tesis básica del reporte Stratfor, denominado Mexican Drug War 2011, para contrastarla con información del gobierno que sin autorización legislativa emprendió una guerra que recientemente Felipe Calderón negó haberla denominado así y rebautizó como "lucha por la seguridad".


Denominaciones aparte, la tesis del informe de la firma privada de consultoría estadunidense, postula que "al parecer, el gobierno mexicano ha decidido que el mejor curso de acción en este entorno es librar una guerra de desgaste" para que la Federación del Pacífico, dirigida por Joaquín Guzmán Loera, según la revista Forbes uno de los 200 hombres y mujeres más ricos de la aldea global por segundo año consecutivo, "sea utilizada para someter a las bandas más débiles".

Si la idea es vista aislada y sin los necesarios antecedentes de la estrategia militarista en curso desde el 11 de diciembre de 2006, son comprensibles las reacciones que suscitó en senadores como Ricardo Monreal y Graco Ramírez, y no se diga los intentos de Felipe González, el de Aguascalientes, para desacreditar a la firma y defender la estrategia del primer panista del país.


Pero si el planteamiento de Stratfor lo empatamos con los tiempos en que Juan Camilo Mouriño Terrazo desplegaba la idea de que los llamados cárteles terminarían haciéndose trizas entre sí y que debería auspiciarse todo lo que a ello contribuyera, entonces la tesis de la consultora no es tan errática. Menos todavía si subrayamos que Genaro García Luna, el funcionario sexenal más consentido en Los Pinos, llevó la aseveración del madrileño formado en Campeche a convertirla en lineamiento de trabajo, desentendiéndose de los costos en vidas de presuntos capos, sicarios, burreros y halcones; así como la escalada de violencia desatada tras cada captura o asesinato de un jefe, pero también al extremo de importarle un comino los altos costos en vidas de civiles, ajenos a la confrontación entre el comandante supremo de las fuerzas armadas y el crimen organizado.


Suspicacias ciudadanas aparte, Calderón Hinojosa no pudo demostrar que el Ejército, la Marina y la Policía Federal –según testimonios periodísticos ésta cobra derecho de piso en Ciudad Juárez--, combaten por igual a todos los corporativos del narcotráfico, el secuestro, la trata de personas, el tráfico de indocumentados y de órganos humanos, la piratería, el contrabando de armas, divisiones todas ellas de un gigantesco negocio que se mantiene incólume. Y cuando el abogado, economista y administrador público entregó cifras oficiales, el 1 de septiembre de 2010, demostró justamente lo contrario, que la batalla militar y policiaca y las bajas producidas son demasiado disparejas.


Además, para este gobierno es más viable coexistir con un crecientemente poderoso Guzmán Loera, como bien analiza la consultora su desenvolvimiento, que con una docena de bandas criminales.


Tampoco es dable omitir que transitar del oligopolio al monopolio, en este caso de la delincuencia organizada, no será la primera ocasión que suceda. Recuérdese el alegato de Carlos Salinas para justificar la existencia de gigantescos corporativos en la telefonía, el cemento, la televisión, la tortilla, la cerveza, el pan y las frituras como el mejor camino para que los monopolios aztecas compitieran sin desventaja con los de Estados Unidos.


La de Stratfor es una visión con la que se puede estar de acuerdo o no, pero respaldada en información alejada de las cuentas alegres de Francisco Saynés, el almirante que anunció que las organizaciones del narcotráfico "se están desbaratando".


Acuse de recibo


La entereza de Marivilia Carrasco le permitió compartirnos su dolor: "Este sábado 23 de abril del 2011 a las 5:30 de la tarde, mi madre, la poeta Norma Bazúa, partió al mundo de los ángeles de donde vino para alegrarnos con el arte de su poesía. Descansa serena y en paz, después de una fructífera y ejemplar vida como madre, activista política y poeta mexicana. Velaremos su cuerpo en los Velatorios del ISSSTE, sita en Av. San Fernando, Tlalpan, a partir de las 13 horas del domingo 24 de abril. El lunes 25 de abril, será enterrada a las 11 horas en el Cementerio de Tarango, en la Barranca del Muerto"… El viernes 22 fue sepultado Salvador Gaytán Aguirre, el único sobreviviente de los partícipes en el asalto al Cuartel de Madera, Chihuahua, el 23 de septiembre de 1965. Hombre de muchas batallas y muy activo a sus 79 años de edad, como contados de su generación, murió cuando un estúpido conductor de una camioneta lo atropelló y se dio a la fuga en Huatabampo, Sonora. Apenas lo conocí personalmente el pasado 22 de enero, en la comida de homenaje a Rafael Jacobo García… El pediatra hidalguense Javier Andrade lo recuerda como "legendario luchador en la UGOCM con Adame y Álvaro Ríos, compañero de armas de Arturo Gámiz, Pablo Gómez (…) defensor de la tierra en Cebadilla de Dolores y recientemente acudió al klimaforum en Cancún".

