miércoles, mayo 26, 2010

Los periodistas pal café....


Julio Hernández López: Astillero
Enrique Peña Nieto sacrificó al peón procurador para tratar de salvar su precandidatura presidencial. No hay ánimos justicieros ni pretensión de castigar a quien haya sido responsable de la ofensa social que constituye el caso Paulette (que, en realidad, es el propio gobernador del estado de México), sino cálculos relacionados con la imagen pública y las encuestas de opinión. A fin de cuentas, el obediente funcionario expiatorio, Alberto Bazbaz, deja cerrado el expediente y cumplidos los compromisos oscuros que motivaron la más escandalosa de las manipulaciones en materia de procuración de justicia de los últimos tiempos, así es que cumplido ese ciclo y mantenido el imperio de las complicidades, Peña Nieto puede prescindir del subordinado crecientemente incómodo y tratar de pasar a otra etapa de su carrera por Los Pinos, tal vez mediante el uso distractor de algún anuncio de enlace conyugal, al estilo satisfactoriamente usado por el panista César Nava con la cantante Patylú.
Sin embargo, a pesar de las maniobras de control de daños realizadas en Toluca, el daño político no será fácilmente remontable, puesto que a nadie le es oculto que las verdaderas decisiones en la política del estado de México las toma el gobernador Peña Nieto y que el curso y desenlace de las investigaciones relacionadas con la tragedia de Interlomas le son absolutamente adjudicables a él, no sólo en función de organigramas administrativos, relación personal con Bazbaz y estilo impositivo de gobierno, sino aun por la vía simple de la adhesión expresa que días antes hizo el propio gobernador a las actuaciones y la figura de su amigo y dependiente en problemas.
Pero el relevo del procurador, que ahora queda en gran disposición para alquilar sus servicios a alguna firma productora de colchones o de tendido de camas, no significará en realidad más que un cambio obligado de nombre y apellidos en la papelería oficial. Lo esencial continuará tal como largamente se ha mantenido en ese rico e importante estado bajo dominio de una mafia política que se turna la ocupación de la silla de gobierno bajo el compromiso no escrito de sostener los privilegios e intereses de las familias coaligadas (varios de cuyos júniores van ocupando los sitiales dorados, listos todos para preservar el estatus convenido). Hoy ha estallado el caso Paulette por sus aristas extremadamente inaceptables, por las evidencias de manipulación y engaño que irritan a la mayoría de la población, pero diariamente se viven en esa entidad múltiples casos de abuso, desatención, burla, privilegios e injusticia en los diferentes órganos de la administración pública, convertido el aparato burocrático en un instrumento de saqueo de los bolsillos populares y de protección de los intereses de las elites, paraíso de corrupción que ahora pretende llenar sus arcas extraoficiales de dinero suficiente para empujar al jefe máximo, el gobernador Peña Nieto, como candidato a mantener y mejorar el sistema local en el plano nacional.
En ese contexto, la dimisión de Bazbaz no significa más que una maniobra hipócrita del gobernador gavioto para aparentar que algo hace ante el enojo popular. El renunciante, pero sobre todo su patrón de copete intacto, deben ser sometidos a formas de escrutinio y eventual castigo formales, y la remoción de funcionarios debe significar cambios profundos y evidentes. No le ayuda a ese gobernador bajo crítica lupa el pretender adjudicar la exigencia de justicia a tretas partidistas y ánimos de politizar lo que de manera natural es político: la exigencia de buenas cuentas en el ejercicio de gobierno. El jefe de una banda de intervenciones electorales en otros estados, que ha sometido el erario y el ejercicio de gobierno a ambiciones partidistas y proyectos presidenciales, que derrocha el dinero público en pagar promociones personales en los grandes canales de televisión, no puede usar con actitud de doliente damnificado el argumento de las partidizaciones y la politización.
