Julio Hernández López: Astillero
Día de aparentes correcciones y sostenidas confusiones. La lucha de los pueblos de San Salvador Atenco consigue que la Suprema, usualmente Corta de Justicia, reconozca las aberraciones jurí- dicas cometidas por el foxismo y el peñanietismo para castigar con cárcel extrema a los dirigentes del movimiento de insurgencia cívica de esa región a la que los poderes coaligados pretendían convertir en sabroso negocio aeroportuario. La máxima instancia judicial mexicana acepta, así, que hubo maquinaciones y confabulaciones para exagerar e inventar discutibles tonos delictivos en lo que eran protestas sociales en que se produjeron excesos (las retenciones de funcionarios, por ejemplo, que pueden ser explicadas desde el discurso de la resistencia política y social, pero pueden configurar actos jurídicos punibles) que, sin embargo, no merecían ser encausados y sancionados con la dureza que esos gobiernos decidieron. En pocas palabras, el Poder Judicial de la Federación asume que a Ignacio del Valle y los demás dirigentes atenquistas les fabricaron expedientes y les urdieron resoluciones para castigarlos ejem- plarmente por su insurrección cívica. Tan generosa visión de un órgano de administración de justicia, que con frecuencia actúa facciosamente en beneficio de intereses cupulares, o en el sentido buscado e instruido por poderosos políticos que a su vez promovieron que esos ministros ocuparan los sitiales justicieros, ha generado especulaciones de distinta índole, algunas incluso sugiriendo que el súbito ataque de honestidad judicial tuviera que ver con destacados secuestros vigentes.
La presunta corrección de la Corte no tiene, por desgracia, correlación con el señalamiento de responsables de esa barbarie jurídica ni mucho menos con la exigencia de castigo para quienes así retorcieron leyes, procesos e instituciones: se puede decir el pecado, pero no castigar a los pecadores. Un causante fundamental de la represión física contra los atenquenses y del ensañamiento judicial contra sus dirigentes ha sido Enrique Peña Nieto, el gobernador del estado de México y virtual precandidato presidencial pri- ísta, quien oportunamente sem- bró siete nuevas órdenes de aprehensión contra los líderes encarcelados, para quedar así en condiciones técnicamente adecuadas de volver a detenerlos, apenas pongan un pie en libertad o en días posteriores, guardando incluso ese recurso ya activado como amenaza contra quienes reanu- darán su trabajo político y social en cuanto les sea posible.
Un extraño movimiento de organigrama en la PGR, instruido o cuando menos autorizado por Los Pinos, deja al país en la extraña circunstancia de que abandone su cargo la responsable federal de atender denuncias por delitos electorales como las que seguramente se producirán a carretadas en la ardiente jornada de este domingo. Areli Gómez nunca fue garantía de prontitud ni sentido de justicia, sino todo lo contrario, producto como fue su nombramiento de una convergencia de intereses provenientes de la Suprema Corte, Televisa y el calderonismo más duro. Pero su salida en estos momentos no ayuda a fortalecer la impresión de que en la cúpula administrativa del país haya intención de respetar la legalidad electoral y buscar castigo a sus infractores. Según las versiones en curso, Gómez deja la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales para pasar a una súper fiscalía que entre otras áreas atenderá lo relacionado con agresiones a periodistas, violencia intrafamiliar y casos de trata.
En Tamaulipas, el PRI dejó la sucesión de Rodolfo Torre Cantú en manos del mismo factor que lo había designado, el gobernador Eugenio Hernández, quien optó por una resolución dinástica: el hermano Egidio (significado: el que transporta en la batalla el escudo de piel de cabra). Está por verse la capacidad administrativa y política de quien de manera tan trágica llega a una candidatura que sin duda ganará este domingo. Cierto es que en Tamaulipas, como en varias entidades del país, no se necesitan gobernadores sino administradores, meros encargados de negocios, pero aún así puede resultar muy difícil para una persona con poca experiencia política de buen nivel en lidiar con los factores reales de poder, cada vez más agresivos e intolerantes. El PRI atajó en este caso los riesgos de las luchas intestinas que parecían intentar arrebatarle al jefe local la decisión postmortuoria, sobre todo desde flancos asentados en la ciudad de México.
El hombre que aspiró a revolucionar México a partir de anuncios demagógicos de televisión también entró ayer al paquete de las enmiendas bien pagadas. Javier Aguirre no se quedará en México para dar continuidad a sus arengas y planes, pues previamente había escogido el destino que ayer apresuradamente confirmó: ver desde el extranjero el desenlace de las mitologías de voluntarismo guerrero que por encargo de Televisa había revelado. Del sí se puede, al no se pudo, al ya me voy. Aguirre se va derrotado, pero no solamente él: también el salobre Calderón que fue factor esencial para convencerlo de encargarse de la selección mexicana, y los aficionados que creyeron las promesas de grandeza que a fin de cuentas sólo se reflejaron en cuentas e ingresos de los directivos y dueños del futbol profesional.
El creador del Gran Caldero Nacional tuvo, a su vez, momentos de anticipada nostalgia que hicieron a un diario capitalino, Reforma, cabecear su información de internet con una frase que emocionó a una parte de los ciudadanos: FCH: me voy. Pero en seguida venía la precisión: violencia se queda. No era la renuncia del ocupante de Los Pinos, sino una elaboración verbal en la que advertía que cuando él se retire del cargo persistirá la violencia como herencia impersonal.
Y, mientras el tronar de pistolas hace suspender el cierre de campaña del opositor José Aispuro Torres, en Durango, y Felipe sigue con sus anuncios electoreros de bondades gubernamentales, esta vez algunas simplificaciones fiscales, ¡hasta mañana, con tres mil boletas electorales robadas en Chihuahua!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx • http://twitter.com/julioastillero
Día de aparentes correcciones y sostenidas confusiones. La lucha de los pueblos de San Salvador Atenco consigue que la Suprema, usualmente Corta de Justicia, reconozca las aberraciones jurí- dicas cometidas por el foxismo y el peñanietismo para castigar con cárcel extrema a los dirigentes del movimiento de insurgencia cívica de esa región a la que los poderes coaligados pretendían convertir en sabroso negocio aeroportuario. La máxima instancia judicial mexicana acepta, así, que hubo maquinaciones y confabulaciones para exagerar e inventar discutibles tonos delictivos en lo que eran protestas sociales en que se produjeron excesos (las retenciones de funcionarios, por ejemplo, que pueden ser explicadas desde el discurso de la resistencia política y social, pero pueden configurar actos jurídicos punibles) que, sin embargo, no merecían ser encausados y sancionados con la dureza que esos gobiernos decidieron. En pocas palabras, el Poder Judicial de la Federación asume que a Ignacio del Valle y los demás dirigentes atenquistas les fabricaron expedientes y les urdieron resoluciones para castigarlos ejem- plarmente por su insurrección cívica. Tan generosa visión de un órgano de administración de justicia, que con frecuencia actúa facciosamente en beneficio de intereses cupulares, o en el sentido buscado e instruido por poderosos políticos que a su vez promovieron que esos ministros ocuparan los sitiales justicieros, ha generado especulaciones de distinta índole, algunas incluso sugiriendo que el súbito ataque de honestidad judicial tuviera que ver con destacados secuestros vigentes.
La presunta corrección de la Corte no tiene, por desgracia, correlación con el señalamiento de responsables de esa barbarie jurídica ni mucho menos con la exigencia de castigo para quienes así retorcieron leyes, procesos e instituciones: se puede decir el pecado, pero no castigar a los pecadores. Un causante fundamental de la represión física contra los atenquenses y del ensañamiento judicial contra sus dirigentes ha sido Enrique Peña Nieto, el gobernador del estado de México y virtual precandidato presidencial pri- ísta, quien oportunamente sem- bró siete nuevas órdenes de aprehensión contra los líderes encarcelados, para quedar así en condiciones técnicamente adecuadas de volver a detenerlos, apenas pongan un pie en libertad o en días posteriores, guardando incluso ese recurso ya activado como amenaza contra quienes reanu- darán su trabajo político y social en cuanto les sea posible.