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¡Calderón, ejército, por favor, jódanme más, madréenme, a ver si así despierto!


Pedro Echeverría V.

1. Hoy desperté con la noticia de que al fin algunos socialdemócratas se enteraron de que habrá un "albazo" en el Congreso para aprobar una ley fascista para castigar hasta a quien simplemente le mente la madre al gobierno. Pareciera que la llamada centro izquierda sólo está en el congreso para votar o, por lo menos, quejarse y justificar la imposición de cualquier ley. Las masas sirven de adorno.

2. ¡A la chingada! Nos pasamos la vida -los que nos decimos conscientes- en la vil queja: que si es borracho, que si tiene copete, que si es un peligro. Le echamos la culpa de todo al maldito gobierno, a los empresarios explotadores, a nuestros jefes –y está requetebién- pero no somos capaces de tirarles aunque sea una cubeta de mierda en sus oficinas o por lo menos meterles el pie a su paso.

3. En tanto, la enorme mayoría de la gente –al parecer la más enajenada, que rechaza ser consciente, porque también está hasta la madre de consejitos útiles- prefiere vivir todos sus años como un arrastrado que no oye, que no ve, que no siente, que todo es risa y risa porque a pesar de que le jueguen en dedo en el ojo, "para ser feliz, hay que ver todas las cosas positivamente".

4. Y luego estos "inconscientes" –sin querer- tienen razón: ¿Para qué carajos luchar si todo termina en lo mismo, en acuerdos y más arreglos? ¿Para qué escuchar noticieros si nada es verdad ni nada es mentira…"? ¿Para qué inflar o apoyar a un partido o un político si todo, al poco tiempo, se convierte en la misma cosa? ¿A quién liberar si cada quien se libera asimismo, si quiere?

5. La verdad es que no conozco algún levantamiento violento, espontáneo, del pueblo, para derrocar a sus gobernantes. Mientras el pueblo duerme, siempre necesitarán a cientos de jóvenes enloquecidos, radicalizados, anarquizantes, que los saquen a las calles, de las escuelas, de los campos y hasta de las fábricas, para acabar con los tiranos representantes del capital.

6. ¿Son estos locos los que faltan en México para despertar al pueblo sabiendo que todos los políticos y los partidos registrados y subsidiados sólo buscan acomodos personales? ¿Cómo acabar con el hambre de la inmensa mayoría y la acumulación capitalista de unas cuantas familias que someten al país si los políticos sólo buscan subsidios y privilegios?

7. El 1 de mayo saldremos los mismos, llevaremos las mismas mantas y carteles, gritaremos las mismas consignas y después nos retiraremos a nuestras casitas; será un ritual que hemos repetido desde 1886. En tanto gobierno y empresarios se reunirán a festejar sus enormes ganancias. Ya se ha dicho que la sola manifestación, sin bloqueos ni plantones, no sirve. ¿Hasta cuándo aprenderemos?

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Copala: las armas se imponen

En un año, una caravana humanitaria fue emboscada; el líder de la lucha por la autonomía triqui fue ejecutado; se le impidió el ingreso a una segunda caravana por la paz en la que participaban diputados federales, y el pueblo sitiado por 10 meses fue finalmente asaltado: decenas de casas incendiadas, una docena de mujeres violadas y tres hombres asesinados cuando trataban de huir. Los casi 700 desplazados no han podido regresar a su lugar de origen a pesar de las medidas cautelares que dictó a su favor la CIDH. A la fecha, un grupo paramilitar decide quién entra y quién sale de San Juan Copala. El gobierno de Gabino Cué no ha podido ingresar a la zona, pero destaca como un logro que "de enero para acá" no haya habido más muertes violentas

La Sabana, Copala, Oaxaca. El surco final de una milpa de maíz es también el lindero entre la vida y la muerte para quien no cuenta con la autorización de Antonio Cruz, Toño Pájaro, de bajar a San Juan Copala. El que fuera "comandante" de la Unidad para el Bienestar Social de la Región Triqui (Ubisort) –ahora desconocido por sus anteriores correligionarios por supuestamente haberse "aliado" al Movimiento de Unificación y Lucha Triqui (MULT)– dice por radio que "no hay autorización" para que Contralínea camine ladera abajo. Sólo 250 metros separan a los reporteros de la entrada al poblado, centro cultural y ceremonial de la cultura triqui.