Así pues, el resultado del montaje de ayer no puede quedar en una especie de borrón y cama nueva. Para alcanzar una mínima credibilidad, el expediente Paulette debe ser reabierto y puesto a disposición de quien tenga interés en analizarlo pero, en especial, de una comisión de la verdad que sea integrada por personajes en los que la sociedad tenga confianza. El ideal de justicia no debe truncarse solamente porque determinada persona fue instruida de renunciar para cubrir formas o aparentar cambios: en el vergonzosamente increíble manejo delictivo del expediente Paulette hubo responsables que deben ser castigados, al igual que quienes hubieran participado en los actos criminales en sí, en caso de que así quedara demostrado en una indagación autónoma y confiable. De otra manera, todo seguirá siendo manejado en función de intereses inmediatos de corte electoral, con la vista puesta en los comicios venideros, con la consigna facciosa de ganar el poder para hacer que todo continúe igual a nivel nacional.
Astillas
La lógica terrible de la disminución del impacto de un hecho mediante la aparición de otro, igual o peor, ha llevado a un segundo plano el secuestro de Diego Fernández de Cevallos, sobre cuya suerte se tejen cada vez más elaboradas versiones, ninguna de ellas benéfica para lo que de salud quedara de este régimen... Adiós a don Gabriel Vargas, creador de historias entrañables y perdurables, artista del barrio, padre fundador de la dinastía de pueblo que con Regino y Borola se ha extendido por los confines nacionales... Y, mientras un foro de gobernadores era interrumpido ayer por la demanda lastimera de un hombre en desgracia como los muchos que hay en el país, ¡hasta mañana en esta columna que ve las consecuencias del triunfo discursivo de Calderón en el Capitolio: mil 200 miembros de la Guardia Nacional gringa a la frontera (envío que Felipe, el extrañamente optimista, quiere ver como freno al paso de armas a México, no de migrantes mexicanos a EU)!
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Enrique Galván Ochoa: Dinero
Han transcurrido tres meses desde el martes 23 de febrero que escribí las siguientes líneas: Han bajado las remesas de dólares de nuestros paisanos, también el valor de las ventas de petróleo crudo y la exportación de otras mercancías. Son las principales fuentes de divisas. Sin embargo ¡estamos nadando en dólares! Hay sobreoferta y en las casas de cambio de la frontera norte cayó su precio y se vende a $12.50, cuando llegó a cotizarse a cerca de $16.00 después de la devaluación del calderonismo. ¿Están lloviendo del cielo los billetes verdes? No exactamente. La gente de la frontera tiene otra versión: el maná proviene del floreciente negocio del narcotráfico. El Banco de México anunció ayer que comenzará a comprar dólares excedentes a los bancos comerciales. Quiere robustecer sus reservas, no obstante que llegaron ya a su punto más alto de la historia, rozan los 100 mil millones de dólares. En las siguientes semanas comenzó a advertirse un extraño fenómeno: los bancos dejaron de comprar en sus ventanillas dólares en efectivo. Un caso verdaderamente extraño, único en el mundo; todos los bancos de todos los países buscan los dólares como moscas a la mermelada. No han dado ninguna explicación, pero el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero Arroyo, nos puso ayer sobre la pista: “… esta medida lo único que busca es tratar de limitar el ingreso de grandes cantidades de dólares de procedencia ilícita que llegan a nuestra economía a través de una frontera muy porosa y muy amplia que tenemos; llegan a nuestro país y se depositan en el sistema bancario. Ésta es una medida para proteger a nuestro sistema bancario, es una medida para hacer más difícil el lavado de dinero en México, y es una medida que sin ninguna duda contribuye a la estrategia del gobierno para enfrentar el crimen organizado”. Muy bien, señor secretario, mejor tarde que nunca: pero ¿las casas de cambio qué?