Un extraño movimiento de organigrama en la PGR, instruido o cuando menos autorizado por Los Pinos, deja al país en la extraña circunstancia de que abandone su cargo la responsable federal de atender denuncias por delitos electorales como las que seguramente se producirán a carretadas en la ardiente jornada de este domingo. Areli Gómez nunca fue garantía de prontitud ni sentido de justicia, sino todo lo contrario, producto como fue su nombramiento de una convergencia de intereses provenientes de la Suprema Corte, Televisa y el calderonismo más duro. Pero su salida en estos momentos no ayuda a fortalecer la impresión de que en la cúpula administrativa del país haya intención de respetar la legalidad electoral y buscar castigo a sus infractores. Según las versiones en curso, Gómez deja la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales para pasar a una súper fiscalía que entre otras áreas atenderá lo relacionado con agresiones a periodistas, violencia intrafamiliar y casos de trata.
En Tamaulipas, el PRI dejó la sucesión de Rodolfo Torre Cantú en manos del mismo factor que lo había designado, el gobernador Eugenio Hernández, quien optó por una resolución dinástica: el hermano Egidio (significado: el que transporta en la batalla el escudo de piel de cabra). Está por verse la capacidad administrativa y política de quien de manera tan trágica llega a una candidatura que sin duda ganará este domingo. Cierto es que en Tamaulipas, como en varias entidades del país, no se necesitan gobernadores sino administradores, meros encargados de negocios, pero aún así puede resultar muy difícil para una persona con poca experiencia política de buen nivel en lidiar con los factores reales de poder, cada vez más agresivos e intolerantes. El PRI atajó en este caso los riesgos de las luchas intestinas que parecían intentar arrebatarle al jefe local la decisión postmortuoria, sobre todo desde flancos asentados en la ciudad de México.
El hombre que aspiró a revolucionar México a partir de anuncios demagógicos de televisión también entró ayer al paquete de las enmiendas bien pagadas. Javier Aguirre no se quedará en México para dar continuidad a sus arengas y planes, pues previamente había escogido el destino que ayer apresuradamente confirmó: ver desde el extranjero el desenlace de las mitologías de voluntarismo guerrero que por encargo de Televisa había revelado. Del sí se puede, al no se pudo, al ya me voy. Aguirre se va derrotado, pero no solamente él: también el salobre Calderón que fue factor esencial para convencerlo de encargarse de la selección mexicana, y los aficionados que creyeron las promesas de grandeza que a fin de cuentas sólo se reflejaron en cuentas e ingresos de los directivos y dueños del futbol profesional.
El creador del Gran Caldero Nacional tuvo, a su vez, momentos de anticipada nostalgia que hicieron a un diario capitalino, Reforma, cabecear su información de internet con una frase que emocionó a una parte de los ciudadanos: FCH: me voy. Pero en seguida venía la precisión: violencia se queda. No era la renuncia del ocupante de Los Pinos, sino una elaboración verbal en la que advertía que cuando él se retire del cargo persistirá la violencia como herencia impersonal.
Y, mientras el tronar de pistolas hace suspender el cierre de campaña del opositor José Aispuro Torres, en Durango, y Felipe sigue con sus anuncios electoreros de bondades gubernamentales, esta vez algunas simplificaciones fiscales, ¡hasta mañana, con tres mil boletas electorales robadas en Chihuahua!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx • http://twitter.com/julioastillero
Enrique Galván Ochoa: Dinero
Cuando el candidato presidencial priísta Luis Donaldo Colosio fue asesinado en Tijuana, el 23 de marzo de 1994, se abrió la oportunidad de que resplandeciera la justicia panista. Era un caso del fuero común y el primer gobernador salido de las filas del PAN, Ernesto Ruffo Appel, tenía la responsabilidad de que su procuraduría desenmarañara las motivaciones del crimen y castigara a los responsables. No sucedió así. El caso fue atraído por la Procuraduría General de la República y Ruffo ni pío dijo. El presidente Salinas de Gortari envió al entonces gobernador de Sonora, Manlio Fabio Beltrones, a Tijuana en los momentos en que se hacían los interrogatorios iniciales al presunto asesino, Mario Aburto. La leyenda urbana tijuanense narra que el entonces procurador federal, Diego Valadés, se lo prestó un ratito para que lo interrogara fuera de las oficinas. Lo llevó a Playas Tijuana, donde casualmente tiene una residencia su hermano Roberto Alcides Beltrones, y horas después devolvió al detenido, sólo que –dice la misma leyenda– ya no era el mismo, muy parecido sí, pero de otro tamaño. En el caso del asesinato del aspirante a gobernador de Tamaulipas el arreglo es el mismo, sólo que opera al revés: es un caso supuestamente ligado a la delincuencia organizada, al narcotráfico, por lo tanto federal; sin embargo, el procurador panista, Arturo Chávez, no atrae la investigación, la cede al gobernador priísta Eugenio Hernández. Los capos del priísmo están de luto, dolidos, perdieron a un importante miembro de su partido, pero eso no los conducirá a romper la cadena de arreglos en lo oscurito con los capos del panismo.
No hay ofensa que no cure el presupuesto
Por eso es que en su mensaje del martes por la mañana Calderón con toda tranquilidad llamó al diálogo a las fuerzas políticas; ni remotamente tocó la posibilidad de presentar su renuncia, como hubiera sucedido en otro país en que el presidente sabe que el resto de su periodo será asediado por la fuerza política dominante y le hará imposible continuar en el gobierno. Y por eso los enlutecidos priístas le dieron por la tarde unos gentiles coscorrones por conducto de la mano calculadamente enérgica de Beatriz Paredes, una aliada del calderonismo en su agresiva política fiscal, en particular la extensión del IVA a alimentos y medicinas. El zopapo más duro fue éste: Nuevamente se le pide al PRI civilidad, cuando fue la responsabilidad democrática del PRI la que le dio vigencia a este régimen, cuando los legisladores de nuestro partido hicieron el quórum para que se rindiera protesta. Al buen entendedor: veladamente le dijo que ahora dependerá del PRI que concluya todos los días de su gobierno. También le recordó a Calderón que hay una pomada que cura los chipotes: “… hemos planteado en sucesivas entrevistas nuestra preocupación por el subejercicio presupuestal, cuando se tienen congelados los recursos para obras prioritarias para el desarrollo en las entidades gobernadas por correligionarios nuestros…” (Qué tema tan inelegante en un discurso con notas fúnebres). No hay pek. Fluirá el dinero para esas obras pri-oritarias. Lo malo es que el dinero tiene que salir de algún lado, y el lugar más próximo son nuestros bolsillos. Ya se anda cocinando por ahí la reforma del reformón fiscal, o el reformón de la reforma, como quieran llamarlo.
El chalán de Molinar
Antes de que estallara la crisis por los sucesos de Tamaulipas, el secretario de Comunicaciones, Juan Molinar, alcanzó a sacar la firma de Calderón en el nombramiento de Mony de Swaan como remplazo del cesante Héctor Osuna en la Comisión Federal de Telecomunicaciones. El nuevo comisionado tiene amplios antecedentes en el sector que pueden resumirse en cuatro palabras: es chalán de Molinar. No le gustó al eterno joven valor del priísmo, don Beltrone. Panistas y priístas querían la posición para ponerla al servicio de Emilio III. Ganaron el tiro los de la camiseta azul.