Los líderes de la Ubisort, Ramiro Domínguez y Rufino Juárez, se disculpan.

—No es que no queramos nosotros que bajen a Copala; Toño Pájaro no está contento y no hay autorización; y él ya no es de la Ubisort: no podemos garantizar que los respete ?dice el presidente de esa organización, Rufino Juárez.

—Mejor no tome fotos hacia Copala, porque pueden ellos empezar a tirar (disparar) –ordena Ramiro Domínguez, coordinador de la Ubisort y líder de la comunidad La Sabana.

El hombre, de bigote ralo y voz parsimoniosa, dice, sin embargo, que "las cosas ya están más tranquilas ahorita, y esperemos que sigan así".

Rufino Juárez matiza: "Lo que hay es una aparente tranquilidad en el pueblo de San Juan Copala y en la zona triqui". Agrega: "Todavía no hay suficientes condiciones (para la paz); pero es necesario que el gobierno las vaya creando; nosotros estamos dando todas las posibilidades para llegar a acuerdos". Advierte: "Si el gobierno no actúa, puede ser que regrese de nuevo la violencia; por eso es importantísimo que el gobierno haga su trabajo".

En Yosoyuxi, donde surgió el Movimiento de Unificación y Lucha Triqui Independiente (MULTI) y el proyecto autonómico que aglutina a seis comunidades más, confirman que la violencia no se ha ido.

—En San Juan Copala no hay paz, no hay tranquilidad. La mayoría de sus habitantes está desplazado –dice Jorge Albino Ortiz, quien se ha desempeñado como vocero y coordinador de derechos humanos del Municipio Autónomo–. La región es una bomba de tiempo y en cualquier momento puede explotar; no hay esa gobernabilidad que presume el gobierno –agrega.

En efecto, en Yosoyuxi –donde también nació el MULT en 1981– se encuentran decenas de niños, mujeres y hombres que fueron desplazados de San Juan Copala en 10 meses, los mismos que duró el asedio paramilitar: del 28 de noviembre de 2009 al 18 de septiembre de 2010, cuando finalmente los grupos armados se hicieron del control total del pueblo. Los demás desplazados se encuentran en otras comunidades triquis simpatizantes de la autonomía y en las ciudades de Huajuapan de León, Oaxaca y México.

Recuperaremos San Juan Copala: autónomos

Zósimo Camacho

Indígenas triquis que impulsan la creación de un municipio autónomo en el chuma'a –o centro ceremonial de San Juan Copala– dicen que ya nada pueden perder. La mayoría ha sufrido el asesinato de uno o varios familiares. También, la pérdida de sus casas, huipiles, enseres domésticos, autos, milpas. Prometen regresar a sus hogares y promover la autonomía de la "nación triqui"

Yosoyuxi, Copala. Los triquis "autónomos" conmemoran el aniversario luctuoso de Emiliano Zapata sin estridencias. No hay ceremonias ni fotos. Es 10 de abril y se encuentran en el segundo día de trabajos de un foro para afinar su organización, estrategia y objetivos de lucha. A esta agencia han llegado representantes de las otras cinco comunidades que conforman el Municipio Autónomo: Agua Fría, Paraje Pérez, Santa Cruz Tilapa, Guadalupe Tilapa y San Juan Copala (en el exilio). Al encuentro, han invitado a cinco personas no triquis para que impartan talleres acerca de derechos humanos y estructura de organizaciones sociales, entre otros.

Los representantes de las comunidades más apartadas llegaron en la madrugada. Varios pasaron la noche en vela, afables, platicando. Por la tarde del sábado 9, de manera espontánea habían organizado un pequeño torneo de basquetbol. Los de casa fueron invencibles.

Además del presidente autónomo y su cabildo, se encuentran los líderes naturales de las comunidades: los más sabios que gobiernan por encima de la estructura administrativa que representan los agentes municipales y el propio presidente municipal.

Las reuniones se realizan en lengua triqui (muchos de los asistentes sólo hablan su lengua materna) con base en cinco puntos principales: 1) autonomía: proyectos y objetivos autonómicos; 2) organización y base social; 3) fortalecimiento de la autoridad: estructura organizativa; 4) medidas cautelares dictadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a favor de los habitantes de San Juan Copala desplazados de su lugar de origen, y 5) plan de acción.

De las casi tres decenas de representantes, sólo dos son mujeres.

La lengua triqui fluye parsimoniosa sólo interrumpida por castellanismos como "autonomía", "medidas cautelares", "compañero"…

 

Crisis en el Norte



Miguel Badillo *

A la violencia cotidiana en los estados fronterizos del Norte del país, en donde el miedo y la muerte rondan los hogares, hay que sumar la crisis económica, la escasez de inversión, la huída de capitales, el desempleo, el abandono de viviendas, el mínimo comercio y la baja productividad agropecuaria.