Los hilos de oro
Tiene un toque poético llamar fibra oscura a las líneas de la Comisión Federal de Electricidad que está licitando el gobierno entre empresas privadas. Se les llama así porque no han sido energizadas. Ya encendidas su valor excederá al del oro. Podrán utilizarse para dar servicio de telefonía de línea fija y celular, Internet y todos los nuevos desarrollos tecnológicos que se descubran los años por venir. Son tres tramos los que están en la mesa de la licitación: el que corre por el Pacífico, el del Golfo y el del centro de la República. Y sólo dos grupos llegaron a la semifinal: el grupo Azcárraga (lleva de la mano a las empresas Movistar y Megacable) y el grupo Salinas con Iusatel. La Comisión Federal de Competencia anuncia que autorizó su participación.
Temblor
En Mexicali no ha parado de temblar desde el terremoto de abril. Ayer hubo un sismo en el DF. ¿De veras están preparadas las autoridades para hacer frente a una contingencia? A los mexicalenses los tienen abandonados.

Alfredo Jalife-RAHME: Bajo la lupa
Antecedentes: hace un cuarto de siglo, uno de los seres más humanitarios del mundo, Mordechai Vanunu –anterior técnico nuclear israelí y admirable pacifista–, reveló al Sunday Times (5/10/86) la construcción de bombas nucleares por Israel en la planta de Dimona. Atrapado por el espionaje israelí del Mossad y luego encarcelado en forma inmisericorde, el samaritano Vanunu es tratado como palestino por las autoridades israelíes.
Dieter Gerhardt, anterior comandante naval de Sudáfrica, encarcelado en 1983 por espionaje en favor de la URSS, al salir liberado en 1992, al colapso del régimen apartheid (la discriminación de la minoría blanca contra la mayoría negra), exhumó la existencia de un acuerdo (bajo el código Chalet) en el que Israel se disponía a vender a Sudáfrica ocho misiles Jericó dotados de armas nucleares. Gerhardt develó al Johannesburg City Press (20/2/94) la misteriosa prueba nuclear conjunta de Israel y el régimen del apartheid el 22/9/79 (confirmado por The National Security Archive: diciembre 79 y 25/8/08).

Carlos Fernández-Vega: México SA
Es innegable la efectiva sincronización que tiene el régimen político para manipular situaciones socialmente críticas, que en países más civilizados hubieran sido causa más que suficiente para la caída deshonrosa de un gobierno. Pero ¡alegraos!, que estamos en México y el circo es primero, pues para tapar una pésima noticia real siempre hay un escándalo de ocasión que permite evaporar, en la telaraña informativa, asuntos delicados que afectan a la nación. Entonces, celebremos, porque la renuncia que ayer presentó el ahora ex procurador mexiquense, Alberto Bazbaz, no sólo convirtióse en orgásmico follón, sino contribuyó a la causa del fallido inquilino de Los Pinos al ser utilizada como eficiente cortina mediática que llevó a un lejanísimo segundo plano, si no es que más lejos, el documentado fracaso laboral del calderonato.
¿Cuánto durará la batahola del ex funcionario de Enrique Peña Nieto (finalmente, coautor de las barrabasadas de Bazbaz)? ¿Qué nuevo follón lo sustituirá? Quién sabe, pero lo cierto es que la delicada situación laboral en el país, amén de ser permanente, tiende a ser socialmente explosiva. Así, la más reciente encuesta del Inegi en materia laboral (divulgada ayer poco después de la citada renuncia) pasó de noche, no obstante documentar no sólo el incremento del desempleo abierto en el país, sino la falacia del discurso oficial en lo que se refiere a la creación de puestos de trabajo a ritmos nunca antes vistos, de acuerdo con la versión oficial.
Al desempleo, así sea momentáneo, habrá que sumar al propio Bazbaz (se incluirá en la estadística de mayo), pero además de él alrededor de 2.5 millones de mexicanos –hasta abril pasado– se encuentran en tal situación, o lo que es lo mismo casi un millón más (63 por ciento de incremento) que el primero de diciembre de 2006, supuesto arranque del sexenio calderonista, cuya cabeza visible días atrás sonriente presumía cifras históricas en generación de puestos de trabajo. Pues bien, sólo en abril pasado, de acuerdo con el Inegi, alrededor de 280 mil paisanos se quedaron sin chamba y se sumaron al ejército de reserva.
