A nadie importa ya la verdad? ¿Cuándo y quién pondrá un límite a las mentiras flagrantes de los grandes medios de comunicación? ¿Se puede mentir impunemente? ¿Es intrascendente difundir abiertamente mentiras sobre un movimiento, persona u organización? ¿Esas mentiras forman parte de la embestida oficial contra el movimiento o persona que se está difamando? ¿Son cómplices abiertos algunos medios de comunicación del Estado mexicano? ¿Para quién trabajan esos medios? ¿Se harán responsables de las consecuencias de las mentiras publicadas?Muchas preguntas más surgen de la burda nota publicada a ocho columnas por el periódico Reforma el pasado 27 de marzo. Se trató de una información que en ningún momento cuestionó la veracidad de unas fotografías en las que supuestamente aparece sin capucha el subcomandante Marcos, vocero y jefe militar del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). La misma noticia vinculó irresponsablemente al EZLN con la organización ETA.La nota en cuestión se reprodujo en más de 100 periódicos y agencias de todo el mundo. Ningún medio, más que la agencia italiana ANSA, se preocupó por cuestionar la veracidad de las fotografías y de la información. Mientras tanto, en San Cristóbal de las Casas y en Italia, los familiares y amigos de Leuccio Rizzo, nombre del joven hecho pasar como el subcomandante, se alarmaron con la difusión de la mentira y, sobre todo, se preocuparon por la integridad de Leuccio, a quien todos reconocieron desde el primer momento.El 1º de abril Leuccio Rizzo aclara abiertamente, pues nada debe, que es su rostro el que fue presentado como el del vocero zapatista. Su aclaración, por supuesto, no tuvo espacio ni en el periódico que publicó la calumnia ni en las agencias y medios que la reprodujeron. Un día después del desmentido Reforma reseña la aclaración en páginas interiores y se atreve a dudar de la identidad de Leuccio, a quien describe como un presunto ciudadano italiano.Lo preocupante de todo es quién diseñó y puso en marcha esta calumnia y hacia dónde se encamina. A estas alturas ya nadie se preocupa ni pregunta por la identidad del jefe militar zapatista, pero la falsa información tiene más de un destinatario, entre ellos los grupos e individuos de otros países solidarios con la causa zapatista. Nadie olvida las campañas xenofóbicas de otros años en su contra, con persecuciones y expulsiones masivas. Como tampoco se olvida el 9 de febrero de 1995, cuando la revelación de la supuesta identidad de Marcos estuvo acompañada de la incursión de miles de soldados en las comunidades zapatistas. Todos los medios que sigan mintiendo serán cómplices de lo que suceda.losylasdeabajo@yahoo.com.mx.
Enrique Galván Ochoa: Dinero
A una semana de que expire el plazo, 65 por ciento de las 2 mil 105 personas que contestaron nuestra encuesta no ha registrado su celular y tampoco piensa hacerlo. El 27 por ciento ya realizó el trámite, 4 por ciento todavía no, pero tiene en mente hacerlo en los días que faltan, y otro 4 por ciento no tiene móvil.
Metodología
Enviamos 2 mil 500 cuestionarios y hasta ayer en la tarde habíamos recibido la respuesta de 84 por ciento. Un número importante de participantes acompañó su voto con una opinión. Algunos fragmentos aparecen enseguida. Todos los textos en su versión original pueden leerse en el foro, en la sección Encuestas.
Opiniones
Por supuesto que no lo he hecho, y no voy a hacerlo. Lamentaré mucho si me cancelan mi celular, pero estoy convencido de que se puede sobrevivir sin él y, desde luego, invito a todos a que no lo hagan, les aseguro que unidos haríamos una gran fuerza y podría ser un precedente para otros grandes temas que afectan al país.
Pedro F. González Gallegos/Distrito Federal
Creo que sería buen registro si de verdad el gobierno y las empresas involucradas tuvieran la voluntad de llevar a buen fin este asunto para combatir el crimen organizado, pero no parece haber dicha intención, así que evitemos contribuir a la corrupción y desorden que fomenta el gobierno, no registrando los celulares.
Juan A. Acevedo Rescalvo/Distrito Federal
Carlos Fernández-Vega: México SA
Sin ver el tiradero ni evaluar los destrozos, el inquilino de Los Pinos, micrófono en mano, alegremente asegura que la economía mexicana ha entrado en franca recuperación, que ya pasó lo peor y que el paraíso está a la vuelta de la esquina. Pues bien, más allá de la flacidez de sus dichos, la pregunta obligada es ¿qué se recuperará?, ¿a qué edén regresarán los mexicanos?, porque en tres décadas la mediocridad, la falta de resultados tangibles y el deterioro de las condiciones de vida han sido las marcas del sistema.
En 2009 la economía mexicana vivió la crisis más profunda en ocho décadas, pero como en la lógica gubernamental eso sucedió el año pasado, entonces la versión oficial ahora promueve borrón y cuenta nueva, que aquí no ha pasado nada, cuando en los hechos el nuevo capítulo de la crisis sólo confirmó las deficiencias estructurales del modelito impuesto desde el régimen de Miguel de la Madrid, el mismo que enfrentó dos crisis económicas, aderezadas por un terremoto que sacudió más allá de ladrillos.
En la lógica, por llamarle de alguna manera, del inquilino de Los Pinos, ¿qué es franca recuperación? ¿Un crecimiento de 5 por ciento, que, en caso de alcanzarse, beneficiaría a los mismos de siempre, que no alcanzaría a cubrir el cráter de 2009 y que de ninguna manera garantizaría un reparto equitativo de los supuestos beneficios? ¿Retornar a más de lo mismo es garantía de que lo peor ya pasó? ¿En serio cree que la verdad es que estamos dándole la vuelta a la adversidad económica?
Considerados su desastroso primer trienio de Calderón en Los Pinos y su pronóstico para el cuarto año de estancia en la residencia oficial, aún con las cifras mágicas que maneja alegremente, el balance sólo arroja cifras negativas: en crecimiento económico, empleo, bienestar social, distribución del ingreso y la riqueza, por incluir sólo algunos elementos. ¿Cuál sería el logro en ese cuatrienio?: crecimiento de 0.75 por ciento como promedio anual, por abajo del crecimiento poblacional y el más raquítico para un periodo igual desde tiempos de Miguel de la Madrid que ya es decir), siempre y cuando se concreten las maravillosas cuentas por el difundidas.