Cuando el candidato presidencial priísta Luis Donaldo Colosio fue asesinado en Tijuana, el 23 de marzo de 1994, se abrió la oportunidad de que resplandeciera la justicia panista. Era un caso del fuero común y el primer gobernador salido de las filas del PAN, Ernesto Ruffo Appel, tenía la responsabilidad de que su procuraduría desenmarañara las motivaciones del crimen y castigara a los responsables. No sucedió así. El caso fue atraído por la Procuraduría General de la República y Ruffo ni pío dijo. El presidente Salinas de Gortari envió al entonces gobernador de Sonora, Manlio Fabio Beltrones, a Tijuana en los momentos en que se hacían los interrogatorios iniciales al presunto asesino, Mario Aburto. La leyenda urbana tijuanense narra que el entonces procurador federal, Diego Valadés, se lo prestó un ratito para que lo interrogara fuera de las oficinas. Lo llevó a Playas Tijuana, donde casualmente tiene una residencia su hermano Roberto Alcides Beltrones, y horas después devolvió al detenido, sólo que –dice la misma leyenda– ya no era el mismo, muy parecido sí, pero de otro tamaño. En el caso del asesinato del aspirante a gobernador de Tamaulipas el arreglo es el mismo, sólo que opera al revés: es un caso supuestamente ligado a la delincuencia organizada, al narcotráfico, por lo tanto federal; sin embargo, el procurador panista, Arturo Chávez, no atrae la investigación, la cede al gobernador priísta Eugenio Hernández. Los capos del priísmo están de luto, dolidos, perdieron a un importante miembro de su partido, pero eso no los conducirá a romper la cadena de arreglos en lo oscurito con los capos del panismo.
No hay ofensa que no cure el presupuesto
Por eso es que en su mensaje del martes por la mañana Calderón con toda tranquilidad llamó al diálogo a las fuerzas políticas; ni remotamente tocó la posibilidad de presentar su renuncia, como hubiera sucedido en otro país en que el presidente sabe que el resto de su periodo será asediado por la fuerza política dominante y le hará imposible continuar en el gobierno. Y por eso los enlutecidos priístas le dieron por la tarde unos gentiles coscorrones por conducto de la mano calculadamente enérgica de Beatriz Paredes, una aliada del calderonismo en su agresiva política fiscal, en particular la extensión del IVA a alimentos y medicinas. El zopapo más duro fue éste: Nuevamente se le pide al PRI civilidad, cuando fue la responsabilidad democrática del PRI la que le dio vigencia a este régimen, cuando los legisladores de nuestro partido hicieron el quórum para que se rindiera protesta. Al buen entendedor: veladamente le dijo que ahora dependerá del PRI que concluya todos los días de su gobierno. También le recordó a Calderón que hay una pomada que cura los chipotes: “… hemos planteado en sucesivas entrevistas nuestra preocupación por el subejercicio presupuestal, cuando se tienen congelados los recursos para obras prioritarias para el desarrollo en las entidades gobernadas por correligionarios nuestros…” (Qué tema tan inelegante en un discurso con notas fúnebres). No hay pek. Fluirá el dinero para esas obras pri-oritarias. Lo malo es que el dinero tiene que salir de algún lado, y el lugar más próximo son nuestros bolsillos. Ya se anda cocinando por ahí la reforma del reformón fiscal, o el reformón de la reforma, como quieran llamarlo.
El chalán de Molinar
Antes de que estallara la crisis por los sucesos de Tamaulipas, el secretario de Comunicaciones, Juan Molinar, alcanzó a sacar la firma de Calderón en el nombramiento de Mony de Swaan como remplazo del cesante Héctor Osuna en la Comisión Federal de Telecomunicaciones. El nuevo comisionado tiene amplios antecedentes en el sector que pueden resumirse en cuatro palabras: es chalán de Molinar. No le gustó al eterno joven valor del priísmo, don Beltrone. Panistas y priístas querían la posición para ponerla al servicio de Emilio III. Ganaron el tiro los de la camiseta azul.
Carlos Fernández-Vega: México SA
En eso del supuesto combate al lavado de dinero –estrategia central en cualquier intento serio contra el crimen organizado– el gobierno de Estados Unidos ha sido igual de ineficiente y cómplice que el mexicano, con la salvedad de que el primero localiza, documenta y enfoca las baterías hacia las instituciones financieras, sin mayores resultados, mientras el segundo las protege hasta la ignominia. De cualquier suerte, al final de cuentas el affaire termina en una simple cuan reducida multa, como sucede en el vecino del norte, o en la ridícula negación de la realidad, como acontece aquí mismo, mientras la lavandería financiera se mantiene a todo lo que da.
Semanas atrás señalamos en este espacio que en 1996, durante el sexenio de Zedillo, se difundió que el sistema financiero mexicano destacaba por haber sido elegido por los cárteles internacionales de la droga como el principal centro de lavado y repatriación de dinero proveniente del narcotráfico en el hemisferio occidental, industria sin chimeneas que sólo ese año y de acuerdo con cifras de funcionarios mexicanos, habría lavado alrededor de 30 mil millones de dólares por el concepto referido, sólo una porción de lo que regresó a Colombia, de acuerdo con el Departamento de Estado del vecino del norte (US Department of State: International Narcotics Control Strategy Report, March 1996. Bureau for International Narcotics and Law Enforcement Affairs. Financial Crimes and Money Laundering. Executive Summary. The Year in Review).
Desde aquella fecha, cuando menos, año tras año el citado galardón se lo lleva México y su sistema financiero (a estas alturas extranjerizado casi en su totalidad), de acuerdo con la misma fuente de información. De hecho, para 2009 el propio Departamento de Estado advirtió que de la cifra estimada de 25 mil millones de dólares que circulan ilegalmente en el sistema bancario, la Procuraduría General de la República sólo es capaz de detectar uno por ciento (250 millones). Y ello no sólo es producto de la enorme corrupción que campea, sino de la carencia de personal calificado en sus unidades especializadas; faltan investigadores, fiscales, auditores de recursos monetarios, base de datos completa y moderna, y equipamiento tecnológico… Hasta ahora los esfuerzos se han dirigido sólo a los estados claves como Tamaulipas, Sinaloa, Nuevo León, ciudad de México y Jalisco, pero la PGR considera que hay motivos para volver a centrarse en otras regiones, como los estados de Quintana Roo y Yucatán, donde las autoridades han detectado grandes movimientos de recursos ilícitos”.
En el lapso citado, prácticamente nada ha impedido el jugoso negocio que al sistema financiero mexicano, a estas alturas casi en su totalidad en manos foráneas, le representa su gran chaka-chaka de dinero proveniente del crimen organizado. Para México, el inventario del Departamento de Estado incorpora a 46 bancos (incluyendo seis de desarrollo, propiedad de la nación), 71 oficinas de representación de instituciones financieras extranjeras, 95 compañías de seguros, 479 sociedades de inversión, 155 uniones de crédito y 24 casas de cambio. El comercio ilícito de drogas es la principal fuente de fondos blanqueados a través del sistema financiero mexicano.
Lo anterior permite al gobierno de Estados Unidos apuntar con dedo flamígero a su patio trasero y acusarlo de ineficiencia, tolerancia y complicidad con los barones de la droga, lo que si bien es cierto no exime al Tío Sam de sus propias ineficiencias, tolerancias y complicidades en el mismo campo. Desde Nueva York, el corresponsal de La Jornada, David Brooks, informa que algunos de los principales bancos y empresas financieras estadunidenses, entre ellos Wells Fargo, Bank of America, Citigroup, American Express y Western Unión, han lucrado durante años con el lavado de fondos provenientes del narcotráfico y sólo pagan multas mínimas, sin que ningún ejecutivo sea encarcelado cuando las autoridades logran detectar el negocio ilícito. En múltiples casos fiscalizados durante los últimos años, estos bancos estadunidenses han confesado no haber cumplido con leyes y regulaciones federales para controlar el lavado de dinero al participar en las trasferencias de millones de dólares en fondos ilícitos provenientes del narcotráfico mexicano.