Bastó una rápida visita a la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, para observar la poca afluencia de vehículos, comercios cerrados o vacíos, parques y plazas sin niños ni adolescentes. Como si se tratara de pueblos fantasma, pocas personas viven y transitan. En el aeropuerto de Reynosa, todos los días hay un despliegue policiaco-militar, pocas veces visto en el resto del país. Y esto es todos los días.

Para el gobierno de Felipe Calderón, éstos también son daños colaterales, como lo afirma ante los casi 40 mil muertos que lleva su "guerra" fallida en contra del crimen organizado. Pero los millones de mexicanos que no pueden abandonar el país porque no tienen los recursos para ello y sólo les queda atrincherarse en sus viviendas ven lentamente el resquebrajamiento de su nivel de vida y se suman a las víctimas de esta descomposición del tejido social.

A esa población que no tiene más opciones, el gobierno federal le promete que en 2018 –en siete años, diría el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna– empezará a ver una mejoría en su situación de vida y una leve calma de la violencia que ahora acosa. Lo que se puede observar es que la afectación económica por la violencia en el Norte apenas empieza y sus efectos devastadores aún no pueden ser cuantificados ante la huida de familias completas con todo y sus negocios.

La "guerra" fallida

En esa "guerra" de Felipe Calderón contra el narcotráfico y el crimen organizado, las estructuras económicas de las organizaciones criminales no se han visto afectadas. Los protagonistas de esta confrontación contra el Estado fallido mexicano –o debo decir gobierno fallido– siguen utilizando los circuitos financieros y los mercados negros para mover miles de millones de dólares y blanquearlos.

Domingo de resurrección


Miguel Ángel Granados Chapa

MÉXICO, DF., 24 de abril (Proceso).- La liturgia católica en torno de la pasión, muerte y resurrección de Cristo ha sido desplazada, cada vez en mayor medida, por montajes escénicos diseñados ex profeso para atraer visitantes. No es el caso de Iztapalapa, donde la reunión de cientos de miles de espectadores es resultado, sí, del interés mediático rutinario, pero también de una tradición centenaria, que no es parangonable en los lugares que quieren ser conocidos por su propia escenificación de la muerte de Jesús.

El acontecimiento más importante de la Semana Santa, sin embargo, no es escenificable por su propia naturaleza. Se trata de la resurrección del Hijo de Dios, que discretamente abandonó la tumba en que lo había depositado su dolorosa madre y desapareció mientras todos creían que como todos los muertos yacía en el espacio reservado a los cadáveres.

Ignoro si en algún lugar se intenta representar la resurrección. Supongo que se consideraría blasfemo que el señor que dos días atrás fue el centro de la escena al ser crucificado abra la gruta en que, conforme a la tradición, fue depositado el cuerpo de Cristo, y que envuelto en su propio sudario se retire con rumbo desconocido. Porque los textos y la tradición lo presentan semanas después en el camino de Emaús con algunos de sus apóstoles, pero nada dicen acerca de dónde se repuso del ajetreo hiriente que padeció luego de ser condenado por romanos y judíos, cargar su propia cruz y ser clavado en ella y rematado por la lanza de Longinos.

Así pues, el elemento central de este drama ocurre en la penumbra, tras bambalinas, podríamos decir. Porque el sentido de la presencia del Hijo de Dios en la Tierra, según la creencia católica, es precisamente la singularidad de su resurrección. Todos morimos, Cristo incluido, pues al encarnarse es como uno de nosotros. Pero sólo él resucitó.

No es mi intención predicar sobre la celebración litúrgica ni, mucho menos, sobre los misterios de la vida, pasión, muerte y resurrección de Cristo, que escapan a mi comprensión y a mi interés. Me refiero a ellos porque este número de Proceso comienza a circular el Domingo de Resurrección, y ese fenómeno, el volver a la vida, contrario a la regla biológica, es aplicable a modo de metáfora a nuestro desgarrado país. El problema es que México no puede resucitar porque no está muerto. Pero que le hace falta una resurrección no hay quien lo dude.

Admitamos, convencionalmente, que se puede resucitar cuando apenas se está medio muerto, o medio vivo. Este es el caso mexicano. No quiere decir que estemos en agonía, en un proceso que inexorablemente nos conduzca a perder la vida. Estamos medio muertos en un sentido metafórico, porque las penas que la sociedad padece merman nuestra energía y nos impiden el desarrollo de nuestras energías vitales. Estamos postrados y al mismo tiempo forzados a seguir viviendo, a ganar el pan nuestro de cada día (quienes tienen la fortuna de ejercer una actividad que los sostenga) y hasta a disfrutar los goces, complejos y sencillos, que nunca faltan por oscuro que sea el horizonte.