Información estadística de la Cámara de Diputados revela que en los últimos 28 años la economía mexicana ha registrado seis crisis (reconocidas como tal), cada una de ellas de mayor impacto que la previa: 1982, con José López Portillo en la silla; 1985, con Miguel de la Madrid; 1992, con Carlos Salinas de Gortari; 1995, con Ernesto Zedillo; 2001, con Vicente Fox; y 2009, con Felipe Calderón (no se consideran la crisis de 1987 -crac de la Bolsa, devaluación del peso y Pacto-; 1994 (CSG; brutal pérdida de reservas internacionales e inclemente fuga de capitales, que obligaban a una devaluación-; 1996 (espeluznante caída del ingreso petrolero), entre otras. Así, seis sexenios, seis crisis, oficialmente, con una tasa anual promedio de crecimiento de 2 por ciento, en el mejor de los balances. ¿A eso retornará el país?
¿De qué tamaño es la recuperación? Pues bien, en campaña electoral Calderón prometió un crecimiento anual de 5 por ciento, idéntica proporción que incluyó en el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012. Ya sentado en Los Pinos, y por medio de los criterios generales de política económica para el citado cuatrienio, ofreció 3.32 por ciento anual, aunque en los hechos no pasaría, en el mejor de los casos, de 0.75 por ciento. Si en 2010 la economía crece 4 por ciento, entonces el promedio anual se reduce a 0.5 por ciento, y si es de 3 por ciento el promedio baja a 0.25.
Entonces, vale el recuento: para 2007, su primer año de inquilinaje, prometió 3.6 por ciento de crecimiento económico, pero en los hechos a duras penas llegó a 3.2 por ciento: en 2008 vaticinó un incremento de 3.7 por ciento en el PIB (incluida la que llamó reforma fiscal, que no fue otra cosa que el gasolinazo), y apenas libró 1.3 por ciento; ya en 2009, con la crisis encima –siempre por él negada– pronosticó 3 por ciento de avance, y en realidad se desplomó 6.5 por ciento, de acuerdo con las cifras oficiales. Para el presente año auguró 3 por ciento, pero ahora, ya en confianza, va por 5 por ciento.
La sólida economía mexicana empeora gobierno tras gobierno. Antes de que los neoliberales hicieran de Los Pinos su oficina particular y que convirtieran la Presidencia en gerencia de la República, la economía mexicana reportó un crecimiento a tasa anual promedio de 6.26 por ciento (de Lázaro Cárdenas a José López Portillo), considerando los primeros cuatro años de cada administración; con la tecnocracia en el poder, amante del Consenso de Washington, esa misma tasa se desplomó a 1.78 por ciento (de Miguel de la Madrid a Felipe Calderón), es decir, una diferencia en resultados de 3.5 tantos. Entonces, ¿a cuál recuperación se refiere?
Las cifras oficiales dan cuenta del comportamiento económico en los primeros cuatro años de los siguientes gobiernos (promedio anual): Lázaro Cárdenas, 5.1 por ciento; Manuel Avila Camacho, 6.8; Miguel Alemán Valdés, 5.72; Adolfo Ruiz Cortines, 6.4: Adolfo López Mateos, 5; el genocida Gustavo Díaz Ordaz, 6.9; Luis Echeverría (ídem), 6.4, y José López Portillo, 7.82. Y en el equipo contrario: Miguel de la Madrid, -0.24 por ciento; Carlos Salinas de Gortari, 4.26; Ernesto Zedillo, 2.65; Vicente Fox, 1.52, y Felipe Calderón, 0.75 (si se cumple aquello de crecer 5 por ciento en 2010).
Para no ir más lejos, en los primeros cuatro años del zedillato el crecimiento económico fue casi 40 por ciento menor al reportado por el inquilino anterior, Carlos Salinas; en igual lapso, pero con Vicente Fox en Los Pinos, tal crecimiento resultó 43 por ciento por abajo del registrado en tiempos de Ernesto Zedillo; y con Felipe Calderón el mismo indicador resulta 50 por ciento menor (siempre y cuando se cumpla el vaticinio para 2010) al alcanzado por el pregonero del cambio. Queda la duda, pues: ¿a qué llama franca recuperación y de dónde saca aquello de lo peor ya pasó?
Las rebanadas del pastel
Para su feliz regreso, el gobierno calderonista le regaló una flor a los vacacionistas: a partir de hoy, de nueva cuenta se incrementan los precios de las gasolinas y el diesel, de tal suerte que esperen aumentos en todos los productos, porque el saqueo a los contribuyentes y a los consumidores es parte de la franca recuperación.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
Sin ver el tiradero ni evaluar los destrozos, el inquilino de Los Pinos, micrófono en mano, alegremente asegura que la economía mexicana ha entrado en franca recuperación, que ya pasó lo peor y que el paraíso está a la vuelta de la esquina. Pues bien, más allá de la flacidez de sus dichos, la pregunta obligada es ¿qué se recuperará?, ¿a qué edén regresarán los mexicanos?, porque en tres décadas la mediocridad, la falta de resultados tangibles y el deterioro de las condiciones de vida han sido las marcas del sistema.
En 2009 la economía mexicana vivió la crisis más profunda en ocho décadas, pero como en la lógica gubernamental eso sucedió el año pasado, entonces la versión oficial ahora promueve borrón y cuenta nueva, que aquí no ha pasado nada, cuando en los hechos el nuevo capítulo de la crisis sólo confirmó las deficiencias estructurales del modelito impuesto desde el régimen de Miguel de la Madrid, el mismo que enfrentó dos crisis económicas, aderezadas por un terremoto que sacudió más allá de ladrillos.
En la lógica, por llamarle de alguna manera, del inquilino de Los Pinos, ¿qué es franca recuperación? ¿Un crecimiento de 5 por ciento, que, en caso de alcanzarse, beneficiaría a los mismos de siempre, que no alcanzaría a cubrir el cráter de 2009 y que de ninguna manera garantizaría un reparto equitativo de los supuestos beneficios? ¿Retornar a más de lo mismo es garantía de que lo peor ya pasó? ¿En serio cree que la verdad es que estamos dándole la vuelta a la adversidad económica?
Considerados su desastroso primer trienio de Calderón en Los Pinos y su pronóstico para el cuarto año de estancia en la residencia oficial, aún con las cifras mágicas que maneja alegremente, el balance sólo arroja cifras negativas: en crecimiento económico, empleo, bienestar social, distribución del ingreso y la riqueza, por incluir sólo algunos elementos. ¿Cuál sería el logro en ese cuatrienio?: crecimiento de 0.75 por ciento como promedio anual, por abajo del crecimiento poblacional y el más raquítico para un periodo igual desde tiempos de Miguel de la Madrid que ya es decir), siempre y cuando se concreten las maravillosas cuentas por el difundidas.