Multas mínimas por lavado de dinero, sin acción judicial, arrojan resultados iguales a los reportados por la pasividad (léase complicidad) de las autoridades mexicanas, y en los dos lados de la frontera operan las mismas instituciones financieras. Brooks ejemplifica con el caso de Wachovia Corp: “comprado por Wells Fargo en 2008, y que, fusionado con él, es el banco con más sucursales en Estados Unidos. Wells Fargo admitió ante un tribunal que Wachovia no vigiló ni informó sobre actividades sospechosas de lavado de dinero por narcotraficantes, incluyendo fondos para la compra de por lo menos cuatro aviones en Estados Unidos, que transportaron un total de 22 toneladas de cocaína. El otro banco involucrado en la transferencia de fondos, con los cuales se compró uno de estos aviones –un DC-9 que subsecuentemente fue confiscado en México con toneladas de cocaína– fue Bank of America, reporta Bloomberg News”.
Lo anterior se reveló en un acuerdo judicial del banco con fiscales federales, en marzo de 2010. Wachovia “admitió que no hizo lo suficiente para detectar fondos ilícitos en su manejo de más de 378.4 mil millones de dólares en sus negocios con casas de cambio mexicanas entre mayo de 2004 y mayo de 2007… No todos estos fondos están vinculados con el narcotráfico pero, según las investigaciones del Departamento de Justicia, miles de millones no fueron sujetos a la vigilancia ordenada por la ley, y cientos de millones de dólares de estos fondos sí han sido ligados directamente con el narcotráfico”.
Entonces, arrojan los mismos resultados las multas mínimas que la complicidad disfrazada de negación de la realidad, y allí está el enorme monstruo, crecido, rollizo, sin nadie que le ponga un alto real.
Las rebanadas del pastel:
Alegraos, que para confirmar la sólida independencia de la Cofetel (la del Renaut), el inquilino de Los Pinos nombró como nuevo comisionado de ese ente a Mony de Swaan, o lo que es lo mismo, el que hasta ayer fungió como jefe de asesores del secretario de Comunicaciones y Transportes, el impune Juan Molinar Horcasitas… Soy el máximo responsable del fracaso de México; tengo que dejar el cargo: es lo más honesto, lo más juicioso, lo obligado. ¿Lo dijo el vasco Aguirre, o debió anunciarlo Felipe Calderón?
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
Pedro Miguel: Navegaciones
Cuando Juan Riestra vio a Rufino golpeado y humillado, sintió en las entrañas un hervor de remordimientos; todo el cuerpo del muchacho se movía en espasmos y temblores, menos la mirada, que permanecía fija en el empresario. Éste se levantó de un salto de la cama, corrió hacia el muchacho, lo abrazó y Rufino gritó de dolor: tenía dos costillas rotas. Riestra arrancó la manta que cubría la cama, lo envolvió en ella y lo condujo penosamente, por el pasillo y escaleras abajo, hasta el estacionamiento. En el camino, el hombre de la recepción le gritó:
–¡La colcha es propiedad del hotel! Si la saca de establecimiento, deberá pagarla.
–¿Dónde hay un hospital? –gritó Riestra a su vez, sin hacer caso del reclamo.
Atenco: liberaciones y pendientes
Por mayoría de cuatro votos contra uno, la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ordenó ayer la liberación de 12 simpatizantes e integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), entre los que se encuentra Ignacio del Valle –condenado a 112 años de prisión por secuestro equiparado y ataques a las vías de comunicación–, quienes permanecían en prisión desde los enfrentamientos en San Salvador Atenco y Texcoco ocurridos en mayo de 2006. De acuerdo con los magistrados, las condenas dictadas en contra de los activistas fueron producto de procesos irregulares en los que se emplearon pruebas ilegales por medio de los cuales se buscó, a decir del ministro Juan Silva Meza, dar maquillaje institucional a un acto de criminalización de la protesta social.
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Por mayoría de cuatro votos contra uno, la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ordenó ayer la liberación de 12 simpatizantes e integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), entre los que se encuentra Ignacio del Valle –condenado a 112 años de prisión por secuestro equiparado y ataques a las vías de comunicación–, quienes permanecían en prisión desde los enfrentamientos en San Salvador Atenco y Texcoco ocurridos en mayo de 2006. De acuerdo con los magistrados, las condenas dictadas en contra de los activistas fueron producto de procesos irregulares en los que se emplearon pruebas ilegales por medio de los cuales se buscó, a decir del ministro Juan Silva Meza, dar maquillaje institucional a un acto de criminalización de la protesta social.
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El Correo Ilustrado
Expresan alegría por la decisión de la Corte
Tuvimos el honor que se convirtió en placer de ser invitadas a conocer los pueblos y la lucha de San Salvador Atenco en febrero del año 2002, nuestros corazones latieron fuerte con el son de la tierra que ellos tocan. Al conocerlos, al sentir su lucha por la defensa de sus fértiles tierras contra la construcción del aeropuerto y desde el primer cañonazo sentimos admiración y cariño por todos ellos: cada Juanita niña, cada don Pancho abuelo, cada América joven, cada Felipe maduro, cada Nacho ejemplar, cada Martha bella y alegre, cada Cata sabrosa, cada madre Rosalba, cada compañera Trini, cada compa Heriberto y cada Cayo Vicente. Ellos nos han dado desde entonces ejemplo y razón.
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Javier Jiménez Espriú: La UNAM y Los Madero..s de San Juan
Ante el requerimiento de mayor apoyo de los estados a las universidades públicas y al desarrollo de la ciencia y la tecnología, hecho por el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Narro, frente y a nombre de más de mil instituciones hispanoamericanas en reciente reunión de Guadalajara, el senador Gustavo Madero respondió, de botepronto y como es costumbre, sin pensar mucho lo que se dice, que lo que la UNAM debe hacer –en lugar de pedir más dinero– es dar cuenta clara de los recursos de que dispone para la atención de las obligaciones que establece su Ley Orgánica, a saber: la docencia, la investigación y la creación y difusión de la cultura.
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Matteo Dean: Ser migrante refugiado
Son millones ya. En todo el planeta. En unas cuantas semanas, y solamente en una región aislada del mundo, se produjeron alrededor de 2 millones de desplazados. Todos ellos podrían calificar para pedir refugio en cualquiera de las pacificadas y garantizadas democracias occidentales. No se cuentan, en cambio, los cientos que cada día salen de los países del centro de África rumbo al norte, rumbo a Europa, en búsqueda, ellos también, de esa protección que no encuentran en sus estados de origen. Y no se trata nada más de los pocos perseguidos políticos, sino de muchas mujeres y hombres que escapan de las numerosas guerras existentes en el continente y de las cuales nosotros, los occidentales, tan poco conocemos. Luego están los también innumerables ciudadanos de países que conocemos mejor, pero que también se encuentran en guerras absurdas, como son, por ejemplo, Afganistán e Irak. Y finalmente están todos los que escapan, en este mundo, de la guerra y de las crisis que ponen en riesgo sus vidas.
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En la comparecencia ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión de los funcionarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la Secretaría de Energía (Sener) y el representante del Sistema de Enajenación y Administración (SAE) de los bienes de Luz y Fuerza del Centro (LFC), sorprende la ligereza con la que responden éstos a los cuestionamientos hechos por los legisladores, sobre la extinción de la empresa paraestatal, como si las políticas públicas que impone el gobierno federal a las entidades derivadas de la administración pública federal no fueran su responsabilidad.