El resultado de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) correspondiente al cuarto mes de 2010 arrojó, entre otros, los siguientes resultados: la tasa oficial de desocupación fue de 5.42 por ciento de la población económicamente activa, superior a la registrada en abril de 2009 (5.25 por ciento) y mayor a la de marzo pasado (4.81 por ciento). La subocupación (aquellas personas con necesidad y disponibilidad para trabajar más horas), afectó a más de 4 millones de mexicanos (más hombres que mujeres presentaron características de subocupación en abril de 2010: 10.5 y 7.6 por ciento, respectivamente), mientras alrededor de 13.2 millones adicionales sobreviven en el sector informal de la economía. Casi 20 millones de mexicanos en precarias condiciones laborales.
Cuando Calderón se instaló en Los Pinos el registro oficial documentaba un millón 533 mil 892 desempleados; 41 meses después, ese universo se incrementó a 2 millones 498 mil 113, es decir, un aumento de 964 mil 221 mexicanos en las filas del desempleo abierto, a razón promedio de 23 mil 517 por mes (hasta abril). En contrapartida, la estadística oficial (la que le gusta a la Secretaría del Trabajo, la del IMSS) registra 427 mil 628 empleos formales en igual periodo (43 por ciento permanentes, 57 por ciento eventuales), a razón promedio de 10 mil 430 por mes (cuando la demanda real se aproxima a 100 mil puestos mensuales). Por el lado de la informalidad, un millón 341 mil 425 mexicanos (32 mil 718 por mes) se han visto en la necesidad de incorporarse a este floreciente sector. Ese es el éxito, igual de real que de contundente, del calderonato en materia de empleo, sin considerar a quienes emigraron, ni la misteriosa desaparición de casi un millón de personas en el inventario de la población económicamente activa en el primer trimestre de 2010.
El anterior es un resumen socialmente aterrador, explosivo, del grave problema laboral en el país. Se supone (aunque regresamos al concepto de país civilizado, que no es el caso) que los partidos políticos (autodenominados representantes de la ciudadanía) y sus legisladores (ídem) deberían estar más que ocupados y preocupados en resolver esta nefasta circunstancia, en busca de soluciones reales, eficientes y de corto plazo, que no sólo aligeren la pesada carga para los desempleados, subempleados e informales y sus familias, sino para reactivar el aparato productivo, con su efecto fiscal y su impacto en el nivel de bienestar de los mexicanos. Sacar al país del prolongadísimo letargo que reporta, en síntesis.
Pero no, porque para ellos lo importante es el follón, la piñata, la evasión de la responsabilidad, el nembutal electrónico para la sociedad, la cortina de humo para mantenerse en el cochupo, de tal suerte que esos partidos y esos legisladores, sin dejar a un lado a los gobiernos estatales y, por supuesto, federal, están volcados en el caso Bazbaz (el chivo expiatorio de Peña Nieto), para el que ahora cocinan juicio político, porque la renuncia no les pareció suficiente (y el señorcito de la residencia oficial, feliz con el numerito) y se requiere leña verde. Cuando este caso ya no dé para más, agarrarán otro, y si no hay de dónde, pues lo inventan, que de eso se trata.
En realidad, si justicia es lo que buscan, si ése es el objetivo real, entonces hay que sumarse a la demanda de juicio político, pero tendrá que ser integral, es decir, del inquilino de Los Pinos al más pequeño integrante de la clase política (en su más amplia acepción, barones e Iglesia incluidos), sin ningunear a nadie. Qué bueno que Bazbaz ya renunció. ¿Para cuándo todos los demás? ¿Para cuándo el juicio político a quienes han desmantelado el país?