Información estadística de la Cámara de Diputados revela que en los últimos 28 años la economía mexicana ha registrado seis crisis (reconocidas como tal), cada una de ellas de mayor impacto que la previa: 1982, con José López Portillo en la silla; 1985, con Miguel de la Madrid; 1992, con Carlos Salinas de Gortari; 1995, con Ernesto Zedillo; 2001, con Vicente Fox; y 2009, con Felipe Calderón (no se consideran la crisis de 1987 -crac de la Bolsa, devaluación del peso y Pacto-; 1994 (CSG; brutal pérdida de reservas internacionales e inclemente fuga de capitales, que obligaban a una devaluación-; 1996 (espeluznante caída del ingreso petrolero), entre otras. Así, seis sexenios, seis crisis, oficialmente, con una tasa anual promedio de crecimiento de 2 por ciento, en el mejor de los balances. ¿A eso retornará el país?
¿De qué tamaño es la recuperación? Pues bien, en campaña electoral Calderón prometió un crecimiento anual de 5 por ciento, idéntica proporción que incluyó en el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012. Ya sentado en Los Pinos, y por medio de los criterios generales de política económica para el citado cuatrienio, ofreció 3.32 por ciento anual, aunque en los hechos no pasaría, en el mejor de los casos, de 0.75 por ciento. Si en 2010 la economía crece 4 por ciento, entonces el promedio anual se reduce a 0.5 por ciento, y si es de 3 por ciento el promedio baja a 0.25.
Entonces, vale el recuento: para 2007, su primer año de inquilinaje, prometió 3.6 por ciento de crecimiento económico, pero en los hechos a duras penas llegó a 3.2 por ciento: en 2008 vaticinó un incremento de 3.7 por ciento en el PIB (incluida la que llamó reforma fiscal, que no fue otra cosa que el gasolinazo), y apenas libró 1.3 por ciento; ya en 2009, con la crisis encima –siempre por él negada– pronosticó 3 por ciento de avance, y en realidad se desplomó 6.5 por ciento, de acuerdo con las cifras oficiales. Para el presente año auguró 3 por ciento, pero ahora, ya en confianza, va por 5 por ciento.
La sólida economía mexicana empeora gobierno tras gobierno. Antes de que los neoliberales hicieran de Los Pinos su oficina particular y que convirtieran la Presidencia en gerencia de la República, la economía mexicana reportó un crecimiento a tasa anual promedio de 6.26 por ciento (de Lázaro Cárdenas a José López Portillo), considerando los primeros cuatro años de cada administración; con la tecnocracia en el poder, amante del Consenso de Washington, esa misma tasa se desplomó a 1.78 por ciento (de Miguel de la Madrid a Felipe Calderón), es decir, una diferencia en resultados de 3.5 tantos. Entonces, ¿a cuál recuperación se refiere?
Las cifras oficiales dan cuenta del comportamiento económico en los primeros cuatro años de los siguientes gobiernos (promedio anual): Lázaro Cárdenas, 5.1 por ciento; Manuel Avila Camacho, 6.8; Miguel Alemán Valdés, 5.72; Adolfo Ruiz Cortines, 6.4: Adolfo López Mateos, 5; el genocida Gustavo Díaz Ordaz, 6.9; Luis Echeverría (ídem), 6.4, y José López Portillo, 7.82. Y en el equipo contrario: Miguel de la Madrid, -0.24 por ciento; Carlos Salinas de Gortari, 4.26; Ernesto Zedillo, 2.65; Vicente Fox, 1.52, y Felipe Calderón, 0.75 (si se cumple aquello de crecer 5 por ciento en 2010).
Para no ir más lejos, en los primeros cuatro años del zedillato el crecimiento económico fue casi 40 por ciento menor al reportado por el inquilino anterior, Carlos Salinas; en igual lapso, pero con Vicente Fox en Los Pinos, tal crecimiento resultó 43 por ciento por abajo del registrado en tiempos de Ernesto Zedillo; y con Felipe Calderón el mismo indicador resulta 50 por ciento menor (siempre y cuando se cumpla el vaticinio para 2010) al alcanzado por el pregonero del cambio. Queda la duda, pues: ¿a qué llama franca recuperación y de dónde saca aquello de lo peor ya pasó?
Las rebanadas del pastel
Para su feliz regreso, el gobierno calderonista le regaló una flor a los vacacionistas: a partir de hoy, de nueva cuenta se incrementan los precios de las gasolinas y el diesel, de tal suerte que esperen aumentos en todos los productos, porque el saqueo a los contribuyentes y a los consumidores es parte de la franca recuperación.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
Andrea Bárcena: Infancia y sociedad
Ocupado primero en sobrevivir y luego en dominar la naturaleza, convencido de ser amo y rey del planeta y de que puede disponer de él a su antojo, el ser humano ha descuidado el conocimiento de su propia condición. Nuestro tiempo en la Tierra es insignificante comparado, por ejemplo, con los 150 millones de años que lo habitaron los dinosaurios. Podemos desaparecer sin que nada importen nuestras huellas.
Hoy que la mentalidad necesita transformarse para sobrevivir en el planeta, es necesario que los niños aprendan la condición humana. Para ese propósito el calendario cósmico de Carl Sagan es un magnífico recurso didáctico educativo para un futuro viable.
El ser humano es un recién llegado a la Tierra, según este calendario. Si comparamos la historia del universo con un año de nuestra existencia, podríamos decir que toda la historia de la humanidad corresponde sólo a la última hora y media del 31 de diciembre. La conciencia de nuestra mínima presencia en los océanos de tiempo del universo, como dice Sagan, nos vuelve inevitablemente humildes.
Como si contáramos un cuento, los niños y adolescentes encontrarán interesante y divertido el recorrido del calendario cósmico con la guía de maestros o de padres. Por ejemplo: la Gran Detonación ocurre el primero de enero; el origen de la Vía Láctea el primero de mayo. El 9 de septiembre se origina el sistema solar. La Tierra se forma aproximadamente el 25 de septiembre. Las rocas conocidas más antiguas se forman el 2 de octubre y la fecha de los fósiles más antiguos (bacterias y algas verdiazules) es el 9 de octubre.
El primero de diciembre la atmósfera de la Tierra empieza a contener oxígeno. El 16 aparecen los primeros gusanos; el 19 los primeros peces y vertebrados. El 26 surgen los primeros mamíferos, y durante los días 27 y 28 pueblan la Tierra los dinosaurios, que se extinguen mientras aparecen las primeras flores. Los humanos como tales surgen hasta el 31 de diciembre, después de las 20 horas. La invención de la escritura se habría producido en realidad únicamente nueve segundos antes de fin de año.