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Adolfo Sánchez Rebolledo: ¿Y ahora?
En el oscuro panorama que agobia al país, la condena unánime del asesinato del candidato a gobernador de Tamaulipas es un hecho positivo que merece fortalecerse. Al eludir la tentación –tan a flor de piel– de aprovechar la tragedia para obtener pingües dividendos particulares, los partidos entienden que la escalada de violencia en curso constituye una amenaza directa para la convivencia pacífica y el Estado mismo.
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Octavio Rodríguez Araujo: Crimen político
Será melón, será sandía… Lo cierto es que el candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas tenía las mayores probabilidades de ganar y lo mataron. Y como nadie sabe, entre la gente común, qué hace en realidad el crimen organizado, pues es fácil echarle la culpa de todo aquello que no se puede probar, aunque pudiera ser cierto. Igual ocurriría con organizaciones secretas, que si existen en México serían precisamente secretas y, por lo tanto, nada sabríamos de ellas y, por lo mismo, les podríamos echar la culpa de cualquier cosa.
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John Saxe-Fernández: El Macondo del Golfo
La codicia de British Petroleum (BP) por el crudo del yacimiento Macondo en el Golfo de México, llamado así por la novela de García Márquez, pudo más que las advertencias sobre la inestabilidad subyacente para proceder con su explotación en aguas profundas: los datos sismológicos mostraban que había gran cantidad de metano debajo y alrededor de Macondo. Aunque el peligro de explosión era alto, BP instaló la plataforma Deep Water Horizon, semisumergible de aguas ultra-profundas (hasta 10 mil 685 metros) de posicionamiento dinámico, propiedad de TransOcean y de Anadarko Petroleum, dueña del 25 por ciento.
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Ángel Guerra Cabrera: Honduras: el golpe de Obama
El lunes 28 de junio se cumplió un año del golpe de Estado en Honduras. Contrariamente a las intenciones de sus promotores, el primer gran acontecimiento político de la era Obama hacia América Latina –que en eso ha devenido– creó una situación de efervescencia y radicalización política y social de las masas en el país centroamericano, sin precedente por su magnitud y profundidad. O tal vez sería más acertado decir que en eso desembocó gracias a la fecunda estrategia y táctica construidas por el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP). Ello permitió crear una gran acumulación política y cultural de energía trasformadora a partir de las singulares condiciones de indignación y rebeldía social provocadas por el brutal derrocamiento del presidente constitucional Manuel Zelaya, que había conseguido ya, pese a su origen oligárquico, ser querido y apreciado por el pueblo en virtud de una sensibilidad y obra sociales que lo diferenciaban ostensiblemente de los gobernantes anteriores. Un amplio y consciente sector del pueblo y la juventud rechaza el actual orden oligárquico y dependiente del imperialismo, del cual Porfirio Lobo no es más que un empleado, como lo demuestra un año de combativa resistencia.
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Margo Glantz: Encuentro futuro en el paraíso
Quizá a Monsi le sorprendería que lo comparara con Pancho Villa (¿le divertiría?). Es obvio que no andaba por allí tirando balas a diestra y siniestra –aunque a menudo sus ocurrencias, tan traídas y llevadas últimamente–, daban casi siempre en el blanco y pegaban duro. Tampoco se identifica con los arrebatos que hicieron del Centauro del Norte el paradigma del hombre bragado, temerario, arrebatado, incontrolable, quien a pesar de todo solía llorar a la menor provocación: lo advertimos en una fotografía famosa de la fototeca de Pachuca del INAH cuando el guerrillero llora la muerte de Madero, en medio de dos señores venerables y bien trajeados, mientras que, con un pañuelo que emerge de un grueso suéter campesino, Villa se limpia las lágrimas y los mocos. A Monsi nunca lo vimos llorar en público, ni siquiera cuando murió su madre, esa mujer extraordinaria; tampoco, cuando fallecía de viejo o por enfermedad alguno de sus múltiples y querídisimos gatos, mucho más valorados por él que cualquier ser humano.
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Lo ignoro que El gesticulador de Rodolfo Usigli, escrita en 1938 y estrenada nueve años después, marca un hito en la historia del teatro mexicano porque se opone a la corriente universalista de los Contemporáneos y porque trata los problemas nacionales postrevolucionarios sin la intención satírica con que el autor se había opuesto en otras obras, como sus comedias antihistóricas, a vicios y costumbres del sistema. También que su estreno molestó grandemente a políticos que sin duda habían acudido y por ello, a pesar de que había tenido un gran éxito de público y crítica, fueron suspendidas sus representaciones al cabo de dos semanas, con lo que las diferencias entre Usigli y Salvador Novo, a la sazón director de Bellas Artes, se convirtieron en franca guerra, por lo que se constata la profundidad con que incidió en situaciones y personajes de la política de entonces. Todo ello ha convertido a esta pieza para demagogos en algo digno de reverencia por quienes la conozcan.
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Plan B | Lydia Cacho
Optar por la paz
Optar por la paz
La tesis del Presidente hace más agua que el Titanic. Vuelve a vender el argumento de que hay que soportar aún más muertes porque algún día, por este camino, de manera espontánea desaparecerá la violencia y se reducirá a la delincuencia organizada. Pero la historia ha demostrado que la violencia reproduce y genera una cultura de intolerancia, agresión y muerte.
Luego de más de 22 mil asesinatos aprendimos ya que ni las calles tapizadas de soldados, ni los retenes militares, ni la videovigilancia, ni los detectores de metales o los escoltas pueden evitar las muertes y los secuestros. Esta batalla no distingue raza, estatus o profesión. Resulta insostenible que el Presidente insista en que no hay otro camino.
Queríamos reinventar a México y Calderón nos dio la guerra propuesta por Washington pero ¿quién dijo que el gobierno estadounidense es el mejor para asesorar a otros países en erradicar la violencia? El vecino tiene diez veces más asesinatos que cualquier otro país occidental según el experto Gavin de Becker; en dos años más norteamericanos murieron por heridas de balas que todos los muertos en Vietnam. La cantidad de jóvenes muertos por armas de fuego en un año en Japón equivale a los asesinados un fin de semana en Nueva York. Veinte mil armas entran en el mercado americano diariamente, es el mayor consumidor de drogas en el mundo. Y persiste en fomentar guerras para resolver la inseguridad.
Las y los norteamericanos viven apertrechados vigilados y desconfiados; la violencia interna mata a más personas que el terrorismo. Las guerras e invasiones que han impuesto a otros países liquida a miles de civiles e imponen gobiernos insostenibles.
Si Washington se rehúsa a revisarse ¿por qué Calderón asumió el American way of war? El Presidente se niega a responder esta pregunta. A su lado un irresponsable Congreso de la Unión dejó pasar cuatro años sin chistar. La sociedad creyó que la violencia mortal les sucede a los otros y las otras; hasta que alguna persona querida, o conocida, fue abatido por ella.
Resulta imposible erradicar el mal si en el camino no logramos sembrar la semilla del bien. Todas las personas somos capaces de hacer daño, pero siempre podemos elegir no hacerlo. El problema con el argumento bélico es que establece códigos sociales violentos. Son muchas las tareas pendientes. La primera es que la sociedad mire a su hogar. Si algo hemos de aprender del error estadounidense es la importancia de hacer introspección. El desorden y el miedo impiden la reflexión de fondo, hace falta recordar que la violencia no llegó de repente, ya estaba en casa. Allí hay que mirar, porque el argumento de la urgencia no sirve ni servirá más.