Las rebanadas del pastel
¡Cuidado!, mexicanos despistados y fanáticos de los ratoncitos verdes. Agárrense de donde puedan, que el doctor catarrito ataca de nuevo: Agustín Carstens, ahora en el Banco de México, retoma su terminología 2008 (como secretario de Hacienda) para explicar el alcance que tendría la crisis europea en estas tierras sin memoria. Vuelve a hablar de baches, blindajes y conexos, y sólo hay que recordar cómo le fue al país en 2009, con su mayor desplome en ocho décadas. Y mientras hablaba y hablaba de las fortalezas, el tipo de cambio del peso frente al dólar se fue a 13.32 por billete verde.
cfvmexico_sa@hotmail.commexicosa@infinitum.com.mx
Como todo un éxito puede considerarse el homenaje a Nelliee Happee realizado en el Auditorio Nacional el pasado 29 de abril.
El entusiasmo y calor humano invadía fila por fila los asientos del recinto, donde los años de disciplina, dedicación y amor rindieron fruto con la presencia de alumnos, amigos y colegas del mundo de la danza mexicana.
Para Nellie Happee y el público asistente se vivió el momento supremo en que funcionarios con elocuentes discursos, artistas, alumnos, bailarines, cantantes, músicos y técnicos en el teatro enorme experimentaron los momentos mágicos en que de pronto, en escena, algo florecía, tan fugaz e intangible como la danza misma y toda esa carga sólida e indestructible que es resumir en la obra coreográfica, en los surcos de la enseñanza, el profesionalismo y el afán de logro, la presencia indiscutible, lejos de mitología y acomodos, toda una vida dedicada a la danza.


Opinión
Renuncia tardía e insuficiente
Acuatro días de haber dado por cerrada la investigación en torno a la muerte de la menor Paulette Gebara Farah y de haber concluido que ese fallecimiento se debió a un accidente, Alberto Bazbaz Sacal, hasta ayer titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM), renunció a su cargo en medio de un profundo desprestigio personal y de una extendida pérdida de confianza ciudadana hacia la dependencia que encabezó y hacia la institucionalidad mexiquense en general.
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El Correo Ilustrado
Feliz cumpleaños, Argentina
El 25 de mayo de 2010 el pueblo argentino festejó sus primeros 200 años de historia. Aquel día de 1810 se formó la primera Junta de Gobierno que, desconociendo la autoridad del virrey español inició el camino hacia la independencia, lograda seis años más tarde, el 9 de julio de 1816. Muchos argentinos también festejamos otros dos 25 de mayo: el de 1973, día de la asunción a la presidencia de Héctor J. Cámpora, cuyo proyecto fue abortado por el fascismo de la triple A de 1974 a 1976, y luego por el Estado terrorista de la dictadura militar, de 1976 a 1983. Ese proyecto de liberación nacional e integración latinoamericana, adecuado a los nuevos tiempos, fue recuperado a partir del 25 de mayo de 2003 con la presidencia de Néstor Kirchner y continuado por la actual mandataria, Cristina Fernández de Kirchner, a partir de diciembre de 2007.
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Adolfo Gilly: Justicia y libertad para los presos de Atenco
Más de tres años y medio de cárcel, desde el 4 de mayo de 2006, llevan los 12 presos de San Salvador Atenco, tres de ellos en un penal de alta seguridad, con condenas de hasta 112 años de cárcel. Están lejos de sus hogares, con visitas restringidas y controladas, en condiciones de encarcelamiento peores que en los aciagos tiempos de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría, que ya es mucho decir.