En estos días estamos viviendo un intento de resurrección, que significa derrotar a la muerte. Paradójicamente, tristemente, ha sido la muerte misma la que propicia que nos rebelemos frente a ella. No estrictamente en su contra, porque es ineluctable, sino frente a las circunstancias que la hacen posible.

Javier Sicilia no es un poeta desarraigado de la realidad. Su poesía nace de experiencias vitales de lo más profundo de su ser, de su existencia plena. No es un autor contemplativo, menos aun cuando su prosa va dirigida a los medios de comunicación (Proceso entre ellos). Entonces su vínculo con la vida es más evidente, más inmediato, tanto como le ocurre cuando participa en acciones civiles destinadas, si no a mejorar la vida, por lo menos a evitar que empeore, como su lucha contra la conversión del hotel Casino de la Selva en un centro comercial cuyo funcionamiento afecta minuto a minuto el andar de los habitantes de Cuernavaca, su entorno entero.

No ha estado nunca ausente ni lejano de la vida. Pero ahora, en una de esas paradojas trágicas reservadas a los privilegiados, la muerte lo ha lanzado a la vida. El asesinato de su hijo Juan Francisco, muerto cruelmente con seis personas más, en un acontecimiento que acaso jamás comprenderemos por tan irracional que es, lo colocó al frente de una protesta signada por su sensibilidad, por el espíritu que lo singulariza y se percibe en su escritura, en su conversación, en su mera presencia.

Sus llamados han logrado un principio de organización de las varias indignaciones que nos asaltan. Demanda justicia en el caso de su hijo, es decir, que las autoridades establezcan los móviles del crimen, den con los responsables y los sancionen conforme a la ley. Lejos está de pretender una venganza, que sería estéril porque no devolvería la vida a su hijo. Pero busca justicia para todos. Y respeto a la vida. Es inevitable, por eso, que la movilización que encabeza se dirija a las acciones de los funcionarios gubernamentales que, al mismo tiempo, no son capaces de frenar la violencia y se irritan porque se les enrostra esa impasibilidad, esa imposibilidad.

Su palabra, su ejemplo, su presencia han vuelto a la vida a la plaza principal de Cuernavaca, vacía durante tanto tiempo por la inacción ciudadana. Hoy Domingo de Resurrección puede verse en ella la ofrenda a sus víctimas, a las víctimas de todos. Y el 5 de mayo, de esa ciudad donde a pesar de todo alienta aún el espíritu de don Sergio Méndez Arceo, partirá una marcha que, concluida en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México el 8 de mayo, ha de ser la primera señal de nuestra resurrección, de nuestro nuevo andar por la vida. l

 

La guerra y la paz

Pablo Moctezuma Barragán

Las movilizaciones por la paz y la justicia en México se intensifican. La guerra de Washington y Los Pinos es ampliamente repudiada: el 6 de abril se desarrollaron marchas en 22 ciudades de la República, además de Cuernavaca y el Distrito Federal, en Aguascalientes, Chihuahua, Ciudad Juárez, Cancún, Colima, Culiacán, Durango, Guadalajara, Guanajuato, Querétaro, Mérida, Morelia, Monterrey, Oaxaca, Pachuca, San Luis Potosí, Torreón, Saltillo y Xalapa. Y en el extranjero, en Barcelona, París, Buenos Aires, Copenhague, Los Ángeles, Nueva York, Ottawa, Santiago de Chile y Vancouver. El 8 de mayo está convocada otra movilización.

No hay paz sin justicia y sin derechos. La Constitución garantiza a los trabajadores empleo, jornada de trabajo de ocho horas, trabajo digno, un día de descanso, salarios mínimos suficientes para satisfacer las necesidades de la familia, derecho a la sindicalización, al contrato colectivo, seguridad social, vacaciones. Pero en esta guerra de las grandes corporaciones y el PRIAN contra el pueblo trabajador, se niegan estos derechos. Hay millones de desempleados, las condiciones de trabajo son deplorables, los salarios no alcanzan ni para sobrevivir, las jornadas de trabajo se alargan 12, 14 horas como en el porfirismo y la Colonia. Los trabajadores no tienen seguridad social ni prestaciones; se les contrata por honorarios u outsourcing. Esta situación lleva años desde que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) permitió que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) dirijan la economía nacional. Al comenzar el neoliberalismo, los derechos se han ido negando en la práctica.