Los dinosaurios habitaron la Tierra, por un tiempo muchísimo mayor de lo que nosotros hemos estado en ella, desaparecieron, sobre todo, por antieconómicos; es decir, el planeta no pudo sostenerlos, como no podrá hacerlo con los humanos si no transformamos nuestra mentalidad.
Si logramos que niños y jóvenes lo comprendan, tal vez puedan –no salvar al planeta–, sino su permanencia en él. (No a la impunidad en el caso de la guardería ABC, de Hermosillo.)
derechosinfancia89@gmail.com
Ocupado primero en sobrevivir y luego en dominar la naturaleza, convencido de ser amo y rey del planeta y de que puede disponer de él a su antojo, el ser humano ha descuidado el conocimiento de su propia condición. Nuestro tiempo en la Tierra es insignificante comparado, por ejemplo, con los 150 millones de años que lo habitaron los dinosaurios. Podemos desaparecer sin que nada importen nuestras huellas.
Hoy que la mentalidad necesita transformarse para sobrevivir en el planeta, es necesario que los niños aprendan la condición humana. Para ese propósito el calendario cósmico de Carl Sagan es un magnífico recurso didáctico educativo para un futuro viable.
El ser humano es un recién llegado a la Tierra, según este calendario. Si comparamos la historia del universo con un año de nuestra existencia, podríamos decir que toda la historia de la humanidad corresponde sólo a la última hora y media del 31 de diciembre. La conciencia de nuestra mínima presencia en los océanos de tiempo del universo, como dice Sagan, nos vuelve inevitablemente humildes.
Como si contáramos un cuento, los niños y adolescentes encontrarán interesante y divertido el recorrido del calendario cósmico con la guía de maestros o de padres. Por ejemplo: la Gran Detonación ocurre el primero de enero; el origen de la Vía Láctea el primero de mayo. El 9 de septiembre se origina el sistema solar. La Tierra se forma aproximadamente el 25 de septiembre. Las rocas conocidas más antiguas se forman el 2 de octubre y la fecha de los fósiles más antiguos (bacterias y algas verdiazules) es el 9 de octubre.
El primero de diciembre la atmósfera de la Tierra empieza a contener oxígeno. El 16 aparecen los primeros gusanos; el 19 los primeros peces y vertebrados. El 26 surgen los primeros mamíferos, y durante los días 27 y 28 pueblan la Tierra los dinosaurios, que se extinguen mientras aparecen las primeras flores. Los humanos como tales surgen hasta el 31 de diciembre, después de las 20 horas. La invención de la escritura se habría producido en realidad únicamente nueve segundos antes de fin de año.
Los dinosaurios habitaron la Tierra, por un tiempo muchísimo mayor de lo que nosotros hemos estado en ella, desaparecieron, sobre todo, por antieconómicos; es decir, el planeta no pudo sostenerlos, como no podrá hacerlo con los humanos si no transformamos nuestra mentalidad.
Si logramos que niños y jóvenes lo comprendan, tal vez puedan –no salvar al planeta–, sino su permanencia en él. (No a la impunidad en el caso de la guardería ABC, de Hermosillo.)
derechosinfancia89@gmail.com
Javier Hernández Chelico: En el Chopo
El sábado pasado se dio un hecho inédito en el Tianguis Cultural del Chopo: cinco jóvenes mujeres deambularon desnudas entre locatarios, clientes y visitantes del mercado roquero. El colectivo Madre Araña escenificó la pieza Cotidianidad (intervención colectiva multidisciplinaria), instalación itinerante donde las chavas, despojadas de ropa –y prejuicios– actuaron como cualquier asistente al tianguis. Las reacciones fueron diversas, pero prevaleció el desconcierto de quien de repente descubría a una mujer desnuda a su lado: inmediatamente retrocedía entre sorprendido y asustado; otros no daban crédito a lo que miraban y en rápido recorrido visual comprendían estar ante un hecho real: junto a ellos estaba una chava desnuda viendo, como si nada, la mercancía que ofrecen los choperos cada sábado. Muchos teléfonos echaron a funcionar su cámara para registrar las imágenes. Este performance lo montó el colectivo Madre Araña para mostrar que al Tianguis se puede ir vestido de emo, dark, punk o como Dios nos trajo al mundo, y nadie la hace de tos; ellas iban ataviadas únicamente con un simbolismo tatuado: el dibujo en los muslos con la imagen de un código de barras con la leyenda Chopo mr (marca registrada), en clara alusión al consumismo galopante que ya alcanzó, incluso, a este tianguis. Este grupo cultural está integrado por siete chavas universitarias egresadas de la Escuela Nacional de Artes Plásticas y de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán; buscan despertar la reflexión y la crítica social de espectadores por medio de este tipo de experiencias estéticas.
Rusia y Venezuela: acercamientos y soberanía
La visita a Venezuela del primer ministro ruso, Vladimir Putin, y el discurso que su anfitrión, Hugo Chávez, pronunció ayer en Caracas –en el que resaltó la cooperación estratégica del Kremlin con el Palacio de Miraflores y anunció, entre otras cosas, el apoyo de Moscú para que Venezuela tenga su propia industria para el uso de su espacio ultraterrestre– dan contexto a un estrechamiento significativo en las relaciones entre ambos países, que resulta, según puede verse, incómodo para los intereses hegemónicos de Washington en la región y en el mundo. Así lo demuestra, entre otros elementos, el pronunciamiento ayer mismo del Departamento de Estado de Estados Unidos, cuyo portavoz, Philip Crowley, se mofó de los planes del presidente venezolano de llevar a cabo un programa espacial, y dijo que los objetivos de Caracas deberían ser más terrestres que extraterrestres. La declaración se suma a las inquietudes manifestadas en días recientes por esa misma dependencia ante la posibilidad de que Venezuela concretara nuevas compras de armamento ruso durante la visita de Putin.
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El Correo Ilustrado
Acerca de cangrejos y la reforma laboral panista
La propuesta de reforma laboral panista que pretende limitar el derecho de huelga, eliminar la contratación colectiva impulsando la contratación por horas y dejar en la práctica la tutela de los derechos de los trabajadores para proteger los intereses empresariales, retrocediendo así la rueda de la historia por lo menos 150 años, me recuerda una estrofa del cántico de los liberales juaristas que dice: Cangrejos al combate, cangrejos al compás; un paso adelante quinientos para atrás.