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Luis Linares Zapata: El silenciado caso Diego
El secuestro del señor Diego Fernández de Cevallos (DFC) se empareja con su manera de ser, decir y actuar que lo han caracterizado a través de los años. Ambas cosas, su vida profesional y el secuestro, se entremezclan con secrecías grupales, pasillos oscuros, forcejeos burocráticos, solidaridades de socios poderosos, insultos de los muchos afectados, silencios forzados, complicidades varias y otras minucias. Todas mostrando, a las claras, los efectos que, en su trasiego, el llamado jefe Diego desparramó sin señal alguna de pudores o códigos éticos. Siempre retozando entre un intenso y cínico tráfico de influencias sin el menor recato o sentido de Estado. Sus exitosos litigios contra el erario o la Reforma Agraria y el Gobierno del Distrito Federal, siendo senador, ejemplifican con amplitud lo afirmado.
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José Steinsleger: Abya-Yala en Buenos Aires
En el marco de los festejos por el bicentenario de la emancipación de las Provincias Unidas del Río de la Plata (hecho histórico que, con porfía, los medios masivos igualan con la independencia), Buenos Aires recibió la primera visita en masa de los pueblos originarios del país, y tomó nota de que también son argentinos con derecho a existir.
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Bernardo Barranco V.: Los enemigos internos de Benedicto XVI
Aún resuenan las palabras del papa Benedicto XVI, camino a Lisboa, donde expresó que los enemigos más severos están dentro de la Iglesia. Recordemos las palabras exactas: Encontramos que los ataques al Papa y a la Iglesia no sólo vienen del exterior, sino que los sufrimientos de la Iglesia proceden de dentro, del pecado que existe en la Iglesia. Esto se ha sabido siempre, pero hoy lo vemos de forma aterradora: que la persecución más grande a la Iglesia no procede de enemigos externos, sino que nace del pecado en la Iglesia. Y, por tanto, la Iglesia tiene una profunda necesidad de aprender la penitencia, de aceptar la purificación, de aprender el perdón, pero también la necesidad de justicia. El perdón no sustituye a la justicia.
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Arnoldo Kraus: Ciencia: ¿hasta dónde?
La ciencia, a diferencia de la literatura, no admite ficción. Las artes enriquecen la vida gracias a la imaginación, a la belleza, a la paz que suelen ofrecer. Las ciencias fortalecen la existencia por medio de sus descubrimientos, por los problemas que resuelven, porque mejoran las condiciones de vida. Las artes se nutren del correr de la vida y del contacto entre seres humanos; crecen por lo que observan, y, salvo cuando se usan con fines propagandísticos, como sucedió en la Alemania nazi, suelen ser benéficas e inocuas.
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Alejandro Nadal: Rescatar el euro, destruir Europa
La divisa común europea permanece atrapada en serios problemas cuya solución parece alejarse. La caída del euro y de las bolsas el día de ayer es una muestra de la fragilidad de los arreglos monetarios y financieros al interior de la eurozona.
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Carlos Monsiváis: Gabriel Vargas
El reconocimiento tributado a Gabriel Vargas es uno más de los numerosos de su extraordinaria carrera. He tenido la buena suerte de intervenir en algunos de esos homenajes y allí he destacado las enormes cualidades, el trazo de los personajes, a la vez sencillo y de una gran expresividad cómica (en este punto debo mencionar las maravillosas portadas y contraportadas de Agustín Vargas, Guty, el sobrino de don Gabriel); el sentido del humor, que va del registro naturalista a la fantasía satírica; el uso del habla popular, creativo, convincente y que causa adicción; la conversión de la vecindad típica y arquetípica del Centro o del Centro Histórico; los nombres de los personajes, en sí mismos una portentosa rebelión onomástica; los métodos suntuosos para denotar la felicidad de la pobreza, y el modo en que la felicidad en la pobreza es un ir y venir del relajo a la resignación y de regreso; el tejido de situaciones en la vecindad porque Harún-Al Raschid (don Gabriel) no se cansa de oír a Scherezada (Borola), y, en la cumbre, la picaresca, el género donde ni la liebre ni la tortuga se explicarán jamás como en el maratón y antes del pistolazo de salida, alguien ya se guardó la meta en el bolsillo.