Luego de más de 22 mil asesinatos aprendimos ya que ni las calles tapizadas de soldados, ni los retenes militares, ni la videovigilancia, ni los detectores de metales o los escoltas pueden evitar las muertes y los secuestros. Esta batalla no distingue raza, estatus o profesión. Resulta insostenible que el Presidente insista en que no hay otro camino.
Queríamos reinventar a México y Calderón nos dio la guerra propuesta por Washington pero ¿quién dijo que el gobierno estadounidense es el mejor para asesorar a otros países en erradicar la violencia? El vecino tiene diez veces más asesinatos que cualquier otro país occidental según el experto Gavin de Becker; en dos años más norteamericanos murieron por heridas de balas que todos los muertos en Vietnam. La cantidad de jóvenes muertos por armas de fuego en un año en Japón equivale a los asesinados un fin de semana en Nueva York. Veinte mil armas entran en el mercado americano diariamente, es el mayor consumidor de drogas en el mundo. Y persiste en fomentar guerras para resolver la inseguridad.
Las y los norteamericanos viven apertrechados vigilados y desconfiados; la violencia interna mata a más personas que el terrorismo. Las guerras e invasiones que han impuesto a otros países liquida a miles de civiles e imponen gobiernos insostenibles.
Si Washington se rehúsa a revisarse ¿por qué Calderón asumió el American way of war? El Presidente se niega a responder esta pregunta. A su lado un irresponsable Congreso de la Unión dejó pasar cuatro años sin chistar. La sociedad creyó que la violencia mortal les sucede a los otros y las otras; hasta que alguna persona querida, o conocida, fue abatido por ella.
Resulta imposible erradicar el mal si en el camino no logramos sembrar la semilla del bien. Todas las personas somos capaces de hacer daño, pero siempre podemos elegir no hacerlo. El problema con el argumento bélico es que establece códigos sociales violentos. Son muchas las tareas pendientes. La primera es que la sociedad mire a su hogar. Si algo hemos de aprender del error estadounidense es la importancia de hacer introspección. El desorden y el miedo impiden la reflexión de fondo, hace falta recordar que la violencia no llegó de repente, ya estaba en casa. Allí hay que mirar, porque el argumento de la urgencia no sirve ni servirá más.
Detrás de la Noticia | Ricardo Rocha
Dardos cruzados
Dardos cruzados
1. Retratos de un crimen: en el primero, Rodolfo Torre Cantú baja tranquilamente de su camioneta y les pide que hagan lo mismo a sus acompañantes y escolta, no se da cuenta de que los soldados del retén son sicarios perfectamente disfrazados hasta que éstos les disparan a quemarropa; en el segundo, la escena se repite, sólo que ahora se trata de gente conocida y vestida de civil que los intercepta con la falsa alarma de que es urgente cambiar de vehículo; la noche anterior, en algún lugar de Ciudad Victoria, alguien recibe una llamada con pelos y señales de cómo, dónde y a qué hora se moverá el candidato la mañana siguiente. Por eso en Tamaulipas no preguntan quién lo mató sino quién ordenó su ejecución y sobre todo quién lo “puso”.
2. Amor apache: se han relevado en la presidencia, en las gubernaturas y en los municipios; han compartido cama y dormido con el enemigo, pero a veces terminan sacándose los ojos; como ahora con el llamado del presidente Calderón que a los priístas les pareció una mentada de madre; baste decir que hasta la viajera frecuente del avión presidencial calificó el llamado del Presidente de oportunismo en red nacional, le recordó que gracias a los priístas él había podido tomar posesión y que diálogo sí, pero con liderazgos legítimos. Te odio y te quiero, dice el tango.
3. Pirrurris braveros: ya el carnal mayor se nos había ido a la yugular a los medios culpándonos de magnificar el clima de inseguridad del país; luego calificó de tontos útiles a todos los defensores de derechos humanos que, modositos y todo se indignaron y se han unido como nunca en contra de tanto tonto inútil del gobierno, al fin que el que se lleva se aguanta; por último don Fer le echó limón a la herida del priísmo al afirmar que lucran con el asesinato de Torre Cantú. Así que el encargado de la paz social sigue sin entender que no hay nada más violento que las palabras; tantos años de marqués y juega a ignorarlo. Como si no pudiera averiguarlo en casa. Por cierto la mejor imagen de nuestro Mundial no es el bellísimo e inútil gol del Chicharito. No. Es la mamá del Cuau gritándole “pinche naco jodido” a la creme de la creme. ¡Arriba Tepito chingao!
4. ¡La Corte de los milagros! Y es que luego del horror de la ABC, los ministros nos sorprenden con el fallo tan largamente esperado para reparar la injusticia de los 12 encarcelados de Atenco hasta por 112 años de prisión. Así que a pesar de las presiones de Fox, Calderón, Montiel y el Gel Boy al fin obtendrán la libertad —que nunca debieron haber perdido— Ignacio del Valle, Felipe Álvarez, Héctor Galindo y otros nueve de Atenco, el pueblo que se negó a morir.
5. Las apuestas del domingo: Veracruz, Durango, Aguascalientes, Zacatecas, Chihuahua, Tlaxcala, Tamaulipas y Quintana Roo serán para el PRI, que toma casi todo; en Hidalgo, Xóchitl se aferra a un milagro; y en Oaxaca, Puebla y Sinaloa se irán a tiempos extras y luego penales en el Trife. Aquí tampoco hay repeticiones instantáneas que valgan.
2. Amor apache: se han relevado en la presidencia, en las gubernaturas y en los municipios; han compartido cama y dormido con el enemigo, pero a veces terminan sacándose los ojos; como ahora con el llamado del presidente Calderón que a los priístas les pareció una mentada de madre; baste decir que hasta la viajera frecuente del avión presidencial calificó el llamado del Presidente de oportunismo en red nacional, le recordó que gracias a los priístas él había podido tomar posesión y que diálogo sí, pero con liderazgos legítimos. Te odio y te quiero, dice el tango.
3. Pirrurris braveros: ya el carnal mayor se nos había ido a la yugular a los medios culpándonos de magnificar el clima de inseguridad del país; luego calificó de tontos útiles a todos los defensores de derechos humanos que, modositos y todo se indignaron y se han unido como nunca en contra de tanto tonto inútil del gobierno, al fin que el que se lleva se aguanta; por último don Fer le echó limón a la herida del priísmo al afirmar que lucran con el asesinato de Torre Cantú. Así que el encargado de la paz social sigue sin entender que no hay nada más violento que las palabras; tantos años de marqués y juega a ignorarlo. Como si no pudiera averiguarlo en casa. Por cierto la mejor imagen de nuestro Mundial no es el bellísimo e inútil gol del Chicharito. No. Es la mamá del Cuau gritándole “pinche naco jodido” a la creme de la creme. ¡Arriba Tepito chingao!
4. ¡La Corte de los milagros! Y es que luego del horror de la ABC, los ministros nos sorprenden con el fallo tan largamente esperado para reparar la injusticia de los 12 encarcelados de Atenco hasta por 112 años de prisión. Así que a pesar de las presiones de Fox, Calderón, Montiel y el Gel Boy al fin obtendrán la libertad —que nunca debieron haber perdido— Ignacio del Valle, Felipe Álvarez, Héctor Galindo y otros nueve de Atenco, el pueblo que se negó a morir.
5. Las apuestas del domingo: Veracruz, Durango, Aguascalientes, Zacatecas, Chihuahua, Tlaxcala, Tamaulipas y Quintana Roo serán para el PRI, que toma casi todo; en Hidalgo, Xóchitl se aferra a un milagro; y en Oaxaca, Puebla y Sinaloa se irán a tiempos extras y luego penales en el Trife. Aquí tampoco hay repeticiones instantáneas que valgan.