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Acerca de cangrejos y la reforma laboral panista
La propuesta de reforma laboral panista que pretende limitar el derecho de huelga, eliminar la contratación colectiva impulsando la contratación por horas y dejar en la práctica la tutela de los derechos de los trabajadores para proteger los intereses empresariales, retrocediendo así la rueda de la historia por lo menos 150 años, me recuerda una estrofa del cántico de los liberales juaristas que dice: Cangrejos al combate, cangrejos al compás; un paso adelante quinientos para atrás.
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Gustavo Leal F.*: El Seguro Popular por el que Calderón quiere ser recordado
Recientemente Felipe Calderón mencionó que quisiera ser recordado por sus acciones en salud. Entre ellas destaca la continuidad del Seguro Popular de Fox-Frenk, que en su campaña ofreció revisar, aunque luego optara por usarlo indiscriminadamente como herramienta electoral y de aprobación a su desempeño presidencial. Al iniciar el cuarto año de su administración, los saldos están a la vista.
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Como cada año, Amnistía Internacional publicó en días pasados su informe sobre la situación de la pena de muerte en el mundo. La organización destaca que 2009 fue un año de avances importantes, como el que no se realizara ni una sola ejecución en el continente europeo. Burundi y Togo se unieron a la lista de países que abolieron la pena de muerte, y en el continente americano únicamente Estados Unidos llevó a cabo ejecuciones. Los datos revelan que 95 países son abolicionistas para todos los delitos; nueve son abolicionistas sólo para delitos comunes; 35 son abolicionistas en la práctica, y 58 mantienen la pena capital como forma de castigo.
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Sergio Ramírez: El viejo oficio de mentir
Quiero detenerme en una imagen que es el símil de mi oficio de escritor: un mueble. Puede que resulte un ejemplo un tanto arbitrario, pero mi abuelo materno era ebanista por afición. Del trabajo de sus manos conservo una hermosa mesa de roble, de amplia superficie y patas torneadas como airosas cariátides sin rostro que sostienen su arquitectura simple pero firme. Esta mesa es la mesa sobre la que descansan la computadora en que escribo, los libros que consulto, mis cuadernos de apuntes.
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Cómo definir la era que comienza con la irrupción de la sociedad civil a raíz del terromoto de 1985, que pasa por el cataclismo electoral de 1988 y transcurre por la reforma política de 1996, la cual permite a la izquierda propiciar la alternancia de los poderes locales en el Distrito Federal, y a la derecha (en el año 2000), la alternancia en el centro mismo del poder nacional, la Presidencia de la República? Un periodo que cubre un cuarto de siglo, acaso dos generaciones, debería ser ya objeto de una reflexión más meticulosa, si es que realmente se quieren formular respuestas menos apasionadas a una pregunta que marca y define cualquier versión de la historia del tiempo presente. A saber: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
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Marcos Roitman Rosenmann: Campesinos, crisis y megaproyectos
La gran depresión de los años 30 del siglo XX forma parte de la historia del capitalismo. Quienes mejor captaron el drama humano de la crisis fueron reporteros, literatos y cineastas. Un buen ejemplo lo constituye Las uvas de la ira, novela escrita en 1939 por John Steinbeck y adaptada al cine en 1940 por John Ford. Sus personajes son el testimonio vivo de la tragedia que afectará a familias enteras. Steinbeck supo tomar el pulso de una época, cuya moneda de cambio para empresarios y banqueros fue la especulación y la usura. A río revuelto, ganancia de pescadores.
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La gran depresión de los años 30 del siglo XX forma parte de la historia del capitalismo. Quienes mejor captaron el drama humano de la crisis fueron reporteros, literatos y cineastas. Un buen ejemplo lo constituye Las uvas de la ira, novela escrita en 1939 por John Steinbeck y adaptada al cine en 1940 por John Ford. Sus personajes son el testimonio vivo de la tragedia que afectará a familias enteras. Steinbeck supo tomar el pulso de una época, cuya moneda de cambio para empresarios y banqueros fue la especulación y la usura. A río revuelto, ganancia de pescadores.
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La transición mexicana votada más que pactada –como lo señaló hace varios años Mauricio Merino– estaba sustentada en dos ideas. La primera era que lograr que el voto contara y se contara, abriría las puertas para la alternancia en los distintos niveles de gobierno y esto a su vez transformaría el conjunto de las instituciones políticas. En segundo lugar, que a diferencia de los regímenes dictatoriales o totalitarios, el tránsito democrático del régimen autoritario mexicano no requería fundar nuevas instituciones sino activar las que existían formalmente como el Poder Legislativo, el Poder Judicial, el federalismo; pero que habían sido supeditadas por el régimen de partido hegemónico.
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Bernardo Bátiz V.: Policía Federal en la ciudad de México
Hace un par de semanas fui testigo de un incidente entre un automovilista amigo mío y tres policías federales que lo detuvieron en la glorieta de entrada a la Terminal Dos del aeropuerto de la ciudad de México. Mi amigo me dejó en la puerta de llegadas nacionales para recoger a un tercero; mientras yo buscaba a quien llegaba, mi acompañante circuló lentamente alrededor de la glorieta, sin estorbar a nadie y sin detenerse.
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Hace un par de semanas fui testigo de un incidente entre un automovilista amigo mío y tres policías federales que lo detuvieron en la glorieta de entrada a la Terminal Dos del aeropuerto de la ciudad de México. Mi amigo me dejó en la puerta de llegadas nacionales para recoger a un tercero; mientras yo buscaba a quien llegaba, mi acompañante circuló lentamente alrededor de la glorieta, sin estorbar a nadie y sin detenerse.
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Hace unos días, fue preciso arrostrar esa tortura inicua y cruel conocida como El Infierno de la Taquilla del Centro Cultural Helénico (institución cuyos servicios al público suelen ser de calidad bastante pobre) para llegar hasta la Capilla Gótica, donde la recompensa musical sí fue satisfactoria. El fin de semana pasado se presentó en ese espacio el ensamble vocal Fuenteclara, un coro de cámara que, bajo la hábil conducción de Ethel González Horta, ha estado realizando una labor discreta pero de logros evidentes. A lo largo de un recital muy bien programado y muy bien realizado, fue posible ir descubriendo numerosos aciertos, tanto musicales como escénicos, en el trabajo de Fuenteclara y su directora.