Sergio Pitol: Borola contra el mundo
La historieta de Vargas reproducía el melting-pot vigente en la ciudad de México y su inmensa inmovilidad social a mediados de este siglo. La familia Burrón tenía por eje a un matrimonio: don Regino Burrón, propietario y único operario de El Rizo de Oro, una peluquería de barrio pobre, y Borola Tacuche, su mujer, con quien vive en perpetua contienda. Don Regino es un dechado de virtudes modestas: sensatez, honradez, ahorro, pero es también la más perfecta expresión del tedio y de la falta de imaginación. Borola representa, en cambio, la anarquía, el abuso, la trampa, el exceso, y al mismo tiempo la imaginación, la fantasía, el riesgo, la insumisión y, más que nada la inconmensurable posibilidad del goce de la vida. Decidida a conquistar el mundo, de llegar a la cúspide, se atreve a todo: negocios, política, espectáculo. No hay hazaña donde no fracase. De cada experiencia volverá derrotada a su guarida, al horrísono patio de vecindad del que, por lo visto, le es imposible escapar. Pero en el mismo instante de regresar al lado de su fiel Reginito, de pedir perdón por sus deslices, de jurar no volver más a las andadas, planea ya una nueva aventura más desorbitada aún que la anterior. Los personajes secundarios, los otros miembros de la familia, se mueven en círculos antagónicos. Hay una tía Cristeta, millonaria, quien vive con Marcel, su mascota, un cocodrilo con el cual se sumerge todas las mañanas en una piscina llena de champaña; el hermano, de Borola, Ruperto, es un gángster sin suerte, un perpetuo prófugo de la justicia, cuyo rostro jamás conoceremos. La pareja central sólo logra reconciliarse por momentos: la revuelta y la sumisión no casan bien. El mundo exterior a ese patio de viviendas paupérrimas está regido y sostenido por la corrupción y la prepotencia: policías corruptos, inspectores corruptos, jueces corruptos, burócratas corruptos. Me imagino que la mayoría inmensa de lectores nos alineábamos del lado de Borola, a quien las recriminaciones, los sermones, las moralinas y los consejos le hacían lo que el viento a Juárez. El efecto es igual al que producen varias de las novelas inglesas que escudriñan la moral victoriana. ¿Quién no prefiere a la inescrupulosa Becky Sharp sobre los sepulcros blanqueados que pueblan La Feria de las Vanidades? ¿Quién que haya leído La isla del tesoro a la edad adecuada no prefiere a Long John Silver, el pirata despiadado y seductor, sobre los solemnes caballeros que asesoran a Jim Hawkins en su empresa, los cuales, no hay que olvidarlo, compartirán con él el codiciado tesoro sobre el que gira la novela?
En este mundo de insoportables yuppies el nombre de Borola es un anacronismo. Evocarla me remite a una vitalidad ambiental ya desaparecida.
Sergio Pitol, Borola contra el mundo, en El arte de la fuga. Barcelona: editorial Anagrama, 1996

Gabriel Vargas: Yo quería ser un muchacho fuerte
Jamás pensé que don Ignacio Herrerías, quien fuera dueño del periódico Novedades, me pidiera que colaborara con él, pues yo era un escuintle de catorce años.
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Horizonte político
José Antonio Crespo
Ficción mexiquense

Una vez más, la ficción supera a la realidad en nuestro país. Y aunque genere indignación, no debiera provocar sorpresa. Así opera la justicia mexicana, en general. Prevalecen la improvisación, el ocultamiento, la impunidad, el interés político y el cinismo. Las conclusiones del caso Paulette resultan inverosímiles para la gran mayoría de la sociedad. Una encuesta telefónica del diario Reforma reporta que 80% no cree en la versión del “accidente”. Lo sorprendente ahí es 12% que sí la da por buena. Supongo que se trata de ciudadanos que se enteraron del caso sin adentrarse en algunos de sus pormenores, como que se halló el cuerpo de la niña nueve días después de desaparecida, que los perros especializados no la detectaron ni la gente que durmió ahí ni las niñeras al hacer la cama. Tampoco deben saber que, mucho antes de ser encontrada, el olor de descomposición debió invadir a todo el edificio y que, para una niña de la complexión de Paulette, debe haber sido sumamente difícil meter su mano debajo del colchón y que, haber rodado hasta el pie de la cama, hubiera provocado desorden en las sábanas y dejado el rastro de su trayectoria.