Miguel Carbonell
Votar sin miedo
Votar sin miedo
El crimen organizado se adelantó a la jornada electoral del próximo domingo y dispuso, al menos en Tamaulipas, qué candidato no podía ganar la elección. El asesinato de Rodolfo Torre Cantú y de sus más cercanos colaboradores supone una escalada en el terror que hemos visto instalarse en muchos rincones de la República en los últimos años. Lo que queda sin explicar es el objetivo de ese reto al estado de derecho: ¿qué es lo que buscan los asesinos? ¿Qué mensaje están enviando? ¿Qué es lo que ganan exactamente al matar a un candidato de quien todos hablan bien?
Con independencia de los llamados estériles al diálogo y a la unidad nacional que sin esperanza se hacen desde varios niveles de gobierno, la mejor respuesta que puede dar la ciudadanía el domingo es salir masivamente a votar. En Tamaulipas se elige al gobernador, pero también a 36 diputados (22 de mayoría y 14 de representación proporcional), así como 43 ayuntamientos. En la pasada elección federal (2009), el PRI obtuvo un holgado triunfo, al alcanzar el 50.11% de la votación, contra 30.97% del PAN y un lejano 5.23% del PVEM.
La estrategia de la delincuencia organizada ha tenido mucho que ver con la diseminación del terror, ya sea como un mensaje a las autoridades encargadas de perseguir y sancionar a los delincuentes, ya sea como una forma de amedrentar a la población en general. Esa debe ser la intención de muchas “narcomantas” o “narcomensajes”, que aparecen en calles y avenidas con relativa frecuencia. Y lo mismo puede decirse de los ejecutados que son colgados de puentes en carreteras muy transitadas u otras actividades parecidas. El mensaje es: tengan miedo, estamos presentes.
Frente a ese mensaje la ciudadanía debe demostrar que hay argumentos racionales por medio de los cuales se pueden dirimir las diferencias. El mejor que hemos podido inventar se llama democracia y hay que nutrirla periódicamente a través del ejercicio de los derechos ciudadanos, como lo es el derecho de sufragio.
Salir a votar el domingo ha dejado de ser un acto simbólico y se ha convertido en una apuesta por los valores más esenciales de nuestra convivencia social. Votar es la respuesta más directa para contestar al terror, a la ceguera criminal, a la amenaza que se cierne sobre todos nosotros.
Dejar de votar es darles la razón a los criminales. Buscan paralizar de miedo a la sociedad, imponer su feroz ley de la selva, traficar con nuestras esperanzas y lucrar con base en el dolor de millares de familias agraviadas por el delito. No lo lograrán. Es demasiado lo que está en juego y su apuesta fue muy alta. La sociedad debe reaccionar con las armas del derecho y la razón, poniendo por delante millones de votos, que ratifiquen el convencimiento esencial que nos debe unir como nunca: la democracia es la única ruta posible, la violencia es puro despotismo, fuerza bruta carente de cualquier legitimidad.
Reafirmar en estos momentos el valor del voto depositado sin miedo en la urna es recordarnos a todos que no nos podrán extirpar nunca los derechos que tenemos como ciudadanos. No cabe duda que estamos pasando por un momento terriblemente difícil, pero también es cierto que no nos podemos dejar derrotar. No ahora y no a manos de una pandilla desquiciada de criminales.
Muchos apuestan a dividir a los demócratas. Muchos apuestan a que la reacción de la fuerza pública suponga dar el salto a la ilegalidad y hacia los atajos justicieros que conocimos en el pasado. Pero muchos más van a elegir el próximo domingo a la esperanza por encima del miedo, a la imaginación por encima de la resignación, al coraje de votar frente a la comodidad de la abstención.
Frente a la impotencia y la desesperación de las autoridades, hay que responderle a los criminales con la entereza, la tranquilidad y la esperanza de un México mejor que ya dejó de depender de nuestros gobernantes. Hoy el futuro depende de nosotros mismos. Estamos más solos que nunca. Pero ése puede ser el principio de una buena noticia. Al menos ya no seguiremos creyendo en las grandes mentiras que nos cuentan día tras día.
www.miguelcarbonell.com twitter: @miguelcarbonell
Investigador del IIJ-UNAM
Con independencia de los llamados estériles al diálogo y a la unidad nacional que sin esperanza se hacen desde varios niveles de gobierno, la mejor respuesta que puede dar la ciudadanía el domingo es salir masivamente a votar. En Tamaulipas se elige al gobernador, pero también a 36 diputados (22 de mayoría y 14 de representación proporcional), así como 43 ayuntamientos. En la pasada elección federal (2009), el PRI obtuvo un holgado triunfo, al alcanzar el 50.11% de la votación, contra 30.97% del PAN y un lejano 5.23% del PVEM.
La estrategia de la delincuencia organizada ha tenido mucho que ver con la diseminación del terror, ya sea como un mensaje a las autoridades encargadas de perseguir y sancionar a los delincuentes, ya sea como una forma de amedrentar a la población en general. Esa debe ser la intención de muchas “narcomantas” o “narcomensajes”, que aparecen en calles y avenidas con relativa frecuencia. Y lo mismo puede decirse de los ejecutados que son colgados de puentes en carreteras muy transitadas u otras actividades parecidas. El mensaje es: tengan miedo, estamos presentes.
Frente a ese mensaje la ciudadanía debe demostrar que hay argumentos racionales por medio de los cuales se pueden dirimir las diferencias. El mejor que hemos podido inventar se llama democracia y hay que nutrirla periódicamente a través del ejercicio de los derechos ciudadanos, como lo es el derecho de sufragio.
Salir a votar el domingo ha dejado de ser un acto simbólico y se ha convertido en una apuesta por los valores más esenciales de nuestra convivencia social. Votar es la respuesta más directa para contestar al terror, a la ceguera criminal, a la amenaza que se cierne sobre todos nosotros.
Dejar de votar es darles la razón a los criminales. Buscan paralizar de miedo a la sociedad, imponer su feroz ley de la selva, traficar con nuestras esperanzas y lucrar con base en el dolor de millares de familias agraviadas por el delito. No lo lograrán. Es demasiado lo que está en juego y su apuesta fue muy alta. La sociedad debe reaccionar con las armas del derecho y la razón, poniendo por delante millones de votos, que ratifiquen el convencimiento esencial que nos debe unir como nunca: la democracia es la única ruta posible, la violencia es puro despotismo, fuerza bruta carente de cualquier legitimidad.
Reafirmar en estos momentos el valor del voto depositado sin miedo en la urna es recordarnos a todos que no nos podrán extirpar nunca los derechos que tenemos como ciudadanos. No cabe duda que estamos pasando por un momento terriblemente difícil, pero también es cierto que no nos podemos dejar derrotar. No ahora y no a manos de una pandilla desquiciada de criminales.
Muchos apuestan a dividir a los demócratas. Muchos apuestan a que la reacción de la fuerza pública suponga dar el salto a la ilegalidad y hacia los atajos justicieros que conocimos en el pasado. Pero muchos más van a elegir el próximo domingo a la esperanza por encima del miedo, a la imaginación por encima de la resignación, al coraje de votar frente a la comodidad de la abstención.