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Jamaica Kincaid: La invitada pobre
Ediciones Era da a conocer la nueva novela de Jamaica Kincaid: “Desde la subjetividad más honda, la protagonista de este relato narra su experiencia tras abandonar su pequeña isla caribeña para ir en busca de sí misma y de su destino en una gran urbe extranjera, donde sabe que nunca podrá ser más que una ‘invitada pobre’”. Lucy, dicen sus editores, es un libro inconsútil, de ritmo veloz y extremada exactitud. Con autorización de Era, damos a conocer como adelanto el inicio de esta obra
Era mi primer día. Había llegado la noche anterior, una noche oscura y fría –tal como correspondía a mediados de enero, aunque entonces yo no lo sabía– y no pude ver nada con claridad en el camino desde el aeropuerto, a pesar de que había luces por todas partes. Mientras viajábamos, alguien me señalaba un edificio famoso, una calle importante, un parque o un puente que se construyó con la idea de crear algo espectacular. Cuando soñaba despierta con aquellos lugares, los imaginaba como sitios felices, como botes salvavidas de mi pequeña alma que se ahogaba. Fantaseaba que entraba y salía de ellos y justamente eso –entrar y salir de allí una y otra vez– me ayudaba a escapar de una sensación desagradable que no podía definir. Sabía que era una especie de tristeza, pero mucho más intensa.
Ediciones Era da a conocer la nueva novela de Jamaica Kincaid: “Desde la subjetividad más honda, la protagonista de este relato narra su experiencia tras abandonar su pequeña isla caribeña para ir en busca de sí misma y de su destino en una gran urbe extranjera, donde sabe que nunca podrá ser más que una ‘invitada pobre’”. Lucy, dicen sus editores, es un libro inconsútil, de ritmo veloz y extremada exactitud. Con autorización de Era, damos a conocer como adelanto el inicio de esta obra
Era mi primer día. Había llegado la noche anterior, una noche oscura y fría –tal como correspondía a mediados de enero, aunque entonces yo no lo sabía– y no pude ver nada con claridad en el camino desde el aeropuerto, a pesar de que había luces por todas partes. Mientras viajábamos, alguien me señalaba un edificio famoso, una calle importante, un parque o un puente que se construyó con la idea de crear algo espectacular. Cuando soñaba despierta con aquellos lugares, los imaginaba como sitios felices, como botes salvavidas de mi pequeña alma que se ahogaba. Fantaseaba que entraba y salía de ellos y justamente eso –entrar y salir de allí una y otra vez– me ayudaba a escapar de una sensación desagradable que no podía definir. Sabía que era una especie de tristeza, pero mucho más intensa.
María Teresa Priego
Paulette
La más absoluta indefensión. La vulnerabilidad y la dependencia física y emocional que viven los bebés y los niños en su relación con los adultos. Padres y/o figuras tutelares. Paulette. La fotografía de una niña pequeña con trencitas y su vestidito azul, recorrió las calles y las redes de apoyo en internet. Sus padres la buscaban. Miles de personas —dolidas y solidarias— comenzaron a buscarla con ellos. ¿Dónde está? ¿Un secuestro? La madre declaró que su hija necesitaba cuidados especiales. Paulette era especialmente frágil ante una situación de cautiverio. La madre fue entrevistada por Adriana Flores para Milenio TV. Sus gestos, sus palabras nos golpearon. “Desapego”, dijo después Sandra Yadeum, psiquiatra que trabaja en la investigación con la Procuraduría. Así se le llama al desamor. A la ausencia de empatía, de vínculo afectivo. “Desapego”. Podría ser un eufemismo en el contexto.
Esa frialdad con respecto a su hija, que al escucharla nos sumergía en una dolorosa extrañeza. La entrevista con el padre no fue muy distinta “No hubo suceso”, (no hubo irrupción violenta en su domicilio “como en las fantasías”). ¿No hubo “suceso”? Entre todas las palabras posibles: “Harry Potter”, dijo la madre, como si hablara una niña de cinco años ajena a la realidad y al maternaje, y cuyas referencias se limitan a “ingenuas” historias de magos. Ese infantilismo tan fuera de lugar y tan absurdamente a destiempo en los tonos y en los gestos. Despiadado.
Por angustiante y “reveladora” que esa frialdad pudiera parecernos, quedaba ¿queda a estas alturas? apelar al estado de shock en el que se encontraban ambos padres. La necesidad —tan humana— de negar la tragedia cuando irrumpe. ¿Acaso sabemos cómo reaccionaríamos ante un impacto tan insoportable? La información y la intuición señalaban (señalan) hacia el círculo más íntimo de la niña. Y sin embargo, si la sospecha latía fuerte y se expresaba, la esperanza también. “La van a encontrar”.
Según el procurador, la madre respondió a su hija mayor quien le preguntaba ¿por qué tenían que “callar”? “Porque si no nos van a echar la culpa de que nos la robamos o de que tú la sacaste para que se la roben´”. Un: la policía puede culparte a ti. Tú podrías haber deseado y provocado que se la robaran. ¿Y qué hace una niña de siete años con ese espanto decretado por su madre? ¿Una madre homicida? No lo sabemos aún. Sí una madre capaz de pronunciar palabras de una crueldad pasmosa.
Quien asesina a su madre es matricida. Es parricida quien asesina a su padre. Cuando un padre o una madre asesinan a un hijo se llama “infanticidio” o “filicidio”. Es infanticida también quien asesina a un niño que no es su hijo. Es el horror. Pero es un horror de contenidos distintos. Quien asesina a un hermano también es filicida, puesto que cometió un crimen dentro de los vínculos de la filiación. No encontré una palabra que nombre específicamente a una mujer o a un hombre que asesinan a su hija/o. El lenguaje expresa —a veces por omisión, como en este caso— nuestros inconcebibles. Aquello que aunque exista en la realidad, aunque la razón lo constate, nos parece, nos seguirá pareciendo siempre, emocionalmente insoportable.
La doctora Yadeum declaró que el trastorno de personalidad de la madre de Paulette podría haberla llevado a “violar la ley”, lo que no significa —puntualizó— que cada persona que padece un trastorno “viole la ley”. Su explicación me pareció muy importante: La indispensable especificidad del trabajo psiquiátrico responsable. Sin generalizaciones peligrosas, que de banalizarse, (“Los trastornados”) pudieran convertirse en agresión y/o rechazo hacia otras personas —que no dañarían a nadie— y que viven en el sufrimiento de trastornos psíquicos. Reitero: sin dañar a nadie.