Así tratan al trabajador mexicano que es capaz y laborioso. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), quienes más trabajan luego de los japoneses y surcoreanos somos los mexicanos. ¿Quién dice que somos flojos? La jornada de los mexicanos es de más de 10 horas y son de las más largas del mundo, según el estudio de la OCDE publicado el 12 de abril. ¿Y la jornada de ocho horas? Mientras que el mexicano trabaja 10 horas, los alemanes trabajan siete y media. Además, nos han recargado de impuestos sin que recibamos los servicios que debe proporcionar el Estado. Ahora, con los magros salarios, hasta se tiene que comprar las medicinas a las que uno tiene derecho. Según Fernando Ríso, de IMS Health, el 47 por ciento de la inversión en compra de medicinas proviene de la propia gente. Es decir que el Estado que favorece a las corporaciones farmacéuticas, en lugar de dar buenos servicios de salud y medicina, obliga a la gente a asumir esos costos en detrimento del nivel de vida familiar.

Ahora, el PRI y el Partido Acción Nacional (PAN) pretenden, con la contrarreforma laboral y negando la Constitución, aprobar una nueva que "bendiga" el despojo a derechos básicos. Quieren "legalizar" la moderna esclavitud al gusto de las grandes corporaciones. Este atentado forma parte integral de la guerra en contra del pueblo trabajador. Pero éste responde, se moviliza, levanta cabeza. La movilización obrera, magisterial y popular del 7 de abril y la movilización del Movimiento de Reconstrucción Nacional (Morena) del 14, frente al Congreso, obligaron al PRI a recular y posponer la aprobación "al vapor" durante Semana Santa. Pero sigue el riesgo de que la aprueben a nuestras espaldas. ¿Qué clima social puede existir en un país en el que pretenden pagar 7.5 pesos por hora, despidos fáciles y sin dar la cara al trabajador, inestabilidad en el empleo, falta de pago de indemnizaciones tras años de trabajo, etcétera? Esas condiciones laborales ¿no son violentas? ¿No es una verdadera guerra contra el trabajo? Al defender sus derechos, el trabajador defiende los de toda la sociedad. Así, une y conduce al pueblo a la construcción de un futuro de paz y seguridad.

El pueblo se moviliza desde abajo por varios frentes. El 8 de abril se inauguró en Minatitlán, Veracruz, el VIII Foro Mesoamericano de los Pueblos, que articula las luchas de los pueblos contra la dominación.

Pudiéndose emplear todos los recursos necesarios para resolver los problemas, esto no se hace. Durante un mes, los incendios han quemado 100 mil hectáreas en Coahuila y miles más en San Luis Potosí y Nuevo León. Si toda la fuerza del Estado estuviese atenta a estas contingencias, en vez de enfocarse en su "guerra", no llegaría a tales magnitudes el desastre.

En Estados Unidos, hay incendios en Kansas, Colorado, Arizona, Nuevo México y Texas, donde tan sólo ahí hay 140 mil hectáreas siniestradas. Estados Unidos gasta trillones de dólares en hacer la guerra y tener 1 mil bases por todo el mundo. Debería emplear esos recursos para cuidar su casa y atender sus problemas y siniestros internos. ¡Cada quien resolviendo los problemas en su propio país! Eso es la soberanía. La sociedad y la naturaleza nos muestran que el sistema imperialista no es capaz de solucionar los problemas y que es necesario que los pueblos del mundo conquisten un nuevo modelo que ponga en el centro la paz y la atención del ser humano y de la naturaleza y no las grandes ganancias de las corporaciones y las guerras que éstas promueven.

El abismo insalvable entre el bloque dominante y la sociedad




Marcos Chávez *

El desdén mostrado por los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial ante las manifestaciones de descontento y de rechazo a la crecientemente brutal violencia criminal, la estrategia oficial con la que se le combate, que al alimón hunden al país en la impunidad y lo ahogan en un baño de sangre, y la contrarreforma laboral neoliberal que la mayoría panista y priista del Congreso pretende legalizar –protestas llevadas a cabo el 6 y 7 de abril–, es una expresión más de la distancia entre gobierno y sociedad, de la crisis política por la que atraviesa la nación.

Las respuestas de las elites políticas sólo ensanchan y profundizan ese abismo cada vez más insalvable y que ellas mismas han creado. Representan nuevos agravios que agudizarán el resentimiento de la población, el descrédito y la pérdida de representatividad del sistema. El desinterés del gobierno por atender sus demandas sociales legítimas –a las cuales, por el contrario, como mafia, pisotea y desmantela con la misma impunidad con la que actúan los narcos, con la única diferencia que aquéllos tienen fuero, se solapan, encubren sus ilegalidades y las blanquean retorciendo la ley, la ausencia del estado derecho que proteja a los ciudadanos ante la delincuencia y las propias autoridades, o la inexistencia de mecanismos legales que canalicen institucionalmente el malestar– no le deja a la población más que buscar las soluciones que consideren adecuadas para resolver sus problemas.

