Eduardo Ibarra Aguirre
Con llamados a misa a cargo del papa Francisco, comenzó la edición 44 del Foro Económico Mundial, mejor conocido por la población suiza en que se lleva a cabo desde 1971, y que este año contó con la participación de 40 jefes de Estado y de gobierno. En total 2 mil 500 participantes de 100 países, entre ellos mil 500 líderes del millar de consorcios que forman parte del FEM, además de representantes de organizaciones internacionales, "la sociedad civil, los medios de comunicación, la educación y las artes".
Entrecomillados porque son los corporativos mediáticos los únicos que pueden usar la alfombra roja y que para los dueños de la aldea implica erogar 30 mil dólares, sin contar la entrada al WEF (por sus siglas en inglés) y que son cuando menos 20 mil dólares (Reforma, 26-I-14). En tales circunstancias son muy pocos los representantes que no provienen de las trasnacionales y de los gobiernos.
Llamado a misa porque el 21 de enero la Radio Vaticana hizo público el mensaje del primer obispo de Roma de origen latinoamericano en el que abogó por "una apertura a lo trascendente" para dar forma a "una nueva mentalidad política y económica", que sea "capaz de reconducir" la actividad económica y financiera dentro de un "enfoque ético que sea verdaderamente humano".
La apuesta de Jorge Mario Bergoglio tiene como sustento que la comunidad económica internacional "puede contar con muchos hombres y mujeres de gran honestidad e integridad personal, cuya labor se inspira y guía por nobles ideales de justicia, generosidad y atención por el auténtico desarrollo de la familia humana".
Seguramente existen, pero se antoja cándido apostar, como lo hace el papa número 266, a las personas y sus valores. Ello implica omitir, en términos del discurso del Vaticano hacia los dueños de la aldea, la lógica económica y política del capital –sin patria ni credos religiosos– y que está determinada por su reproducción más pronta y eficaz. Y si para ello es preciso subordinar a estados y gobiernos, se ponen en operación las instituciones imperiales para impulsar los programas del capitalismo salvaje, con trágicos resultados que describe muy bien don Francisco, como: "crisis económica que sacude al mundo" y las secuelas de exclusión social, inseguridad cotidiana, muerte por hambre de miles de personas diariamente, desperdicio criminal de alimentos, migración y sus gravísimos riesgos.
La fotografía socioeconómica del papa Francisco tiene mucho más correspondencia con la realidad del orbe que la conducta asumida por los vendedores de México (Jesús Zambrano dixit), ya como propagandistas de un presente aún en construcción de las "determinantes leyes secundarias" de las reformas constitucionales, como apremió el mismo José Ángel Gurría (El Ángel de la Dependencia), y después los contratos que regirán la drástica apertura petrolera y gasera. Ya como promotores de un discurso futurista que ignora hasta la sentencia del Fondo Monetario Internacional: Las reformas no "impulsarán el crecimiento económico" de México más allá del 3 por ciento, previsto en octubre pasado.
La embriaguez de Davos por tanto aplauso de los dueños del mundo, cuando allí campeó el pesimismo sobre el crecimiento y el empleo, no tiene suficiente sustento con los 7 mil 350 millones de dólares de inversión extranjera prometidos por Pepsico, Nestlé y Cisco. Tampoco con el premio de The Banker al Ministro de Finanzas del Año 2014, cuando el peso vive en su menor nivel en 18 meses, los bolsillos padecen el repunte de la inflación y el mediocre crecimiento de 2013 tiene su origen en el pésimo ejercicio presupuestal.
Acuse de recibo
Falleció Liberato Terán Olguín, el último presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios de Sinaloa… Cuenta Joel Ortega Juárez: "Los rosalinos, vietnamitas del 72. 'En realidad el nombramiento a favor de (Gonzalo) Armienta (Calderón) cifraba grandes esperanzas para la elite económica y política de la entidad, que consideraba que era el único capaz de rescatar a la universidad de la situación en que se encontraba en manos de la izquierda y recuperarla para los intereses de las elites de Sinaloa. La decisión tomada por la Junta de Gobierno (…) provocó el movimiento estudiantil de 1972 uno los hitos indiscutibles de las luchas estudiantiles mexicanas, que dio lugar a una de las más genuinas batallas por la autonomía universitaria de que se tenga memoria en el México moderno'. Con estas palabras Carlos Calderón, Jorge Medina y el propio Liberato, describen las características de uno de los episodios más dramáticos, emblemáticos y heroicos del movimiento estudiantil sinaloense y del conjunto del movimiento estudiantil nacional que culminó con la toma del edificio Rosalino por la policía y donde murieron dos estudiantes. El 7 de abril de 1972 caen abatidos por las balas los estudiantes María Isabel Landeros y Juan de Dios Quiñones"… Viví con Liberato aquellos momentos y redactamos el Manifiesto 7 de abril de la FEUS.
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