Paulette fue encontrada sin vida junto a su cama. Una sombra oscura cayó sobre nosotros. Oscuridad urgida de palabras, de la necesidad de entender, una exigencia de que se le haga justicia. Un inmenso duelo por ella en toda su singularidad. Un duelo y una reflexión obligada por lo que su asesinato nos significa —también— como individuos y como sociedad: cada bebé, cada niño víctima de homicidio, de negligencia criminal, de abuso sexual. Explotación. Violencia. Cada niño que sufre, que está en riesgo, que es dañado en su integridad. Los que no sabemos y necesitarían tanto que supiéramos. Cuando aún es tiempo. ¿Quién los protege en su cotidianidad ante el dolor más profundo cuando sucede? La traición de los adultos tutelares. Cuando el espacio de lo “privado” se convierte en el espacio sin límites. Silencio. Ocultamiento. La “intimidad” como espacio de impunidad.
¿Dónde está Paulette? La pregunta que atravesó las redes emocionales. Como un espacio vacío entre los brazos. Nenita de ojos dulces. Una canción de cuna para ti. Te arrullan decenas de miles de voces. Una canción de cuna. La más amorosa. La más protectora. La más suave de todas. Para ti.
mariateresapriego@ hotmail.com
Escritora
Esa frialdad con respecto a su hija, que al escucharla nos sumergía en una dolorosa extrañeza. La entrevista con el padre no fue muy distinta “No hubo suceso”, (no hubo irrupción violenta en su domicilio “como en las fantasías”). ¿No hubo “suceso”? Entre todas las palabras posibles: “Harry Potter”, dijo la madre, como si hablara una niña de cinco años ajena a la realidad y al maternaje, y cuyas referencias se limitan a “ingenuas” historias de magos. Ese infantilismo tan fuera de lugar y tan absurdamente a destiempo en los tonos y en los gestos. Despiadado.
Por angustiante y “reveladora” que esa frialdad pudiera parecernos, quedaba ¿queda a estas alturas? apelar al estado de shock en el que se encontraban ambos padres. La necesidad —tan humana— de negar la tragedia cuando irrumpe. ¿Acaso sabemos cómo reaccionaríamos ante un impacto tan insoportable? La información y la intuición señalaban (señalan) hacia el círculo más íntimo de la niña. Y sin embargo, si la sospecha latía fuerte y se expresaba, la esperanza también. “La van a encontrar”.
Según el procurador, la madre respondió a su hija mayor quien le preguntaba ¿por qué tenían que “callar”? “Porque si no nos van a echar la culpa de que nos la robamos o de que tú la sacaste para que se la roben´”. Un: la policía puede culparte a ti. Tú podrías haber deseado y provocado que se la robaran. ¿Y qué hace una niña de siete años con ese espanto decretado por su madre? ¿Una madre homicida? No lo sabemos aún. Sí una madre capaz de pronunciar palabras de una crueldad pasmosa.
Quien asesina a su madre es matricida. Es parricida quien asesina a su padre. Cuando un padre o una madre asesinan a un hijo se llama “infanticidio” o “filicidio”. Es infanticida también quien asesina a un niño que no es su hijo. Es el horror. Pero es un horror de contenidos distintos. Quien asesina a un hermano también es filicida, puesto que cometió un crimen dentro de los vínculos de la filiación. No encontré una palabra que nombre específicamente a una mujer o a un hombre que asesinan a su hija/o. El lenguaje expresa —a veces por omisión, como en este caso— nuestros inconcebibles. Aquello que aunque exista en la realidad, aunque la razón lo constate, nos parece, nos seguirá pareciendo siempre, emocionalmente insoportable.
La doctora Yadeum declaró que el trastorno de personalidad de la madre de Paulette podría haberla llevado a “violar la ley”, lo que no significa —puntualizó— que cada persona que padece un trastorno “viole la ley”. Su explicación me pareció muy importante: La indispensable especificidad del trabajo psiquiátrico responsable. Sin generalizaciones peligrosas, que de banalizarse, (“Los trastornados”) pudieran convertirse en agresión y/o rechazo hacia otras personas —que no dañarían a nadie— y que viven en el sufrimiento de trastornos psíquicos. Reitero: sin dañar a nadie.
Paulette fue encontrada sin vida junto a su cama. Una sombra oscura cayó sobre nosotros. Oscuridad urgida de palabras, de la necesidad de entender, una exigencia de que se le haga justicia. Un inmenso duelo por ella en toda su singularidad. Un duelo y una reflexión obligada por lo que su asesinato nos significa —también— como individuos y como sociedad: cada bebé, cada niño víctima de homicidio, de negligencia criminal, de abuso sexual. Explotación. Violencia. Cada niño que sufre, que está en riesgo, que es dañado en su integridad. Los que no sabemos y necesitarían tanto que supiéramos. Cuando aún es tiempo. ¿Quién los protege en su cotidianidad ante el dolor más profundo cuando sucede? La traición de los adultos tutelares. Cuando el espacio de lo “privado” se convierte en el espacio sin límites. Silencio. Ocultamiento. La “intimidad” como espacio de impunidad.
¿Dónde está Paulette? La pregunta que atravesó las redes emocionales. Como un espacio vacío entre los brazos. Nenita de ojos dulces. Una canción de cuna para ti. Te arrullan decenas de miles de voces. Una canción de cuna. La más amorosa. La más protectora. La más suave de todas. Para ti.
mariateresapriego@ hotmail.com
Escritora
Porfirio Muñoz Ledo
Nostalgia del caudillo
La edición 122 de la Asamblea de la Unión Interparlamentaria Mundial planteó esta semana en Bangkok, como tema central, la contribución de los parlamentos a la gobernabilidad y la reconciliación política. Escuchamos numerosos y dispares discursos, ninguno que diera lugar al optimismo.
La benevolencia de mis compañeros me llevó a la tribuna y creí prudente esbozar un análisis comparado de la cuestión. Definir primero que la gobernabilidad democrática es la capacidad efectiva de los sistemas políticos para ejercer las atribuciones del poder público y atender las necesidades de la población en un clima de paz, equidad y libertad.
Destaqué que la extensión del desorden económico a que condujo el periodo neoliberal, con la consecuente agravación de los problemas sociales y la profundización de la desigualdad, permiten hablar de una crisis de la gobernanza global. Así lo prueba la incapacidad de los Estados y de su articulación mundial para hacer frente a la inseguridad planetaria que amenaza la sobrevivencia de las especies, como quedó de manifiesto durante nuestra última reunión en Copenhague.