¿Qué sentido tienen los procesos electorales como formas pacíficas de representación, arbitraje y resolución de conflictos, de alternancia partidaria en el gobierno con diferentes proyectos de nación, si lo que se ha dado en llamar "democracia" en México le niega a la población el papel de ciudadanos de la República; si estamos frente al mismo antiguo régimen autoritario cogobernado, al menos desde 1990, por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN), luego del pacto antisocial, anticomunista y neoliberal formalizado entre Carlos Salinas y Diego Fernández; si la sociedad no tiene las formas legales para supervisar y obligar a los gobernantes a que cumplan con sus compromisos, para destituirlos y sancionarlos?

En su tragedia y su legítima rabia, las exigencias del escritor Javier Sicilia son las mismas que desde hace tiempo enarbolan amplios sectores de la población: justicia ante el artero crimen sufrido por su hijo y sus amigos, presuntamente asesinados por militares; el cambio en la ineficaz lucha calderonista en contra de los narcotraficantes, la cual se ha convertido en una especie de guerra de limpieza de la escoria social, que ante la ausencia de mejores opciones de vida opta por sumarse a la delincuencia y que es generada por el propio sistema político autoritario y su modelo neoliberal antisocial y excluyente administrados por priistas, panistas y la oligarquía, que fue impuesta ilegalmente, sin límites jurídicos, con la complicidad de la Corte y el Legislativo, que ha costado la vida a cerca de 40 mil personas, la violación sistemática de los derechos humanos y el agravamiento de la inseguridad, hechos que son compartidos en diferentes grados por los narcotraficantes, los aparatos represivos del Estado y otros órganos de gobierno; el retorno de los militares a los cuarteles, cuya imagen se ha enturbiado aún más por sus impunes atropellos; la independencia del Poder Judicial del Ejecutivo para garantizar una justa impartición de justicia. Ésos y otros reclamos socialmente compartidos explican las espontáneas movilizaciones que acompañaron a Sicilia en su convocatoria.

 

Los trabajadores, dos veces a la calle



Álvaro Cepeda Neri *

La iniciativa de reformas a la Ley Federal del Trabajo a punto de su aprobación, que empezó con los legisladores del Partido Acción Nacional (PAN) en la Cámara de Diputados del Congreso, lleva visos de que le sea imputada a un Partido Revolucionario Institucional (PRI) que, con el planteamiento del senador Beltrones, empieza a dibujar su posible conquista del cargo presidencial, cargando sobre sus espaldas con las críticas obreras (y no precisamente por los acomodaticios dirigentes de la Confederación de Trabajadores de México y la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos y otras organizaciones seudosindicales). Y es que para no armar el estallido general, los diputados federales, sus consejeros los abogados patronales y los propios empresarios, le han sacado la vuelta a contrarreformar la Constitución y suponen que, con las introducidas a la iniciativa, van a salirse con la suya.

Se trata de dar marcha atrás a las conquistas laborales establecidas en el artículo 123 constitucional, con adiciones a la Ley Federal del Trabajo, que lo reglamenta. Todo en aras, dicen, de adecuar la legislación a lo que los patrones por vía de hecho han implantado en complicidad con las Juntas de Conciliación y Arbitraje de todo el país (todos a una: Calderón, Ebrard, el PAN y el PRI). Por todas partes prospera la contratación a través de empresas, es decir, terceros, para que los patrones se sacudan sus obligaciones laborales. Y los trabajadores queden a expensas de la explotación patronal para ser despedidos sin responsabilidades.

En el seno de los panistas y priistas, se cocina echar a la calle a los trabajadores para que éstos, sin la menor protección, soporten todavía más, y ya por ley carezcan del derecho al Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS (o al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, ISSSTE, los trabajadores de las burocracias, donde ya terceros se hacen cargo de algunos servicios para quitarle responsabilidades a los gobiernos). Que legal y pacíficamente no puedan reclamar indemnizaciones ni tener organizaciones que los defiendan. Y si los empleados logran permanecer los años requeridos, las jubilaciones serán equivalentes a sólo un año. Y nada más. Lo que desde el salinato se llamó priismoempanizado busca, por la ley federal que reglamenta el artículo 123 constitucional, convertir a los trabajadores en esclavos del capitalismo salvaje.

Fibra óptica y espíritu antinacional




Editorial La Jornada
Una cincuentena de empresas privadas, en su mayoría de telecomunicaciones, se han beneficiado con contratos para el usufructo de la red de fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). De tal forma, los particulares pueden valerse del entramado de la paraestatal –que actualmente tiene una extensión de 34 mil 590 kilómetros y es la segunda más grande del país, después de la de Teléfonos de México– para ofrecer servicios de transmisión de voz, datos e imagen.

