Pedro Echeverría V.
1. El titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) -señala La Jornada- Alonso Lujambio, hizo responsables a Seguridad Pública del Distrito Federal por no haber intervenido durante la manifestación de integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), el pasado jueves; con ello puso en evidencia una lamentable propensión de las autoridades federales a eludir sus responsabilidades en la configuración de problemáticas y conflictos políticos, como el que vive el magisterio. Olvida que la presencia de los profesores disidentes en esta capital se deriva de la falta de capacidad y voluntad federales para resolver un conflicto de índole sindical; en ese sentido, no puede soslayarse que la arremetida contra el edificio de la SEP se produce luego de 11 días de que los integrantes de la CNTE iniciaron un plantón en el Zócalo, a más de un mes de que entregaron un pliego petitorio a las autoridades educativas y tras intentos infructuosos de lograr una audiencia con el tal Lujambio.
2. Esas pinches o tontas autoridades –que durante semanas, meses, años, reciben peticiones para conocer los problemas- hacen siempre como que no escuchan ni ven; buscan que todas las protestas se cansen y desgasten para luego destruirlas mediante la represión, tal como sucede en el DF, Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Morelos. ¡Qué maravilloso que el pueblo esté aprendiendo a luchar en las calles, en los campos, barrios y escuelas, contra policías y soldados armados, que bloquean sus peticiones y protestas! ¡Cuánta alegría causa y cómo sube la combatividad de los manifestantes cuando se logra derribar las cercas de cuatro o cinco metros que imponen los militares para bloquear el paso del pueblo! Pronto los verdaderos luchadores sociales –para protegernos seriamente- deberíamos cubrirnos con máscaras antigases, braceras contra los perros y con chamarras antibalas, porque en el cuerpo a cuerpo siempre ganamos.
3. El gobierno derechista de Felipe Calderón, enemigo ideológico –desde la cuna partidaria- de la educación pública, ha mantenido a dos papanatas (absolutamente ignorantes de la cuestión educativa) en la SEP: a una señora Vázquez Mota que sólo aprendió decir: "gracias al señor presidente Calderón", y al señor Lujambio, "niño de pecho" que, como los demás altos gobernantes panista, sólo conoció la educación privada, aquella en donde van "los hijos de papi" que lo tienen todo. Por eso mismo la líder Esther Gordillo –con experiencia de más de 30 años entre el liderazgo corrupto del SNTE- con el enorme poder que representa, los ha traído arrastrados de la greñas para que avalen lo que les ordena. Es una de las causas por lo que la educación en México está situada entre las peores del mundo. Personajes en la SEP como Vasconcelos, Bassols, el mismo Torres Bodet, hace mucho que desaparecieron.
4. En México los secretarios de Educación pública, así como los demás miembros del gabinete, son nombrados por el presidente de la República en turno. A partir de 1943, con la designación de Torres Bodet como secretario de Educación y la fundación del Sindicato Nacional de Trabajadores de Educación (SNTE) –bajo la sombra y supervisión del presidente Ávila Camacho- se inició una convivencia estrecha entre gobierno y dirigentes sindicales espurios de los profesores. Desde entonces en forma corporativa todos los profesores contratados por la SEP de manera automática pasaron a formar parte del SNTE y obviamente a pagar su cuota correspondiente. Hoy el SNTE tiene más de un millón y medio de afiliados y recibe alrededor de 200 millones de pesos en cuotas mensuales. Es el sindicato más numeroso de América Latina, pero en sus 67 años sólo ha servido a los intereses del gobierno en turno.
5. Desde 1943 la SEP y el SNTE han usado a funcionarillos de segunda, burócratas autoritarios, para imponer sus políticas sobre la educación. Si México en los años veinte y treinta del siglo pasado hizo un enorme esfuerzo para construir la identidad nacional, para acabar con el analfabetismo, crear la escuela rural y llevar la escuela pública en toda la nación, a partir de los cuarenta y cincuenta la institucionalización del país, el fortalecimiento del modo capitalista de producción y el dominio de la ciudad sobre el campo, fueron debilitando las inversiones en educación y la orientación ideológica de sus planes y programas, para ponerlos al servicio del gran capital mexicano y extranjero. La educación pública comenzó a desplomarse hace tres décadas para dar impulso a la educación privada. Hoy de cada 100 estudiantes que presentan exámenes para ingresar a la educación pública (gratuita) sólo es admitido en 10 por ciento.
6. De cada 100 estudiantes inscritos en educación pública alrededor de la mitad acude a la escuela sin haber desayunado y sin que sus padres pudieran ayudarlo por tener que trabajar o por falta de instrucción. Aunque dentro del magisterio existe una inmensa corrupción causada y protegida por las mismas autoridades educativas y los dirigentes del sindicato "charro", no ha sido el magisterio culpable de desplome educativo sino la misma estructura social, sindical, política que se basa en la explotación y opresión del trabajo humano. Más de 10 mil profesores están "liberados" con el cargo de "comisión sindical", para ponerse al servicio de la líder Gordillo que los usa para cuidar casillas electorales, para hacer propaganda política por su partido Nueva Alianza, por el PAN o por el PRI según sea el caso. ¿Qué buena educación va a funcionar en el país si los dirigentes sindicales están al servicio puntual del gobierno y los partidos?
7. Cualquier día de estos el señor Lujambio puede abandonar la SEP para ocupar un nuevo cargo político. Con la mano en la cintura, sin ninguna responsabilidad, su equipo de funcionarios y asesores pueden brincar a otra secretaría sin importarles lo que pasa en Educación y sus diferentes niveles. Así han trascurrido los sexenios sin que en México se atiendan los problemas torales en los niveles: primario, medio, superior y de postgrado. Si en algunas décadas México ocupó niveles de vanguardia en América Latina, sobre todo porque mantuvo independencia relativa hacia los gobiernos yanquis, a partir de 1982, con la implantación del neoliberalismo, los gobiernos del México han sido simples cachorros de los EEUU. Los problemas educativos, así como los demás, sólo podrán resolverse mediante las luchas de los trabajadores y los estudiantes en la calles, obligando a los gobiernos a obedecer las demandas de los sectores mayoritarios.
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