La organización internacional es notoriamente incompetente para atacar los problemas planteados. Aspira apenas a limitarlos, atenuarlos o mitigar sus más nocivas consecuencias. Resulta imperativo reconstruir los mecanismos globales para la toma de decisiones —que fueron diseñados hace 65 años— con la participación de los parlamentos, los actores sociales y los ciudadanos.
Las reiteradas cumbres de jefes de Estado y de gobierno sirven apenas para la fotografía de familia —como en los antiguos regímenes autocráticos— pero exhiben una patética impotencia política. Los legisladores son marginados, los activistas reprimidos y quienes carecen de vías para expresarse jamás serán escuchados.
La inoperancia se reproduce a nivel regional, nacional y local. Se antoja que la función de los parlamentos sería llenar ese vacío de representación política y honrar el depósito de la soberanía popular. Erigirse en enlaces efectivos y demandantes entre las sociedades y sus gobiernos y renunciar a la tarea servil de correas de transmisión entre el poder y los súbditos.
Nuestro deber orgánico es legislar con visión, eficacia y oportunidad. Necesitamos encarnar la pluralidad entera de nuestras naciones y sus diversos componentes y esperanzas, en vez de prestarnos a los juegos de balanza entre los intereses partidarios y los poderes económicos, por naturaleza oligárquicos.
Todos los regímenes existentes acusan hoy un déficit democrático: los autoritarios han sacrificado sistemáticamente derechos humanos y libertades civiles, los presidenciales oscilan entre el populismo y la ausencia de mayorías estables para gobernar y los parlamentarios han cedido a liderazgos mediáticos y burocracias políticas que coadyuvan al debilitamiento crónico del Estado.
No se trata sólo de asegurar el orden público y conformar una autoridad capaz de hacerse obedecer. Es menester la reconstrucción democrática de las instituciones públicas y el imperio del estado de derecho. Hoy son otros poderes los que han de ser equilibrados por los parlamentos: las potestades financieras, la dictadura de la imagen, las cortes tecnocráticas y los agentes transnacionales desbocados.
Es tiempo de promover procesos constituyentes que fortalezcan sustantivamente el funcionamiento y alcances de los poderes públicos, ensanchen los derechos ciudadanos y la participación social en el ejercicio del gobierno. Lo esencial es que la autoridad política escape al secuestro de los poderes fácticos. A los parlamentos corresponde habilitar las decisiones, exigir cuentas al poder e impulsar procesos de cambio económico y social.
Se requiere imaginación jurídica y probidad moral, contrarios a la búsqueda de mayorías automáticas que acompañen a los ejecutivos en sus desvaríos. Las cláusulas abusivas de gobernabilidad corrompen el sistema representativo y las segundas vueltas con elección legislativa de arrastre restauran ejecutivos sin contrapeso.
El nuevo diseño de las instituciones mexicanas no podría obedecer a la nostalgia del autoritarismo sin grave riesgo para el país. Es hora de un debate nacional sobre la crisis y salvación del Estado.
Diputado federal del PT
La benevolencia de mis compañeros me llevó a la tribuna y creí prudente esbozar un análisis comparado de la cuestión. Definir primero que la gobernabilidad democrática es la capacidad efectiva de los sistemas políticos para ejercer las atribuciones del poder público y atender las necesidades de la población en un clima de paz, equidad y libertad.
Destaqué que la extensión del desorden económico a que condujo el periodo neoliberal, con la consecuente agravación de los problemas sociales y la profundización de la desigualdad, permiten hablar de una crisis de la gobernanza global. Así lo prueba la incapacidad de los Estados y de su articulación mundial para hacer frente a la inseguridad planetaria que amenaza la sobrevivencia de las especies, como quedó de manifiesto durante nuestra última reunión en Copenhague.
La organización internacional es notoriamente incompetente para atacar los problemas planteados. Aspira apenas a limitarlos, atenuarlos o mitigar sus más nocivas consecuencias. Resulta imperativo reconstruir los mecanismos globales para la toma de decisiones —que fueron diseñados hace 65 años— con la participación de los parlamentos, los actores sociales y los ciudadanos.
Las reiteradas cumbres de jefes de Estado y de gobierno sirven apenas para la fotografía de familia —como en los antiguos regímenes autocráticos— pero exhiben una patética impotencia política. Los legisladores son marginados, los activistas reprimidos y quienes carecen de vías para expresarse jamás serán escuchados.
La inoperancia se reproduce a nivel regional, nacional y local. Se antoja que la función de los parlamentos sería llenar ese vacío de representación política y honrar el depósito de la soberanía popular. Erigirse en enlaces efectivos y demandantes entre las sociedades y sus gobiernos y renunciar a la tarea servil de correas de transmisión entre el poder y los súbditos.
Nuestro deber orgánico es legislar con visión, eficacia y oportunidad. Necesitamos encarnar la pluralidad entera de nuestras naciones y sus diversos componentes y esperanzas, en vez de prestarnos a los juegos de balanza entre los intereses partidarios y los poderes económicos, por naturaleza oligárquicos.
Todos los regímenes existentes acusan hoy un déficit democrático: los autoritarios han sacrificado sistemáticamente derechos humanos y libertades civiles, los presidenciales oscilan entre el populismo y la ausencia de mayorías estables para gobernar y los parlamentarios han cedido a liderazgos mediáticos y burocracias políticas que coadyuvan al debilitamiento crónico del Estado.
No se trata sólo de asegurar el orden público y conformar una autoridad capaz de hacerse obedecer. Es menester la reconstrucción democrática de las instituciones públicas y el imperio del estado de derecho. Hoy son otros poderes los que han de ser equilibrados por los parlamentos: las potestades financieras, la dictadura de la imagen, las cortes tecnocráticas y los agentes transnacionales desbocados.
Es tiempo de promover procesos constituyentes que fortalezcan sustantivamente el funcionamiento y alcances de los poderes públicos, ensanchen los derechos ciudadanos y la participación social en el ejercicio del gobierno. Lo esencial es que la autoridad política escape al secuestro de los poderes fácticos. A los parlamentos corresponde habilitar las decisiones, exigir cuentas al poder e impulsar procesos de cambio económico y social.
Se requiere imaginación jurídica y probidad moral, contrarios a la búsqueda de mayorías automáticas que acompañen a los ejecutivos en sus desvaríos. Las cláusulas abusivas de gobernabilidad corrompen el sistema representativo y las segundas vueltas con elección legislativa de arrastre restauran ejecutivos sin contrapeso.
El nuevo diseño de las instituciones mexicanas no podría obedecer a la nostalgia del autoritarismo sin grave riesgo para el país. Es hora de un debate nacional sobre la crisis y salvación del Estado.
Diputado federal del PT
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