La situación reviste aspectos criticables, tanto en la forma como en el fondo. Por principio de cuentas, la entrega de la red de fibra óptica a particulares representa, a lo que puede verse, un pésimo negocio para la paraestatal y, por extensión, para el país: durante 2010, la CFE obtuvo una utilidad neta de poco más de 103 millones de pesos por el usufructo de esa red, un monto que, es de suponer, resulta mucho menor que el obtenido por los operadores que realizan negocios a través del entramado de esa empresa pública.

Es inevitable recordar, por otro lado, los señalamientos realizados en reiteradas ocasiones por el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y su entorno social de apoyo, de que la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC) obedeció a un designio por privatizar los más de mil 100 kilómetros de redes de fibra óptica operados por esa entidad distribuidora de energía –los cuales, por cierto, pasaron a manos de la propia CFE–, y beneficiar, con ello, intereses empresariales cercanos al poder político. Es significativo, al respecto, el hecho de que en la última revisión de contrato colectivo de LFC, en marzo de 2009, el SME había logrado que la administración de ese organismo público gestionara una concesión para operar por sí mismo la capacidad excedente de su entramado de fibra óptica en el terreno de las telecomunicaciones, habida cuenta de que contaba con los recursos humanos y tecnológicos para tal efecto. Sin embargo, la respuesta del gobierno federal a esa solicitud nunca llegó, y meses después, en octubre de ese año, LFC fue liquidada por decreto presidencial.

Con esas consideraciones en mente, resulta inaceptable que las autoridades federales se empeñen en sostener –como lo hizo el titular del Ejecutivo, Felipe Calderón Hinojosa, el pasado 12 de abril–, que la extinción de ese organismo público descentralizado obedeció exclusivamente a criterios de índole técnica y financiera, y que eludan sistemáticamente informar respecto de las implicaciones de dicha decisión sobre un bien público que, según puede verse, representa una jugosa oportunidad de negocio para particulares.

Reformas estructurales, legalización de abusos


Guillermo Fabela Quiñones *

Seguir por la misma ruta señalada por la oligarquía desde hace tres décadas, tal como está empeñada en que así sea, sería equivalente a tirar decenas de bombas atómicas sobre el territorio nacional. No habría manera de superar las consecuencias de tamaña irresponsabilidad. Sin embargo, eso no parece importarle a la mafia en el poder, como lo demuestra su empeño en que se concreten las "reformas estructurales", que no son otra cosa que un instrumento del Estado para apuntalar el poder de la minoría que lo detenta en contra de los intereses de la inmensa mayoría de mexicanos.

De ahí la pertinencia del llamado de Andrés Manuel López Obrador a los integrantes de la Cámara de Diputados para que no aprueben la reforma laboral presentada al alimón por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN), absolutamente lesiva a los intereses elementales de los trabajadores. El dirigente del Movimiento Regeneración Nacional puntualizó que seguir aprobando reformas a la Constitución y a las leyes, para "legalizar los despojos y los abusos de unos cuantos en contra de las mayorías, sólo provoca mayor descomposición social, más injusticias, resentimientos, inseguridad y violencia". Los hechos así lo prueban.

Con todo, eso no importa a los empleados de la oligarquía, como los legisladores prestos a obedecer órdenes, por criminales que sean. De ahí el enojo del coordinador de la bancada tricolor, Francisco Rojas Gutiérrez, porque el presidente de la Mesa Directiva, el priista Jorge Carlos Ramírez Marín, autorizó que López Obrador entrara al palacio legislativo a presentar su querella. Trascendió que el salinista Rojas, José Ramón Martel y Carlos Flores Rico se molestaron a tal grado que acudieron a la oficina de su correligionario para "regañarlo" y conminarlo a que solicite la autorización del PRI antes de abrir las puertas del recinto legislativo a "enemigos" políticos.

Cabe preguntarse si hay alguna diferencia ideológica entre el PRI y el PAN. No la hay: si constatamos que obedecen a los mismos intereses, como lo patentiza la urgencia de ambos partidos en que se apruebe cuanto antes la reforma laboral. Por eso el rechazo del excandidato presidencial a que la izquierda sume sus fuerzas al partido blanquiazul, dizque para derrotar al PRI, cuando en esencia son lo mismo, obedecen a un mismo patrón y luchan por salvaguardar los mismos intereses. El comportamiento agresivo de Rojas Gutiérrez ante la visita de López Obrador a la Cámara de Diputados así lo demuestra.

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