Frente a la impotencia y la desesperación de las autoridades, hay que responderle a los criminales con la entereza, la tranquilidad y la esperanza de un México mejor que ya dejó de depender de nuestros gobernantes. Hoy el futuro depende de nosotros mismos. Estamos más solos que nunca. Pero ése puede ser el principio de una buena noticia. Al menos ya no seguiremos creyendo en las grandes mentiras que nos cuentan día tras día.
www.miguelcarbonell.com twitter: @miguelcarbonell
Investigador del IIJ-UNAM
Rosario Ibarra
Las tres desgracias
Las tres desgracias
En estos tiempos hórridos, en los que cada mañana estamos seguros de que encontraremos en la prensa una nueva lista de nombres de personas asesinadas. En estos tiempos del miedo que crece en todos los hogares, del temor a algo amenazante que se desconoce, que no se sabe por qué existe y por dónde aparecerá... Una amenaza sin rostro, porque ahora policías, soldados, marinos, todos se cubren las caras y —dicen— que también los criminales lo hacen..., pero la gente del pueblo y todo el mundo pregunta: ¿quiénes son los criminales y por qué asesinan a tantos pobres? ¿Qué daño reciben o esperan de ellos quienes los matan?...
Hay gente que se atreve a aventurar opiniones, pero la mayoría de la población calla y aduce que no quiere meterse en problemas, que —cuando menos— tiene chamba, cuando hay tanto desempleado o echado a la calle “por órdenes superiores”, como los de Luz y Fuerza del Centro.
Triste país éste, comentaba un vecino. Antes —decía con un dejo de tristeza— los más desafortunados solían enorgullecerse al pronunciar tan sólo cuatro palabras: “soy pobre pero honrado”... y hoy, ni la satisfacción de su honradez se les deja a los que nada tienen, todos desconfían de todos y lo peor es que hay quienes, vacunados contra la compasión, la conmiseración o la misericordia, se atreven a decir, sin conocerlos siquiera: “en algo malo andarían”... y no se apiadan de los que los lloran en sus pobres hogares, ni de sus pobres vidas trucadas tan tempranamente...
“Las tres desgracias”. Brotó el título de mi mente casi sin pensarlo, cuando recordé un comentario de un amigo que se dolía de las tres desgracias que nos empezaron a agobiar desde hace muchos años. Corrupción, impunidad, simulación, decía mi amigo, con el que había compartido mi tiempo en la preparatoria. “Y la peor de todas es la última, la maldita simulación, mal endémico en la mal llamada clase política, no lo olvides”.
Y no lo he olvidado... ¡Cómo olvidarlo, cuando las tres han crecido como mala hierba!
Cómo olvidarlo, cuando la justicia, en muchas ocasiones, se ha vuelto eso precisamente: simulación. Cómo olvidarlo, cuando la corrupción, como octópodo gigantesco ha extendido sus brazos absorbentes en todos los niveles del gobierno “y sus alrededores”.
Cómo olvidarlo, cuando la impunidad enseñoreada pasea por caminos y calles del país entero, no “ojerosa y pintada en carretela”, sino intocable, fresca y radiante en vehículos último modelo. No, no lo he olvidado, pero espero que podamos hacer algo que le ponga fin a esa triada perversa... y espero que el noble y generoso pueblo mexicano reaccione sin violencia pero con contundencia ante tanto mal que nos aqueja por estas tres desgracias entronizadas en el poder y que sintamos como nuestros los dolores y las ofensas que otros sufren cotidianamente, como la madre del joven Víctor Gabriel Ortiz Alférez de 19 años, asesinado en su presencia ayer en Monterrey, cuyo cadáver fue arrastrado más de 30 metros y secuestrado por sus asesinos, según la prensa.
Para mi alegría, tras la tristeza de lo que acabo de escribir, un colaborador mío me ha leído por teléfono la noticia de que los ministros de la Suprema Corte de Justicia, han fallado a favor de los compañeros de San Salvador Atenco encarcelados injustamente y sentenciados a muchísimos años... ¡a tantos, que no completarían con los que alcancen a vivir!
Y con esta noticia, mi memoria se ha movido de nuevo hacia el pasado, hacia mis tiempos de estudiante y he recordado al buen amigo que me hablaba de las tres desgracias, que oponía a las tres gracias de la mitología griega, cuyos nombres le resultaba difícil guardar en la memoria y que yo atesoraba en la mía, junto a las otras deidades que en mi feliz juventud me llenaban de esplendoroso asombro y gozo. Aglae, Eufrosina y Talía, que por un momento me han hecho, si no olvidar, cuando menos esperanzarme en que algún día podamos borrar del vocabulario de este suelo, las otras, Las tres desgracias.
Dirigente del comité ¡Eureka!
Hay gente que se atreve a aventurar opiniones, pero la mayoría de la población calla y aduce que no quiere meterse en problemas, que —cuando menos— tiene chamba, cuando hay tanto desempleado o echado a la calle “por órdenes superiores”, como los de Luz y Fuerza del Centro.
Triste país éste, comentaba un vecino. Antes —decía con un dejo de tristeza— los más desafortunados solían enorgullecerse al pronunciar tan sólo cuatro palabras: “soy pobre pero honrado”... y hoy, ni la satisfacción de su honradez se les deja a los que nada tienen, todos desconfían de todos y lo peor es que hay quienes, vacunados contra la compasión, la conmiseración o la misericordia, se atreven a decir, sin conocerlos siquiera: “en algo malo andarían”... y no se apiadan de los que los lloran en sus pobres hogares, ni de sus pobres vidas trucadas tan tempranamente...
“Las tres desgracias”. Brotó el título de mi mente casi sin pensarlo, cuando recordé un comentario de un amigo que se dolía de las tres desgracias que nos empezaron a agobiar desde hace muchos años. Corrupción, impunidad, simulación, decía mi amigo, con el que había compartido mi tiempo en la preparatoria. “Y la peor de todas es la última, la maldita simulación, mal endémico en la mal llamada clase política, no lo olvides”.
Y no lo he olvidado... ¡Cómo olvidarlo, cuando las tres han crecido como mala hierba!
Cómo olvidarlo, cuando la justicia, en muchas ocasiones, se ha vuelto eso precisamente: simulación. Cómo olvidarlo, cuando la corrupción, como octópodo gigantesco ha extendido sus brazos absorbentes en todos los niveles del gobierno “y sus alrededores”.
Cómo olvidarlo, cuando la impunidad enseñoreada pasea por caminos y calles del país entero, no “ojerosa y pintada en carretela”, sino intocable, fresca y radiante en vehículos último modelo. No, no lo he olvidado, pero espero que podamos hacer algo que le ponga fin a esa triada perversa... y espero que el noble y generoso pueblo mexicano reaccione sin violencia pero con contundencia ante tanto mal que nos aqueja por estas tres desgracias entronizadas en el poder y que sintamos como nuestros los dolores y las ofensas que otros sufren cotidianamente, como la madre del joven Víctor Gabriel Ortiz Alférez de 19 años, asesinado en su presencia ayer en Monterrey, cuyo cadáver fue arrastrado más de 30 metros y secuestrado por sus asesinos, según la prensa.
Para mi alegría, tras la tristeza de lo que acabo de escribir, un colaborador mío me ha leído por teléfono la noticia de que los ministros de la Suprema Corte de Justicia, han fallado a favor de los compañeros de San Salvador Atenco encarcelados injustamente y sentenciados a muchísimos años... ¡a tantos, que no completarían con los que alcancen a vivir!
Y con esta noticia, mi memoria se ha movido de nuevo hacia el pasado, hacia mis tiempos de estudiante y he recordado al buen amigo que me hablaba de las tres desgracias, que oponía a las tres gracias de la mitología griega, cuyos nombres le resultaba difícil guardar en la memoria y que yo atesoraba en la mía, junto a las otras deidades que en mi feliz juventud me llenaban de esplendoroso asombro y gozo. Aglae, Eufrosina y Talía, que por un momento me han hecho, si no olvidar, cuando menos esperanzarme en que algún día podamos borrar del vocabulario de este suelo, las otras, Las tres desgracias.
Dirigente del comité ¡Eureka!
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