¿Que era difícil introducir el cuerpo a la casa una vez que ésta había sido ya sellada? Desde luego, pero no tanto si se cuenta con la ayuda de las autoridades, como pudo haber ocurrido (apagón de por medio). El problema no consiste sólo en el error de no haber buscado con lupa en todos los rincones de la casa, o en las precipitadas declaraciones de Alberto Bazbaz; lo increíble es que nadie, miembro de la autoridad o no, se hubiera percatado de la presunta presencia de la niña. Quizá fue accidente, pero lo increíble es que siempre hubiera estado ahí el cuerpo de Paulette. Por eso surgen otras incógnitas que quizá no se aclaren jamás. ¿Por qué tendría que forzar Bazbaz una mentira de ese tamaño? ¿Quién le ordenó tragarse esa rueda de molino y pretender que también nosotros la tragáramos? ¿Por qué insistir, contra el sentido común, en que la niña siempre estuvo ahí? ¿Por qué entonces alterar la escena (como inevitablemente tuvo que hacerse)? ¿Para favorecer a quién? Algo fuerte debe ser, si Peña Nieto estuvo dispuesto a arriesgar parte de su capital político. Porque supongo que quienes no creen en la versión del “accidente”, no pensarán que el hoy ex procurador dio ese paso sin la instrucción del mandatario. Una cosa es que se le haya ordenado hacerse un haraquiri político para proteger a su patrón, y otra que se crea que el gobernador era del todo ajeno a la conducción y la conclusión de las indagaciones.
De alguna forma me recuerda cuando el licenciado Miguel Montes, encargado de investigar el asesinato de Colosio, anunciaba entusiasmado los hallazgos sobre el operativo en que se dio muerte al candidato, los movimientos orquestados, el famoso “clavadista” que entorpecía el paso de la víctima para dejarla a tiro de pistola y, días después, sin explicación de por medio, apareció con semblante funerario a anunciar que la investigación conducía, sin lugar a dudas, a la versión del asesino solitario. Y, poco después, la renuncia. El PRI mexiquense, como parte del control de daños, sugiere abrir los expedientes a la opinión pública: “Si hay un reconocimiento de errores institucionales, que el próximo paso sea una revisión de las áreas que no funcionaron, de las áreas que no trabajaron de acuerdo a la normatividad de la Procuraduría y de ahí algunas sanciones”, dijo el diputado local Enrique Jacob Rocha (24/V/10).
Se preparaba el terreno para cebar el costo político en Bazbaz y liberar al máximo posible al gobernador de toda responsabilidad.
La madre de Paulette exige también una explicación más pormenorizada, así como una reivindicación pública ante el maltrato que recibió. Fue la sospechosa favorita de los medios, inducidos por la autoridad mexiquense, a la que se le quería arrancar, si no una confesión, sí al menos un llanto. La incógnita pendiente es ¿qué tanto podrá Peña Nieto superar este suceso? Si quiere demostrar que nada tuvo que ver en la indagación y su conclusión (lo que resulta poco creíble), tendría que reabrir el expediente. De no hacerlo, sabremos que algo muy turbio hubo detrás de todo esto. Le apostará a la desmemoria que padecemos colectivamente. Muchos ciudadanos se indignaron al conocer la versión del “accidente” porque las autoridades nos han querido ver —una vez más— la cara de tontos. Se verá qué tanto lo somos en las sucesivas encuestas de intención de voto para el año 2012.

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